Las Competencias Laborales. Su actualidad y novedad científica
Enviado por Lic. Mirta Roque montes de Oca.
- ¿Cómo surgió el enfoque de formación basada en competencia laboral?
- Gestión por Competencia
- La capacitación de los cuadros y reservas en Cuba
Introducción
Las Competencias Laborales, su certificación y su estudio, hoy día constituyen uno de los temas más debatidos por el intelecto, en lo referente al Capital Humano a partir del último quinquenio, existiendo infinidad de definiciones de aceptación universal.
La creciente importancia de los factores conocimiento y tecnología en los procesos productivos y el cambio de roles de los distintos actores laborales a escala empresarial, ha trastrocado profundamente cada una de las dimensiones implicadas en las relaciones de trabajo. Los cambios relacionados a las formas de inserción de las economías en el comercio mundial, ha conseguido una variación en la forma de enfocar la formación.
Las concepciones de formaciones clásicas, tradicionales, la conciben como la transmisión ordenada y sistemática de un conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas que permiten al trabajador una elevación de sus calificaciones personales. Este enfoque está siendo hoy superado, fundamentalmente, porque admite una concepción aislada de la formación, descontextualizada del entorno y el tiempo en que se lleva a cabo; pensada en sí misma, como una acción no necesariamente articulada con los procesos de trabajo para los que está contemplada.
La formación del Capital Humano es una actividad clave decisiva, su desarrollo efectivo decide la supervivencia empresarial por ser uno de los elementos que conforman en la referida ventaja competitiva.
Los cuadros constituyen el grupo rector dentro de la estructura del factor subjetivo. Su nivel de calificación determina en grado máximo los ritmos y la efectividad del desarrollo socio – económico. Este hecho explica la atención especial que se le dedica a la capacitación de dichos cuadros y especialmente al grado en que esta debe responder a las necesidades reales de superación de los dirigentes. En ello precisamente están basados tanto la actitud ante el adiestramiento, las unidades y los sistemas docentes como el reconocimiento que la sociedad atribuye a las personas que organizan y realizan el proceso educacional.
La creación de un sistema que garantice integralmente la preparación de los futuros cuadros, la superación en funciones, a partir de sus necesidades, en función del nivel de dirección, su experiencia y las funciones que realizan, es un requisito para el perfeccionamiento de la dirección.
La necesidad de modernizar y reformar el sistema de formación y capacitación surge, en primer lugar, porque se está dando un cambio muy importante en la economía mundial; caracterizado por el tránsito desde una economía dominada
por la oferta a una economía basada en la demanda. A diferencia de otras épocas de grandes cambios, las transformaciones son más profundas y amplias, abarcan virtualmente a todas las esferas de la actividad (investigación, desarrollo, producción, comercialización, comunicaciones, finanzas, política) y su trascendencia y profundidad influyen " horizontalmente " en todos los procesos circundantes.
En segundo lugar, porque las transformaciones del mercado exigen a las empresas adoptar modelos de producción flexible que, a su vez, requieren esquemas de organización flexible y abierta que se basan en redes y equipos de trabajo, ya no en la concepción atomística y aislada del puesto de trabajo.
En tercer lugar, se consideró la transformación en el contenido de los puestos de trabajo en un modelo de producción flexible, el individuo debe ser capaz de incorporar y aportar, cada vez más, sus conocimientos al proceso de producción y de participar en el análisis y solución de los problemas que obstaculizan el aumento de la calidad y la productividad dentro de la empresa.
Cuando se observa la forma en que las escuelas técnicas e innovadoras instituciones conciben la formación, se observa que cada vez más que lo hacen al amparo de los procesos de trabajo y de innovación tecnológica. Las nuevas concepciones que algunas instancias vienen asumiendo, se manifiestan en que la formación debe ser entendida en el marco de un proceso por el cual las unidades productivas y los trabajadores reciben un cúmulo de conocimientos científicos y tecnológicos vinculados con los procesos productivos.
Los programas tradicionales de formación, como se ha dicho, están concebidos en torno a las calificaciones de los trabajadores; en general los programas de adiestramiento tienen un sesgo de carácter conductista, en la medida que son puramente instrumentales, y en el mejor de los casos, se limitan a una propuesta puramente intelectual.
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