Introducción
Esperamos que para el lector y estudiantes de Administración Pública, que éste escrito, las lecciones y los conocimientos recibidos a lo largo de su permanencia en la Facultad, en relación de la temática de suma relevancia como lo es: la honradez, el compromiso, la función de servir como soporte para minimizar las lagunas o vacíos que por diferentes razones puedan justificar una mala acción, deben tener siempre presente la célebre frase que dice así: la tranquilidad no tiene precio.
Estamos de acuerdo con el l discurso que presenta Juan J. Rousseau sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres. Con lo anterior queremos decir, que en el mundo ya sea través del éxito social, la fama, la vanidad o el poder, a todos los seres humanos no se le puede aplicar una fórmula igual, muy por el contrario como lo afirma este autor todos los hombres no son iguales. Por lo tanto, vamos a insistir mucho sobre el tema de que la tranquilidad no tiene precio, para que la juventud entienda, asimile y comprenda que al actuar, tomar ventajas o violentar las normas de la sociedad, el denominado juega vivo no paga (término que se usa con frecuencia en la República de Panamá). Más bien denigra, nos daña a todos y mancilla la autoestima, entre otras cosas. Nadie es más vivo que otro.
Es por ello que, a manera de un ejercicio meramente intelectual y como miembro de la sociedad civil, pretendemos abordar una situación que le puede ocurrir a cualquier ciudadano que quebrante las normas dadas en el Estado de Derecho y por ende perder su libertad y tranquilidad. En la sociedad moderna tenemos que aceptar las reglas o preceptos para llegar a alcanzar el buen vivir. Partimos entonces de la premisa que el Estado moderno es moral.
Por lo tanto, hay que estar claros de que cuando una persona con intención o sin ella violenta las normas y leyes, aparecerá el Estado a través de su gobierno para hacerlas cumplir, y por este accionar el ciudadano puede quedar privado de su libertad hasta que se compruebe su inocencia. En este sentido no esta demás hacer un llamado de atención a todos los actores que conforman la sociedad, ya sean estudiantes, ciudadanos o profesionales de cualquier especialidad que si quebrantamos la ley, irremediablemente podemos quedar privados de la libertad. Ortega y Gassett nos enunció en una ocasión que si la vida fuera interminable no era tan importante errar, porque siempre tendríamos tiempo para rectificar o volver a empezar.
Somos de la opinión que muchos al quedar en libertad, después de pagar la pena por un delito, pueden contar en su haber con más habilidades y destrezas. Ya sea para mejorar su calidad de vida o sencillamente estar de regreso y quedar de nuevo encerrado y además sin tener una razón aparente. Dentro de la estadía dejas de ser un neófito para convertirte en un experto. Todo lo que le proporcionaron los estudios de Administración Pública quedaron atrás más bien en el olvido, incluyendo lo aprendido en las características propias del mal y buen gobierno. Dado el grado de violencia que se observa en el mundo, la falta de seguridad en las calles y a su vez la doble moral en algunas organizaciones, nos conduce a llamar su atención en este escrito.
Para algunos autores las cárceles ofrecen programas de re-socialización en algunos países con grandes experiencias en este tema. Pero en otros casos se les asigna poco presupuesto provocando el gran hacinamiento que se presentan en las cárceles. Con estas situaciones es con lo que se encuentra el privado de libertad. Para esta juventud que no sabe hacia dónde va, que comparte con otros, que aprende de otros que no tiene claro su horizonte, es que le presentamos este escrito que se compone de cinco(5) puntos a saber :
Dinero
Codicia
Avaricia
Tacañería
Conclusiones y Recomendaciones
ii
Con el presente trabajo sobre: la tranquilidad no tiene precio, se pretende incursionar en el deseo incontrolable de poseer riquezas que es lo que parece mover al ser humano de este orbe. A través de los medios de comunicación se observan los anuncios y propaganda que llegan a través de la radio y televisión. Se invita a la compra, a comprar por comprar, a querer tener por querer tener. Imitar tal vecino, al compañero de trabajo, a la persona que nos pasó al lado. En este sentido, la lista puede volverse infinita y es aquí donde sobresale: el dinero, la codicia, la avaricia y finalmente la tacañería.
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