ÁRBOLES Y ARBUSTOS DE MAYOR UTILIZACIÓN POR SU POTENCIAL FORRAJERO. ASPECTOS AGRONÓMICOS PARA SU MANEJO.
Morus alba (Morera).
La morera tiene su origen en el continente asiático, al parecer proviene de China o de la India, desde hace alrededor de 5 000 años, tuvo sus inicios la sericultura (Ye, 2001). Pertenece a la familia Moraceae, género Morus (Diccionario Enciclopédico Espasa, 1984). En Cuba existe un germoplasma no superior a 10 variedades, que forman parte del banco de recursos genéticos de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes "Indio Hatuey", las que fueron introducidas principalmente desde Costa Rica y Brasil a finales de la década de los 90 del siglo pasado (Martín,2004).
Los estudios agronómicos realizados demostraron que se puede propagar por semillas, estacas, acodos e injertos, los marcos de siembra que propicien altas densidades son más apropiados (20 a 25 000 plantas/ha), En Cuba se ha recomendado para la siembra de este cultivo, distancias entre hileras de 1 m y 0,40-0,50 m entre plantas. A partir de la experiencia práctica obtenida mediante los estudios agronómicos realizados por (Martín, Reyes, Hernández y Milera, 2002).
La fertilización es la base del crecimiento de M. alba, siempre y cuando los demás factores como el clima y el suelo sean favorables. La morera es muy exigente al N, P y K, por lo que su fertilización es imprescindible. En plantaciones destinadas a estudios bioquímicos y agronómicos se han empleado dosis nitrogenadas a partir de gallinaza equivalentes a 100, 300 y 500 kg de N/ha/año, según reporte de García, Ojeda y Pérez (2002). La fertilización nitrogenada no debe ser inferior a 300 kg /ha/año, la cual puede ser aplicada con formas químicas y/o orgánicas. La aplicación de biofertilizantes, como el azotobacter combinado con materia orgánica, estimula significativamente la producción de biomasa total y comestible, la cual puede alcanzar valores entre 10 y 12 t de MS/ha/año en biomasa comestible (70% solo hojas) y entre 25 y 30 t de MS/ha/año de biomasa total (Martín, 2004).
Al igual que en los demás árboles forrajeros, el tiempo mínimo de recuperación de M. alba después de la poda es aproximadamente de 2 meses, según Francisco (2002). Las principales investigaciones relacionadas con el manejo de la poda se han llevado a cabo utilizando frecuencias de corte de 45, 60, 75 90, hasta los 120 días Martín et al., (2002). Estos autores encontraron que la frecuencia de corte de 90 días fue la de mayores rendimientos de MS de biomasa comestible. Las variedades Acorazonada y Tigreada lograron el mejor comportamiento con frecuencia de corte de 60 días en el período lluvioso y la variedad Indonesia con cortes cada 90 días en el poco lluvioso.
De igual forma Martín et al.,(2002), no hallaron diferencias en la producción de biomasa total y sus componentes al estudiar alturas de corte de 20, 30, 40, 50 y 100 cm, tampoco encontraron diferencias entre los contenidos de PB y FB.
Leucaena leucocephala y Albizia lebbeck.
Leucaena l. y Albizia l., constituyen arbóreas promisorias, para la alimentación del ganado porcino en el Trópico, pues su valor nutritivo, y los componentes que contiene, han permitido su inclusión en las dietas de las especies monogástricas, teniendo en cuenta sus limites de inclusión para cada especie, por tales motivos consideramos pertinente, el tratar los factores agronómicos de estas arbóreas, en un mismo acápite, al formar parte de las leguminosas tropicales.
Para su utilización hay que tener en cuenta la altura que poseen, para ser sometidas al proceso de corte, la que debe alcanzar entre 1.0-1.5 m, valor que se alcanza, posterior al primer año de establecimiento aunque este indicador puede variar en dependencia de la planta y los factores edafoclimáticos. De acuerdo con Gamboa, Mendoza, Medina y Solorio (2000), A. Lebbeck a los diez meses de plantada ha logrado alturas superiores a los 1.61 m en diferentes tipos de suelo, sin embargo la Leucaena en un suelo Ferralítico Rojo alcanzó una altura de 1.97 m en un período más corto de tiempo ( Del pozo, Jerez, Fernández, Padilla y Ginoria, 2000).
A continuación se muestra como los cortes al inicio o durante el período seco, traen consigo una disminución en la formación del rebrote, y con interferencia en los procesos de crecimiento de las plantas ( Llamas, Castillo, Sandoval y Bautista, 2000).
Al valorar el factor altura de corte, durante varios experimentos realizados con Leucaena l. (50, 100 y 150cm), se obtuvo que los mayores rendimientos se manifestaron a las mayores alturas de corte, tanto en el período lluvioso como el poco lluvioso (Francisco, Simón y Soca, 1998). En el caso del género Albizia se ha estudiado menos la altura de defoliación, pero existen reportes de Benjamín et al (1999), con alturas de 60, 100 y 150, quienes obtuvieron a medida que se incrementó el número de cortes, un aumento de las raíces remanentes, hojas y yemas, lo cual determinó la rapidez del rebrote. Francisco (2002) obtuvo similares resultados en A. lebbeck.
Referente al intervalo entre cortes o frecuencia de poda , cuando se prolongan estos intervalos se eleva la cantidad de biomasa total, con acumulación del tejido leñoso y declive de la fitomasa comestible, es decir la aprovechable por el animal, de igual manera, al acortarse los intervalos, la producción de fitomasa decrece, por estas razones el momento óptimo de la cosecha del follaje de las arbóreas es durante el pico de máxima producción de biomasa comestible, el que se inicia con la caída de las hojas de las ramas inferiores del árbol. En cuanto a la densidad de plantas, mientras mayor sea, los beneficios productivos serán mayores, sin llegar a convertirse en plantaciones sobre densas, que impidan el cierre de las copas de los árboles, elemento que constituye un importante indicador en la cosecha del follaje, en este mismo sentido las densidades reportadas se encuentran desde 6, 3, hasta 1 árbol/m2, en los que esta última ofrece resultados productivos aceptables en las condiciones que se ha realizado el estudio.
CONCLUSIONES
En condiciones prácticas de producción de ganado porcino, se necesita para la correcta utilización de los árboles y arbustos, con potencial forrajero, conocer su valor nutritivo, componentes fotoquímicos, aceptabilidad, palatabilidad, en estrecha relación con los factores agronómicos para su manejo correcto (siembra, establecimiento, labores agrotécnicas, densidad de población, frecuencia y altura de corte), o al menos las generalidades de cada familia botánica. Pues aún, resulta difícil, para el productor local, el poder integrar todos estos conocimientos en un sistema racional de producción, armónico y sustentable. Por otra parte, continúan las interrogantes en el campus teórico sobre la eficiencia del uso del follaje en la dieta de los cerdos y el empleo de los árboles y arbustos, a partir del conocimiento de los factores agronómicos para realizar el mejor manejo de estos. Por lo que aún se requiere de mucha información para solucionar tales problemas, aun nos queda mucho por investigar al respecto.
REFERENCIAS
- Benjamín, A.K; Shelton, H.M; Gutteridge, R.C. 1999.Productivity of five tree legumes species in the tropics (cd-room), In: AAAP-ASAP Congress, Sydney, Australia.
- Del Pozo, P.P; Jerez, Irma, Fernández, Lucía; Padilla, P; Ginoria, J.2000. Análisis del crecimiento y desarrollo morfológico de la Leucaena leucocephala en un agroecosistema silvopastoril. Modelado del crecimiento. Memorias IV Taller Internacional Silvopastoril "Los árboles y arbustos en la ganadería tropical". EEPF "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba. p. 24.
- Diccionario enciclopédico Espasa. 1984. Tomo 9. Novena edición. Espasa-Calpe, S.A. Madrid. p. 84.
- Francisco, Geraldine; Simón, L; Soca, Mildrey. 1998. Efecto de tres alturas de corte en el rendimiento de biomasa de Leucaena leucocephala cv CNIA-250. Pastos y Forrajes, 21:377.
- Francisco, Geraldine. 2002. Manejo de las defoliaciones de Albizia lebbeck para la producción de biomasa. Tesis presentada en opción al título de Master en Pastos y Forrajes. EEPF "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba. 80 p.
- Gamboa, M.A;Mendoza,H; Medina, A;Solorio,F:J.2000. Evaluación Agronómica y producción de forraje de cinco árboles forrajeros en Yucatán. Memorias IV Taller Internacional Silvopastoril "Los árboles y arbustos en la ganadería tropical". EEPF "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba. p. 188
- García, D. E.; Ojeda, F. & Pérez, Guadalupe. 2002. Comportamiento fitoquímico de cuatro variedades de Morus alba en suelo Ferralítico Rojo con fertilización. [cd-rom]. Memorias V Taller Internacional Silvopastoril. I Reunión Regional de Morera. EEPF "Indio Hatuey". Matanzas, Cuba.
- Ly, J. (2005). Uso del follaje de árboles tropicales en la alimentación porcina. Conferencia. Rev. Pastos y Forrajes. 28(1): 11-28.
- Llamas, E; Castillo, J.B; Sandoval, C; Bautista, f. 2001. Trees forage production and quality on a quarry soil in Mérida, Yucatán, México. In: International Symposium on Sivopastoral Systems. Second Congress of Livestock production in Latin America. San José, Costa Rica. p.355.
- Martín, G.; Reyes, F.; Hernández, I. & Milera, Milagros. 2002. Agronomic studies with mulberry in Cuba. In: Mulberry for animal production. FAO Animal Production and Health Paper. FAO, Rome. p. 103
- Martín, G. J 2004. Evaluación de los factores agronómicos y sus efectos en el rendimiento y la composición bromatológica de Morus alba, Linn. Estación Experimental de Pastos y Forrajes" Indio Hatuey", Matanzas., Cuba.
- Savón, Lourdes; Gutierrez, Odilia; F, Ojeda; Scull, Idania. (2005). Harinas de follajes tropicales: una alternativa para la alimentación de especies monogástricas. Mesa redonda. Rev. Pastos y Forrajes. 28(1): 69-79.
Autor:
Yuván Contino Esquijerosa
Doctor en Medicina Veterinaria y Zootecnia. Master en Ciencias en Pastos y Forrajes. Líder Científico de la Línea Porcina. Módulo de Investigación-producción Ganado Menor.
F. Ojeda.
Estación Experimental de Pastos y Forrajes "Indio Hatuey", Central España Republicana, Perico, Matanzas, Cuba. CP 44280.
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