Este ensayo fue desarrollado en el marco de la asignatura Investigación– Acción de la carrera de Trabajo Social de la Universidad San Sebastián ( Valdivia ) y los insumos son parte del análisis del libro, Culturas de Mercado, rutinas de vida de Guillermo Davinson y Lucy Ketterer, (2006) Temuco: Ediciones Universidad La Frontera
Sin duda, Chile cuenta con un sinnúmeros de actores sociales, que día a día, y bajo el absoluto anonimato crean espacios de participación, intercambio, integración cultural y generación de bienes y servicios para la comunidad.
Muchas de estas personas sólo realizan estas actividades como un acto de cotidianidad; para sobrevivir y llevar el sustento al hogar, pero cabe resaltar que inconscientemente, están perdurando en el tiempo actividades, que al estar en un país en vías de desarrollo, con una fuerte y marcada tendencia a la globalización pueden perderse o ir desapareciendo con el pasar del tiempo, como muchas de nuestras costumbres.
Es en este escenario es donde se contextualiza la Feria Pinto, un espacio donde convergen hombres y mujeres de la región de la Araucanía, un fiel retrato de los procesos de integración y dinámicas culturales y sociales.
En especial sobresale la presencia femenina, que ya sea por a..b..c..motivos tiene que salir a trabajar o " callejear" como comúnmente le denominan ellas a su labor de vender sus productor, para mantener su hogar y así cumplir a cabalidad su papel de Jefa de Hogar y/o proveedora, papel que le "corresponde" por patrones sociales y culturales al hombre. Es de este tema que se desea ahondar mas, conocer la mirada que tienen estas mujeres de su realidad, y conocer además la realidad actual de esta situación.
Cilantro, perejil y acelgas de la dignidad
Primeramente, y para entender bien el termino se definirá Hogar, el cual se concibe como una organización social cuyo propósito específico es la realización de actividades ligadas al mantenimiento cotidiano y generacional de la población.
Las personas al unirse, tener hijos y trabajar para mantener al grupo familiar entran en una relación de reproducción, producción y consumo.
Pero ¿que ocurre cuando una de las figuras parentales falta, específicamente el que por toda la vida ha sido el proveedor por excelencia: el hombre?
Es un hecho, según cifras entregadas por el SERNAM la participación laboral de las mujeres en Chile es de un 38%; en la zona urbana es de un 41%, en la zona rural es de un 22,2%.
Específicamente en la IX región existe un incremento en la participación económica de éstas, que por cierto es un tanto mas baja que la del hombre, ya que las mujeres alcanzan un 34% y los hombres un 36%, lo que hace notar la fuerte y marcada tendencia de la mujer a integrar el mundo laboral.
Entre 1992 y 2002 se produce un significativo aumento de la jefatura de hogar femenina, pasando de 25% a 32%, esto ocurre preferentemente en los hogares en que no hay presencia masculina, según cifras entregadas por el INE.
Entender esto es analizar el contexto sociocultural por el que esta pasando nuestro país, ya que ser mujer trabajadora en Chile no es una situación fácil, eso muchas de las mujeres que se han insertado en el campo laboral lo saben, son victimas de discriminación y así una serie de problemas, que poco ayudan a que se puedan desenvolver correctamente en respectivos trabajos, lo que provoca que no tengan las herramientas necesarias para su autonomía y superación de la pobreza.
Bien lo sabe la señora Lucía Lincopan, que según señala el libro, trabaja desde los trece años y hace seis llegó a la Feria Pinto, ahí se instala en un lugar en la vía publica para vender cilantro, acelgas y otras verduras. Proviene de una pequeña comunidad mapuche.
Una de las cosas que la caracteriza es su valentía y esfuerzo, desde la defensa del territorio que le heredaron sus ancestros hasta que se levanta en la mañana para hacer los quehaceres del hogar y posteriormente trasladarse a trabajar en la feria Pinto.
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