Cambios de paradigmas: Caso de la teoría Evolutiva de Charles Darwin
Enviado por Ronald Jesús Alarcón Anco
Del libro "Y tú que sabes?" se detallan postulados de gran avance para el crecimiento del ser humano, ya que nos da luz hacia nuevas perspectivas de la vida, ayudando a conocer la realidad en que vivimos, y las grandes oportunidades que tenemos si decidimos salir de nuestra conciencia errónea inculcada por el medio ambiente que nos rodea
Al respecto, el presente ensayo se centra en la idea del paradigma y sus implicancias. De los cuales se tiene las concepciones científicas y la religiosa, cada una de ellas con propios elementos que las caracterizan y diferencian. En ese sentido, se presenta el caso de la teoría Charles Darwin cuyo paradigma con esencia científica genera cuestionamiento al orden religioso. Por lo que, es de importancia evaluar la valoración que se les brinda a los paradigmas y su efecto en el desarrollo científico.
Las teorías desarrolladas, constituyen una base para que se puedan formular nuevas plataformas de pensamiento en la actualidad y facilitan nuevos descubrimientos. Por tal razón, lo que sabemos en nuestra realidad es solo una presunción, el cual en cualquier momento puede ser demostrado que lo que creímos saber sólo era una suposición.
Del párrafo anterior, se puede señalar que el paradigma es un conjunto de reglas que "rigen y regulan " una determinada disciplina. Estás "reglas" se asumen normalmente como "verdades adoptadas y que no se pueden cuestionar", porque son "tan evidentes" que se tornan transparentes para los que están inmersos en ellas. Sin embargo, considerarlo como tal no es del todo acertado.
El cambio de paradigma tiende a ser drástico en las ciencias, ya que éstas parecen ser estables y maduras; y generalmente se produce en las disciplinas actuales tales como la administración, educación, economía, negocios, política, etc. ; es decir, un permanente cambio de las reglas. Los que se anticipan a los cambios son los considerados innovadores, aquellos que empiezan cuestionando los paradigmas, y se plantean cambios en sí mismos y en esas reglas impuestas. Asimismo, nuevos paradigmas de la ciencia han surgido a raíz de los revolucionarios descubrimientos realizados por la Física Cuántica, la Cosmología y la Biología; los cuales han dejado de lado la visión de un Universo mecánico.
Expresado de otro modo, no es del todo correcto valorar los paradigmas como moldes inflexibles. Las personas que son flexibles en sus paradigmas tienen la capacidad de ver cambios y tienen la visión del futuro ya que son capaces de romper sus viejos paradigmas para construir constantemente nuevos. Por lo que las organizaciones, empresas o grupos que alcanzan el éxito generalmente caen de la cima. Con el éxito, las personas u organismos se aferran a su fórmula que es convertida en paradigma, esta fórmula envejece y muere, el éxito se derrumba y la organización entra en decadencia y tal vez muera.
Cambio de paradigma: teoría de Charles Darwin
En relación a lo descrito en los párrafos anteriores, un caso que ejemplifica la aparición de un nuevo paradigma, es la publicación de un libro hace 150 años que cambiaría radicalmente, la manera de entender nuestro pasado como género humano y, por lo tanto, también la manera de imaginar nuestro futuro, el cual evidencia que la fuerza de los paradigmas, radica en el poder de moldear nuestra visión del universo y de nosotros mismos. El libro en cuestión se llama "El origen de las especies", escrito por Charles Darwin, realizado después de un viaje alrededor del mundo durante el cual, con mucha paciencia y perspicacia, tomó algunas muestras y muchas notas de las diversas especies de la flora y fauna de los sitios que visitó. En dicho libro, formula la hipótesis que darían sustento a un nuevo paradigma acerca de la historia de la humanidad y una nueva perspectiva sobre la relación entre el hombre y el universo.
Los principios básicos de esta teoría son que todas las especies producen más descendencia de la que necesitan para reproducirse pero ninguna especie viva puede inundar el mundo, precisamente porque los recursos disponibles son insuficientes, lo que obliga a que solo algunos sobrevivan. Esto que es válido para los integrantes de una especie, es decir, la competencia para sobrevivir, es también válida para las especies en su conjunto de modo que, así como entre los individuos de una especie solo sobrevive el más apto, así también entre las especies solo sobrevivirá la que mejor se adapte a las cambiantes condiciones del mundo.
La reproducción entre sobrevivientes será, entonces, la reproducción entre los más aptos, entre los mejor adaptados a su naturaleza descartando la participación divina. En ése sentido, se abren grandes posibilidades para el desarrollo científico, toda vez que el pensamiento ya no se limita a lo que las iglesias lo mantenían controlado.
Cabe mencionar que la Ciencia y Religión, durante el tiempo buscan establecer relaciones y de deslindar ámbitos de estudio entre lo que es propio; en ése sentido, la relación entre religión y ciencia ha sido sujeto de estudio desde la antigüedad, entre filósofos, teólogos, científicos y otros. Por lo general, la ciencia y religión persiguen el conocimiento del universo usando diferentes metodologías. La ciencia acepta la razón, el empirismo y la evidencia, mientras las religiones incluyen la revelación, la fe y lo sagrado. Para ambos casos establecen paradigmas, y no se limitan a ver o entender el mundo, sino que a partir de ello se constituyen instituciones sociales o formas de organización social de las que se desprenden privilegios (luego será muy difícil cambiar o desaparecer esos privilegios).
Así la visión "creacionista" se había conformado en uno de los soportes de la fortaleza de la iglesia por lo que, una visión alternativa tendría que proponerse con mucho cuidado si su autor quería sobrevivir. Esa es, quizá, la razón principal por la que Darwin se resistió durante un buen tiempo a publicar los resultados de sus observaciones por sus implicaciones, de las que quizá la más importante (y peligrosa para la iglesia) era que el origen, desarrollo y evolución de la vida humana tenía su base en la llamada "selección natural", concepción que prescindía de la participación divina.
Todo paradigma impide o bloquea la aparición de otro, sobre todo si éste descalifica los postulados del anterior y eso es justamente lo que proponía el paradigma evolucionista y, además, de manera muy sencilla, muy fácil de entender aunque muy difícil de aceptar por las implicaciones que tenía. En efecto, hasta antes de publicar su libro, las ideas imperantes sobre el origen del hombre eran las derivadas de la llamada visión "creacionista", es decir, la impuesta por la iglesia durante muchísimos años y según la cual, nuestro origen obedecía a la voluntad divina. De acuerdo con esta "explicación", los humanos fuimos creados a "imagen y semejanza del creador".
El mismo Darwin en su niñez fue seguidor del paradigma creacionista, tal como se describe en su autobiografía, para no llegar tarde a la escuela corría y rezaba al mismo tiempo, y sin embargo, cuando lograba llegar temprano atribuía sus éxitos a sus oraciones.
El paradigma es un conjunto de reglas o modelo a seguir. Se asumen como verdades adoptadas y que no se pueden cuestionar.
Se deben modificar la visión que se tiene con lo paradigma, buscando romper mitos fijados que nos limita a crecer, y ser felices, en nuestras vidas, y crear nuestros propios paradigmas de vida enfocado a que queremos y que es lo que verdaderamente tiene sentido en la vida.
La ciencia y la religión tienen un elemento común: la búsqueda incansable de llevar a la humanidad a una verdad, y por ende una paradigma.
Darwin se resistió durante un buen tiempo a publicar los resultados de sus observaciones por sus implicaciones y cuestionamientos a ciertos paradigmas de la Iglesia a través de su teoría evolutiva con base en la llamada "selección natural".
No se debe considerar a los paradigmas como arquetipos que no pueden ser transformables.
WILLIAM ARNTZ; BETSY CHASSE Y MARK VICENTE – Primera Edición, Editorial Kier, S.A. Buenos Aires, 2006.
Autor:
Chiguán Arias, Mitchael
Enviado por:
Ronald Jesús Alarcón Anco