- Resumen
- Análisis de la problemática de la educación artística desde la perspectiva de la Filosofía de la Educación
- Antecedentes de la Educación artística en el pensamiento pedagógico cubano
- Conclusiones
- Bibliografía y notas utilizadas
Apuntes para la instrumentación de alternativas metodológica que favorezcan el desarrollo de capacidades docentes de los Instructores de Arte en su inserción en las escuelas de la Educación Especial
Resumen
El arte se constituye, a lo largo de la historia humana, en parte consustancial de la formación del hombre, se refleja en las formas de actuación, sus sentimientos y emociones, incidiendo directamente en el desarrollo de su personalidad. Uno de los programas que hoy se instrumentan en el plano educativo cubano que se dirigen a este objetivo es el programa de instructores de Arte.
Su alcance ha facilitado que en las escuelas de la Educación Especial se cuente con personal especializado para el desarrollo de la cultura artística de los niños que a ella asisten, lo cual favorece en buena medida la compensación del defecto.
La experiencia científica acumulada en este aspecto demuestra que la educación artística en el niño discapacitado tiene un impacto directo sobre el desarrollo de habilidades, incrementando su validismo y autoestima, condicionando además, patrones adecuados de conducta y comportamiento social, repercutiendo de forma positiva no solo en el ajuste psicológico del niño sino en el de la familia.
INTRODUCCIÓN
El arte se constituye, a lo largo de la historia humana, en parte consustancial de la formación del hombre, se refleja en las formas de actuación, sus sentimientos y emociones, incidiendo directamente en el desarrollo de su personalidad. Desde el triunfo de la Revolución en Cuba ha ocupado un lugar de singular importancia en la vida social, y ha formado parte de la educación integral a todos los niveles.
Una de las grandes obras que nos brindó la Revolución fue el surgimiento de las Escuelas de Instructores de Arte, con el objetivo de preparar personal altamente calificado profesionalmente en todas las manifestaciones artísticas y así poder elevar la cultura a los rincones más intransitables del país.
El programa creado en los primeros años de la Revolución, aunque modestos pero prometedores frutos, se había reducido casi a cero y era imprescindible restablecerlo sobre bases sólidas, con toda la fuerza, los conocimientos y la conciencia revolucionaria que ya nuestro pueblo poseía.
La reorientación del mismo se logra a partir de lo planteado como política y estrategia de la Revolución, al comenzar a disiparse la etapa de crisis económica de la década recién terminada. El proyecto se integra como parte sustancial de una de las cinco líneas directrices de la Batalla de Ideas: La Batalla por la Educación y la Cultura.
El 18 de febrero del 2001, después de seis meses de funcionamiento, quedó inaugurado oficialmente en la Escuela Manuel Ascunce Domenech, en Villa Clara, el Programa de Escuelas de Instructores de Arte. Su misión es "Graduar un bachiller en humanidades con una amplia formación integral, caracterizada por su fidelidad a los principios de la Revolución, su gran amor a la profesión de Instructor de Arte y una elevada conciencia de la necesidad de la misma para lograr que Cuba sea el país más culto del mundo y para preservar el sistema social cubano, así como una elevada cultura general, sólidos conocimientos y habilidades en las asignaturas del Proceso Educativo."
Con su puesta en marcha aparece en la sociedad un nuevo protagonista en el desarrollo de la estrategia para la educación cultural y estética de nuestra población: El Instructor de Arte.
Los principales objetivos que marcarán su desempeño son:
- El desarrollo de talleres de creación y apreciación con todos los alumnos del centro escolar.
- La atención a grupos y unidades artísticas de aficionados.
- La preparación técnico metodológico del personal docente.
- La labor promocional de la cultura artística en la escuela.
- El mejoramiento del entorno sonoro y visual de la escuela.
Estos objetivos se concretan en la práctica profesional de los graduados a partir de la definición de un grupo de funciones que han encontrado carencias en el proceso docente relacionadas con factores tanto objetivos como subjetivos entre los que se pueden precisar.
- No existencia de condiciones y recursos materiales y humanos para el desarrollo de la formación en la medida, grado y niveles de calidad en todos los territorios.
- La complejidad de instrumentar una formación no solo masiva sino esencialmente nueva, con un nuevo concepto de instructor de arte, orgánicamente integrador de componentes humanísticos, pedagógico–metodológico y técnico–artístico.
- Imprecisiones en la concepción y diseño curricular del primer plan del proceso docente para la formación y la adecuada integración entre las asignaturas de la formación general humanística y las disciplinas artísticas y las sucesivas transformaciones para el perfeccionamiento de los planes del proceso docente de todas las especialidades.
- La carencia y/o insuficiencia en algunos territorios, a pesar de los esfuerzos de las comisiones provinciales, del sistema institucional de la cultura y de las organizaciones de intelectuales y artistas, de profesionales capaces de asumir la docencia en las Escuelas de Instructores de Arte, con el rigor y la calidad que exige el proyecto.
En el caso de los señalamientos referidos a las insuficiencias del proceso de enseñanza aprendizaje, es preciso destacar que cuando surge el programa aun no se contaba con toda la información sobre las funciones, objetivos y proyección de trabajo de los egresados, a los programas les faltaban elementos imprescindibles para la formación de un Instructor de Arte, lo que se ha ido perfeccionando anualmente a partir de los análisis que se han hecho al final de cada semestre.
Por otro lado, no se logra de forma óptima la capacitación de los alumnos para desempeñarse como docentes en las distintas escuelas ya que, entre otros elementos, la didáctica que reciben se limita a algunos aspectos y no se detiene en lo referido a una dosificación, a la metodología, de determinadas técnicas o cómo atender un universo de niños o adolescentes a partir del conocimiento de sus características psicopedagógicas.
A los talleres que hoy se implementan y que tienen como centro los elementos de la didáctica sólo se le dedica un semestre para su impartición. El claustro es en su gran mayoría coopera con la escuela y tiene escasa preparación sobre las formas de organización del proceso docente educativo en los distintos subsistemas de la Educación General, por lo que se limita a trasmitir conocimientos inacabados sobre este tema y sin una clara percepción de la realidad.
Por otro lado se circunscribe a las enseñanzas primaria y secundaria para preparar al futuro egresado, sin una visión general de la sociedad y de una concepción de trabajo que incluye, no solo la escuela, sino también el ámbito comunitario y los diversos públicos potenciales, que pueden integrarse en cualquier momento, lugar o manifestación.
Los egresados de la primera graduación fueron ubicados preferiblemente en la Enseñanza Primaria sin poseer todos los elementos didácticos necesarios por lo que les fue difícil cumplir en un grado óptimo todas sus funciones. A partir de la segunda graduación se amplió la ubicación para Escuelas Secundarias Básicas Urbanas, Escuelas Secundarias Básicas en el Campo logrando una mejor preparación y la posibilidad de una mejor interrelación, si se tiene en cuenta que todavía es una edad cercana al instructor graduado.
En el caso de Escuelas de Conductas de categorías I, II y III y de la Escuela de Sordos e Hipoacúsicos no contaban con la preparación para enfrentarse a las dificultades que esta tipología de niño representa, además del dominio de las técnicas y herramientas necesarias que estos centros requieren.
A pesar de estas limitaciones hoy se cuenta con un trabajo en esas escuelas en función del desarrollo de la cultura artística, independientemente de que quiénes lo iniciaron no contaban con toda la preparación y la visión que hoy se tiene. La enseñanza especial hoy carece en muchas de las escuelas de la provincia del personal preparado para, desde la perspectiva de la Educación Artística, favorecer la compensación del defecto.
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