Las negociaciones y el encuentro entre Kennedy y Kruschev en Viena en 1961 no sirvieron para mover la posición occidental ("three essentials") expresada por el presidente norteamericano en julio de 1961: mantenimiento de la presencia occidental en Berlín occidental, mantenimiento del derecho de acceso, libre elección por parte de Berlín oeste de su régimen político.
La aceleración del ritmo de huidas a la zona occidental precipitó que el 13 de agosto de 1961 se iniciara la construcción de un muro que separaba ambas zonas de la ciudad y aislaba completamente al Berlín occidental. El "Muro de la Verguenza" indignó a la opinión pública occidental, desacreditó aún más la postura soviética y se convirtió en el doloroso símbolo de la guerra fría y de la opresión totalitaria comunista.
El muro que pronto se convirtió en un muro de cemento de 5 metros de alto, coronado con alambre de espino y vigilado por torretas de vigilancia, nidos de ametralladoras y minas. Este complejo sistema de muros, vallas electrificadas y fortificaciones se extendió a lo largo de 120 kilómetros, separando a la ciudad y rodeando completamente a Berlín occidental.
A lo largo de su historia (1961-1989), aproximadamente 5000 personas consiguieron cruzar arriesgando sus vidas. Un número similar de alemanes orientales fueron capturados mientras lo intentaba y 191 murieron en su intento de acceder a Berlín occidental.
Las revoluciones que en 1989 derribaron a los gobiernos comunistas en las "democracias populares" y barrieron el sistema comunista de Europa tienen su mayor símbolo en la apertura del muro el 9 de noviembre de ese año. La caída del mayor símbolo de la guerra fría es uno de los momentos clave de la historia del siglo XX.
En 1945, al término de la segunda Guerra Mundial, los vencedores de Alemania (Estados Unidos, la entonces Unión Soviética, Inglaterra) ocuparon y dividieron, para su control, el territorio alemán. Esta divisón fue una consecuencia directa del conflicto armado entre los poderosos del mundo: ninguno de los vencedores quería que el antiguo régimen facista volviera a adquirir poder. Los Estados Unidos y la Unión Soviética (ahora Rusia) acordaron ocupar el país para después hallar un régimen pacífico y de libertad para los alemanes. Muy pronto se vio claro que las potencias vencedoras no podían ponerse de acuerdo sobre una política de ocupación común. En definitiva, detrás de todo este proceso estaba la rivalidad ideológica de dos sistemas sociales opuestos y la política expansionista del gobierno soviético de entonces.
Berlín, la capital, también fue dividida. La división física de la ciudad se consumó en agosto de 1961 con la construcción de un muro comunista de separación, motivada por el hecho de que el régimen de la República Federal Alemana no podía frenar de otra manera la creciente corriente de fugitivos que querían desplazarse al otro lado de Berlín. Desde 1961 hasta 1989 Alemania estuvo separada. Lo difícil de esta creación de fronteras en un mismo país fue que mucha gente, en un corto periodo, tuvo que separarse de sus familias (que podían vivir simplemente en el otro lado de la ciudad); muchos tabajadores se quedaron sin empleo por la construcción del muro, y sobre todo fueron instaurados sistemas sociales que separaron no sólo a los ciudadanos alemanes en su territorio, sino también en creencias, en afectos y en formas de vida; todo esto sin consultarlo previamente. Las resoluciones para Alemania se tomaron en el seno del conflicto entre las potencias más fuertes, Estados Unidos y la Unión Soviética, que se disputaban el poder del mundo a través de una carrera armamentista que preocupaba por la constante amenaza de una guerra nuclear. Con la construcción del Muro de Berlín, surgieron dos países. En el oeste (República Federal de Alemania) y en el este (República Democrática Alemana), existían sistemas de gobierno, ordenamientos económicos, ejércitos y compromisos de alianzas diferentes. Los ciudadanos de ambos Estados disponían de pasaportes distintos, aunque según la concepción jurídica occidental, todos tenían la misma nacionalidad alemana.
Durante la existencia del Muro, que fue de casi cuarenta años, muchas personas intentaron cruzar las fronteras por estar en desacuerdo con el régimen que les había sido impuesto. Los ciudadanos intentaron escapar de muchos modos: a través de túneles o saltando el muro desde ventanas cercanas. Algunos lograron salir, otros fueron encarcelados o murieron en el intento. En la década de los ochenta, la Unión Soviética expresó al mundo el comienzo de sus reformas al régimen socialista, con el canciller soviético Mijail Gorvachev. Ese fue el inicio de una ola de protestas, de movimientos sociales que acabaron por transformar el bloque socialista, hasta casi desaparecerlo. Entre los países que protestaron en contra de su sistema de gobierno, y en contra de la división, estuvo la República Democrática Alemana. En 1989, bajo la presión del mundo, el gobierno aceptó la apertura de fronteras y el derrumbamiento del Muro. Después de varias décadas muchas personas volvieron a ver a su familia, y pudieron por fin, salir de un país que les cerraba la libertad de tránsito. El Muro cayó, sin embargo todo había cambiado.
El estado de división política finalizó el 3 de octubre de 1990 cuando la República Democrática Alemana se incorporó a la República Federal dejando así de existir cuatro décadas después de su fundación.
Derribado el muro de Berlín en 1989, las posturas también se hicieron opuestas en cuanto al futuro de la Alemania reunificada. Las fuentes, que aquí revisaremos, nos hablarán de cómo, tanto en los momentos que antecedieron a la división de Alemania, así como después de la reunificación, ha habido posturas muy diferentes con respecto a las resoluciones tomadas para Alemania.
La construcción del Muro de Berlín
Entre 1945 y 1961, alrededor de 3,6 millones de personas habían abandonado la zona soviética y Berlín Oriental. La mitad de esta corriente de fugitivos utilizó Berlín Occidental como vía de paso, lo que supuso un gran problema para la SED, el Partido Comunista de Alemania del Este. Alrededor de medio millón de personas pasaban cada día la frontera en ambas direcciones y de esta manera, podían comparar las condiciones de vida de ambos lados. Solamente en el año 1960, alrededor de 360.000 personas se mudaron de forma definitiva al Oeste. La RDA se encontraba al borde del colapso social y económico.Aún el 15 de junio de 1961, el presidente del Consejo de Estado de la RDA, Walter Ulbricht, declaraba que nadie tenía la intención de construir un muro [Película 0,81 MB]. El 12 de agosto de 1961, el Consejo de Ministros de la RDA anunció que: "Para poner fin a las actividades hostiles de revanchismo y militarismo de Alemania del Este y Berlín del Este, se instalarán en la República Democrática Alemana, incluida la frontera con los sectores de ocupación occidentales de Berlín, controles fronterizos, tales como los que se encuentran en cualquier estado soberano."
A primeras horas de la mañana del 13 de agosto de 1961 [Película 5,80 MB], un domingo, en las fronteras entre los sectores Este y Oeste de Berlín, se erigieron barreras temporales y en las calles que unían Berlín del Este con la parte Oeste, fueron arrancados adoquines y asfalto. Unidades de la policía popular y de la policía de transportes, así como las milicias obreras prohibieron cualquier tipo de tráfico en las fronteras entre sectores.En los días siguientes, los rollos de alambre de espino que se habían estirado entre Berlín Este y Berlín Oeste fueron sustituidos por un muro construido con piedras de grandes dimensiones, por obreros de Berlín del Este, bajo la estricta vigilancia de los guardias fronterizos de la RDA. Las fachadas de las casas de algunas calles, como por ejemplo la Bernauer Strasse, donde las aceras pertenecían al barrio de Wedding (Berlín Occidental) y, las casas al barrio de Mitte, (Berlín Oriental) fueron incluidas en las instalaciones fronterizas. En primer lugar, los trabajadores tapiaron las entradas frontales y las ventanas de los pisos bajos de las casas, de manera que sus habitantes solamente podían acceder a las mismas por la parte del patio, ubicado en Berlín Oriental. Ya en el año 1961, muchas otras casas fueron evacuadas a la fuerza, tanto en la Bernauer Strasse como en otras calles limítrofes.De un día para otro, calles, plazas y casas fueron separadas unas de otras y las líneas de metro y de tren urbano fueron cortadas. La noche del 13 de agosto, el alcalde Willy Brandt declaró lo siguiente delante de la Casa de los Diputados: "(…) El Senado de Berlín acusa ante la comunidad mundial, las medidas ilegales e inhumanas practicadas por aquellos que están dividiendo Alemania, oprimiendo a Berlín Oriental y amenazando a Berlín Occidental (…)".
El 25 de octubre de 1961, tanques americanos y soviéticos se encontraban unos frente a otros, separados sólo por pocos metros de distancia, delante del paso fronterizo Checkpoint Charlie. Guardias fronterizos de la RDA habían intentado controlar la documentación de representantes de los aliados del Este que querían cruzar al sector soviético. Esta medida violó el derecho vigente de libre circulación por toda la ciudad del que disfrutaban los miembros de la fuerzas de ocupación, lo que causó que los tanques de las dos grandes fuerzas nucleares, separados solamente por varios metros de distancia, apuntaran sus cañones los unos contra los otros. Después de tres días, se ordenó la retirada mutua y la libre circulación por el paso fronterizo Checkpoint Charlie quedó restablecida.Durante el tiempo que siguió, las instalaciones fronterizas fueron ampliadas y el sistema de control fronterizo fue perfeccionado. El muro que transcurría por el centro de la ciudad y que separaba Berlín Oriental de Berlín Occidental tenía una longitud de 43,1 kilómetros. Las instalaciones fronterizas que separaban Berlín Occidental del resto de la RDA, tenían 111,9 kilómetros de longitud. Más de 100.000 habitantes de la RDA intentaron huir, bien a través de la frontera entre las dos Alemanias o a través del Muro de Berlín. Varios cientos de ellos fueron abatidos por los disparos de los soldados fronterizos de la RDA y otros encontraron la muerte de otra forma durante su intento de huida.
Caída del muro el día esperado
En el día de la conmemoración de los 20 años de la caída del Muro de Berlín, seguimos repasando la etapa de la división de Alemania. En nuestro artículo anterior La División de Alemania, la antesala del Muro de Berlín, vimos cómo el acuerdo entre los países aliados se rompió rápidamente. Había terminado la Segunda Guerra Mundial pero un nuevo conflicto nacía: la Guerra Fría.
La Guerra Fría fue el conflicto que se desencadenó en la segunda mitad del siglo XX entre Estados Unidos (líder del mundo capitalista) y la Unión Soviética (líder del mundo socialista). Para 1949, la disputa alrededor del tema de la División de Alemania ampliaba las diferencias.
La República Democrática Alemana (socialista) y la República Federal Alemana (capitalista) tenían muy diferentes sistemas políticos y económicos. Esto provocaba una difícil convivencia en la dividida ciudad de Berlín. La frontera estaba fuertemente custodiada por el ejército.
Aún así muchos pobladores de Berlín Oriental intentaban burlar los controles para emigrar a Berlín Occidental. A raíz de esto, la frontera cada vez se hacía más rígida: guardias, vallas, documentos, permisos especiales. Sin embargo, algunos lograban emigrar en forma clandestina.
Interior del Muro de Berlín
La República Democrática Alemana implementó una medida verdaderamente impactante. En 1961, levantó –en una sola noche- el Muro de Berlín. Una pared de 120km de largo, que dividía Berlín Oriental de Berlín Occidental. Un complejo sistema de defensa que combinaba una mole de cemento, pistolas automáticas, torres de vigilancia, alambres de púas, alarmas y trincheras.
Entre 1961 y 1989 el Muro de Berlín fue el encargado de dividir dos realidades completamente diferentes. Sin embargo hubo quienes lograron la cada vez más peligrosa fuga. En casi tres décadas, alrededor de 5000 personas lo lograron de las formas más increíbles y arriesgadas. Pero muchos de ellos –se calcula que unas 200 personas- murieron al intentarlo.
Hacia fines de la década del 80 el sistema socialista enfrentaba una seria crisis. En Alemania Oriental, cada vez eran más importantes las protestas populares contra las restricciones que la RDA imponía a su población. En 1989, ante las crecientes presiones, los gobernantes de Alemania Oriental intentaron una apertura parcial.
Manifestando sobre el Muro de Berlín, el 10 de noviembre de 1989
Pero esto no causó sino más presión y descontento. Finalmente, el 9 de noviembre de 1989 se oficializó la eliminación de las restricciones para la salida de los alemanes orientales. Al conocer la noticia, masivamente el pueblo acudió a los pasos fronterizos que conectaban Berlín Oriental y Berlín Occidental, exigiendo pasar al otro lado.
Allí, otra multitud aguardaba. La de los alemanes occidentales que esperaban el encuentro con sus compatriotas. Quizás familiares extrañados por décadas, viejos amigos o simplemente desconocidos, hermanados por el deseo de ver una Berlín unificada. Cuando las puertas se abrieron, fueron los mismos berlineses los que destruyeron el muro con sus propias manos. Con la caída del Muro de Berlín, caía también el gran símbolo de la Guerra Fría.
Autor:
Ronald Ramirez Olano
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