Resumen
Hoy en día la sociedad ya no puede concebirse como hace algunos años, ahora se habla de la sociedad del conocimiento y del papel que las instituciones educativas juegan en la formación integral de ciudadanos que puedan insertase en esta nueva sociedad, que sean aptos para resolver problemas reales, que se integren de manera fehaciente al trabajo colaborativo, que dominen las Tecnologías de la Información y la Comunicación y que potencialicen una serie de valores que les permita ser competentes y competitivos en un mundo cada vez más globalizado. El enfoque educativo de la Socioformación abre una oportunidad a los actores educativos para que de manera conjunta comiencen a abordar este tema pendiente en la vida social de nuestro país.
La sociedad del conocimiento en la que, cada día, más países están en proceso de incorporación representa un gran reto para los individuos de todas las regiones del orbe. Carlos Marcelo (2001) afirma que el valor de las sociedades actuales está directamente relacionado con el nivel de formación de sus ciudadanos y de la capacidad de innovación y emprendimiento que éstos posean.
Por ello necesario repensar la función de las instituciones educativas y en especial la forma en que los profesores se convierten en mediadores del aprendizaje de los estudiantes, para garantizar la formación integral de personas que seguirán aprendiendo toda la vida y pondrán su conocimiento al servicio de la sociedad.
Si bien la Socioformación no es un modelo pedagógico y sí un enfoque desde el que se reconoce la propia complejidad pedagógica y sus propuestas a través de diversas teorías, en consecuencia brinda las herramientas necesarias para formar integralmente a los ciudadanos. De acuerdo con Tobón (2013) la propuesta es que los estudiantes desarrollen a lo largo de su formación cuatro saberes: el saber hacer, saber convivir, saber conocer y el saber ser, siendo acompañados en sus procesos metacognitivos por docentes que se comprometan con la educación desde el interior de sus aulas y de sus academias.
Para (Sánchez, s.f.) la Formación Integral es el desarrollo equilibrado y armónico del sujeto, donde interactúan de forma conjunta lo intelectual, lo humano, lo social y ambiental, de esta manera la integralidad es un aspecto que hoy día ha tomado una mayor relevancia, porque ya no es suficiente el cúmulo de notas buenas en nuestros estudiantes, ahora se requiere de formar hombres que sepan vivir en sociedad, que desarrollen talentos para ello y que participen cada vez con mayor énfasis en las decisiones que tienen que ver con su entorno. De acuerdo con Tóbon (2010), la recuperación del humanismo en los métodos de mediación de los estudiantes así como en la formación y actuación de los docentes, ha sido una de las bondades del actual modelo por competencias, adoptado en la Educación Media Superior en México, el humanismo como tal plantea la finalidad de formar ciudadanos íntegros que sean competentes y con un alto sentido ético para manejarse en la sociedad.
El humanismo en la educación ha permitido formar integralmente a las personas desde siglos atrás, sin embargo en el siglo XXI la formación humanista reclama, también, la colaboración de la familia aunada a la de los profesores y a la voluntad de los estudiantes, así como la empatía de instituciones educativas con estructuras, cada vez, más horizontales en cuanto a propuestas y decisiones, respecto a lo que pasa en el aula, cuando se trata de formar integralmente a nuestros estudiantes.
El eje clave de la socioformación recae en la actuación del estudiante que se está formando para enfrentarse a un mundo complejo, en el que la incertidumbre siempre estará presente y en el que tendrá que afrontar retos importantes para beneficio de la sociedad a la que pertenece y para su propia persona. Las competencias bajo este enfoque son consideradas como un bagaje de capacidades personales que conjuntan procesos, ética, cultura, emprendurismo, trabajo colaborativo, entre otras y que permiten resolver problemas reales de manera asertiva.
La socioformación considera ciertos conceptos clave, enumerados a continuación, que resultan de vital importancia para los profesores que tienen la misión de incidir en la formación integral de los estudiantes, desde el momento, mismo, que nace su compromiso como docente:
· Vivir con un proyecto ético de vida, es decir; que sea capaz de convivir en sociedad poniendo, siempre de manifiesto sus principios éticos frente a la misma, frente a la vida y frente a su actuar de manera sustentable.
· Poseer las competencias necesarias para enfrentar retos, que le permitan resolver problemas reales con un sentido de compromiso y responsabilidad.
· Tener actitud para el emprendimiento creativo, el cual es necesario para que los estudiantes de hoy y próximos ciudadanos tengan la misma posibilidad de convertirse en motores de la economía de nuestro país.
· Trabajo colaborativo para romper paradigmas y aprender que el esfuerzo conjunto tiene mayores ventajas para todos.
Es necesario trabajar de manera más consciente en nuestras aulas y presentar propuestas desde y para la academia, la cual tiene un potencial que muy poco se ha sabido aprovechar. ¿Podemos, realmente, exigir a nuestros estudiantes que trabajen colaborativamente cuando nosotros no estamos dispuestos a hacerlo con nuestros compañeros docentes? A pesar de todos los esfuerzos realizados por los diferentes representantes de las nuevas corrientes educativas en el mundo y en México, todavía falta mucho por hacer respecto a la formación integral de los estudiantes mexicanos, no es fácil romper paradigmas que permitan dar entrada a nuevos enfoques educativos, trabajamos en la aulas maestros del siglo XX atendiendo a estudiantes del siglo XXI, existe sin duda una resistencia muy fuerte respecto a cambio de modelos educativos enfocados en el proceso de enseñanza por modelos centrados en el aprendizaje del estudiante, recordemos que muchos de nosotros aprendimos con métodos que hoy ya no son pertinentes y todavía existe la creencia, por parte de muchos docentes, de que la mejor manera de aprender de sus estudiantes es la misma que ellos utilizaron para aprender de sus profesores. Es muy probable que el cambio esperado pueda ver la luz, cuando los jóvenes que han comenzado a formarse bajo estos nuevos enfoques, regresen a las aulas para formar a las siguientes generaciones. La reflexión queda sobre la mesa para los docentes que estamos tomando conciencia del gran compromiso educativo que ha traído el nuevo siglo para nuestra sociedad inmersa en la globalización.
"La formación integral desde la Socioformación"
Mapa Mental
Tobón, S. (2013). Socioformación: Hacia la gestión del talento humano acorde con la Sociedad del Conocimiento. México. Instituto CIFE. Recuperado el 03 de agosto de 2015, de http://www.slideee.com/slide/cife-socioformacion-hacia-la-gestion-del-talento-humano- acorde-con-la-sociedad-del-conocimiento
Sánchez, I. (s.f.). La formación Integral en la vida estudiantil desde una perspectiva Humanística. Nicaragua. Recuperado el 3 de Agosto de 2015, de: http://www.postgrados.cunoc.edu.gt/Documentos/Vida%20estudiantil/La%20formaci%C3%B3n%20integral%20en%20la%20vida%20estudiantil%20desde%20una%20persp.pdf
Tobón, S. Pimienta, J. García, J. (2010), Secuencias Didácticas: aprendizaje y evaluación por competencias. Edo-Mex, México: Pearson.
Marcelo, C. (2001), Aprender a enseñar para la Sociedad del Conocimiento, Complutense de Educación, 12 (2), 531-593. Recuperado de: http://www.cife.edu.mx/index.php/biblioteca-digital/sdc-1/147-aprender-a-ensenar-para-la- sociedad-del-conocimiento.
Autor:
María Reyna Navarro García
CECyT 12 "JMM"