El sujeto delincuente; una mirada a la psique del hombre y la conducta antisocial (página 2)
Enviado por Humberto L. Alfonso Quesada
Es importante identificar las situaciones conflictivas e incluso preverlas y comprenderlas como algo necesario y útil, si son trabajadas con cientificidad, en el carácter desarrollador de sus prácticas. La experiencia nos demuestra que un factor importante para garantizar mayor efectividad en el trabajo con situaciones conflictivas es su inmediatez; se trata de evitar que las vivencias desagradables se consoliden como estereotipos negativos de actuación. Lograr la cientificidad y la sistematización de las situaciones conflictivas, implica haberlas identificado y caracterizado con anterioridad desde determinados referentes teóricos, estar a la expectativa de su aparición, desde una relación de ayuda, en su utilización consciente e intencional.
Características generales de las situaciones conflictivas:
1) Son de naturaleza contradictoria. Esto determina que:
a) poseen siempre un carácter nuevo, inesperado o cambiante.
b) pueden generar variadas reacciones, actitudes o conductas en las personas implicadas.
2) Tienen siempre matices éticos, implícitos o explícitos.
3) Exigen siempre una relativamente rápida toma de decisiones o la asunción inmediata de actitudes concretas.
4) Se expresan a través de vínculos entre las personas implicadas, especialmente sujeto-grupo, aunque contienen, al menos implícitamente, la relación triádica entre institución/sujeto/grupo.
5) En alguna medida comprometen la autoridad y/o la autoestima de quien orienta la acción.
Estas situaciones conflictivas se manifiestan en diferentes cualidades y el trabajo con ellas, por tanto, será distinto. La problematización de la relación sujeto/grupo/sociedad varía cualitativamente y hace que las situaciones conflictivas significativas para el sujeto también lo sean para el grupo en sociedad..
La búsqueda de alternativas de mayor eficiencia ante el crecimiento y peligrosidad social del delito como tendencia universal, evalúa la necesidad objetiva de un replanteamiento de este concepto a partir de criterios que logren la unidad dialéctica en la diversidad de los componentes del fenómeno en estudio, en un enfoque sistémico en el que interactúan variables de carácter sociodemográfico, legislativas, socioculturales – psicológicas y operativas.
La acertada solución de esta tarea influye directamente en la toma de decisiones políticas prácticas para la atención de la delincuencia al permitir identificar en consecuencia cuáles deben ser los actores y mecanismos de la atención sociocultural diferenciada de la conducta antisocial, reflejándose el papel activo de la conciencia social en su correlación con el ser social.
La delincuencia en Cuba no es un fenómeno aislado y estático, sino está en constante desarrollo y sujeto a la concatenación universal; en este proceso se entrelazan momentos de continuidad y ruptura acordes con la naturaleza del régimen económico social, las particularidades nacionales y una consecuente política de justicia social como base de la justicia penal
Esta caracterización se afianza en un complejo proceso de contradicciones entre las tendencias de cambio y las tendencias de la conservación de la delincuencia en nuestro país. Resulta de interés destacar la necesidad de dar continuidad al estudio de ambas tendencias y en particular las de cambio, algunas de las cuales apuntan a un salto hacia mayor peligrosidad social al calor de lo que se ha dado en llamar "efecto de globalización".
Evaluamos perspectivamente que en el desarrollo de esta contradicción se genera la nueva fisonomía social de la delincuencia cubana siendo previsible la consolidación de algunas tendencias de un complejo proceso que impone ante sí escenarios internos y externos, que reclaman nuevas estrategias, para las cuales existe capacidad y disposición hacia el cambio y la transformación de lo instituído como instituyente en el contexto social.
Sirvan estos apuntes para la reflexión, convencidos de que el replanteo de la conducta antisocial necesita un sistemsa de acciones que tomen en cuenta los sectores emergentes en el plano ideológico; contentivo de las debilidades, así como las fortalezas, amenazas y oportunidades del complejo entorno en que lucha y se afianza el modelo social cubano.
Bibliografía
1 Aniyar de de Castro, L.Notas para la discusión de un control social alternativo. Lecturas complementarias sobre Criminología. Andres Voisin, Ministerio de Educación Superior, Cuba, 1988.
2 Avanesov, G. Fundamentos de la criminología . Moscú , Ed progreso, 1981.
3 Baratta, A. "Requisitos mínimos del respeto de los derechos humanos en la Ley Penal": Revista Capítulo Criminológico (13) Instituto de Criminología de la Universidad de Zulia, Venezuela , 1985.
4 Bochkarieva, G. G. "Retrato psicológico de la esfera de motivaciones de los jóvenes delincuentes " en: L.I Bozhovvich. Estudio de las motivaciones de la conducta de los niños y adolescentes.La Habana , Ed. Pueblo y Educación, 1976.
5 Brushlinski, A.V "Acerca de la correlación entre lo biológico y lo social en el desarrollo de la personalidad" en: E. Shorojova: Problemas teóricos de la psicoñogía de personalidad. La Habana, Ed.Pueblo y Educación, 1983.
6 G.W.F.Hegel: Fenomenología del espíritu; Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1972.
7 J.Ortegay Gasset; Ideas y creencias, Espasa-Calpe, Maded,1959.
8 K.G.Jung: La psiquis y sus problemas actuales, Poblet, Buenos Aires, 1944.
9 L Vigotski, A. Leontiev, A.Luria. El proceso de formación de la psicología marxista: Editorial Progreso. Moscú. 1989
Autor:
Humberto Lázaro Alfonso Quesada
[1] El estudio del sujeto delincuente constituye cada vez más una doctrina internamente coherente del hombre socialmente peligroso, condicionante que se forma lógicamente bajo la acción de los elementos negativos del medio social
[2] La personalidad y su individual “estilo” de comunicación son una categoría de conducta, y este estilo se expresa en acciones concretas del hombre condicionadas objetiva y subjetivamente. La materia del análisis científico de los problemas de la personalidad es siempre su realidad objetiva, su conducta, sin la cual no puede existir la personalidad. Por consiguiente, la conducta y la personalidad sólo pueden ser consideradas desde el punto de vista de su unidad dialéctica.
[3] Los distintos aspectos del estudio de la personalidad del delincuente, constituyen cada vez más una doctrina internamente coherente del hombre socialmente peligroso. Tal personalidad es vehículo de motivos específicos y de propiedades esenciales y relativamente estables, que se han formado lógicamente bajo la acción de los elementos negativos del medio social.
[4] Se califica de conducta desvíante la que contradice el desarrollo progresivo de la sociedad. A la conducta desvíante se contrapone la activa, que se considera como un tipo determinado de conducta tomada en relación a las normas sociales. Sin embargo también puede ser activa la conducta negativa (desvíante), la más peligrosa en el sentido social.
[5] Se entiende por puntales de la personalidad para una conducta antisocial el estado específico, en propensión y preparación de la personalidad, de realizar un acto para satisfacer una necesidad existente en una situación concreta.
[6] Proceso que transcurre bajo la influencia del medio social y de la labor profiláctica organizada en la prevención de todo comportamiento que elija medios antisociales (ilícitos) de realización del motivo.
[7] La pronosticación criminológica es una variedad de la previsión social y un sector de la pronosticación jurídica. Al mismo tiempo, es una rama independiente de la pronosticación.
[8] El peligro social se considera como posibilidad futura de la comisión de un nuevo delito por una u otra persona concreta.
[9] La elección por el tribunal del tipo y medida de castigo y del tipo de institución correccional penitenciaria, no se realiza sólo con arreglo al principio de la individualización, sino también sobre la base de la previsión de la conducta posible del culpable en el futuro, así como proyecta el proceso de la corrección educativa de el comisor del delito.
[10] El pronóstico individual personalizado exige estudiar durante un tiempo, que puede ser prolongado, la conducta del penado y tomar en consideración sus acciones conductuales.
[11] El término “reincidente” significa reanudación, retorno a lo que ya ha tenido lugar. El reincidente es la persona que ha cometido otro delito.
[12] En la literatura se encuentran otros términos afines al de socialización, que resultan utilizados indistintamente: desarrollo de la personalidad y formación de la personalidad. Proceso en que los individuos regulan su conducta en contacto con otros individuos en la sociedad y en los grupos
[13] A. D. Glotchkin y V.F Piroschor: Psicología de la reeducación. Capítulo V, tomado de la conferencia elaborada por la profesora Irene Jorge Padilla bajo el título: “Selección de lecturas sobre desviación de la conducta social”, Departamento de Psicología Social y del Trabajo; Universidad de la Habana, 1980, pp. 7-12.
[14] Froman, Erich. Marx y su concepto del hombre (Carlos Marx: Manuscrito Económico Filosófico). México FCE, 1964, pag 260 ( De la introducción a la crítica de la filosofía del derecho).
[15] Término utilizado por L. S. Vygotski, 1987, en el campo de la psicología. Este concepto, quizas uno de los más importantes de la teoría culturalista, no ha sido suficientemente desarrollada por los seguidores del enfoque.
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