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La carta. El amor en tiempos de la barbarie nazi (página 2)

Enviado por Mario Alberto Geller


Partes: 1, 2

Entretanto los nazis austriacos se habían reforzado y organizado: prefiriendo un fascismo más germánico, asesinaron al canciller Dollfuss el 25 de julio de 1934 y exterminaron su clan, pero falló su golpe de Estado.

El nuevo canciller Schuschnigg negoció una tregua con Hitler en el "nido del águila", en Berchtesgaden en febrero de 1938.

El acuerdo era claro: entrada de los nazis al gobierno y amnistía por los crímenes

a cambio de que Alemania no interviniese en la crisis política.

El pacto no sirvió de nada: Schuschnigg perdía el control del país y vio como último recurso organizar un referendo para beneficiarse de la legitimidad popular: el ejército alemán entró en Austria el 12 de marzo y colocó al ministro del interior nazi en el puesto de canciller.

La unión con Alemania tuvo el apoyo del 99,73% del electorado.

Si bien el resultado no fue manipulado, sí que lo había sido todo el proceso electoral.

Para empezar, el voto no era secreto y la papeleta se tenía que rellenar delante de los oficiales de las SS para entregársela después a estos en mano, en lugar de meterla en una urna.

En dicha papeleta aparecía al centro un círculo muy grande donde poner "sí", y otro pequeño a la derecha donde poner "no", incitando claramente el voto a favor de los nazis.

Además no hubo campaña posible a favor del "no", pues tras la anexión habían sido detenidas 70.000 personas en pocos días: judíos, socialdemócratas y comunistas, así como toda la cúpula política de la I República de Austria, entre los que estaban conocidos políticos como Richard Schmitz, Leopold Figl, Friedrich Hillegeist y Franz Olah.

El censo electoral dejó fuera a 400.000 ciudadanos (un 10% de los votantes potenciales),

mayoritariamente de izquierdas y judíos.

Por último un dato curioso: en Innervillgraten, una pequeña población donde la votación

no estuvo custodiada por la Wehrmacht, el resultado fue de un 95% de votos contrarios a

la anexión.

Austria, por tanto, entró a formar parte del III Reich desde esta fecha hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el gobierno interino austríaco declaró el Anschluss "null und nichtig" (nulo e inválido), el 27 de abril de 1945.

Las fuerzas de ocupación trataron a Austria como un país distinto de Alemania, pero no se

restituyó su soberanía hasta el "Tratado para el restablecimiento de Austria independiente y democrática", firmado en Viena el 15 de mayo de 1955, y la declaración de neutralidad del país, del mismo año."

edu.red

Hitler se dirige a una multitud jubilosa en la plaza Heldenplatz de Viena después de la anexión de Austria a Alemania (el Anschluss). Austria, 15 de marzo de 1938.

Fuente: www.ushmm.org

Una cierta inquietud comenzó a adueñarse de él, de su alma, como una espesa y lúgubre niebla.

Sabía que debía irse lo más pronto posible.

La situación política y social en Viena no daba para más.

Sin embargo sentía que debía cumplir con un mandato visceral que le impedía dar prioridad a los pensamientos de angustiosa urgencia que pugnaban por ganar su atención.

No podía escapar así nomás.

Entendió que había una suerte de responsabilidad que trascendía su propia existencia y seguridad.

Necesitaba, de alguna manera, agradecerle los breves momentos de luz que le había brindado a su cansado corazón.

¿Cómo se puede agradecer a la luz cuando ésta no sabe que está brillando para él?

¿Cómo se puede justificar el amor, y entonces amar, cuando sólo eres un ser insignificante para su corazón?

¿Qué sentido tiene sentir tanto afecto y ternura destinadas a otro ser que no puede percibirlos ni aceptarlos?

Es como una llamada agónica sin respuesta posible; una eterna búsqueda en el lugar equivocado.

Sin embargo, y a pesar de todo, conoció su luz y calor y su corazón pareció volver a latir con inusitada fuerza.

Terminó de garabatear las últimas frases con el corazón.

Volvió a releer, antes de guardarlas en el sobre, las líneas de despedida que se habían convertido en una carta, su última carta:

Viena, 13 de Marzo de 1938

Querida Lorraine:

Si estás leyendo estas líneas seguramente sabrás ya de mi destino final.

¿Cuál es el sentido entonces de la carta? Bueno, a veces ocurren ciertas cosas que se hacen muy difíciles de sobrellevar y valorarlas como corresponde cuando uno no tiene la perspectiva de la distancia. Pero más importante aún es el hecho de que las realidades distintas de cada uno: la familia y los hijos, por ejemplo, son componentes afectivos que no se pueden ni deben ignorar.

Y sin embargo, y sin buscarlo, tu mundo un día cambia y el sentido de tu vida adquiere una nueva dimensión. Mujer, tratá de comprenderme, por favor. Un día descubrí que sentía algo muy especial por vos.

¿Cómo fué? ¿Cuándo? La verdad es mucho más compleja y está compuesta de pequeños y variados hechos. Será que un día descubrí que esperaba más de la cuenta que pasaras a saludarme o que me mandaras un mensaje invitándome a compartir un café o a almorzar. Será, también, la sensación de ausencia y angustia cuando no nos encontrábamos por temas particulares o distintos compromisos laborales. Será incluso el celarte cuando otros recibían tus muestras de afecto y no yo.

He tenido que luchar entre lo que siento y lo que debo; entre el egoísmo de pensar solamente en mis sentimientos y la responsabilidad por el Otro involucrado, por vos. Sin embargo, por ser tan fuerte, he temido que alguna señal me hubiera delatado. Quizás en la forma en que te dije que me importabas, quizás en algún gesto de inocultable cariño, quizás en alguna mirada en la que mi alma pugnaba por salir.

¿Qué intento decirte? Solamente dos simples palabras: te amo. Lo digo en este eterno presente que congela una carta, esta carta. Es que siempre será así mientras tenga un mínimo soplo de vida.

Lo que siento no es un capricho, no es una obsesión ni un deseo prohibido. Es mucho más que eso. Es sentir que la vida todavía tiene hermosas sorpresas por entregarte, que existen aún colores para alegrarte, que puede haber tristeza en tu corazón y aún así poder sentirte feliz de estar vivo.

Recuerdo que al tomarme unos días de licencia para descansar viniste hasta mi escritorio para despedirte y dijiste que me ibas a extrañar. Fue un instante marcado por una profunda emotividad.

Yo no se si todo ocurrió exactamente así o si para vos tuvo el mismo significado que para mí. Lo cierto es que ninguna otra persona ese día hizo eso. Siento que debo retribuirte, de alguna manera, por ese momento único de los pocos que tuve en mi vida y, entonces, debo decirte que si de alguien esperaba que viniera a despedirse esa persona eras vos; que si de alguien esperaba que me extrañara esa persona eras vos; que si de alguien esperaba que sintiera mi partida esa persona eras vos.

Y entonces, nuevamente, ¿por qué estas líneas? Porque pienso que sería terrible que todo muriera por el transcurso del tiempo; que todo desapareciera como cuando el viento borra las huellas que dejamos en la arena. Que todo este amor no tuviera ni siquiera unos breves renglones para expresarse y gritar: ¡un día estuve aquí!

Lorraine, no me juzgues mal, simplemente me importás tanto que nunca podría haberte dicho o hecho algo que hubiera significado lastimarte o colocarte en una situación incómoda.

Creo profundamente que la familia que tenés es lo que te constituye y hace feliz y es por eso, porque te amo, que acepté cuidarte y quererte desde el espacio que vos quisiste darme guardando todos mis sentimientos en el corazón.

No te pongas triste sino todo lo contrario. Pensá que maravillosamente tu existir le dio también a otro ser la infinita dicha de haberte conocido.

Con todo mi amor.

Para siempre.

Walter

Dice la Enciclopedia del Holocausto del United Status Holocaust Memorial Museum:

"Viena fue durante cinco siglos la capital de un gran imperio multinacional bajo la dinastía de los Habsburgo, de habla alemana.

Después de 1918, pasó a ser la capital de la pequeña República de Austria.

En 1934, en Viena había 1,9 millones de habitantes, lo cual era el 28 por ciento de la población total del país.

En 1938, vivían unos 170.000 judíos en la ciudad, además de aproximadamente 80.000 personas de ascendencia mixta judía y cristiana.

Incluidos los convertidos del judaísmo, la población judía vienesa puede haber llegado a 200.000, más del 10 por ciento de los habitantes de la ciudad.

Viena era un importante centro de cultura y educación judía.

La ciudad era también un centro de pensamiento sionista y Theodor Herzl, el padre del sionismo, había estudiado en la Universidad de Viena.

Muchos judíos vieneses estaban bien integrados en la sociedad y la cultura urbana.

Los judíos constituían altos porcentajes de los médicos y abogados, empresarios y banqueros, artistas y periodistas de la ciudad.

En marzo de 1938, la Alemania nazi incorporó a la República Austríaca en lo que llegó a conocerse como "Anschluss".

Una vez que asumieron el poder, los nazis rápidamente aplicaron legislación antisemita alemana a Viena y al interior de Austria. El propósito de esta legislación era excluir a los judíos de la vida económica, cultural y social de la anterior Austria.

Las autoridades cerraron las oficinas de la comunidad judía y enviaron a los miembros del consejo al campo de concentración de Dachau.

Antes del verano de 1939, el gobierno ya había cerrado o confiscado cientos de fábricas y miles de empresas de propietarios judíos."

Los golpes en la puerta y los gritos imperativos y destemplados le indicaron fatalmente que la salida estaba bloqueada para él.

Dirigió su vista al ventanal y pudo percibir el débil titilar del sol en ese frío día.

Escondió la carta entre las paredes de su biblioteca.

Era un lugar que solamente unos pocos conocidos podrían ubicar fácilmente.

Allí estaría segura.

Se dirigió, entonces, con paso decidido hacia el pequeño balcón que marcaba los límites de su cuarto.

Trepó a la cornisa, irguió con cuidado su cuerpo, extendió los brazos como intentando abrazar la mañana y se arrojó al vacío.

La gente, por un instante, lo observó libremente volar.

Fuentes consultadas

1) Enciclopedia del Holocausto del United Status Holocaust Memorial Museum

2) Wikipedia

3)

Bibliografía:

Bukey, Evan Burr (1986). Hitler's Hometown: Linz, Austria, 1908-1945. Indiana University Press ISBN 0-253-32833-0.

Parkinson, F. (ed.) (1989). Conquering the Past: Austrian Nazism Yesterday and Today. Wayne State University Press. ISBN 0-8143-2054-6.

Pauley, Bruce F. (1981). Hitler and the Forgotten Nazis: A History of Austrian National Socialism University of North Carolina Press. ISBN 0-8078-1456-3.

Scheuch, Manfred (2005). Der Weg zum Heldenplatz: eine Geschichte der österreichischen Diktatur. 1933-1938. ISBN 3-8258-7712-4.

Schuschnigg, Kurt (1971). The brutal takeover: The Austrian ex-Chancellor's account of the Anschluss of Austria by Hitler. Weidenfeld and Nicolson. ISBN 0-297-00321-6.

Stuckel, Eva-Maria (2001). Österreich, Monarchie, Operette und Anschluss: Antisemitismus, Faschismus und Nationalsozialismus im Fadenkreuz von Ingeborg Bachman und Elias Canetti.

Datos biográficos:

País: Argentina

Ciudad: Buenos Aires

Fecha de nacimiento: 22 de Diciembre de 1958

Estudios cursados: Análisis de sistemas

Profesión: Analista

E-Mail: [email protected]

Datos de la monografía:

País: Argentina

Ciudad: Buenos Aires

Fecha de la monografía: Julio de 2010

 

 

Autor:

Mario A. Geller

Partes: 1, 2
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