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Guerra contra las Drogas

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

    1. La Historia
    2. ¡Las drogas, al servicio de la libertad de los pueblos!…
    3. ¡Los giros y las vueltas del destino!
    4. Así se paga…
    5. Ebrio sí… gordo, no…
    6. C’est la vie…
    7. Y beber, fue…
    8. No olvidemos ese detalle…
    9. Una adicción precoz: la adicción pueril a la lactosa
    10. Otras drogas hacen lo mismo
    11. Fin de la lección

    (Parte IV Conclusión) Donde se Discuten los Fariseos Originales en el Uso de las Drogas en América: Sus Presidentes Electos. Donde se Discute una Adicción Imprevista: a la Lactosa… y Donde se Llega a una Conclusión Final, sin que Nadie Pierda su Libertad, o su Visa de Entrada…

    Dr. Félix E. F. Larocca

    Para entender la llamada Guerra Contra las Drogas que, como tantas guerras caprichosas se originaran en los Estados Unidos, es preciso que se examine la esencia política de la oficina misma del Presidente de esa nación y de muchos quienes la han ocupado — sea por sufragio, sea por accidente o, peor aún, sea por decisión controversial de una Suprema Corte de Justicia, manipuleada, y ajena a los intereses de un pueblo.

    G.W.B. Presidente circunstancial…

    Sin dilación o preámbulo, comencemos la lección de hoy.

    Aunque parezca extraño, incontestablemente, los EE.UU. han sido nación bebedora, tabaquera, epicúrea, aficionada al vicio y la prostitución, y consumidora ávida de las drogas. En ese país se distribuye, se vende y se usa la mayor cantidad de drogas ilícitas que en el mundo se producen. Pero, esta nación controversial, es a la vez eminentemente religiosa y crédula. Ahí es donde reside la peculiaridad sorprendente y paradójica que la distingue.

    El término que aquí aplica es, que es nación farisaica.

    La Historia

    En los años 1630s, América era la mayor exportadora de la cosecha del tabaco a Europa. Lo que hiciera a pesar de que muchos de los gobiernos de ese continente impusieran severas penalidades en la prohibición para su uso. En Rusia, a los fumadores les cortaban la nariz y en Turquía se los condenaba a morir.

    Pero, sin resultados… porque todos fumaban… y fumando, seguirían…

    La pasión universal por el tabaco y sus derivados beneficios financieros fueron las bases económicas para el desarrollo de plantaciones de esa hoja en las colonias de Virginia y Maryland. Las regulaciones dirigidas a los vicios en esos dominios, encontrarían resistencias furiosas por los habitantes de las mismas, quienes asimismo desafiaran la interferencia gubernamental con el uso de sus drogas habituales.

    En 1776, la industria del tabaco era tan próspera que asistió al financiamiento de la Revolución. Por esta razón estratégica, el Comando Británico, ordenó una acción de asaltos coordinados, para destruir las reservas de la hoja curtida y para eliminar sus plantaciones. Pero estos esfuerzos fueron vanos. Porque el tabaco continuó cultivándose y vendiéndose como fuera su patriótico deber.

    El General George Washington, uno de los sembradores más prósperos de esta cosecha en su día, exhortaba a sus compatriotas de esta manera: "Si no puedes enviarnos dinero, manda tabaco…" Fue Washington, quien introdujo el uso de la nicotina, para combatir el estrés y la fatiga de batalla en sus milicias.

    La marihuana, virtualmente desconocida como droga recreativa, también aportó devotamente a la causa de la libertad, lo que hiciera con el suministro de sus fibras para la manufactura de telas, papel y amarras para barcos.

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