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Las psicocirugías y su retorno inesperado (página 2)

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

Por todo el progreso que se ha hecho, algunos psiquiatras y éticos de la medicina dicen que aún no se conoce mucho acerca de los circuitos nerviosos que se están manipulando, y que los resultados finales no son predecibles.

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Lobotomía

Muchas personas mejoran, otras sienten muy poco o nada, y, algunos desafortunados, terminan peor.

En los Estados Unidos se sabe de un paciente que fue dejado totalmente inválido después de una cirugía chapucera.

Ese paciente recibió una indemnización de 7 millones de dólares.

Prosigamos

Además, de que si la demanda por la operación resulta ser muy alta, se teme que podría tentar a cirujanos sin experiencia a llevarlas a cabo, sin ninguna supervisión o controles de instituciones académicas.

Y, si las operaciones, se sobrevenden como panacea de los trastornos emocionales — que los médicos admiten que no lo son — entonces, que la gran esperanza puede reflejarse como una traición por quienes, desesperadamente, la creyeran.

No hace mucho tiempo, que los especialistas consideraron que la lobotomía frontal consistió en un avance mayor en las ciencias médicas y psiquiátricas, antes de que se descubriera que la operación dejó miles de pacientes con daños irreversibles del cerebro.

Lo que no es nuevo, ya que muchas ideas médicas promisorias han fracasado, siendo ésta, precisamente, la razón por la cual la mayor cautela se recomienda en estos asuntos.

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Ablutomanía

El último recurso

Entre un cinco y un quince por ciento de las personas diagnosticadas con TOC, están fuera del alcance de los beneficios derivados por los tratamientos, hoy conocidos.

Ross, por ejemplo, dice que había cumplido 12 años cuando se dio cuenta que a él le tomaba más tiempo lavarse las manos que a otras personas.

Muy pronto, se estaba cambiando sus ropas varias veces al día. Eventualmente, casi no podía salir de su habitación, y, cuando lo hacía, era muy cuidadoso de no tocar nada.

Por su parte, antes de volverse escritor, Leonard, era un hombre de negocios, saludable y exitoso.

Cuando, de repente, y de la nada, le asediaron miedos de arañas e insectos.

De alguna manera, Leonard, logró superar sus fobias, para, entonces ser sorprendido, por una aversión al bañarse.

Por consecuencia, interrumpió sus baños y no pudo tampoco, cepillarse los dientes o afeitarse.

Ambas personas trataron medicinas antidepresivas como el Prozac, como asimismo una variedad de otras medicaciones. Sin resultado.

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"Terapia cognitiva"

Ambos dedicaron muchas horas a la psicoterapia tradicional para el TOC, combinadas con exposición gradual, y practicando técnicas de terapia cognitivas.

Sin efecto alguno.

Entonces, a ambos les dijeron que había una opción más. Un número de centros médicos en varios países, además de los Estados Unidos, habían estado experimentando con procedimientos nuevos para el tratamiento de la depresión y del TOC, cada uno de los cuales eran guiados por tecnología de resolución de imágenes muy avanzadas.

En un procedimiento, llamado la cingulotomía, los cirujanos taladran un hoyo en el cráneo e hilvanan alambres en un área llamada el cingulado anterior.

Entonces, localizan y destruyen partículas de tejido que quedan a ambos lados de un circuito situado a cada lado de cada hemisferio y que conecta más profundamente los centros emocionales del cerebro con áreas de la corteza frontal, donde están los centros del planeamiento consciente.

Este circuito parece estar hiperactivo en personas con TOC, y estudios con escáneres indican que la cirugía tranquiliza esta actividad.

En otra operación, llamada capsulotomía, los cirujanos penetran de manera más profunda dentro de una región conocida como la cápsula interna, cauterizando circuitos hiperactivos.

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Cingulotomía

Existe, otra estrategia distinta, conocida como la estimulación profunda cerebral, en la cual los cirujanos colocan electrodos profundamente dentro del cerebro, y los dejan en su lugar.

Entonces, un instrumento marcapasos envía señales eléctricas a los electrodos, para calmar los circuitos cerebrales que se presumen hiperactivos en personas con TOC (y asimismo en pacientes quienes sufren de depresiones severas).

Todo con esperanzas de aliviar los síntomas.

En, aún, otra operación nueva, los médicos colocan los pacientes en una máquina de resonancia magnética que envía partículas de radiación, en la forma de rayos, dentro del cerebro.

Los haces de radiación pasan a través del cerebro sin causar daño, excepto en el punto donde convergen.

En ese lugar ellos cauterizan áreas de tejido relacionadas con los circuitos del TOC, con efectos similares a los de las otras cirugías.

La última opción fue la que escogieron, ambos, Leonard y Ross.

Todas las instituciones que practican estos procedimientos, operan bajo sistemas estrictos y éticos de selección para los candidatos a ser operados, y solamente, después de que todos los métodos estándares han sido tratados sin resultados.

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Capsulotomía

Los pacientes saben con toda la claridad posible, que éstos son procedimientos experimentales, sin garantías de éxito.

Hasta ahora, solamente un 60% de los pacientes que han sido operados han reportado beneficios obtenidos de la operación.

Otros, como, Leonard, se sienten defraudados.

Los peligros del optimismo

En los días tempranos de la psicocirugía, después de la II Guerra Mundial, un gran número de artículos fueron publicados detallando como las lobotomías aliviaron el sufrimiento de innumerables personas que agonizaban víctimas de la angustia emocional.

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Estimulación cerebral profunda

En el 1949, el neurólogo portugués Egas Moniz, recibió el Premio Nobel en Medicina por haber inventado este procedimiento.

Pero, estudios complementarios minuciosos, revelaron un cuadro tétrico de personas que, como Phineas P. Gage, perdieron toda motivación, como se refleja en la película del año 1975, Alguien voló sobre el nido del cuco, con Jack Nicholson.

Las nuevas operaciones localizan con exactitud áreas precisamente demarcadas, mientras que las lobotomías frontales no eran más que una cuchillada cruda, hecha en el cerebro detrás de los ojos, ciegamente destruyendo todas las conexiones y circuitos que, en su paso, estuvieran.

Pero, aún existen muchos vacíos en el entendimiento de los circuitos en que los cirujanos operan.

En un artículo, publicado el año pasado, investigadores en el Karolinska Institute en Suecia, reportaron que más de la mitad de las personas que fueron operadas por TOC, años después, demostraban apatía y falta de autocontrol aunque sus síntomas compulsivos habían mejorado.

La mayoría de los resultados reportados, fueran o no favorables, no eran optimistas.

Le toma al cerebro, a veces, años antes de recuperarse de estas cirugías, opinan algunos expertos que las oponen.

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Alguien voló sobre el nido del cuco

En resumen

Ciertas condiciones que desafían todo entendimiento y cura — como el TOC y la obesidad — muy a menudo se tratan de remediar del mejor modo posible, sin que las consecuencias ulteriores, siempre, se consideren.

En el caso de estas operaciones, para remediar la obesidad, en mi entrada acerca de la gastroplastía en este mismo blog, expongo los riesgos inherentes para quienes la consideren.

Bibliografía

  • Larocca, F: (2008) Phineas P. Gage y su significado en la neurociencia en monografías.com

  • Larocca, F: (2009) Gastroplastía y lobotomía: La conexión entre el estomago y el cerebro… en monografías.com

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca

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