Un elemento urgente era unificar criterios dentro del episcopado latinoamericano para una acción conjunta ante las presiones del liberalismo político, las nuevas ofertas protestantes a raíz de del "neo-colonialismo de las empresas yanquis e inglesas", líneas para la formación del clero, las relaciones del episcopado con los religiosos y la educación católica que iba perdiendo espacios en algunos sectores sociales, sobre todo en las grandes urbes.
La crisis era una realidad, pero el Papa León XIII era optimista.
Realización del encuentro episcopal
Espíritu de comunión en el episcopado:
Los obispos se preparan con todo un temario enviado por la "Congregación del concilio" cuyos principales temas eran la respuesta a las inquietudes formuladas por los pastores en visitas "Ad limina" y por medio los Legados Pontificios en diferentes regiones latinoamericanas.
Los grandes temas:
El papel clave de todo del desarrollo del este evento estuvo en manos del Fr. José de Calasanz de Llaneras (Capuchino), que dentro del desarrollo del Concilio fue creado Cardenal Vives y Tutó "desde 1884 sostenía en la curia un declarado antiliberalismo"[4]
El Padre Calasanz conocía bastante America Latina, vivía en Roma y durante su época de joven capuchino sufrió los golpes de la percusión liberal en Guatemala, El Salvador y Ecuador. Era un acérrimo defensor de la Iglesia, su pensamiento quedó plasmado en "El liberalismo es pecado".
Las disposiciones del Concilio Plenario cumplen un estado de situación hasta el nacimiento del Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM en Río de Janeiro en 1955.
El Concilio Plenario se realizó en el Pontificio Colegio Latinoamericano y celebró 29 congregaciones generales y 9 sesiones solemnes, presididas por turnos, en orden de antigüedad -por expresa voluntad de León XIII que quiso, de esa manera, subrayar el carácter latinoamericano del Concilio-, por los arzobispos metropolitanos presentes, en calidad de Delegados Apostólicos. La sesión inaugural fue presidida por monseñor Mariano Casanova, arzobispo de Santiago de Chile y la final por monseñor Manuel Tovar, arzobispo de Lima.
"Al encuentro asistieron 13 arzobispos y 40 obispos de toda América Latina. El 10 de julio, los Padres conciliares fueron recibidos por el Papa, quien les dirigió un importante discurso. El 1 de enero de 1900 León XIII aprobó sus decisiones con las Letras Apostólicas "Iesu Christi Ecclesiam" y sus decretos tuvieron fuerza de ley canónica a partir del 1 de enero de 1901. "Esta genial intuición de León XIII -dice la nota de la CAL-, el único Concilio Plenario de todo un continente en la moderna historia de la Iglesia, fue uno de los acontecimientos más importantes de su Pontificado y se convirtió en un hito trascendental en la vida eclesial latinoamericana que se preparaba a afrontar los desafíos del naciente siglo XX con esta histórica expresión de comunión episcopal, en torno al Sucesor de Pedro"[5]
Alcances eclesiales de los Decretos del Concilio Plenario Latinoamericano:
"Deber y sagrada obligación de los Romanos Pontífices es proteger la Iglesia de Cristo en su vastísima extensión, y promover sus intereses en todas las regiones de la tierra. Nos, por tanto, a quien, aunque sin mérito alguno, la divina Providencia ha confiado tan altos destinos, ni un momento hemos permitido que a las escogidas Repúblicas de la América Latina, falten los cuidados y los desvelos que hemos prodigado a las demás naciones católicas. Así como, en todos tiempos, hemos dictado las medidas más oportunas, para que en todas ellas brillen cada día más y más el esplendor de la cristiana piedad y el vigor de la eclesiástica disciplina, así también recientemente hemos excitado a todos sus Arzobispos y Obispos, a que tomaran la determinación de congregarse en Concilio Plenario"[6]
Es este evento un espacio de encuentro, pero no llegará a tener grandes alcances por una situación generacional: llegan nuevos pastores a las sedes, los problemas propios del cargo y la creación de nuevas diócesis y provincias eclesiásticas en el continente. El aspecto colegial en la primera década del siglo XX no será característica del episcopado latinoamericano hasta el nacimiento del CELAM.
"No fue, ciertamente, un concilio renovador ni propuso medidas capaces de responder a los retos de la nueva cultura, mantuvo una actitud de conservación y de defensa, nada dijo de las escasez de sacerdotes o de la evangelización de los negros, pero supuso un encuentro inédito de los responsables del catolicismo americano, un intercambio de experiencias y la incipiente formación de un espíritu de cuerpo que se manifestará más y mejor en las posteriores asambleas"[7]
Algunas conclusiones:
Los obispos ven la realidad desde la coyuntura histórica y pastoral la Iglesia en América Latina en los finales del siglo XIX y hacen un replanteamiento en perspectivas hacia el futuro.
León XIII manifiesta su interés por la Iglesia Latinoamericana que será la "esperanza de la Iglesia".
A los años se logra una formación seria y concreta del clero diocesano.
La tarea iniciada en el Concilio Plenario sobre la colegialidad episcopal, tendrá su culmen positivo en 1955 en Río de Janeiro al nacer con el Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM.
TÍTULO XVI: DE LA PROMULGACIÓN Y EJECUCIÓN DE LOS DECRETOS DEL CONCILIO – CAPÍTULO ÚNICO
994. Con filial reverencia, y corazón obedientísimo, sometemos a la Santa Sede Apostólica, todas y cada una de las cosas que en este Concilio Plenario se han decretado y sancionado, en pro de las necesidades de la Iglesia y de la salvación de las almas en nuestros países. Y como ninguna ley puede tener fuerza de obligar, si no se promulga, determinamos que, apenas hayan sido examinados y reconocidos los decretos de este Concilio por la Santa Sede, inmediatamente se promulguen; y decretamos que, pasado un año de su solemne promulgación, tengan fuerza obligatoria, y surtan pleno efecto en todas las Iglesias de la América Latina, como si hubiesen sido promulgados en cada una de las diócesis, vicariatos, prefecturas y misiones.
Bibliografía
ACTAS Y DECRETOS DEL CONCILIO PLENARIO LATINOAMERICANO. Herder, Friburgo de Brisgobia, 1900.
Aldea Quintín y Cárdenas Eduardo. Manual de Historia de la Iglesia – X. Herder 171, Barcelona 1982. .
Álvarez Gómez, CMF Jesús. Manual de Historia de la Iglesia. Apéndice de la Historia de la Iglesia de América Latina. Pág. 371
CELAM. Documento de Consulta. Nueva Evangelización, Promoción humana y cultura Cristiana. IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Santo Domingo 1992. Bogotá, Mayo 1991. Concilio Plenario Latinoamericano 29. # 47. Pág. 32.
CELAM. Documento de Trabajo. Nueva Evangelización, Promoción humana y cultura Cristiana. IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Santo Domingo 1992. Bogotá, Junio 1992. Concilio Plenario Latinoamericano # 41-42. Pág. 12
CELAM. Elementos para una reflexión pastoral de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Santo Domingo 1992. Bogotá, Febrero 1990. Concilio Plenario Latinoamericano 3.14. Pág. 30.
De Barcelona, OFM Cap. Antonio Maria. EL CARDENAL VIVES Y TUTÓ. Librería Católica Internacional. Barcelona 1916.
Dussel, Enrique. Historia de la Iglesia en América Latina. Coloniaje y liberación 1492/1983. Mundo Negro-Esquila Misional, Madrid – México, 1983.
LLorca, G. Villoslada, Laboa. Historia de la Iglesia V – Edad Contemporánea. BAC 598, Madrid 1999.
Anexos
Anexo 1
A CIEN AÑOS DEL CONCILIO PLENARIO DE AMERICA LATINA
Ciudad del Vaticano, FEB 26 (AICA): La Comisión Pontificia para América Latina (CAL), que preside el cardenal Lucas Moreira Neves, está preparando un simposio de carácter histórico, en homenaje al primer centenario del Concilio Plenario de América Latina -acontecimiento eclesial que fue fundamental para la evangelización del continente- convocado por León XIII y celebrado en Roma del 28 de mayo al 9 de julio de 1899.
Con el título de "Los últimos cien años de la evangelización en América Latina", el simposio tendrá lugar del 21 al 25 de junio próximo en el Vaticano y contará con la participación de historiadores, eclesiásticos y laicos, de América Latina y de otras naciones. Según señala una información de la CAL, "el simposio será una continuación del celebrado en mayo de 1992. Se trata del segundo acto de esta naturaleza que la CAL organiza para estudiar la historia de la evangelización en el Continente. El primero se realizó -por deseo del Papa- en ocasión del V Centenario del inicio de la evangelización en esas tierras y reunió a un nutrido grupo de prestigiosos historiadores para estudiar, con rigor científico, la primera evangelización de América. Las Actas fueron publicadas por la Librería Editora Vaticana, con tan buena aceptación que la edición se agotó en seguida".
"La Comisión Pontificia para América Latina viene preparando intensamente el simposio. En febrero de 1998 se constituyó un Comité Científico formado por un grupo de especialistas, profesores de universidades romanas, para elaborar el programa, fijar los temas a estudiar y proponer los historiadores que participarán del encuentro". Además, la CAL inició la tarea de publicar una edición facsimilar de las Actas y Decretos del Concilio Plenario, publicados por la Santa Sede, primero en latín en 1900, y luego, en 1906, en una traducción castellana que estuvo a cargo del obispo de San Luis de Potosí, monseñor Ignacio Montes de Oca, uno de los Secretarios del Concilio.
El Concilio Plenario se realizó en el Pontificio Colegio Latinoamericano y celebró 29 congregaciones generales y 9 sesiones solemnes, presididas por turnos, en orden de antigüedad -por expresa voluntad de León XIII que quiso, de esa manera, subrayar el carácter latinoamericano del Concilio-, por los arzobispos metropolitanos presentes, en calidad de Delegados Apostólicos. La sesión inaugural fue presidida por monseñor Mariano Casanova, arzobispo de Santiago de Chile y la final por monseñor Manuel Tovar, arzobispo de Lima.
Al encuentro asistieron 13 arzobispos y 40 obispos de toda América Latina. El 10 de julio, los Padres conciliares fueron recibidos por el Papa, quien les dirigió un importante discurso. El 1 de enero de 1900 León XIII aprobó sus decisiones con las Letras Apostólicas "Iesu Christi Ecclesiam" y sus decretos tuvieron fuerza de ley canónica a partir del 1 de enero de 1901. "Esta genial intuición de León XIII -dice la nota de la CAL-, el único Concilio Plenario de todo un continente en la moderna historia de la Iglesia, fue uno de los acontecimientos más importantes de su Pontificado y se convirtió en un hito trascendental en la vida eclesial latinoamericana que se preparaba a afrontar los desafíos del naciente siglo XX con esta histórica expresión de comunión episcopal, en torno al Sucesor de Pedro".+
Autor:
Prof. Oscar Lobo Oconitrillo
[1] Conferencia periódica en el Curso de Historia de la Iglesia de America Latina, Universidad Catolica de Costa Rica, desde 1997. Repetida en Agosto de 2007.
[2] Dussel, Enrique. Historia de la Iglesia en América Latina. Coloniaje y liberación 1492/1983. Mundo Negro-Esquila Misional, Madrid – México, 1983. Pág. 175.
[3] Ciudad del Vaticano, FEB 26 (AICA).
[4] Aldea Quintín y Cárdenas Eduardo. Manual de Historia de la Iglesia – X. Heder 171, Barcelona 171. Pág. 522.
[5] AICA: 26-2-99 Ciudad del Vaticano.
[6] León XIII: LETRAS APOSTÓLICAS PUBLICANDO Y PROMULGANDO LOS DECRETOS DEL CONCILIO PLENARIO DE LA AMÉRICA LATINA (CD ROM)
[7] Llorca, G- Villoslada, Laboa. Historia de la Iglesia V – Edad Contemporáneas. BAC 598, Madrid 1999. Pág. 288.
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