Enfoque metodológico ALSL para la implantación de un sistema de gestión de la calidad
Enviado por Arturo Luis Romero
- Resumen
- Análisis de diferentes enfoques de procesos estratégicos de la calidad
- Breve análisis de la metodología que era empleada por la empresa objeto de estudio para la implantación del Sistema de la Calidad
- El Modelo que se propone (ALSL)
- Estructura organizacional para la implementación
- Niveles de responsabilidad
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
RESUMEN
Se plantean diferentes enfoques al proceso estratégico de la calidad que han sido propuestos por clásicos de este tema como Deming, Juran, Ishikawa, Crosby y Harrington, los cuales han sido seleccionados por la connotación y estrecha relación con los objetivos propuestos en el trabajo y también por el reconocimiento, aceptación y positivo impacto a nivel mundial de los resultados obtenidos al ser aplicados. Se realiza un breve pero riguroso análisis de la metodología que era empleada por la empresa objeto de estudio para la implantación del Sistema de la Calidad, precisando los motivos por los cuales no se pudieron obtener los resultados esperados de su aplicación. Con estos antecedentes y la experiencia personal de más de 10 años de los autores se propone un modelo identificado con las siglas ALSL que permite tener en cuenta las características particulares de la Empresa, su actividad específica, el estado en el cual se encuentra con relación a los temas de calidad y el que pretende alcanzar, planteando un modelo que responde a todas estas condiciones, incluyendo su estructura organizacional, explicando algunos de los principales aspectos incluidos en el mismo.
INTRODUCCIÓN
Sin dudas, la tendencia cada vez más creciente a la globalización de la economía y el comercio internacionales, junto a los logros científico técnicos alcanzados, han elevado considerablemente el papel de la calidad como factor determinante en los procesos de producción y en los servicios.
Este es el reto que en estos momentos enfrenta la economía cubana, la cual asume profundos y complejos cambios y en consecuencia una reestructuración de su sistema empresarial. Por esto, hablar de reestructuración en Cuba es referirse no sólo a un sistema de procesos productivos, sino a algo más intenso y complejo como lo es la readecuación de una estrategia de desarrollo económico que preservando lo alcanzado permita una nueva inserción de la economía cubana en un mercado capitalista. (Martín y Luis, 1998).
Así, es evidente la necesidad de introducir tecnologías y conocimientos que ya han sido empleados en el mundo con resultados satisfactorios, adecuados y ajustados a las características y peculiaridades del país, así como de los profesionales y trabajadores que los utilizarán. Del mismo modo, resulta imprescindible precisar dos importantes ideas: primero, el mercado está cada vez más cerrado para las mercancías y productos que no sean de óptima calidad, y para las organizaciones que no sean capaces de demostrar que puedan satisfacer las expectativas de sus clientes; segundo, esa calidad es imposible lograrla sin una nueva concepción de la organización laboral, las relaciones de trabajo, la gestión de los recursos humanos, los métodos de dirección y liderazgo y la aplicación de enfoques científicos técnicos con carácter de sistema.
Alcanzar este objetivo en el marco específico de la calidad en Cuba, supone vencer obstáculos realmente formidables: Limitaciones tecnológicas, dependencia de insumos del exterior, fallos en los procesos de trabajo, insuficiente cultura de la calidad, enfoques metodológicos y de dirección no actualizados sobre la base de una eficaz gestión de los Recursos Humanos, modificar las actuales relaciones de trabajo, liderazgo, lograr un estilo participativo y consciente de todos los trabajadores, descentralización de la actividad y la autoridad, tolerancia a nuevas ideas, transparencia y oportunidad en la información y otras razones de este orden (Martin y Luis, 1998).
En las difíciles situaciones de la economía cubana, en especial desde el inicio de los años 90 del siglo pasado, y teniendo en cuenta los cambios operados tanto en su comercio exterior como en la apertura a la inversión extranjera, se ha establecido un claro DESAFIO DE LA CALIDAD, derivado de la incorporación a mercados cada vez más globales y exigentes, donde se armonizan con una rapidez vertiginosa los requisitos de los productos, particularmente aquellos vinculados con la seguridad de las personas y al medio ambiente, por lo que resulta indispensable adecuar los mecanismos institucionales a las realidades actuales (Luis, 1998) .
Por todo esto, desde vicios de los años 90 del pasado siglo, se viene convocando a las empresas cubanas, cualquiera sea su sector o actividad que realicen, a implantar las Normas ISO 9000 para la Gestión de la Calidad (GC) en virtud de la declarada y manifiesta necesidad que tiene el país de alcanzar los niveles de competitividad que le permitan insertarse en la economía internacional, así como lograr necesarios niveles de ahorro y eficiencia para su financiamiento. (Luis, 2000).
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