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Enfermedades respiratorias y VIH

Partes: 1, 2

    Publicación original: Colombia Médica, 1995; 26: 35-37 ISSN 1657-9534, Reproducción autorizada por: Corporación Editora Médica del Valle, Universidad del Valle, Cali, Colombia

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    Las personas afectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) a menudo padecen de problemas respiratorios, como las pneumonías bacterianas, la tuberculosis o la pneumonía por Pneumocystis carinii (PPC). Los patrones de aparición de las enfermedades respiratorias varían de región a región.

    PNEUMONIAS BACTERIANAS

    Ocurrencia. Estas pneumonías tienen lugar en todas las regiones; son mucho más frecuentes en adultos infectados por el VIH que en quienes no lo están, y en aquéllos sus ataques son mucho más recurrentes. El organismo más común es el Streptococcus pneumoniae, conocido también como pneumococo.

    Con frecuencia, las pneumonías bacterianas se desarrollan antes que otras enfermedades relacionadas con la infección por el VIH. El riesgo de una pneumonía se acrecienta por fumar, tomar alcohol en exceso, usar drogas derivadas del opio y una mala nutrición.

    Diagnóstico. Los pacientes pueden presentar fiebre, tos como moco verduzco o amarillento, falta de aire y dolores en el tórax, que se recrudecen con la inspiración profunda. Una radiografía típica de tórax muestra una sombra acentuada y limitada a un solo lóbulo en cualquiera de los pulmones (pneumonía lobar).

    En pacientes sin infección por VIH, la pneumonía se limita por lo general a los pulmones, aunque en algunos casos puede invadir otras partes del cuerpo y producir bacteriemia (infección de la sangre) y empiema (infección del espacio entre los pulmones y la pared del tórax). Esas complicaciones son mucho más comunes en personas con infección por VIH. Afortunadamente, muchos individuos VIH positivos responden bien al tratamiento con antibióticos.

    Otras formas menos comunes de pneumonía bacteriana incluyen infecciones causadas por gérmenes como Staphylococcus y Klebsiella. Los pacientes enferman con rapidez y presentar un estado "tóxico" con hipotensión arterial, fiebre alta, pulso rápido y confusión mental. Las radiografías pueden mostrar cavernas o abcesos. El mejor manejo para esas infecciones es a base de cloxacilina y cloramfenicol o clindamicina.

    PNEUMONIAS POR Pneumocystis carinii (PPC)

    Ocurrencia: La PPC se debe a un organismo semejante a las levaduras, y es menos común en los países de clima tropical que en los Estados Unidos o en Europa. Quienes sufren los estadíos más avanzados de la infección por VIH son los más vulnerables a la PPC. En las comunidades más pobres con VIH mueran antes que su sistema inmunológico esté lo suficientemente debilitado como para ser vulnerable a PPC.

    Aunque la PPC se considere como poco frecuente en Africa, también allí se presentan casos. En un estudio de adultos infectados con el VIH en hospitales de Harare, Zimbabwe, cerca de 25% de las pneumonías graves se identificaron como PPC. La PPC es más común en los países de América Latina, el Caribe y Asia. En un estudio mexicano, cerca de una cuarta parte de las muertes por SIDA se asociaban con la PPC, en una proporción semejante a la de la tuberculosis.

    Diagnóstico. Los síntomas pueden incluir tos seca sin secreción, falta de aire y fiebre. Una radiografía típica de tórax presenta una sombra regular (difusa) en ambos pulmones. Incluso en los países donde la PPC es menos frecuente, se debe considerar el tratamiento de la PPC como una opción para los pacientes con sospecha de pneumonía bacteriana que no mejoran con penicilina. La PPC responde a dosis altas de cotrimoxazol.

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