Biografía corta
1881. Nació el 25 de octubre en la ciudad de Málaga, España. Su nombre completo fue: Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso. Fue el primer hijo de José Ruiz Blasco y María Picasso López. Su padre fue profesor de dibujo en la escuela de Málaga llamada San Telmo.
1889. A los ocho años, tras una corrida de toros y bajo la dirección de su padre pintó El pequeño picador amarillo, su primera pintura al óleo, de la que nunca se separó.
1891. Llegó con su familia a La Coruña, donde su padre fue nombrado profesor de la escuela de bellas artes.
1892. Ingresó en la escuela de bellas artes de La Coruña donde estudió dibujo.
1894. Creó un periódico personal, ilustrado con retratos y caricaturas. Pintó los primeros retratos de su familia y otros modelos.
Retratos
El pequeño picador
Pablo Picasso desde niño soñó con una gran obra que reflejara, tal y como él quería, el mundo del toreo. Sin embargo, pese a la gran cantidad de cuadros que realizó en torno al mundo de los toros y el toreo, el pintor siempre pensó que no había conseguido reflejar plenamente aquello que deseaba en sus series sobre la tauromaquia.
La enorme fascinación del artista por la figura del toro y el torero se confirma al comprobar que el tema de su primero y último lienzos de su producción pictórica fueron el Pequeño picador amarillo de 1890, y su Autorretratos torero de Aviñón.
Autorretrato
Museo de Barcelona 1896. Óleo sobre tela, 32,7 × 23,6 cm.
Picasso pintó este cuadro en la misma época en que hacía numerosos retratos de sus padres. En todos esos retratos se observa un esfuerzo por captar la esencia del ser humano. Sin dejar de lado el academicismo formal.
Esta es una obra más espontánea, con pinceladas más impetuosas. El trazo enérgico denota la habilidad adquirida por el joven Picasso y representa, en su concepción y factura, un paso decisivo, ya lejos de los primeros tanteos de La Coruña.
Padre de Picasso
Museo de Barcelona 1896. Acuarela sobre papel, 25,5 × 17,8 cm. Cuando pinta este retrato, Picasso tiene 15 años.
José Ruiz Blasco (1838-1913), profesor de la Escuela de Bellas Artes y pintor, es uno de los modelos preferidos del joven Picasso hasta el año 1899. En estos periodos de formación, la relación entre padre e hijo es muy estrecha. El padre impulsa su vocación artística y tutela los pasos de su proceso de aprendizaje. En 1943, confiesa a Brassaï: «Cada vez que dibujo un hombre, pienso, sin querer, en mi padre […] Para mí, el hombre es don José, y así será toda mi vida. Los retratos que Pablo hizo de don José son algo más que rutinarios estudios de un modelo. Comunican sentimientos contradictorios, como el amor filial, el orgullo, la lástima y la mezcla de culpabilidad y redención que cualquier alumno adolescente sensible siente por el querido y viejo profesor al que supera. El padre fue el modelo para la figura del médico de Ciencia y Caridad
Madre de Picasso
Museo de Barcelona 1896. Pastel sobre papel, 49,8 × 39 cm.
El padre, la madre y la hermana se convierten en modelos habituales. Uno de los retratos más hermosos es el que dedica a su madre, María Picasso López, con la que siempre estará muy unido. No tardará demasiado tiempo en hacer prevalecer el apellido materno, hasta convertirlo en firma única en la mayor parte de sus obras.
El retrato capta el momento en que la madre, de perfil, descansa medio adormecida, con la cabeza ligeramente inclinada hacia delante y los ojos cerrados, recreando una atmósfera plácida. El buen uso de las técnicas del dibujo y la acertada aplicación del color, sobre todo en los reflejos lumínicos del rostro de la mujer y en la textura de la tela de la camisa blanca, realzada por trazos de un blanco álgido, hacen de este retrato una obra destacada del periodo de formación del artista.
La tía Pepa
Museo de Málaga 1896. Óleo sobre tela, 57,5 × 50,5 cm.
La retratada es Josefa Ruiz Blasco (1825-1901), hermana de su padre. El juego de luces, que destaca el rostro de la indumentaria oscura y de un fondo en penumbra, y el tratamiento más esbozado de éstos, a favor de una concentración en la expresión de la cara, hace de esta obra un retrato de una profundidad psicológica sorprendente. El realismo crudo del rostro, así como el tratamiento cromático y lumínico, denotan una clara influencia de la tradición retratística española de Ribera y, sobre todo, de Velázquez.
1895. La familia Ruiz deja La Coruña. Visita el Prado por primera vez y dibuja obras de Diego de Silva y Velázquez. Ingresa en la escuela de bellas artes de Barcelona (La Llotja) y vive cerca con su familia.
1896. En los veranos de 1896 y 1897, el paisaje adquiere una gran importancia dentro de la obra de Picasso. La estancia de la familia en la finca que los padrinos de Pablo, los Blasco Alarcón, tienen en Llanes (Málaga) le ofrece la oportunidad de llevar a cabo un estudio exhaustivo de las montañas de Málaga y sus alrededores.
Paisaje montañoso es el más importante de esta etapa. La pincelada pastosa y espesa que aplica, junto con la ausencia de línea, sustituida por la combinación de pinceladas de colores vivos y con una intensa luminosidad, marcan su primer distanciamiento de las enseñanzas académicas. La pincelada inclinada y el acertado uso de tonos ocres se convierten en unos excelentes vehículos de captación de la aridez del trozo de campo representado.
Paisajes
Casa de campo
Museo de Picasso de Barcelona 1898. Óleo sobre lienzo. 33 x 44 cm.
Vista de Alicante desde un barco.
El más del Quiquet
Horta de Sant Joan 1898. Óleo sobre tela, 27 × 40 cm.
En junio de 1898, Picasso va a Horta d"Ebre (Horta de Sant Joan, Terra Alta, Tarragona), invitado por su amigo y compañero en la Llotja, Manuel Pallares. La estancia duró hasta enero de 1899, cuando volvió a Barcelona, y le dejará una fuerte huella: «Todo lo que sé lo he aprendido en el pueblo de Pallares», diría Picasso años después.
El contacto directo con la naturaleza favorece la aparición en sus obras de un naturalismo temático y cromático que manifiesta una total libertad de trazo y de pincelada. Es el alejamiento definitivo de las severas reglas académicas.
El ambiente cálido y fresco que se respira en el más del Quiquet queda plasmado con la aplicación de un cromatismo nuevo y una luminosidad radiante. La estructura del mas, de una considerable complejidad geométrica, estimula la creatividad de joven y le permite jugar con las zonas de luminosidad intensa y con las de sombras, así como ejercitar la perspectiva.
Casa en campo de trigo
1896. Hace su primera gran pintura académica, Primera Comunión, Museo Picasso, Barcelona. Pinta corridas de toros y paisajes durante sus vacaciones de verano en Málaga. En Barcelona abre su primer estudio y lo comparte con su amigo de la escuela de bellas artes Manuel Pallarès. Prosigue sus estudios en La Llotja.
1897. Obtiene una mención de honor y medalla de oro por su pintura Ciencia y caridad, Museo Picasso, Barcelona, que expone en Madrid y Málaga. Aprueba el examen de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid. Pasa mucho tiempo en el Prado, donde estudia las obras de artistas españoles del Siglo de Oro, en particular Diego de Silva y Velázquez y El Greco.
Escenas
La primera comunión
Museo Picasso, Barcelona. 1896. Óleo sobre tela
En este primer óleo el color blanco contrasta con el rojo y tonos oscuros, y la joven arrodillada ante el altar atrae todas las miradas. La figura del padre de Picasso aparece como modelo en el cuadro.
Ciencia y caridad
Museo de Picasso Barcelona, 1897. Óleo sobre tela 197 x 249,5 cm.
Sin duda, Ciencia y Caridad es una de las obras esenciales de la etapa de formación de Picasso. Con sólo 15 años. Picasso se siente lo bastante maduro como para dedicarse a ambiciosas composiciones de género y de culminación de la línea académica, cuidadosamente dirigida por su padre, José Ruiz Blasco.
El lienzo representa a un médico y a una monja con un niño, a cada lado de una cama, donde se encuentra una mujer enferma, que se supone es la madre de la criatura. El médico sentado a la cabecera de la cama, toma el pulso a la mujer observando su reloj de bolsillo. La figura del padre de Picasso sirvió como modelo del médico que representa la ciencia, mientras la monja encarna la caridad.
Ciencia y Caridad se enmarca en el realismo social tan presente en los medios más conservadores de la segunda mitad del siglo XIX, de proyección de los sentimientos filantrópicos e interés por el progreso de la ciencia.
Obra de gran tamaño y de composición clásica, está estructurada de modo que todos los personajes se articulan para concentrar la atención del espectador en la enferma. La estrechez de la estancia y el tratamiento lumínico y cromático contribuyen a crear una atmósfera de intimidad y recogimiento.
El diván
Museo de Picasso Barcelona, 1899. Pastel sobre papel. 26.2 x 29.7 cm.
Pareja en patio andaluz
1899
1898. Enfermó de escarlatina y regresó a Barcelona. Pasó una temporada con Manuel Pallarès en Horta de San Juan, un pueblo apartado en el límite de Cataluña con Aragón.
1899. Regresó a Barcelona, reabrió un estudio, comenzó a frecuentar Els Quatre Gats, insignia de la bohemia modernista y lugar en el que realizó su primera exposición individual y se unió a los artistas que frecuentan este café cabaret.
1900. Compartió un estudio con Carles Casagemas. Estampó su primer grabado, de un picador conocido como El zurdo, por estar invertida la imagen, con la ayuda del artista grabador español Ricard Canals.
Realizó sus primeras exposiciones en Els Quatre Gats, con retratos de amigos como Jaime Sabartés, Manuel Pallarès y Carles Casagemas, y de artistas famosos de Barcelona como Ramón Casas y Santiago Rusiñol.
Hizo su primer viaje a París, en compañía de Casagemas, volvió a Barcelona y viajó a Málaga con Casagemas. Regresó a Barcelona.
Els Quatre Gats
El zurdo
Museo de Picasso de Barcelona, 1900.
Exterior de Els Quatre Gats
Museo de Picasso de Barcelona, 1900.
Interior de Els Quatre Gats
Museo de Picasso de Barcelona, 1900. Óleo sobre lienzo. 41 x 28 cm.
Le Moulin de la Galette
Museo de Nueva York. 1900. Óleo sobre lienzo. 90,2 x 117 cm.
Barraca de feria
Museo de Picasso de Barcelona 1900. Óleo sobre tela 38,1 x 46,3 cm
Esta obra fue ejecutada por Picasso durante su primera estancia en París en otoño de 1900. Se enmarca dentro de la serie de obras que Picasso realizó en torno a la vida nocturna parisina. La temática y composición de Barraca de feria hacen referencia a la obra capital de Picasso de su primer viaje a París, Le Moulin de la Galette.
La aplicación de la pincelada es fluida y su disposición crea un juego de insinuaciones en las que la atmósfera del ambiente de los circos ambulantes instalados en París recoge una iconografía anterior y preludia temas ulteriores. Se observa cierto juego con el espectador: la mujer del ángulo inferior derecho está mirando directamente al espectador como si le invitara a participar.
Probablemente, esta es una feria que se instalaba en el Boulevard Clichy de París desde el comienzo de otoño hasta Reyes. Los circos ambulantes de los bulevares de París se convertían en espacios de visita frecuentados por el joven Picasso y sus amigos durante sus primeras estancias en esta ciudad.
Plaza de Barcelona
Museo de arte moderno Prefectura Toyama, Japón, 1900. Pastel sobre cartón. 51 x 69 cm.
En este ambiente Picasso entró también en contacto con el pensamiento anarquista, implantado en Barcelona, la miseria reinante en los barrios bajos de Barcelona, los soldados enfermos y heridos que volvían a España tras la desastrosa Guerra de Cuba. Este caldo de cultivo de violencia social sin duda marcó la sensibilidad de Picasso, que puede ser apreciada en ciertos dibujos realizados entre 1897 y 1901, como: El prisionero, Un mitin anarquista y Temerle a la libertad.
Fuentes
http://www.bcn.cat/museupicasso/es/coleccion/mpb113-113.html
http://www.bcn.cat/museupicasso/es/picasso/crono-flash.html
http://www.bcn.cat/museupicasso/es/coleccion/catalogo.html
Enviado por:
Rafael Bolívar Grimaldos