- ¿Qué funciones sirve la actividad de dormir?
- ¿Qué son las pesadillas?
- ¿Qué son los terrores nocturnos?
- En resumen
- Bibliografía
En otras ponencias hemos hablado de la fisiología del dormir y del uso de la interpretación de los sueños en la terapia — Éstos, siempre dotados de aspectos místicos para todas las generaciones de nuestra especie.
El cerebro es el primer beneficiario del dormir. Algo que, fácilmente se evidencia por la reducción progresiva de nuestras facultades mentales y fisiológicas cuando se nos priva del sueño. Cuando no dormimos, primero se nos dificulta la concentración; después la facultad de atender a estímulos comunes, más adelante, a poder ejecutar movimientos coordinados complejos, finalmente nos volvemos irritables y padecemos de somnolencia atormentada.
Tomado al extremo, la privación del sueño, como sucede en "brain washing", puede causar que aún personas patrióticas denuncien sus propias convicciones, firmen declaraciones obviamente falsas y se asocien con movimiento políticos que para ellos son repelentes.
Después de cinco a diez días sin dormir, nuestro cerebro pierde su equilibrio totalmente y la locura de éste se apodera: los confiados, se vuelven paranoicos, los racionales se vuelven irracionales, y los cuerdos comienzan a alucinar — Desequilibrio que se revierte rápidamente si dormimos. (Véanse mis artículos: El Insomnio y Cuando los Sueños [Sueños] no lo Son y Dormir para Ejercitarse).
En conclusión el sueño es: del cerebro, por el cerebro, y para el cerebro.
Eso hace del dormir, como asimismo del comer, asuntos, que no sólo son interesantes para quien estudia al ser humano, sino para todos.
Pero, asimismo existen otros fenómenos asociados con el sueño:
Las pesadillas, el orinar la cama, el sonambulismo, y el bruxismo (moler los dientes), entre algunos otros, que comparten la característica común, de que todos suceden en los estados más profundos del sueño (III y IV).
La Casa de la Muerte por W. Blake (1757-1827)
¿Qué funciones sirve la actividad de dormir?
No lo sabemos enteramente. Pero se conjetura que, para los animales que lo necesitan; dormir sirve, por medio de la reducción del metabolismo, para conservar energía durante la noche — la parte más apacible de la jornada y segundo, para reorganizar más efectivamente la información en reserva que existe en el cerebro.
Aunque, como tantos fenómenos biológicos, la fenomenología del sueño no está totalmente dilucidada, en esta etapa histórica, ya conocemos lo suficiente para aplicar sus conocimientos.
Freud, conocedor máximo de la interpretación de los sueños y William Dement, esclarecedor de la fisiología del dormir, nos asistieron en señalar que los sueños, como fenómenos fisiológicos, poseen funciones de adaptación.
Ferdinand Hodler: The Night.
Freud, en su teoría, vio el sueño como el logro o la satisfacción de un deseo "prohibido" a la mente consciente. Una fantasía prohibida que, simbólicamente era realizada. Dement, nos enseñaría de las etapas fisiológicas del sueño y de los Movimientos Rápidos de los Ojos (REM).
Como hemos discutido los sueños en otras ponencias, aquí entonces, hablaremos solamente de las Pesadillas y de los Terrores Nocturnos. (El libro para leer es: Sleep, por J. Allan Hobson).
¿Qué son las pesadillas?
Las pesadillas son sueños alarmantes que nos despiertan y que nos hacen sentir miedo, a veces, dificultando volver a dormir. Las pesadillas pueden producirse sin ninguna razón conocida, pero algunas veces se producen cuando alguien, especialmente un niño, ha visto o escuchado algo que lo perturbó. Éstas pueden ser cosas que realmente suceden o que son supuestas. Las pesadillas pueden aparecer en todas las edades después de los 6 meses de edad. Éstas a menudo se relacionan con las etapas de desarrollo del individuo: los niños que empiezan a caminar pueden soñar acerca de la separación de sus padres; los preescolares pueden soñar acerca de monstruos en la oscuridad. Los niños de edad escolar pueden soñar acerca de la muerte o peligros inmediatos, los adultos de asuntos estresantes pendientes.
Las pesadillas normalmente se producen durante la última tercera parte del sueño, durante el sueño REM (sigla en inglés de "rapid eye movement" o "movimiento rápido del ojo").
Las pesadillas asustan pero no son portentos de malas nuevas, como nuestros antepasados creyeran.
Consejos prácticos
Cómo ayudar a un niño que tiene pesadillas, ya que los adultos dimiten estos fenómenos como "sueños malos":
Tranquilice, consuele e instruya a su hijo.
Ayúdele a hablar sobre las pesadillas durante el día.
No permita que su hijo vea películas, escuche historias o vea programas de televisión de terror.
Deje la puerta de la habitación entreabierta — nunca cierre la puerta de la habitación de un niño que manifiesta temores.
Permita una "manta de seguridad" o un juguete de consuelo.
No desperdicie su tiempo buscando al "monstruo".
Durante la rutina de irse a la cama, antes de que su hijo se vaya a dormir, háblele de cosas tranquilizantes y felices.
Léale algunas historias — siempre son buenos los cuentos de hadas porque estimulan la fantasía y porque son funciones compartidas con un adulto importante. (Véase mi artículo: Los Cuentos de Hadas…).
Henri Fuseli: The Incubus.
Cuándo consultar al profesional:
Consulte con el médico de su hijo si usted nota cualquiera de las siguientes señales:
Las pesadillas empeoran cada vez más, o se producen más a menudo.
El miedo interfiere con el descanso nocturno y con las actividades durante el día.
Usted tiene otras preocupaciones o preguntas acerca de las pesadillas de su hijo.
¿Qué son los terrores nocturnos?
Un terror nocturno es un despertar parcial del sueño con comportamientos agitados; como gritar, patalear, pavor, sonambulismo, agitar el cuerpo o balbucear de modo incoherente. Los terrores nocturnos normalmente se producen en el período de dos horas después del niño empezar a dormir. No son perjudiciales y cada episodio termina en un sueño profundo. Se consideran normales hasta la edad de 6 años — aunque, pueden persistir hasta más delante de modo normal.
A continuación se enumeran las características comunes de los terrores nocturnos:
El niño está asustado pero no puede ser despertado o tranquilizado.
Los ojos del niño están muy abiertos pero no sabe que alguien está presente.
El joven puede creer que los objetos o las personas de la habitación dan miedo.
El episodio dura de 10 a 30 minutos.
El muchacho a menudo no recuerda el episodio en la mañana.
Cómo ayudar a un niño durante los terrores nocturnos:
Trate de ayudar a su hijo a volver a un sueño normal. A veces, no podrá despertar a su hijo, por lo tanto no lo intente. Encienda las luces de forma que su niño esté menos confundido por las sombras. Haga comentarios que le tranquilicen. Abrace a su hijo si esto parece ayudarle a sentirse mejor.
Proteja a su hijo de los daños posibles. Durante un terror nocturno, el niño puede caerse de una escalera, correr hacia una pared o romper una ventana. Trate de dirigir suavemente a su hijo de regreso a la cama.
Prepare a las niñeras para estos episodios. Explique a las personas que cuidan de su hijo lo qué es un terror nocturno y qué hacer si se produce uno.
Trate de prevenir los terrores nocturnos. Un terror nocturno puede desencadenarse si su hijo está muy cansado. Asegúrese de que su hijo se vaya a la cama a su hora regular, y lo bastante temprano como para dormir lo suficiente. Es posible que los niños más pequeños necesiten dormir una siesta durante el día.
Cuándo llamar al médico de su hijo:
Aunque los terrores nocturnos no son peligrosos, pueden parecerse a otras condiciones o llegar a producir problemas para el nene. Consulte con el médico si usted nota cualquiera de las siguientes señales:
El niño babea, tiene espasmos, o rigidez.
Los terrores se vuelve a presentar después de despertarse.
Los terrores duran más de 30 minutos.
Su hijo hace algo peligroso durante un episodio.
Los terrores se producen durante la segunda mitad de la noche.
Su hijo tiene miedo durante el día.
Usted cree que el estrés familiar puede ser un factor.
Usted tiene otras preocupaciones o preguntas acerca de los terrores nocturnos de su hijo.
En resumen
Las parasomnias, que es como se conocen las actividades irregulares del dormir; como las parorexias y las disorexias — aplicadas al comer — son importantes y nos asisten en aclarar los fenómenos que afectan nuestras vidas cotidianas.
Porque todas se asocian a funciones hipotalámicas, poseen importancia diagnósticas.
Es curioso, pero para Freud, una pesadilla fue: "un sueño que falló…"
Entenderlas es el deber de todo médico.
Bibliografía
Se suministra por solicitud.
(Para quienes aprecian las artes pictóricas, las Galerías Tate UK, tienen exhibiciones de arte baroco dedicado al tema de las pesadillas: www.tate.org.uk/britain/exhibitions/gothicnightmares)
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca