El Electrón Anular, o el Protón, con sus campos asociados, mantienen su impulso, a la velocidad de la luz. Impulso que hemos llamado Vorticial.
Hemos podido denominar Vorticial a este giro anular, dado que introduce un estado que trasciende a la simple rotación.
Este movimiento, imposible de producir en escala macroscópica, da lugar al efecto giroscópico elemental y con ello a la manifestación de Masa Inercial.
Y simultáneamente, el campo de fondo, que denominamos Nube Cuántica Primordial, sufre una deformación espacial, que trae como consecuencia la existencia de lo que hemos llamado Gravedad Celular.
Esta deformación espacial o disminución de densidad, que se ha interpretado hasta ahora como la fuerza gravitatoria de atracción, es en realidad lo opuesto a esa explicación.
Postulado: como consecuencia de la rotación vorticial del anillo Electrónico o Protónico, y su resultante, el Efecto Giróscopo, se produce la aparición de la Masa Inercial y una deformación espacial en la Nube Cuántica Primordial, que da lugar a la manifestación de Gravedad Celular.
Postulado: La sumatoria de Gravedades celulares conforman la Gravedad general
Postulado: la Gravedad general actúa en forma inversa a una fuerza de atracción. La capacidad de atracción entre masas está vinculada a la deformación espacial introducida por el Efecto Giróscopo, a través de la aparición de la Masa Inercial.
La incorrecta interpretación de lo que se ha denominado, hasta ahora, Fuerza Gravitatoria, ha sido el gran escollo en la formulación de una teoría general o Teoría del Campo Unificado.
Según podemos deducir de estos postulados, la gravedad no es ninguna fuerza en el sentido convencional. Es decir, no ejerce ningún trabajo positivo.
No es en sí misma un campo, sino bien la resultante de la deformación de un campo ya existente, de fondo, que se asemeja al antiguo Éter y que por el momento, hemos denominado Nube Cuántica Primordial.
Esta deformación es introducida por la presencia de una Masa Inercial, que a su vez es el resultado del estado vorticial del Electrón o Protón Anulares y el Efecto Giróscopo que este movimiento induce.
La Nube Cuántica Primordial sufre una deformación espacial, con efectos máximos de disminución de densidad en el eje de giro del Electrón (o Protón) Anular, su Espín.
Lo inverso de lo hasta hoy considerado como Fuerza Gravitatoria.
Sin Masa Inercial no hay Gravedad, por lo que podemos considerar a esta como una derivación de aquella y no una fuerza independiente.
Las leyes que la rigen son similares a las conocidas leyes gravitatorias, pero de signo opuesto.
Su efecto de alteración y disminución de la densidad espacial se atenúan con la distancia, en forma cuadrática.
Todo este proceso, que comienza con el anillo electrónico o su compañero, el protónico, girando a velocidad C, con sus campos asociados, eléctricos y magnéticos, que bajo el efecto vorticial, dan origen al giróscopo elemental, que a su vez es la fuente de Masa Inercial, causa de la deformación del campo de fondo y de la llamada Gravedad Celular, está regido por las leyes convencionales de la física clásica y puede ser intuitivamente visualizado.
La postulación de un campo de fondo, que hemos llamado provisoriamente: Nube Cuántica Primordial plantea un problema adicional, dado que por definición, esta es una etapa previa a la Materia y la Energía y por lo tanto, indetectable.
Podríamos sin embargo utilizar una prueba indirecta de su existencia. Y al mismo tiempo resolver un enigma de primer orden.
¿Cuál es la razón del límite máximo de la velocidad de la Luz?
Cotidianamente se menciona esta singularidad de la Luz (en realidad de toda radiación electromagnética), sin que podamos explicarla.
Es otra de las propiedades "intrínsecas" de la materia. Eufemismo utilizado para ocultar nuestra ignorancia.
Uniendo las dos incógnitas: límite de la velocidad de la Luz y existencia de Nube Cuántica Primordial, tendríamos un principio de solución
Postulado: el límite máximo de la velocidad de la Luz (radiación electromagnética) está dado por la existencia limitante de un Campo de Fondo, denominado Nube Cuántica Primordial, etapa previa a la manifestación de Materia y Energía
El exceso de formulismos matemáticos, sin conexión con descripciones materiales, que inundó nuestros conocimientos en el último siglo, ha demostrado ser en gran medida, inválido, toda vez que partiendo de bases erróneas o manifiestamente falsas, tal como la forma real de las partículas elementales o la consideración como tales, de supuestas partículas emergidas de la imaginación de los teóricos y de los aceleradores de choque, sin aplicación efectiva en la materia estable, nos ha colocado en un callejón sin salida.
El fatal error de asimilar eventos artificiales, de vida efímera, con la estabilidad de las partículas elementales, que recordamos son solo dos: Electrón y Protón, ha contaminado la vida teórica.
Hasta tal punto que una gran cantidad de teóricos interesados en replantear aspectos de la Física, han caído en esta trampa y se han esforzado en integrar a estos eventos en sus deducciones, sin atreverse a renegar de ellos.
El Efecto Giróscopo es conocido desde antiguo, pero sus inusuales propiedades, por razón de no poder ser incluidas en los razonamientos ortodoxos y sobre todo por requerir del replanteo de la existencia de un fondo de referencia, que supimos llamar Éter y ahora Nube Cuántica Primordial, no han sido objeto del análisis teórico que corresponde a su importancia.
Son conocidos los experimentos realizados a lo largo del siglo XX tratando de comprobar la relación entre Giróscopo y Gravedad, utilizando diversos y variados mecanismos, que básicamente consistían en un anillo rotatorio, compuesto de imanes, electrones o plasma.
Estos anillos, rotados a la máxima velocidad que permitían los dispositivos, mostraron sin duda alguna que tal relación existe, y puede ser medida.
La gravedad se altera, disminuyendo su valor, hasta un máximo de 25%, aproximadamente. No ha sido posible superar estos resultados, seguramente por la índole práctica de los dispositivos y las pérdidas relacionadas con sus aspectos constructivos.
Tenemos entonces un dato objetivo: la Gravedad está relacionada con anillos magnéticos y eléctricos en rotación.
Si esto es verificable a velocidades muy inferiores a las de la Luz, podemos deducir los superiores resultados que se alcanzan en los anillos electrónicos y protónicos, donde no hay factores limitantes.
La primera consecuencia que resulta de este proceso deductivo es que debemos replantear la existencia de un estado primordial, que como hemos visto, es la condición necesaria para justificar tanto la aparición y conformación de los anillos electrónicos y protónicos, las propiedades del giróscopo elemental, como la manifestación de Masa Inercial y Gravedad Celular.
Este Campo de Fondo, Nube Espacial, Nube Cuántica Primordial, etc., puede entenderse como el primer escalón en la creación del Universo visible.
Etapa previa a la Materia y la Energía.
Con respecto a esta última, conviene recalcar que su esencia es entrópica. Es decir, que una vez manifestada, sobre todo en forma de agitación, irradiación o movimiento, su destino final es la paralización total y el cero absoluto.
Lo que contradice la ley de conservación de la energía.
Postulado: el carácter Entrópico de la Energía Electromagnética nos dice que su destino final es el Cero Absoluto y la cesación del Movimiento
La Nube Cuántica Primordial no es un Campo. Tampoco son partículas.
Ambas manifestaciones, campo y partículas, son resultados de la conformación de Materia y Energía a partir de aquella.
Definir la esencia de esa Nube nos pone en dificultades, toda vez que se trata de un estadio de la naturaleza al que no podemos acceder con nuestros sentidos o instrumentos.
Nuestro límite está, por ahora y quizás para siempre, en las partículas elementales y sus elementos asociados.
Resulta por lo tanto sorprendente, que desde la más remota antigüedad, filósofos que no disponían de nuestros conocimientos materiales y físicos; que apelaban a procesos deductivos desconocidos por nosotros, que somos supuestamente más civilizados e instruidos, pudiesen definir aspectos de la naturaleza que todavía son objeto de estudio y prospección por nuestros científicos.
Es por lo tanto evidente que hay otro camino alternativo para el desarrollo de nuestro conocimiento, que hoy está limitado a los formulismos y experimentos que tanto nos complacen realizar.
Camino al que hemos renunciado por prejuicio y al que sistemáticamente rechazamos y negamos, aún ante evidencias que deberían hacernos reflexionar.
Una segunda consecuencia se alcanza a partir de la postulación del origen de la Masa, como derivada del movimiento del giróscopo elemental, que nos introduce en el complejo campo de las partículas artificiales, aquellas engendradas en los dispositivos aceleradores o radiación exterior, donde se han obtenido valores de masa muy diversos y cuya interpretación es todavía objeto de controversias.
En primer lugar es conveniente recordar que entre Electrón y Protón existe una diferencia de masas de alrededor de 1800 veces.
Tanto la física clásica como la cuántica no tienen una explicación para las masas respectivas, lo que ha derivado, como es ya una costumbre (mala costumbre) en definirlas como "intrínsecas".
Nuestra teoría de generación de Masa postula que la diferencia entre ambas masas deriva de los diferentes diámetros de las partículas y de la cantidad de espiras que constituyen las mismas.
O lo que es lo mismo, de sus diferentes estados Vorticiales.
El Electrón posee un diámetro 600 mayor al Protón, pero esta relación se invierte con la cantidad de espiras.
Recordemos que el Protón es en última instancia un electrón arrollado sobre sí mismo de tal manera de reducir su diámetro y aumentar sus espiras.
Una condición para la existencia de Masa es la rotación anular vorticial.
Cuando en condiciones extraordinarias, en el caso del Protón, tal rotación es frenada transitoriamente por choque, en forma parcial o total, aparecen valores de Masa que se encuentran entre las de Electrón y Protón.
Un caso extremo y singular se encuentra cuando dos partículas idénticas, por ejemplo dos electrones, a consecuencia de la colisión, se relacionan de tal manera que sus rotaciones se anulan transitoriamente, por inversión de rotación del anillo o por superposición física invertida, provocando la apariencia de la anulación de la masa, la carga, el Epsín, etc.
Tal anulación es engañosa y está basada en lo elemental de nuestros detectores.
Al cabo de un tiempo, la tendencia natural de ambas partículas logra imponerse y se separan de forma diversa.
Una de las más espectaculares y que ha dado origen a una interpretación errónea, es cuando la separación se efectúa en sentido y características opuestas.
Ello parecería indicar que las partículas son de propiedades inversas y que una de ellas es antimateria. Denominación poco feliz, por las consecuencias originadas.
Nada de eso es real. Solo son dos partículas asociadas por la energía del impacto, que obliga a una de ellas a invertir su posición relativa y al mismo tiempo superponerse a otra similar.
Postulado: la denominada Antimateria es solo el resultado de la inversión relativa y temporal de las características básicas de una partícula, a consecuencia de la colisión en los aceleradores, artificiales o naturales. Esta condición es inestable y de corta duración.
Las partículas artificiales de masas intermedias son el resultado de colisiones que quitan a los Protones y suman a los Electrones, parte de sus anillos, creando formaciones singulares, en las que se pueden encontrar valores alterados de Masa y carga, creando así la apariencia de la existencia real de una nueva partícula.
Apariencia que se desvanece al cabo de un instante.
En un trabajo anterior ( www.monografías.com : El Corrimiento al Rojo) se postula que los Fotones son segmentos de anillo de Electrones Anulares y en circunstancias excepcionales, de Protones Multianulares.
Estos segmentos gozan de las propiedades del anillo electrónico siempre y cuando formen parte de él. En el momento de irradiarse, dejan de girar para solo vibrar.
El nombre popularizado para estos segmentos de anillo es Fotón.
Su capacidad de reunirse con otro anillo electrónico depende de las condiciones de irradiación, entorno general, frecuencia irradiada, etc.
Y en tales circunstancias, pueden contribuir, al asociarse, a generar una masa distinta y mayor a la del Electrón Anular al que se integran. Tal estado es, como sucede con estos eventos producto de choques, transitorio y artificial.
Postulado: en los sistemas acelerados, artificiales o naturales, resulta posible diseñar el experimento de tal manera de producir a voluntad, partículas artificiales y temporales, que reúnan las exigencias requeridas por la teoría, con la sola limitación de las energías puestas en juego.
Lo que en lenguaje cotidiano significa jugar a la Naturaleza o a Dios, como se desee designar esta operación.
Pero los resultados se desvanecen con la misma rapidez con que fueron creados, lo que deja como imposible la opción de incorporar estas novísimas partículas al campo de las partículas elementales. Que por definición son estables.
Esta deformación teórica, que incorpora como estables a partículas que no lo son, ha contaminado toda la teoría actual y hace que lograr aclarar el panorama global se constituya en una tarea casi imposible, de no mediar una profunda revisión teórica.
Más aún. La puesta en marcha de nuevos aceleradores, en una carrera solo limitada por los aportes de fondos económicos, parece llevar al infinito la creación de nuevos engendros, poniendo a nuestro conocido Frankestein en una posición de principiante.
Otra de las consecuencias de estas nuevas postulaciones es la posibilidad de establecer con claridad y objetividad, definiciones sobre partículas y campos, evitando toda nebulosidad o arbitrariedad.
Un ejemplo claro de esta nueva posibilidad es el Fotón, que de acuerdo al humor del teórico interesado, puede ser partícula o no; poseer masa o no, etc.
Partiendo de la postulación que un Fotón es un segmento de anillo de Electrón Anular expulsado por el mismo, bajo condiciones de excitación electromagnética exterior, se deduce entonces que no posee Masa ni es una partícula. Toda ambigüedad desaparece.
Es posible reconocerle forma física a este elusivo y crítico elemento y con ello contribuir a solucionar antiguos enigmas, tales como la propagación de la Luz; el fenómeno del corrimiento al Rojo, etc.
La forma física del Fotón o segmento de Electrón anular es la de una cuerda vibrante, cuya longitud depende de las características del electrón en consideración, la frecuencia excitante, el medio donde se encuentra el electrón, etc.
Esta cuerda no retiene el impulso de rotación del anillo original. Solo vibra en función de su frecuencia, relacionada a su vez con sus dimensiones.
Existe una diferencia básica entre la cuerda que compone un segmento (Fotón) y las "cuerdas" postuladas recientemente en las novísimas teorías de cuerdas.
Estas últimas parecen pertenecer a la Nube Cuántica Primordial, es decir no se han manifestado como Masa o Energía.
Las que componen el anillo de un Electrón o Protón, como segmentos o fotones, ya están integradas a la Materia.
Hay una diferencia cualitativa entre ambas.
Los componentes cuánticos de los anillos, que pasaremos a llamar Cuerdas Cuánticas, traen consigo, desde su anterior etapa, la Nube Cuántica Primordial, la excitación que les permite, una vez conformado el círculo, desplegar esa energía en forma de rotación anular, que alcanza, la velocidad de la luz.
El proceso por el cual se pasa de los componentes de Nube Cuántica Primordial a partículas elementales, está, por el momento, fuera de nuestra comprensión.
Sin embargo, podemos acudir a la observación, también limitada, de fenómenos similares, para intentar acercarnos a la solución intuitiva del problema.
En la escala cósmica, encontramos un antecedente de referencia: los núcleos de la Galaxias.
Las teorías vigentes, si bien reconocen que estos núcleos son los formadores de nuevas estrellas, dejan sin resolver adecuadamente el dilema del origen de la materia que este proceso demanda.
Se alude muy tangencialmente a que este material proviene de polvo cósmico, también de impreciso origen.
Por otro lado se entra en abierta contradicción, con esta teoría de creación y emisión de nuevos cuerpos solares, al postular que, siendo Agujeros Negros, de estos centros no puede emerger nada. Ni luz.
Siendo que la creación de estrellas está probada suficientemente, la teoría del Agujero Negro debe ser puesta en duda.
El núcleo de una Galaxia toma la forma de un "Vórtice", estructura similar en lo exterior, a un remolino terrestre.
Mientras el remolino vincula dos estadios diferentes de energía, procediendo a compensar las diferencias entre los mismos, en un Vórtice la vinculación se establece entre la Nube Cuántica Primordial y la etapa posterior, de materia ya manifestada, condensada en forma de nuevas estrellas.
Este postulado tiene, entre otras ventajas, independizarse de teorías como la del Big Bang, manifiestamente falsas.
El Vórtice no es un simple remolino. Es en sí mismo un proceso complejo, un crisol donde se ejecutan cambios imposibles de realizar con otros procedimientos.
Cuando mencionábamos los cambios sucesivos que aparecían en el anillo Electrónico o Protónico: campos eléctricos y magnéticos, efecto giróscopo, masa inercial y gravedad celular, nos estábamos refiriéndonos al Vórtice y sus maravillas.
Desde siempre, los sucesivos intentos de explicar, primero el sistema solar, luego las galaxias y por último las metagalaxias, han terminado en fracaso.
Las conocidas y al parecer únicas teorías, todas representadas por sucesos de colisión o cataclísmicos, que ignoran situaciones evolutivas, solo han servido para desviar la atención de fenómenos como los estados vorticiales.
La Materia y la Energía derivan de un estadio anterior, más diluido, que abarca y llena el Universo.
Su condensación a través de los Vórtices, constituye el material del cual está construido el Cosmos.
Consultar:
Nuevo modelo Atómico I, II y III
El corrimiento al Rojo (Red Shift) www.edu.red
Autor:
Juan Carlos Bianchi
Investigador
Mar del Plata, Argentina
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