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El hombre desde la filosofía, el pluralismo y el multiculturalismo frente a los Derechos Humanos


Partes: 1, 2

    1. Hombre
    2. Ciudadano y la virtud del ciudadano
    3. Ciudadanía, capacidad y ciudadanos imperfectos
    4. Sociedad cerrada o sociedad abierta
    5. Política del reconocimiento y política de la diferencia
    6. Conclusiones
    7. Reflexión
    8. Bibliografía

    Introducción

    El presente trabajo titulado: EL HOMBRE DESDE LA FILOSOFIA, EL PLURALISMO Y EL MULTICULTIRALISMO FRENTE A LOS DERECHOS HUMANOS, es un tema que lleva a analizar al "hombre" desde el punto de vista filosófico y desde Aristóteles hasta los actuales filósofos contemporáneos, posteriormente el término "hombre" también fue incluido en los tratados internacionales especialmente en la Carta de la de la Naciones Unidad y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, promoviendo respeto de sus derechos con carácter universal e inalienable, así como la igualdad de derechos de hombres y mujeres.

    Asimismo, es necesario determinar desde qué momento inicia la vida humana y en qué momento el ser humano es considerado persona o individuo independiente y en qué momento adquiere su capacidad de ejercicio por lo tanto se le considerada ciudadano, por lo tanto con capacidad para participar directamente o por medio de su representante en el gobierno de su ciudad, región o Estado-nación

    Finalmente, de acuerdo con su status social puede o no pertenecer a una sociedad abierta, por lo que el pluralismo y la tolerancia se relacionan con la multiculturalidad, por medio de la convivencia de diferentes culturas; el cual requiere la una política de reconocimiento basada en la dignidad igualitaria del hombre con el hombre.

    Hombre

    "(Del lat. homo, -inis). m. Ser animado racional, varón o mujer. […]"[1];es un término que se ha usado con frecuencia en la Carta de la Naciones Unidas, para "… reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas"[2]. Asimismo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice: "que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad"[3]; en la misma Declaración convienen también asegurar "el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, […]"[4]. Sin embargo, el término hombre fue siempre una interrogante especialmente para los filósofos quienes desde distintas perspectivas han tratado de explicar esta palabra.

    ¿QUÉ ES EL HOMBRE?

    Roger Verneaux se pregunta: "¿Qué es el hombre, qué ser es? […] el hombre es un ser vivo; [..], compuesto de un alma y de un cuerpo, siendo el alma la forma de cuerpo"[5]; Para Louis LE FUR dice: "…el hombre es el valor más alto en la naturaleza […]. Es necesario tomar al hombre tal como es, simultáneamente cuerpo y espíritu, […]"[6]; en tanto que Alain Badiou dice: "¿Quién es entonces para nosotros el hombre? Quizás sea aquel que está sufriendo, pero es aquel que sabe que aun sufriendo puede estar de pie"[7]. Luís González-Carvajal Santabárbara cita el texto de Michel Foucault "Las palabras y las cosas": "…el hombre es "una invención reciente" con menos de dos siglos de existencia…"[8].

    Aristóteles dice: "… el hombre es entre los animales el único que tiene palabra. […] Pero la palabra está para hacer patente lo provechoso y lo nocivo, lo mismo que lo justo y lo injusto; y […] con respecto a los demás animales es que él solo tienen percepción de lo bueno y de lo malo, de los justo de lo injusto…"[9]; por su parte Edith ESTEIN señala: "… vemos al hombre no solamente como hombre, no solamente con lo que tiene en común con otros hombres, y tampoco solamente en el lugar que ocupa en el orden social: con más o menos fuerza, […]. Nos sale al paso en los rasgos de su rostro, en su mirada y en sus gestos, en el timbre de su voz, en muchas cosas de las que no somos en absoluto conscientes. Y al salirnos al paso nos afecta interiormente, nos repele o nos atrae"[10]. Finalmente Jacques Maritain dice: "… Decir que el hombre es una persona, es decir que en el fondo de su ser es un todo […]"[11].

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