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El desarrollo de la democracia (Parte II)

Enviado por José López


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    El desarrollo de la democracia (Parte II) – (Artículo de Opinión) 

    Mientras que en la primera parte dábamos una panorámica general de en qué debe consistir el desarrollo de la democracia, en esta segunda parte analizamos cómo puede mejorarse la democracia representativa (el modelo de democracia usado en la inmensa mayoría de los países llamados democráticos).

     En este tipo de democracia las personas que conforman el grupo eligen cada cierto tiempo a sus representantes y éstos son los encargados de ejecutar cierta política (de llevar a la práctica ciertas decisiones en nombre del grupo). La política a ejecutar es la que previamente han explicado a sus electores y por la que se han comprometido en caso de ser elegidos. Este modelo es aplicado en grandes grupos de personas, es decir en el ámbito de la política de un país, una región o una ciudad. A día de hoy para grupos humanos de cierta envergadura es el único modelo que se ha podido llevar a la práctica. Tiene la ventaja de facilitar la gobernabilidad pero el grave inconveniente de reducir a la mínima expresión la participación del conjunto de la población del grupo. Además los pilares teóricos sobre los que se sustenta este modelo no se cumplen o se cumplen insuficientemente en muchos casos, convirtiendo de hecho a estas "democracias" en puramente simbólicas y vacías de contenido. Es por tanto necesario desarrollar esta técnica democrática por doble motivo: porque es el modelo usado en la actualidad y por ahora el único posible en grandes grupos humanos y porque la mayor parte de sus defectos viene del hecho de la no aplicación de sus principios teóricos (mayoritariamente perfectamente desarrollados y conocidos). En este caso se trata sobre todo de un desarrollo práctico más que teórico, por lo que su viabilidad es, en principio (y al margen de voluntades políticas), más a corto plazo.

     Los pilares teóricos de la democracia representativa son la elección mediante sufragio universal de todos los cargos públicos, la separación e independencia de todos los poderes y el control público de todos ellos.

    El desarrollo de la democracia representativa en el ámbito de un país (democracia política) debe incluir, entre otros, los siguientes aspectos:

    1. La forma de Estado más democrática debe ser indudablemente una república donde TODOS los ciudadanos sean iguales ante la ley. Es preferible una república semipresidencialista para evitar concentrar demasiado poder en una sola persona, en la que el jefe de Estado tiene algunos poderes ejecutivos (política exterior) y nombra (y cesa) al primer ministro o jefe de gobierno. éste está sometido al control parlamentario y puede ser cesado mediante moción de censura (sin necesidad de presentar un nuevo candidato a primer ministro). Así se evita que el poder ejecutivo domine al legislativo. El presidente de la república podrá disolver las cámaras parlamentarias previa consulta con el primer ministro y con los presidentes de dichas cámaras (siempre que la moción de censura haya prosperado).

     2. Una Constitución que garantice los pilares de la democracia (separación de poderes, elección de los cargos públicos, etc.) y sobre todo que garantice los derechos humanos, estableciendo límites a los mismos para poder compatibilizarlos, haciendo especial hincapié en dar prioridad a los derechos más básicos. Si es evidente que hay necesidades humanas más básicas que otras y es evidente que los derechos humanos tratan de garantizar la satisfacción de dichas necesidades, entonces es evidente que hay derechos más básicos (más importantes) que otros. Muchas democracias actuales dan una preponderancia exagerada a ciertos derechos (a los que normalmente sólo puede acceder una minoría privilegiada) en detrimento de otros derechos más básicos de la mayoría de la población. Debe llegarse a un "equilibrio" para garantizar un mínimo cumplimiento de todos los derechos pero a su vez para dar prioridad a ciertos derechos fundamentales sobre otros más "secundarios". Los derechos básicos relacionados con la subsistencia o las libertades fundamentales deberían estar siempre garantizados (derecho a la alimentación, a la vestimenta, a la vivienda, al trabajo, a la educación, a la sanidad, a la justicia, a la seguridad, a la libertad de expresión, a la libertad de pensamiento, a la libertad de reunión, a la información, etc.) y tener la máxima prioridad. Por ejemplo, el derecho a la propiedad privada (aun siendo reconocido) no debe eliminar o limitar excesivamente otros derechos más fundamentales, el Estado debe establecer una "jerarquía" de derechos para garantizar sobre todo (aunque no sólo) los más importantes. Un derecho es más importante cuando tiene que ver con la satisfacción de las necesidades (físicas o psicológicas) más básicas y cuando afecta a muchas personas. No es posible que los derechos "secundarios" de unos pocos se impongan sobre los derechos básicos de la mayoría. No es justo ni lógico. Contradice uno de los principios básicos de la democracia como es la preponderancia (no confundir con la falta de respeto) de la mayoría sobre las minorías. Por ejemplo, la libertad empresarial de unos pocos no debe contradecir los derechos laborales de la mayoría. Como dijo Benjamín Constant, El objetivo es la seguridad en el goce privado, la libertad es la garantía dada por las instituciones para ese goce.

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