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El sujeto en "Porque ella no lo pidió", de E. Vila-Matas

Enviado por Gustavo Lubatti


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Autor
  3. Personaje
  4. Lector

Introducción

Me entusiasmé con un libro de cuentos que llegó a mis manos por azar. Se trata de Exploradores del abismo, de Enrique Vila-Matas.[1] Y dentro de él, de una manera especial, con Porque ella no lo pidió.[2] Seguramente contribuyó a mi encanto el que inmediatamente antes había leído Borges, el sueño imposible de ser, de María del Carmen Rodríguez. Porque ella no lo pidió es un cuentonovela que reúne motivos muy borgeanos.

Ulteriormente me di cuenta de que desconocía a un escritor importante, y de que al menos mi gusto no había fallado, porque según varios críticos, el autor está entre las mejores plumas de España en estos días.

Voy a limitarme a destacar algunos puntos que me impactaron más dentro de Exploradores del Abismo, relacionados con la constitución del sujeto, como autor, ficcional, y lector. También haré especial referencia a la dialéctica entre escritura y vida que es una constante en la obra de Vila-Matas, y eje de Porque ella no lo pidió.[3]

Autor

Como autor, Vila-Matas afirma en el prólogo y dentro de sus cuentos, que vuelve al género literario de sus inicios. Debe hacer un esfuerzo para acercarse a la carne de sus personajes, que anuncia como comunes, cotidianos, pero que bajo su mirada, no lo serán tanto. Criticado por hacer metaliteratura, teoría de la literatura, en el cuerpo de sus novelas, ahora trabajó para conectar con la experiencia directa. Pero la experiencia directa más intensa para él sigue siendo, tal vez, la literatura. Aunque esta no hubiera dado ese vuelco sino por un suceso de su propia vida, una enfermedad que lo puso al borde de la muerte. De ahí su deseo de asomarse a los abismos, desde aquel lugar.

En sus cuentos inserta elementos autobiográficos, pero sin delimitarlos claramente. Seguramente así como, en sentido contrario, en su vida, y en la de todos, entran elementos provenientes de la literatura. Y como él dice, no solamente de la literatura, sino tal vez de los sueños de otros escritores, y en su caso, también de Borges.[4] Según Fresán, en un excelente artículo, "Si, en (…) el 2000, Vila-Matas todavía intentaba el juego de manos borgesiano ("El autor de mis escritos no soy yo mismo, sino otro personaje, el personaje fantasmal del escritor"), cuatro años más tarde, (…) confesaba: "Hasta no hace mucho yo creía que escribir equivalía a empezar a conocerse a sí mismo; pero a medida que va pasando el tiempo me doy cuenta de que nunca sabré quién soy por culpa de escribir." [5]Pero la situación límite por la que pasó le hizo, según dice, ver su obra anterior como la de otro autor, y querer escribir desde su nueva situación, como un autor diferente. Como es lógico, esto lo consigue solo en parte. Como comenta Fresán, no puede evitar que su ADN literario, por otro lado bastante excepcional, siga determinando su creación. Pero nos da una nueva versión de su preocupación por la relación entre vida y literatura, además de otros motivos recurrentes. Desde un estilo renovado, los cuentos, y su acentuado interés por lo abisal.

Él dice que siempre ha buscado su originalidad "en la asimilación de otras voces. Las ideas o frases adquieren otro sentido al ser glosadas, levemente retocadas, situadas en un contexto insólito." Además invaden sus textos "citas literarias totalmente inventadas, que se mezclan con las verdaderas." Cree que el "papel documental, e incluso el psicológico, [de la novela] han terminado." La cuestión está en "modificar ligeramente el estilo", que se da "a partir de una cierta forma de forzar las frases a salir ligeramente de su significado habitual,(…), y forzar así al lector a que desplace también su sentido." Dando vueltas alrededor de la emoción. [6]En otro artículo se pliega a la idea de que el estilo es más importante que la trama: "Las tramas son sólo unas cuantas, basta con incorporar una cualquiera de ellas y disponer de más tiempo para la forja del estilo. Cuando no ocurre nada termina uno a veces por acordarse de los orígenes de su fascinación por las tramas no convencionales y recuerda cuando descubrió que se podían construir libros libres, de estructuras inéditas, con asociaciones y cavilaciones en torno a centros ausentes…"[7]

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