Presencia de Dios en la crisis emocional
EN EL DESARROLLO DE ESTE TEMA PODRAS ENTENDER QUE ES NECESARIO LIBERAR TUS EMOCIONES DOLOROSAS Y ACEPTAR QUE LOS HECHOS DEL PASADO NO PODRAN CAMBIAR PERO SI TU ACTITUD HACIA ELLOS. CONOCERÁS TAMBIÉN QUE DIOS TIENE CUIDADO DE TU VIDA EN EL MOMENTO DE ANGUSTIA Y DOLOR PORQUE DIOS CONSUELA POR MEDIO DE SU SANTO ESPIRITU.
"Olvidarás tu aflicción, como aguas que han pasado las recordarás. Tu vida será más radiante que el mediodía y hasta la oscuridad será como la mañana"
(Job 11:16-17).
Está Escrito en la Biblia:
"Se levantó una violenta tempestad, y las olas se alzaban sobre la barca de tal manera que ya se anegaba la barca…"(Marcos 4:37).
Tomando de ejemplo este versículo para aplicación en tu vida vemos que:
Tu alma sufre durante las crisis emocionales o por sucesos dolorosos e inesperados.
Tu alma es como un mar agitado a causa de los frutos del pecado, es el grito de tu mente y corazón no a causa de la ira y el dolor en tu vida.
Es el alma del hombre donde la brisa que trae paz interior se ha alejado.
Es el alma que corre con afán al mañana incierto y queda prisionera en la preocupación: Se olvida de vivir el hoy libre, olvida que Dios está en su mañana y es soberano.
Mi vida está en tempestad:
Al parecer no ha existido ser humano que no haya vivido o experimentado el sufrimiento en su alma en más de alguna oportunidad en su vida. (Una amiga expresa este sufrimiento como "dolor del alma", cuestión que no entendía pero ahora si lo viví y no hay palabras para ser expresado, solo hay que vivirlo.) También muchos hemos estado "enojados" con Dios por haber permitido que tal o cual cosa nos haya ocurrido; otros han querido "torcer" la Voluntad Del Creador pasando por alto Sus Mandamientos. Es la llamada "noche oscura".
Quién no ha dicho en alguna oportunidad:
Siento en este instante que mi vida es como un mar agitado en tempestad, y tengo miedo. Temo no superar esta situación que estoy viviendo; es más fuerte que yo.
Ha llegado a mi alma la aflicción en una forma inesperada y siento que he caído en un abismo infinito y oscuro que me aleja de mis sueños; veo mi mañana oscuro, no encuentro la salida.
Mi mente está inquieta, cientos de pensamientos se agitan dentro de ella e invaden mi corazón con sentimientos y emociones dolorosas. Y mi cuerpo permanece como inerte pues no sabe a qué voz seguir, me siento paralizado. Hay momentos que quiero huir a otros lugares pero, aunque lo intente, el dolor no cesa, va conmigo porque está dentro de mí.
No puedo dejar mi pasado.
Cuando huyo me acompaña y cuando me doy por vencido y me dejo caer, también está allí este sentimiento.
Necesito tanto de Dios el Señor pero temo al mismo tiempo que no me escuche, porque también estoy sintiendo enojo contra Él por no haber evitado el dolor que estoy sufriendo. Mi vida está en tormenta, la luz de mi voluntad se apaga, no encuentro solución humana a mis problemas. Qué hago?, A dónde voy?, Quién me puede consolar?. Ah, muy simple, debo buscar el amparo de Dios… debo buscar su refugio y Su Palabra…
Y, qué dice Su palabra?.
"Alzaré los ojos a los montes, de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, quien hizo los cielos y la tierra" (Salmo 121:1).
"Sálvame, oh Dios, porque las aguas me han llegado hasta el alma. Me he hundido en el cieno profundo y no hay donde hacer pie, he llegado a lo profundo de las aguas, y la corriente me anega. Cansado estoy de llorar, reseca mi garganta; mis ojos desfallecen mientras espero a mi Dios" (Salmo 69:1-3).
Medita en el poder de Dios, en su soberanía, en su majestuosidad, así comprenderás que Él es capaz de ayudarte… Recuerda que Él tiene promesas que cumplirá como en el siguiente versículo: "Oh afligida, azotada por la tempestad, sin consuelo; he aquí que yo asentaré tus piedras en antimonio, y tus cimientos en zafiros. Haré tus almenas de rubíes.Tus puertas de cristal y todo tu muro de piedras preciosas" (Isaías 54:11-12).
"Escuchad atentamente el estruendo de su voz, y el rugido que sale de su boca. Bajo todos los cielos lo suelta, y su relámpago hasta los confines de la tierra. Tras Él, ruge una voz; truena Él con su majestuosa voz, y no retiene los relámpagos mientras se oye su voz. Maravillosamente truena Dios con su voz, haciendo grandes cosas que no comprendemos. Porque a la nieve dice "cae sobre la tierra", y al aguacero y a la lluvia; "sed fuertes". El sella la mano de todo hombre, para que todos conozcan su obra. La fiera entra en su guarida, y permanece en su madriguera. Del sur viene el torbellino, y del norte el frío. Del soplo de Dios se forma el hielo, y se congela la extensión de las aguas. También Él carga de humedad la densa nube, y esparce la nube como relámpago; aquella gira y da vueltas por su sabia dirección, para hacer todo lo que Él le ordena sobre la faz de toda la tierra. Ya sea por corrección, o por el mundo suyo, o por misericordia, Él hace que suceda" (Job 37:2-13 ).
Este es tu Dios de poder que también está en tu tribulación. Si Dios tiene el control sobre la tierra, tiene control sobre tu vida. Dios está cuidando tus emociones, tus sentimientos, tus luchas internas, tus circunstancias.
Lo que padecemos con el sufrimiento, la pena, el dolor, la tristeza…:
En esta crisis los pensamientos se confunden y las emociones y sentimientos se levantan de maneras contrarias. Todo tu ser interior se divide en direcciones distintas, paralizándote en depresión o haciéndote correr mentalmente con ansiedad e incertidumbre hacia tu futuro. Y quedas postrado ante una preocupación intensa que te invade.
No sabes como clamar a Dios o le preguntas un por qué; no encuentras la salida: Es que estás prisionero en emociones violentas que te cortan la energía física y te desgastan. Tu cuerpo se resiente con dolencias o enfermedades sin causa física, tus horas de sueño pierden control.
Todo tu ser, cuerpo, alma y vida espiritual, toma direcciones contrarias y el afán aparece, la paz interior se aleja, la esperanza parece lejana, el tiempo parece que camina lentamente, las metas y sueños caen porque la perspectiva hacia el futuro la ves a través de tus ojos ensombrecidos por el dolor. ¿Qué será de mi vida? Te preguntas: Es la tormenta inesperada en el océano de tu existencia. La barca es tu propia vida, el timón es tu voluntad y las olas y tempestad son la crisis emocional o inesperada que te dificulta ver el faro de luz que te dirige a puerto seguro. Es la tormenta que te produce afán y preocupación profunda.
Pero, no desmayes, hay un camino de paz en el valle de sombra, es el camino de fe y seguridad en el poder y soberanía de Dios. Es el camino para atravesar mientras caminas despacio. Reposa en Dios porque es la fuerza que debilita la tormenta y la luz que te hace ver el final de tu preocupación y tribulaciones porque: "El Señor sostiene a todos los que caen y levanta a todos los oprimidos" (Salmo 145:14). |
Jesús está en medio de tu dolor, y puede entender aún los pensamientos que no te atreves a decirle, Él tiene la respuesta, de tal manera, no tengas temor de lo que sientes porque tienes la presencia de Jesús dentro de tu corazón y Él está disponible para poder guiarte. Él quiere que vivas un día a la vez.
Aparta toda ira y hostilidad hacia Él, al pregúntarle por qué ha permitido lo que ha pasado. Y pídele perdón porque la aflicción es parte de la vida.
El está en todas partes, aun en las profundidades de tu corazón herido. El viento cesa ante su voz, el mar se acalla ante su presencia… No hay fuerza opresora que se le resista, Él es el Dios Todopoderoso.
Recuerda los siguientes versículos en momentos de crisis emocional, cuando sientas que tu vida y emociones internas están en tempestad:
"Él cambió la tempestad en calma y las olas del mar callaron" (Salmo 107:29).
"Él reprendió al viento y dijo al mar: ¡cálmate, sosiégate! Y el viento ceso y sobrevino una gran calma" (Marcos 4:39).
"Voz del Señor sobre las aguas, Dios de gloria truena. El Señor está sobre las muchas aguas, la voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es majestuosa" (Salmo 29:3,4).
Su voz poderosa está dentro de tí, guía tu barca en un mar de aflicción, calma la preocupación y su mano te sostiene. Puedes sentir su paz. ¡No estas solo! El llena tu necesidad que dejó el dolor del ayer, tu necesidad de la crisis en tu hoy, tu necesidad que un día encontraras en tu mañana. Porque Él es Dios de poder, Él es omnipresente. Él está en la tribulación del día de hoy y de mañana. Por eso descansa en tu hoy, con confianza. Puedes sentir su presencia dentro de tu ser, El tiene la respuesta de mañana. Puedes sentir su presencia dentro de tu ser, El tiene la respuesta para tu vida, El es poder, El todo lo puede hacer. |
Puedes escuchar su voz que te da confianza dentro de tu corazón, porque para El nada es imposible.
"!Ah Señor Dios!. He aquí, tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder con tu brazo extendido, nada es imposible para ti" (Jer. 32:17).
"Tú dominas la soberanía del mar; cuando sus olas se levantan, tú las calmas" (Salmo 89:9).
"Tú el que afirma los montes con su poder, ceñido de potencia; el que calma el rugido de los mares, el estruendo de las olas" (Salmo 65:6,7).
¿Sientes que tu aflicción nunca dejará de ser y que Dios te ha abandonado?
Si piensas que si, que nunca pasará tu aflicción estás errado(a) porque Dios te dice:
"He aquí yo soy el Señor de toda carne. Habrá algo imposible para mí?" (Jeremías 32:27).
"En el mundo tendréis aflicción, pero no temas, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).
"Venid a mí todos los que estáis muy cansados y cargados y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga"(Mateo 10:27-29).
"Acaso es corta mi mano que no puede rescatar, o no tengo poder para librar? Con mi reprensión seco el mar, convierto los ríos en desierto; sus peces hieden por falta de agua, mueren de sed" (Isa. 50:2).
Meditemos en los siguientes versículos:
"En mi angustia clamé al Señor. Y Él me respondió. Desde el seno del Seol pedí auxilio. Y tú escuchaste mi voz; pues me habías hechado a lo profundo, en el corazón de los mares, y la corriente me envolvió; todas tus encrespadas olas y tus ondas pasaron sobre mí. Entonces dije: He sido expulsado de delante de tus ojos; sin embargo volveré a mirar hacia tu santo templo. Me rodearon las aguas hasta el alma, el gran abismo me envolvió, las algas se enredaron a mi cabeza. Descendí hasta las raíces de los montes, la tierra con sus cerrojos me ponía cerco para siempre; pero tú sacaste de la fosa mi vida, oh Señor, Dios mío. Cuando en mí desfallecía mi alma, del Señor me acordé; y mi oración llegó hasta ti, hasta tu santo templo. Los que confían en vanos ídolos su propia misericordia abandonan. Mas yo con voz de acción de gracias te ofreceré sacrificios. Lo que prometí pagaré. La salvación es del Señor" (Jonás 2:2-9).
Muchos personajes en la Biblia expresaron el dolor ante situaciones críticas:
"Cansado estoy de llorar, reseca está mi garganta; mis ojos desfallecen mientras espero a mi Dios" (Salmo 69:3).
"Cuando esperaba yo el bien, vino el mal, cuando esperaba la luz, vino la oscuridad" (Job 30:26).
"Mi alma llora de ansiedad, sosténme conforme a tu palabra" (Salmo 119:28).
¡Libérate tu dolor ante su presencia!: Dios te creó con emociones he hizo el llanto para hombres y mujeres en el momento del dolor.
"Humíllate delante de la presencia del Señor, y Él te exaltará a su debido tiempo, y echa toda ansiedad sobre Él porque Él tiene cuidado de ti" (1 Pedro 5:6-7).
Permite que llueva en tu vida, para que después salga tu sol porque después de la tempestad viene la calma. Jesús también lloró ante la tumba de Lázaro (Juan 11:35).
Suelta los sentimientos que te torturan pensando en lo que hubieras podido hacer y no hiciste en tu ayer, o lo que hiciste y trajo dolor a los que más amas. Porque ningún pensamiento de estos hará que las cosas cambien, solo te herirán y oscurecerán tu vida.
Si no pudiste cumplir tu palabra en cuanto a los sentimientos de amor que expresaste a un ser amado, a una persona amiga o a personas en particular y hoy ya no puedes hacerlo por temor o verguenza, entonces tráelos a la presencia de Dios y pídele perdón. Perdónate a ti mismo y a tu prójimo porque Dios te ha perdonado.
Pasa el tiempo necesario que no es para siempre, elaborando tu dolor, desahogando tu tristeza y no te permitas caer en la depresión porque El Señor ya tiene la respuesta para cada necesidad en tu vida.
No te hagas daño, deja que Él te cuide porque ahora te encuentras herido(a).
La tormenta pasará y mientras tanto recuerda que Jesús está en medio de la tormenta. No digas: Ya no me importa nada, no hay esperanza para mi vida; debes darle tiempo a este proceso de dolor y paulatinamente vendrá la paz a tu corazón. "El destruirá la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra porque el Señor ha hablado" (Isa 25:8).
Debes aceptar lo que no se puede cambiar, tus hechos dolorosos del ayer o de tu hoy. La tristeza será para ti como una estrella en el cielo de un mar agitado, mas lo que Dios tiene para tu vida es como el firmamento en un amanecer lleno de luz. Y la luz siempre llega después de una noche oscura. Jesús es tu luz, no tengas temor a las circunstancias, a tus pensamientos negativos, a la incertidumbre del mañana.
Ahora es tiempo de liberar tu dolor y reposar en el poder de Dios porque:
"Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo: Tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de derribar, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar" (Eclesiastés 3:1-4).
Paulatinamente vendrá tu amanecer:
"Porque ciertamente hay un porvenir y tu esperanza no será frustrada" (Proverbios 23:18).
¡Busca el reposo y consuelo en Dios!… Escucha su voz y siente el consuelo de su Santo Espíritu…
¿Te da vergüenza llorar porque cres que es una manifestación de debilidad? ¿Crees que si no lloras , olvidaras tu dolor rápidamente?
No pienses de esa manera, recuerda que:
"Yo te devolveré la salud, y te sanaré de tus heridas.-declara el Señor- porque te han llamado desechada, diciendo: Esta es Sión, nadie se preocupa por ella. Así dice el Señor: He aquí restauraré el bienestar de las tiendas de Jacob y tendré misericordia de sus moradas; será reedificada la ciudad sobre sus ruinas; y el palacio se asentará como estaba" (Jeremías 30:17-18).
"Porque yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar a toda alma atribulada" (Jeremías 31:25).
"No temas porque no serás avergonzada; ni te sientas humillada, pues no serás agraviada; y no te sientas humillada porque no serás desilucionada. Porque te olvidarás hasata de la vergüenza del tiempo de tu juventud, y del oprobio de tu viudez no te acordarás más. Porque tu Magnífico hacedor, es tu dueño material Jehová de los ejércitos por nombre; y el Santo de Israel, es tu recomprador. El Dios de toda la tierra. (Jeremías 54:4-5)
Porque como a mujer abandonada y afligida de espíritu, te ha llamado el Señor, y como a esposa de la juventud que es repudiada dice tu Dios"(Isaías 54:4-6)
"Porque yo he de satisfacer al alma cansada y he de saciar a toda alma atribulada" (Jeremías 31:25).
Ahora no es tiempo de buscar soluciones a tus dificultades porque estás cargado y atribulado, herido, confundido. Busca los brazos de Jesús, sus brazos de amor y protección, reposa en el Dios de poder. Realiza cada día una meta pequeña que irás aumentando conforme te vas fortaleciendo, pero… !No te des por vencido(a)!
"El Señor sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas" (Salmo 147:3).
"Ya el sol no será para ti luz del día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que tendrás al Señor por luz eterna y a tu Dios por tu gloria. Nunca más se pondrá el sol, ni menguará tu luna, porque tendrás la Señor por luz eterna y se habrán acabado los días de tu luto" (Isaías 60:19-20).
No estás solo(a) en tu experiencia dolorosa.
Dondequiera que vayas en tu mundo interior allí está la presencia de Dios. También otras personas están viviendo tu misma experiencia, muchas sin su consuelo porque aún no lo llevan dentro de su corazón…
Si vas a tu ayer en tus recuerdos allí está el Señor. Si vas al foso profundo de tu soledad interior allí está su presencia.
Si vas a los recuerdos dolorosos y de vergüenza, allí está también su presencia.
Si vas a tu hoy en tu necesidad, en tu crisis inesperada, allí lo encontrarás porque Él habita en tu corazón.
Y si corres ansioso a tu mañana y no encuentras solución para tus necesidades, reposa porque también Él está en tu mañana.
Para meditar:
"Vuelve alma mía a tu reposo, porque el Señor te ha colmado de bienes, pues tu has rescatado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, mis pies de tropezar" (Salmo 116:7-8).
Oración:
"Acuérdate de mi aflicción y de mi vagar, del ajenjo y de la amargura. Ciertamente lo recuerda y se abate mi alma dentro de mí. Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza; que las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan Sus bondades; son nuevas cada mañana. Amen. ¡Grande es tu fidelidad!" (Lamentaciones 3: 19-23).
Asumiendo una actitud de lucha en la depresión
En tiempo de depresión sientes que no hay solución, no tienes fortaleza. No te interesa seguir ninguna meta. Estas en el fondo de un abismo y sientes que no puedes salir de ese vacío profundo. "Este es el día que el Señor ha hecho, me gozaré y alegraré en él" (Salmo 118:24).
Veamos cómo se expresaron algunos personajes bíblicos en tiempos de depresión:
"Yo estoy afligido y necesitado, oh Dios, ven pronto a mí. Tu eres mi socorro y mi libertador. Señor no te tardes". (Salmo 70:5).
"Escúchame y respóndeme, en mi pensar estoy deprimido y turbado por la voz del enemigo, por la opresión de los impíos que me inculpan de iniquidad y me odian con furor". (Salmo 55:2-3).
"Mi corazón ha sido herido y se ha secado como la hierva, por lo cual me olvidé de comer mi pan". (Salmo 102:4).
La solución esta en luchar internamente.
No esperes que Dios trabaje solo. El espera el esfuerzo de tu parte. No te rindas: ¡Tienes la victoria en tu corazón!, porque tienes las siguientes promesas del Señor y debes apropiarte de ellas:
"Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones" (Salmo 46:1).
"El Señor dará fuerza a su pueblo; el Señor bendecirá a su pueblo con paz" (Salmo 29:11).
Por eso debes confiar en Dios porque "En confianza y en reposo está tu fortaleza" (Isaías 30:15).
Tu fortaleza irá en aumento cada día: fortaleza física, fortaleza emocional, fortaleza espiritual, pero debes creerle a Dios y a su palabra y no escuchar las voces de tu vieja criatura. Tu victoria empieza en la fe y en tus pensamientos.
Debes confiar en Dios, y tener presente que lo que estás sintiendo, la depresión, no durará para siempre. No tardará un largo período como lo experimentaste en otras ocasiones porque el Señor está cortando desde adentro las raíces de los recuerdos y experiencias dolorosas dentro de tu corazón y te está consolando.
Pero también es necesario tu participación activa para vencer.
Aferrarte a las promesas bíblicas y perseverar con pensamientos positivos.
Aprender los pensamientos de victoria que son los pensamientos que están en la Biblia. Así paulatinamente todo tu ser responderá al poder de la palabra declarada con tu boca y que fluye del fondo del corazón.
Cuidar tu cuerpo con alimentación adecuada y dormir solo lo necesario. La depresión te inducirá a dormir mas tiempo como una forma de escape.
Si no cuidas tu cuerpo adecuadamente, tu vida emocional se puede deteriorar y puedes adquirir enfermedades o dolencias que empeorarán tu condición. Por eso tu restauración es integral, y debes poner tu esfuerzo sostenido de la mano de Dios.
Realiza ejercicio y mientras lo haces declara el poder de la Palabra de Dios de una forma personal, adecuada a tu necesidad y ¡No busques refugio en hábitos destructivos! Porque en tu debilidad serías pronto esclavo de ello.
Cuida tu salud mental rodeándote de personas y actividades positivas:
Observa a los niños, las plantas, los animales. Recréate en pequeñas cosas que traen paz a tu vida, ¡ámate a ti mismo!. Porque el Señor te ama.
Tu vida espiritual es fundamental por lo que no debes apartarte de la Palabra de Dios.
Debes concentrarte en versículos específicos que el Espíritu de Dios pondrá en tu corazón. Haz oraciones que te producen paz y fortaleza, y te hacen recordar el poder de Dios.
¡Induce el gozo en tu corazón! Debes decir con confianza y firmeza:
"Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, en tu diestra, deleites para siempre". (Salmo 16:11).
"Me has hecho conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia". (Hechos 2:28).
"Me gozaré y me alegraré en tu misericordia, porque tu has visto mi aflicción; has conocido las angustias de mi alma, y no me has entregado en manos del enemigo; tú has puesto mis pies en lugar espacioso". (Salmo 31:7-8).
"Al Señor cantaré mientras yo viva; cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista. Séale agradable mi meditación; yo me alegraré en el Señor". (Salmo 104: 33-34).
"¡Aleluya!" Porque bueno es cantar alabanzas a nuestro Dios, porque agradable y apropiadas es la alabanza. El Señor edifica a Jerusalén; congrega a los dispersos de Israel; sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas. Cuenta el número de estrellas, y a todas ellas les pone nombre. Grande es nuestro Señor, y muy poderoso; su entendimiento es infinito. El Señor sostiene al afligido y humilla a los impíos hasta la tierra". (Salmo 147: 1-6).
Yo te pregunto: ¿Crees que no podrás vencer la depresión? Te invito a que medites un poco en el siguiente versículo:
"Levantaré mis ojos a los montes; de donde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra. No permitirá que tu pie resbale; no se adormecerá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te herirá de día, ni la luna de noche. Jehová te protegerá de todo mal; Él guardará tu alma. El Señor guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre". (Salmo 121 )
Oración:
"Inclina, oh Jehová, tu oído y respóndeme, porque estoy afligido y necesitado. Guarda mi alma, pues soy piadoso; tú Dios mío, salva a tu siervo que en ti confía. Ten piedad de mí, oh mi Dios, porque a ti clamo todo el día. Alegra el alma de tu siervo, porque a Ti, elevo mi alma. Pues tú, Jehová, eres bueno y perdonador, abundante en misericordia para con todos los que te invocan. Escucha, oh Señor, mi oración, y atiende a la voz de mis súplicas. En el día de la angustia te invocaré, porque tú me responderás. No hay nadie como tú entre los dioses, ni hay obras como las tuyas. Todas las naciones que tú has hecho vendrán y adorarán delante de ti, Señor, y glorificarán tu nombre. Porque tú eres grande y haces maravillas; solo tú eres Dios. Enséñame Jehová, tu camino; andaré en tu verdad; unifica mi corazón para que tema tu nombre. Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre. Porque grande es tu misericordia para conmigo, y has librado mi alma de las profundidades del seol. Oh Jehová, los arrogantes se han levantado contra mí, y una banda de violentos ha buscado mi vida, y no te han tenido en cuenta. Más tú, Señor, eres un Dios compasivo y lleno de piedad, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad. Vuélvete hacia mí, y tenme piedad; da tu poder a tu siervo, y salva al hijo de tu sierva. Muéstrame una señal de bondad, para que la vean los que me aborrecen, y se avergüencen, porque tú, oh Jehová, me has ayudado y consolado" ( Sal 86)
Estudia, medita y recuerda los siguientes versículos:
"No temas porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán, cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama te abrasará" (Isaías 43:1,2).
"No temas porque yo estoy contigo, no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, si, te sostendré con la diestra de mi justicia". (Isaías 41:10).
"Porque, yo Jehová soy tu Dios, que te toma fuertemente de tu mano derecha y te dice: "No temas, yo te ayudo". (Isaías 41:13).
"La paz os dejo, mi paz os doy: No os la doy como el mundo la da! No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo". (Juan 14:27).
Asumiendo una actitud de lucha en la depresión como Jesús nos la da!
"La paz les dejo, mi paz les doy, no se las doy a ustedes como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo". (Juan 14:27).
Yo siento este día fortaleza y paz, por eso diré con confianza y firmeza:
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
(Filipenses 4:13)
Pasos necesarios en la restauración
Si realmente quieres ser libre y restaurar tu vida debes superar los siguientes pasos en diferentes áreas de tu vida. Parece tortuoso y difícil pero con la dirección del Espíritu Santo podrás lograrlo de acuerdo a tu perseverancia, obediencia y tiempo necesario para tu caso personal.
Dios El Señor prometió esta transformación en el siguiente versículo:
"Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne"(Ezequiel 36:26).
Este versículo expresa la promesa de Dios para cambiarte internamente. Pero este cambio es paulatino porque debes, en el proceso, superar los siguientes pasos en cada área que el Señor irá transformando:
Tener decisión firme para obedecer y vencer.
Querer cambiar. Debes estar decidido a ser restaurado confiando en Dios.
Recordando que Dios no obliga a nada, El espera la decisión y obediencia de tu parte. El que no quiere ser restaurado no lo será. " Al de firme propósito guardarás en perfecta paz; porque en ti confía" (Isaías 26:3). "Firme está mi corazón, oh Dios, mi corazón está firme, ¡cantaré y entonaré salmos!" (Salmo 57:7).
Confianza absoluta en Dios
Debes despojarte de la desconfianza en Dios y de su imagen inadecuada. Los siguientes versículos muestran la falta de confianza en Dios y sus consecuencias:
" Clamo a ti, y no me respondes; me pongo en pie y no me prestas atención" (Job 30:20).
"A Dios, mi roca, diré: ¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo?" (Salmo 42:9).
Debes derribar los sentimientos de desconfianza para no tener obstáculos en el temor al castigo por los sentimientos de culpa y sentimientos adversos (ira, odio, rencor, orgullo, infidelidad, adulterio etc.) a causa del dolor emocional y pensamientos destructivos. La confianza absoluta en Dios y en su palabra es la base para crecer espiritualmente, como se expresa en el siguiente versículo: "Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas" (Proverbios 3:5-6).
Honestidad ante Dios para debilitar los mecanismos de defensa.
Es necesario que liberes en oración a solas con Dios todo el dolor, siendo totalmente honesto porque El Señor todo lo sabe. Mediante la honestidad serás capaz de derribar tus propias mentiras o mecanismos de defensa, paso esencial para dejar que la verdad de Dios sea internalizada en tu vida. Para esto es necesario que recuerdes que de todos modos Dios todo lo conoce, aún las cosas que no te atreves a decirle. Él lo sabe todo, pero ser honesto ante El tiene el efecto de liberarte de las emociones negativas y destructivas: "¿Podrá alguno esconderse en escondites de modo que yo no lo vea?" Declara el Señor" (Jeremías 23:24).
Veamos, en el capítulo 20, como libera su dolor y tensión el profeta Jeremías, con honestidad de sentimientos y emociones, ante Dios: "Maldito el día en que nací, el día en que me dio a luz mi madre no sea bendito. "Maldito el hombre que dio la noticia a mi padre diciendo: ¡Te ha nacido hijo varón!, Haciéndolo muy feliz. Sea ese hombre como las ciudades que el Señor destruyó sin piedad. Oiga gritos de mañana y alaridos al mediodía…" (Jeremías 20: 14-16).
Dios nos invita a echar nuestra ansiedad sobre Él para no tener cargas: "Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que El os exalte a su debido tiempo, echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros" (I Pedro 5:6).
Ser honestos ante Dios libera la tensión interna; callar produce tensión y conflictos internos, así como enfermedades psicosomáticas: "Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió con mi gemir durante todo el día" (Salmo 32:3).
Aceptar la voluntad de Dios (Señorío)
Tendrás con el tiempo que aceptar su voluntad por hechos dolorosos por causa de accidentes, desastres naturales, muertes, etc., recordar que El no nos mintió: "Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación, pero confiad; yo he vencido al mundo" (Juan 16:33).
Restaurar la comunión con Dios y para ellos, debes confesar tu propia iniquidad a Dios y arrepentirte, pedir perdón a Dios por culparlo del dolor y abandono por el dolor sufrido: "Confieso, pues mi iniquidad; afligido estoy a causa de mi pecado" (Salmo 38:18).
Destruir la resistencia y formas de evadir el dolor y, para ello debes enfrentar la propia responsabilidad y consecuencias a causa del dolor emocional y no culpar a otros ni evadir con las propias mentiras (mecanismos de defensa), como lo hicieron Adán y Eva al desobedecer al Señor: "Y el hombre respondió: la mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol y yo comí. Entonces el Señor Dios dijo a la mujer ¿ Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí". (Génesis 3: 12-13).
Los mecanismos de defensa se destruyen al aceptar la realidad y responsabilidad de los hechos: "Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos, de manera que eres justo cuando hablas, y sin reproche cuando juzgas" (Salmo 51:4).
Aceptar el perdón de Dios y asumirlo
"Nosotros hemos transgredido y nos hemos rebelado, tú nos has perdonado" (Lamentaciones 3:42).
"Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto" (Salmo 32:1).
"Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados" (Isaías 43:25).
"Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad. Dije: confesaré mis transgresiones al Señor y tu perdonaste la culpa de mi pecado"(Salmo 32:5).
Perdonarte: Porque Dios te ha perdonado, debes asumir los privilegios de ser ahora hijo(a) de Dios o nuevamente hijo de Dios.
Autor:
Jorge Edgardo Oportus Romero