Las ablaciones del cerebro, y de otros órganos sanos, desde que estudiara las peripecias de Phineas P. Gage han sido objeto de mi interés, como algunas de mis publicaciones atestiguan.
Phineas P. Gage (1823-1860)
Históricamente, la exploración quirúrgica del cráneo, en forma de trepanaciones, se han practicado en muchas civilizaciones antiguas.
La psicocirugía, como método de terapia para los trastornos mentales, tuvo un auge, aunque efímero, durante el siglo pasado, cuando, repentinamente, cayera en desuso.
Hoy, parece que se estará practicando de nuevo.
El propósito de esta ponencia es examinar el retorno de esta técnica — que involucra en eliminar partes funcionales de un órgano sano — y su significado posible.
Comenzaremos, compartiendo noticias recientes de la medicina
He aquí una excerpta de un artículo publicado en el NY Times acerca de la resurrección de las psicocirugías.
En el artículo, se presentan dos casos donde el procedimiento fuera realizado.
Uno es el de un hombre de edad media que rehusaba tomar duchas y que estaba confinado a su casa por sus miedos neuróticos. El otro el de un adolescente que tenía miedos de salir de su casa y que sufría de ablutomanía debilitante.
El adulto, Leonard — un escritor que vive en las afueras de Chicago — se encontró a sí mismo, incapaz salir de su casa, de cepillarse los dientes o de bañarse resultado de ansiedades e inhibiciones de índole emocionales.
El adolescente, Ross, vive en un suburbio de New York.
TOC
Este último, se había vuelto tan aterrado con la idea de ser afectado por gérmenes imaginarios, que tomaba duchas diarias, que duraban más de siete horas, para librarse de ellos.
Su condición, le impedía vivir una vida normal.
Ambos individuos recibieron un diagnóstico de trastorno obsesivo compulsivo (TOC), y por años ninguno de los dos se había sentido capaz de aventurarse fuera de su casa.
Eventualmente, ambos viajaron a Rhode Island, para someterse a una operación experimental durante la cual cuatro excavaciones profundas, con hoyos del tamaño de una pasa se les hicieron en el cerebro.
Dos años después de la cirugía, a la edad de 21 años, Ross, está cierto de que, en su caso, el procedimiento le salvó la vida.
Lo opuesto reporta Leonard, de 67 años de edad, quien tuvo la misma operación en el 1995.
Cirugía cerebral
Él se queja de que para él todo es lo mismo, y que sigue confinado a su casa.
La neurociencia aplicada
La gran promesa de la neurociencia, a finales del siglo pasado, fue que, con su precisión y métodos del conocimiento funcional del cerebro, que iba a revolucionar el tratamiento de las enfermedades psiquiátricas.
Sin embargo, su primera aplicación como ciencia cerebral avanzada, no es ni original ni es novedosa.
Ésta consiste en una versión — quizás más precisa y sofisticada — de un método controvertido y obsoleto: la psicocirugía, en la que cirujanos operan directamente en el encéfalo.
En los últimos diez años, más de 500 personas se han sometido a la operación para remediar problemas tales como la ansiedad, la depresión, el síndrome de Tourette, y, aún la obesidad. (Véanse mis ponencias al último respecto).
Los resultados, en algunos casos, han sido alentadores, y, por la primera vez, desde que la lobotomía frontal fuera desacreditada en el 1950, el gobierno norteamericano aprobó, de nuevo, la psicocirugía, como uno de los procedimientos para el tratamiento del TOC.
Aunque, no más de unos pocos miles de personas están lo suficientemente discapacitadas para llenar los criterios rígidos para obtener esta cirugía en la actualidad, millones más, que padecen de una variedad de condiciones — desde la depresión a la obesidad — optarán por tenerlas, cuando éstas se tornen menos experimentales.
Pero, esas esperanzas conllevan riesgos.
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