- El trauma
- El pensamiento mágico
- Rosalía
- Paco
- Las secuelas psicológicas del trauma
- ¿Cómo manejar el trauma?
- La ley de la entropía
- Las reacciones aniversario
- Abel
- En resumen
- Bibliografía
Lo extraño, lo increíble, lo asombroso o lo raro; son asuntos considerados generalmente, como homólogos de la misma idea. Si se buscan otros sinónimos, se encuentran lo insólito, lo pasmoso, lo sorprendente o lo extraordinario — aunque, para nuestro ensayo nos limitaremos a considerar cualquier evento que nos llena de intranquilidad porque no parece originarse en el espacio nomológico.
Trauma
Nos referimos a las cosas que nos atemorizan porque son inexplicables y porque existen fuera de nuestro control y entendimiento.
Esas impresiones, a menudo sorprendentes, nos inquietan porque a la vez nos encaran con la presencia de entidades o de materias, para nosotros irreconocibles o impenetrables. Nos recuerdan de que puede ser que sí, que existen cosas que son o extra o sobrenaturales o que deambulan, por el mundo, como poderes o fuerzas invisibles que influyen o gobiernan nuestros destinos de manera caprichosa ajenas a nuestra influencia y lejos de nuestro control. FEFL en Lo Asombroso y lo Increíble: ¿Por qué Pensamos así?
Cuando algo nos ocurre que nos amenaza la vida o que nos provoca miedos de ser lastimados, el organismo, guiado por estados mentales y por reflejos pre frontales-mesen-cefálicos-hipotalámicos reacciona de modo predecible.
Cuando llega el trauma, la situación de equilibrio se altera, porque el trauma, a diferencia de la presencia del peligro, es una situación inescapablemente ex post facto.
El trauma
El trauma, aunque sea palmario, es siempre súbito y desconcertante.
Por ser sorpresivo, nos produce desorganización y terror. Nos confronta con la realidad de que somos frágiles, vulnerables y finitos — o de que el destino, a veces, parece que nos olvida — porque nos somete a pruebas atormentantes de amargo rigor.
El pensamiento mágico
El hombre primitivo estaba sujeto a permanentes peligros; sus reflejos instintivos eran hacia la acción más que al pensar. Actuaba rápidamente, huyendo, atacando o agrupándose con sus semejantes. El accionar superviviente le impedía producir pensamientos articulados y complejos. Debía dar respuestas rápidas a las amenazas y acechanzas de sus enemigos constantes: la Naturaleza hostil, los otros animales y sobre todo los más depredadores. Los primeros pensamientos fueron una estrategia de defensa pero casi simultáneamente la curiosidad pudo más que el miedo y comenzó a indagar sobre el mundo que le rodeaba.
René Magritte
Entonces son las coincidencias — las que muchos consideran fenómenos inexistentes. En Norteamérica se dice que las cosas adversas vienen en tres…
Una vez que haya habido tres muertes, tres accidentes, tres colapsos, tres fuegos, tres robos, tres secuestros, tres desastres aeronáuticos, entonces, es cuando el Destino se toma un merecido descanso. (Véase: Treating PSTD por J. Lindy).
Rosalía
Andaba sola, camino a su casa, cuando se detuvo a ayudar a un pobre viejo a que cruzara la calle. Este señor, obviamente, estaba impedido por alguna enfermedad que lo confinaba al uso de una silla de ruedas. Cuando comenzaba a empujarlo, las facciones de la mujer cambiaron en alarma, cuando el "anciano", levantándose, sin esfuerzo alguno — de la silla para inválidos que ocupara — la agrediera verbal y sexualmente…
Aterrorizada, Rosalía se desplomó al suelo, perdiendo el conocimiento.
Más tarde, fue encontrada por unas niñas que jugaban por el vecindario. Había sido golpeada cruelmente y la habían violado.
Paco
Nunca había pensado que "El Españolito", como llamaban al padre Romero, le iba a prestar atención — ya que como hijo ilegítimo, no calificaba ni para los sacramentos, ni para nada más en la Iglesia Católica — pero el cura tenía algo menos sacro en su mente carnal — lo tenía a él…
Estrés
Una mañana, cuando, como de costumbre, Paco — niño de doce años — acudía a misa muy de madrugada — lo que hiciera antes de ir a la escuelita local mantenida por misionarios — tuvo un, inesperado, encuentro con el cura de la parroquia.
Sin preámbulos, El Españolito se le acercó:
Dime ¿qué haces por aquí, tan temprano?
Soy el hijo de Zenobia y Marito. Vengo a misa a pedir al Señor que mi papá y mi mamá se casen por la Iglesia.
Y, ¿por qué no lo hacen?
Porque él no consigue el divorcio de su primera mujer, la que tuvo cuando era muy joven.
¿Por qué no te haces monaguillo y me asistes en decir la misa?
Porque no puedo — soy hijo natural.
Ven conmigo. Bésame en los labios, como hizo Jesús con sus apóstoles, y yo te enseñaré el camino de la salvación. Déjame tocarte ahí abajo, para que aprendas a que otros no te toquen…
Los traumas pueden ser tan variados, como variados son, los eventos y las personas quienes los causan, y las víctimas quienes los sufren.
Las secuelas psicológicas del trauma
Una vez que la situación devastadora sobreviene, la víctima entra en un estado de confusión y shock y, lo que es peor, de escepticismo y desesperanza, ya que sus Ur-defensas han fallado en prevenirla.
Rabia y resentimiento emergen de modo inesperado.
Rabia ésta, que se dirige, de niño, hacia los padres, o figuras paternas — o a Dios en el adulto creyente — por no haber previsto la situación traumática y por no haber evitado el dolor y la confusión resultante.
¿Por qué a mí? Es la pregunta angustiada que ahoga a la víctima de la tragedia.
El individuo traumatizado, sufre de una injuria severa a su narcisismo — injuria, que por no ser leve, será una que no que se esfumará como por arte de magia — injuria que tiende a persistir y, que, con el transcurso del tiempo, puede agravarse.
Trastorno de estrés post-traumático
La mayoría de las personas traumatizadas prefieren — como reacción de defensa — suprimir el impacto de la situación y negarlo.
"Cosas peores pasan en la vida". "Por lo menos, estamos vivos". ¿Qué importa un accidente?, éstos ocurren todo el tiempo". "La muerte es parte de la vida". "Es la voluntad del Señor…"
Pero todas estas afirmaciones se hacen solamente en servicio a un ego que ha sido forzado a vivir una situación de inefable angustia y dolor — situación que nadie desea para otros, y menos, para ellos mismos.
Ignorar el shock es un error muy costoso…
¿Cómo manejar el trauma?
Primero, es la parte de reconciliar los impactos del pensamiento "mágico".
Para hacerlo, primero, analicemos los eventos serenamente (si es que podemos lograrlo) y estudiemos sus significados: ¿vinieron en tres? — ¿otros también sufrieron situaciones paralelas a la nuestra? — ¿cómo fue que nos sucedió? — ¿pudimos haberlo evitado? Reconociendo que nos pasó, permitámonos percibir el impacto de la rabia que sentimos por ser víctimas de un arbitrario Destino que nos señalara que somos meros títeres insignificantes antes sus designios inmutables — algo que nos cuesta mucho aceptar o admitir.
Hablemos con nuestros amigos muy cercanos o, si lo tenemos, con nuestro terapeuta, de sus dimensiones negativas — pero, hacerlo con amigos casuales es un error táctico, porque ellos, secretamente, a veces, se alegran de nuestros contratiempos y adversidades (schadenfreude). Por ello, hay que ser discreto…
Si, como tantos, nos sentimos dichosos con nuestra vida, entendamos que para muchos, nuestras miserias son evidencias de que no somos ni tan especiales ni tan esenciales.
Preparémonos para escuchar el lenguaje inconsciente de los sueños, donde los constituyentes, de los elementos del trauma, serán revividos en el lapso de consciencia de dormir.
Preparémonos para sufrir del insomnio. Un estado de vigilia que nos recuerda que nuestros egos fueron sacudidos en sus bases fundamentales.
Cuando nos retiremos, yaciendo despiertos en la cama, si no podemos conciliar el sueño, dejemos que la mente reviva la situación donde fuéramos traumatizados — parece contradictorio, pero ayuda a que logremos dormir.
No evitemos, como tantos hacen, retornar a la escena del trauma. Visualizarla nos restaura el equilibrio final.
Memorias que quisiéramos poder borrar…
La ley de la entropía
Cuando Newton formulara sus tres leyes de la termodinámica, nunca pudo anticipar o concebir la importancia filosófica que tendría la segunda de sus leyes — que establece, que todo sistema estable, invariablemente, progresa a la inestabilidad. (Véase mi artículo: El Principio Físico de la Entropía y sus Aplicaciones al Entendimiento de las Incertidumbres Humanas).
Basados en ese precepto cósmico — sino divino — debemos esperar, con anticipación valerosa, que cuando todo nos marcha de buena manera, que, pronto, algo — inevitablemente — irá mal.
Los chinos de antaño, cuando todo les fuera bien, solían salir a los montes lamentando, a gritos, sus "miserias" para aplacar la envidia de sus deidades.
Entonces, no la opongamos con nuestro amargor, porque la entropía es meramente una ley ineluctable de la física cosmogónica y nada más.
Adoptemos la creencia en el principio de la entropía como parte esencial de nuestras existencias temporales — presumiendo aquí que reveses, siempre, nos sobrevendrán.
Es la realidad.
Ahora hablaremos en breve de
Las reacciones aniversario
Cuando la fecha, o conmemoración, de la muerte de un ser querido, o de un evento traumático se aproxima, muchos de los sobrevivientes, a menudo sin darse por entendidos, reportan — en anticipación de la ocasión — un retorno de las angustias, aprensiones y miedos que sintieran durante la crisis que los estremeciera. George Pollock nos dice que este fenómeno constituye una respuesta al duelo que aun busca resolución final, aconsejándonos que lo expresemos, sin miedos y como asunto normal. (Véase: Anniversary Reactions por G. Pollock).
La aparición típica puede suceder mucho antes de la fecha misma y puede estar señalada por síntomas de ansiedad, pesadillas, flashbacks, inquietudes, depresión, irritabilidad, aprensión y miedos inexplicables.
Un aspecto positivo de tales eventos de recolección, es que en sí pueden resultar en proveer a las victimas con una ocasión curativa y una oportunidad para llevar a un cierre final al trauma que los desmoralizara.
A este fenómeno se refirió Freud en su obra La Interpretación de los Sueños, llamándolo "el retorno de lo reprimido" — ya que su presencia es inconsciente.
Abel
Nunca se llevó bien con su padrastro a quien consideraba un "arrimado" porque su madre, lavando y planchando para los vecinos, lo mantenía.
Un día, cuando el padrastro se encontraba ausente, Abel soñó que éste había muerto en una balacera — como la que viera en una película de cine a la que fuera con unos amigos.
Al día siguiente, o quizás serían días después, cuando las noticias de la muerte a tiros del subrogado padre les llegaron.
Abel juraba que la fecha fue un siete de febrero
Por muchos años, y cerca del siete de febrero, el joven sufriría síntomas de pánico que tenderían a remitir espontáneamente días después.
Le molestaba más, porque, aún, durante su análisis de entrenamiento, no pudo dar con su origen.
Sólo bastaría oírlo descrito, durante una charla que George Pollock nos diera en el Instituto de Chicago — a la cual Abel asistiera — para que este síntoma tan molesto se evanesciera.
Con esta nota de optimismo, concluimos esta parte de nuestra lección.
En resumen
En esta ponencia examinamos el elemento dominante de las experiencias traumáticas y de su impacto en la vida de todos los seres humanos.
Un trauma puede ser tan devastador como quien lo sufre le permite serlo.
Cuando algo infortunado e inesperado nos acaece, manejémoslo como si fuera asunto que esperábamos.
Reconozcamos que los sistemas físicos, de los cuales formamos parte constituyente, exigen que lo inoportuno sólo busca la oportunidad para hacerse oportuno.
Temamos, no lo que nos estremece; sino en vez, hagámoslo aliado de nuestros esfuerzos para lograr una supervivencia sin temores y sin miedos a los caprichos del Destino.
Aceptemos las cartas que el azar nos sirve en la mesa de del "casino" alegórico de nuestra existencia mientras que las usamos para imponernos en el "juego de la vida" a todo coste…
Como nos decía don Camilo, en su epigrama famoso: "Son vainas inmundas pero hay que aceptarlas…"
Consejeros de trauma…
Como parte de nuestro propósito, en esta presentación, hemos descrito técnicas prácticas para contrarrestar los efectos de la llamada "secuela post-traumática", alejándonos resueltamente de la introducción — para asistir en su resolución — de la asistencia de los "consejeros de trauma", variedad de trabajador social que, con calificaciones exiguas, a menudo hacen, colectivamente, más daño que los "beneficios" que pretenden dispensar.
El importante reconocimiento de las reacciones aniversario, asimismo se enfatiza, haciendo hincapié en los beneficios derivados cuando las aceptamos, haciéndolas aliadas a nuestros sentimientos y memorias reprimidas.
Finalmente, ponemos en relieve, las leyes físicas como partes de nuestras vidas, destacando específicamente la ley de la entropía.
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, FEF: Lo Asombroso y lo Increíble: ¿Por qué Pensamos así? en monografías.com
Larocca, FEF: Magia, Forma Arcaica de Explicar Nuestros Misterios en monografías.com
Larocca, FEF: El Insomnio y Cuando Sueños (sueños) no lo Son en monografías.com
Larocca, FEF: El Determinismo Cósmico en monografías.com
Larocca, FEF: Estrés Post-Traumático (TEPT)… en monografías.com
Larocca, FEF: Abecedario "L" es por Ludopatía: La Adicción al Juego es Otra Enfermedad en monografías.com
Larocca, FEF: Abecedario "U" es por Ur-defensas, Utopía y Destino en monografías.com
Pollock, G: Anniversary Reactions, Trauma and Mourning (1970) Psychoanalytic Quarterly 39:347-371
Masacre en Corea por Pablo Ruiz Picasso
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca