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Urbanización Sostenible

Enviado por Jesus Torres


  1. Introducción
  2. Urbanización sostenible
  3. El desafío urbano
  4. Ciudades hacia la Sostenibilidad

Introducción

Los núcleos urbanos que surgieron hace siglos como centros donde se gestaba la civilización se han ido transformando en lugares amenazados por la masificación, el ruido, los desechos… problemas que se agravan en las llamadas "megapolis" con más de diez millones de habitantes, cuyo número no para de crecer. El desafío urbano del que habla la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo ha de enfrentar, pues, numerosos y graves problemas: los de contaminación, por supuesto, pero también los que plantea el consumo exacerbado de recursos energéticos, la destrucción de terrenos agrícolas, la degradación de los centros históricos, etc. Puede decirse que las ciudades constituyen hoy el paradigma de la imprevisión y de la especulación, es decir, de la insostenibilidad. Será en las ciudades del siglo XXI –en las que vive ya más de la mitad de la población mundial- donde se decida el destino humano y donde se dicte el destino de la biosfera. No existirá un mundo sostenible sin ciudades más sostenibles, construidas y gestionadas con tecnologías eco-amigables. Es necesario, pues, conciliar urbanización y Sostenibilidad, desarrollando propuestas que garanticen el avance hacia ciudades que contribuyan a la transición a la Sostenibilidad y con ello la continuidad de la especie humana y de las futuras generaciones.

Urbanización sostenible

La palabra ciudadano se ha convertido casi en sinónimo de ser humano, hablamos de civismo, de educar en la ciudadanía, de derechos y deberes de los ciudadanos.

Y en ese sentido, tan ciudadanos son los habitantes de una gran ciudad como los de una pequeña población rural.

La educación, la sanidad, el acceso a trabajos mejor remunerados, la oferta cultural y de ocio, todo llama hacia la ciudad en busca de un aumento de calidad de vida.

En tan solo 65 años, señala la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo (CMMAD, 1988), la población urbana de los países en desarrollo se ha decuplicado. Si en 1900 sólo un 10% de la población mundial vivía en ciudades, 2007 será el primer año de la historia que habrá más personas viviendo en áreas urbanas que en el campo, según señala el informe de Naciones Unidas "UN-hábitat: el estado de las ciudades 2006-2007", añadiendo que en 2030, si se continua con el actual ritmo de crecimiento, de una población de unos 8100 millones de habitantes, más de 5000 vivirán en ciudades.

Una tendencia confirmada así mismo por los resultados del estudio de la London School of Economics en el que se señala que el 75% de la población vivirá en un área urbana en el año 2050.

Y ese aumento rapidísimo de la población de las ciudades no ha ido acompañado del crecimiento de infraestructuras, servicios y viviendas; por lo que, en vez de aumento de calidad de vida, nos encontramos con ciudades literalmente asfixiadas por el automóvil y con barrios periféricos que son verdaderos "guetos" de cemento de una fealdad agresiva, o, peor aún, con asentamientos que crecen como un cáncer, sin agua corriente, ni saneamientos, ni escuelas, ni transporte. Según el informe de Naciones Unidas citado, la población chabolista alcanzará en 2007 los mil millones de personas.

Una población creciente se ve así condenada a vivir en barrios de latas y cartón o de cemento, que provocan la destrucción de los terrenos agrícolas más fértiles, junto a los cuales, precisamente, se empezaron a construir las ciudades. Una destrucción que deja a los habitantes de esos barrios en una casi completa desconexión con la naturaleza. A merced de sufrir las consecuencias de catástrofes naturales.

Las noticias de casas arrastradas por las aguas o sepultadas por aludes de fango se suceden casi sin interrupción.

Sin olvidar lo que supone la construcción de mega urbanizaciones especulativas, auténticos atentados a la sostenibilidad, en zonas de gran valor ecológico y paisajístico. No tiene sentido, por ejemplo, que un temblor de tierra provoque en Centroamérica o en Turquía miles de muertes, mientras que otro de la misma intensidad en Japón ni siquiera vierta el té de las tazas.

Es preciso referirse a las bolsas de alta contaminación que producen el "smog" sin olvidar los residuos generados y sus efectos en suelos y aguas, o la contaminación acústica. Todo ello con sus secuelas de enfermedades respiratorias, alergias, estrés.

Los núcleos urbanos se han ido transformando en lugares amenazados por la masificación, el ruido, los desechos.

El desafío urbano

El desafío urbano del que habla la CMMAD ha de enfrentar, pues, bastantes problemas: los de contaminación, el consumo exacerbado de recursos energéticos, la destrucción de terrenos agrícolas, la degradación de los centros históricos, etc.

Como adelantaba Girardet Las grandes urbes, no los pueblos ni las pequeñas ciudades, se están convirtiendo en nuestro hábitat principal. Será en las ciudades del siglo xxi donde se decida el destino humano y donde se dicte el destino de la biosfera. ¿Podemos construir un mundo de ciudades medioambiental, social y económicamente viables a largo plazo?

Esta preocupación ha llevado a Naciones Unidas a declarar el Día Mundial del Hábitat el primer lunes de octubre, con el propósito de reflexionar sobre el estado de los asentamientos humanos y el derecho fundamental a una vivienda adecuada para todos. La ocasión sirve, además, para alertar al mundo de su responsabilidad colectiva respecto del futuro del hábitat humano. Será necesario diseñar el uso racional de la energía tanto en los edificios como en la urbanización y los barrios, introduciendo nuevos conceptos como los de la autosuficiencia energética y autoconsumo (Saieg, 2013) y proceder a la rehabilitación energética de los edificios, lo que no solo permitirá reducir notablemente las emisiones de CO2, principal responsable del incremento del efecto invernadero, sino que constituirá una importante fuente de empleo sostenible.

La publicación en 2012 por UN-Hábitat del libro: "Estado de las ciudades de América Latina y el Caribe 2012. Rumbo a una nueva transición urbana", alerta del acelerado crecimiento urbano y demandas sociales insatisfechas en la región en las últimas décadas, con un alto coste económico, social y medioambiental. "Para avanzar hacia un modelo de ciudades más sostenibles, más compactas, que doten a nuestras zonas urbanas de una movilidad más sostenible y una mayor eficacia energética, es preciso reafirmar el interés colectivo en la planificación urbanística, trabajar en políticas de cohesión social y territorial, así como en políticas nacionales urbanas, y aplicar reformas al marco legal e institucional", advierte Joan Clos, Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat). Medidas legislativas como la exigencia de una certificación energética de los edificios están impulsando ya los cambios necesarios para una mejor eficiencia energética.

Es necesario, pues, conciliar urbanización y Sostenibilidad, desarrollando propuestas que garanticen el avance hacia ciudades sostenibles y con ello la continuidad de la especie humana y de las futuras generaciones.

Ciudades hacia la Sostenibilidad

La necesidad de luchar contra un desarrollo urbano desordenado y destructivo llevó a la organización de la Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Asentamientos Humanos, celebrada en Vancouver (Canadá), en 1976, así como más recientemente a la realización de la Conferencia Europea sobre ciudades hacia la Sostenibilidad, celebrada en Aalborg en 1994, que dio lugar a la Carta de Aalborg, o la Cumbre de las Ciudades de las Naciones Unidas de 1996, Hábitat II o también llamada Cumbre de la Ciudad, celebrada en Estambul (Turquía), en cuya declaración final, en el preámbulo, se señala: "El Programa de Hábitat constituye un llamamiento mundial para la acción a todos los niveles. Ofrece, en un marco de objetivos, principios y compromisos, una visión positiva de los asentamientos humanos sostenibles, en que todas las personas tengan una vivienda adecuada, un entorno salubre y seguro, acceso a los servicios básicos y un empleo productivo libremente elegido. El Programa de Hábitat orientará todas las actividades encaminadas a convertir esa visión en realidad". Puede decirse, en suma, que el objetivo de avanzar en la transición hacia la Sostenibilidad está remodelando profundamente los principios de habitabilidad.

Las normas pasivas persiguen, fundamentalmente, incrementar la eficiencia energética de los edificios, es decir, reducir la energía necesaria para la utilización de las viviendas, gracias a una adecuada orientación, a buenos aislamientos, a la incorporación de paneles solares, etc. Así, por ejemplo, se mejora la ventilación natural de los edificios mediante las llamadas chimeneas solares o termales, que aprovechan la convección del aire calentado por energía solar pasiva. La eco construcción se basa en el estudio de las cualidades de la construcción tradicional, uso de materiales y técnicas de aprovisionamiento de agua con el menor impacto ambiental posible, respetando el lugar, cuidando las vías de acceso, etc.

Surge así el concepto de eco ciudad o ciudad ecológica cuenta con ejemplos paradigmáticos como el BedZED (Beddington Zero Energy Development), un barrio construido en la periferia de Londres, o la ciudad de Dongtan. Y las ciudades ya existentes ponen en marcha alternativas para evitar el despilfarro energético y reducir la contaminación, como la sustitución de las señales luminosas de tráfico por diodos emisores de luz (LED), de muy bajo consumo, la instalación de eco parques y ecopuntos (para recoger residuos especiales como pilas, sustancias tóxicas, aceite de cocina, etc.) o el impulso de movimientos como "Car Free Cities" (ciudades sin automóviles), "Smart cities" (ciudades inteligentes, que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación, TIC, para una administración más eficiente y amigable para los ciudadanos) y, en suma, "Ciudades en transición hacia la Sostenibilidad".

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Entre las iniciativas más recientes podemos destacar el movimiento de "Naturación urbana", que promueve los jardines verticales (Green Walls) en fachadas e interiores de edificios y la instalación de techos verdes como respuesta a la falta de suficientes espacios verdes en las ciudades y como herramientas para el diseño bioclimático y la arquitectura sostenible. La empresa Terapia urbana surgida de la Universidad de Sevilla, explica así las ventajas de la naturación:

  • Incrementa las superficies verdes fijadoras de CO2, polvo y otros contaminantes atmosféricos.

  • Combate el efecto isla de calor en las ciudades.

  • Mejora el comportamiento térmico y acústico de los edificios haciéndolos más eficientes.

  • Aporta incremento de humedad relativa por evapotranspiración

  • Combate el Síndrome del edificio enfermo.

  • Aumenta la biodiversidad en el entorno urbano y reduce el efecto de lluvias torrenciales.

  • Mejora la calidad espacial de la ciudad y la calidad de vida de sus habitantes.

  • Es una nueva alternativa a la agricultura urbana.

Jeremy Rifkin concibe la conversión de las ciudades en el segundo pilar de una Tercera Revolución Industrial que ponga fin a la actual degradación socio ambiental: "A pesar de que las energías renovables se encuentran en todas partes necesitamos la infraestructura necesaria para recolectarlas. Es aquí donde el sector de la construcción adquiere un mayor protagonismo, convirtiéndose en el segundo pilar de la Tercera Revolución Industrial. En veinticinco años, se renovarán o construirán millones de hogares, oficinas, centros comerciales, fábricas y parques industriales y tecnológicos que funcionarán como plantas energéticas, además de cómo hábitats. Estos edificios acumularán y generarán energía local a partir del sol, el viento; la energía suficiente para cubrir sus propias necesidades, así como para generar un excedente que pueda compartirse", lo que permite hablar de "autoconsumo energético" y de edificios de "consumo casi nulo" de recursos energéticos.

El logro de sociedades sostenibles y el simple respeto de Derechos Humanos fundamentales, como el derecho a una vivienda adecuada en un entorno digno- exige remodelar las ciudades, con una planificación adecuada y la construcción de edificios realmente sostenibles con el aprovechamiento de la ciencia y tecnología para la Sostenibilidad, evitando tanto la urbanización periférica difusa, que conlleva la destrucción de terrenos productivos e insostenibles consumos de energía, como la desconexión con la naturaleza de los barrios marginales, las barreras arquitectónicas, la construcción de viviendas en zonas de riesgo por su inseguridad en caso de catástrofes, etc.

En el mismo sentido, en el reciente informe del estado de la población mundial de Naciones Unidas 2007, el alba de un milenio urbano, se señala que "Las instituciones y los especialistas en población pueden y deben desempeñar un papel fundamental en el apoyo a las organizaciones comunitarias, los movimientos sociales, los gobiernos y la comunidad internacional para mejorar la naturaleza y las modalidades de la futura expansión urbana y reforzar así sus posibilidades de reducir la pobreza y promover la sostenibilidad del medio ambiente. En este momento crítico, tiene una importancia crucial lograr una acción internacional concertada para clarificar las opciones en materia de políticas públicas y proporcionar información y análisis a fin de apoyar las estrategias encaminadas a mejorar nuestro futuro urbano". Y termina señalando que el próximo milenio urbano puede hacer más manejables la pobreza, la desigualdad y la degradación del medio ambiente, o puede agravarlas exponencialmente. Desde esta perspectiva, todas las medidas que se adopten para abordar los retos y oportunidades de la transición urbana deben estar imbuidas de un sentido de urgencia.

Podemos referirnos también a la iniciativa de las "eco aldeas", definidas así por Robert Gilman, uno de sus principales promotores e impulsores a nivel internacional: "Una "eco aldea" es un asentamiento humano, concebido a escala humana, que incluye todos los aspectos importantes para la vida, integrándolos respetuosamente en el entorno natural, que apoya formas saludables de desarrollo y que pueda persistir indefinidamente". Esto no significa apostar por un imposible y nada deseable aislamiento de cada eco aldea; se trata de estructurar la sociedad urbana en agrupaciones de dimensiones humanas.

Particular importancia tiene la creación de estándares en construcción sostenible, que miden el nivel de respeto medioambiental y de salud de los edificios. Así el certificado LEED (Leadership in Energy in Environmental Design), desarrollado por el US Green Building Council (USGBC), toma en consideración:

  • El impacto que tiene la selección de un emplazamiento concreto sobre el medio ambiente

  • La integración de tecnologías y estrategias para reducir la cantidad de agua potable consumida en el edifico

  • La calidad ambiental interior, teniendo en cuenta el uso de luz natural, criterios de confort térmico, acústico, ventilación, etc.

  • El uso de materiales reciclados o rápidamente renovables para la construcción y la reducción de deshechos de la construcción, así como en qué medida el edificio favorecerá el reciclado doméstico

  • La integración de energías renovables y la eficiencia energética del edifico, que una certificación energética habrá de garantizar.

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Y por citar otro ejemplo de buenas prácticas, mencionaremos la creación en 1999 de la organización sin ánimo de lucro Arquitectura para la humanidad que mediante una red global de profesionales de la construcción, brinda diseño, construcción y servicios de desarrollo a las comunidades que lo necesitan, contribuyendo a construir un futuro urbano más sostenible.Todo ello sin olvidar que, a pesar de la rápida urbanización, casi la mitad de la población mundial sigue viviendo en zonas rurales, por lo que resulta crucial crear las condiciones de un desarrollo rural sostenible que combata la pobreza extrema que se da en este medio. La iniciativa de las eco aldeas nace como una propuesta particularmente indicada para las zonas rurales. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha establecido los requisitos para el logro de este desarrollo rural sostenible favorece el intercambio de información entre estas comunidades piloto de asentamientos humanos sostenibles y ofrece dicha información a las nuevas comunidades que van formándose como contribución a una urbanización más sostenible, componente esencial de la revolución por un futuro sostenible.

Debemos de referirnos también a la Campaña Urbana Mundial, organizada e impulsada por ONU-Hábitat con una larga lista de socios que van desde numerosas ciudades a personalidades y colectivos de diferentes ámbitos y actores sociales, cuyo lema es "Hacia una ciudad equitativa, próspera y sostenible para el siglo XXI", para desarrollar herramientas y proporcionar soluciones hacia unas ciudades flexibles y sostenibles. Se centra en una serie de áreas temáticas:

  • Una ciudad flexible: preparar ciudades para el cambio, la gestión de la adversidad, la capacidad de recuperación y tomar medidas para reducir el riesgo.

  • Una ciudad inclusiva: construir ciudades socialmente inclusivas, accesibles, en favor de los desfavorecidos, equitativas y respetando la igualdad de sexos.

  • Una ciudad verde: construir ciudades basadas en la eficiencia ecológica y de carbono.

  • Una ciudad segura y saludable: que las ciudades sean lugares habitables.

  • Una ciudad planificada: planificar las ciudades del mañana para desarrollar procesos de toma de decisiones sostenibles.

  • Una ciudad productiva: Hacer que las ciudades sean más eficientes y sean mejores lugares para garantizar el trabajo digno.

  • Se persigue así que las ciudades puedan cumplir un papel de  motores del Desarrollo Sostenible.

 

 

 

Autor:

Jesús Torres Zeladita

UNIDAD DIDÁCTICA: Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible

DOCENTE: Luis Eduardo Sanz Signori