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La clasificación internacional del funcionamiento, de la discapacidad y de la salud (CIF) 2001

Partes: 1, 2

    Publicación original: Rev. Esp. Salud Pública, jul.-ago. 2002, vol.76, no.4, p.271-279. ISSN 1135-5727.  Reproducción autorizada por: Revista Española de Salud Pública,

    RESUMEN: La aproximación que hasta ahora se seguía para considerar y clasificar las dimensiones relacionadas con la salud y la discapacidad se ha visto modificada y actualizada gracias a la elaboración por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF). Esta clasificación ha sido ya aceptada por 191 países, tras replantear el modelo anterior y acordar un nuevo modelo internacional de descripción y medición de la salud y la discapacidad.

    Como antecedentes hay que recordar que la Clasificación de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM) anteriormente vigente fue publicada por la OMS por primera vez en 1980. El proceso de revisión de dicha clasificación ha tenido como resultado modificaciones trascendentes. Con el cambio del nombre se ha intentado reflejar el deseo de sustituir la perspectiva negativa de las deficiencias, discapacidades y minusvalías por una visión más neutral de la estructura y de la función, considerando las perspectivas positivas de las actividades y de la participación. Otro aspecto novedoso ha sido la inclusión de una sección de factores ambientales, como reconocimiento a su importancia, ya que interactuando con el estado de salud pueden llegar a generar una discapacidad o, en el otro extremo, a restablecer el funcionamiento. La información disponible ha permitido estimar a la OMS, entre otras cosas, que cada año se pierden unos 500 millones de años de vida a causa de discapacidades asociadas a problemas de salud, lo que representa más de la mitad de los años perdidos anualmente por muertes prematuras.

    El objetivo principal de la nueva clasificación es proporcionar el marco conceptual mediante un lenguaje unificado y estandarizado ante los retos subyacentes, constituyendo un valioso instrumento de utilidad práctica en salud pública.

    Palabras clave: Clasificación. Evaluación de la Discapacidad. Organización Mundial de la Salud. Salud Pública.

    ABSTRACT: International Classification of Functioning, Disability and Health (ICF) 2001. The approach which had been being employed to date for dealing with and classifying those aspects related to health and disability have been revised and updated thanks to the World Health Organization (WHO) having drafted the International Classification of Functioning, Disability and Health, which has now been accepted 191 countries after revamping the prior model and reaching a consensus regarding a new international model for describing and measuring health and disability.

    As background information, it must be recalled that the Classification of Impairments, Disabilities and Handicaps (CIDH) previously in effect was first published by the WHO in 1980. The process of revising this classification has resulted in some changes of far-reaching importance. The change in the name has been aimed at reflecting the wish to replace the negative perspective of impairments, disabilities and handicaps for a more neutral view of structure and function, considering the positive perspectives of activities and of participation. Another new aspect has been that of including a section related to environmental factors in recognition of their importance, given that by interacting with the health condition they may give rise to a disability, or, at the opposite end of the scale, may restore functioning. The data available has enabled the WHO make estimates including that of some 500 million years of life being lost annually due to disabilities related to health problems, which totals over one half of the years lost annually due to premature deaths.

    The main objective of this new classification is that of providing the conceptual framework by means of unified, standardized language with a view to of the underlying challenges, setting out a valuable instrument of practical use in public health.

    Key words: Classification. Disability Evaluation. World Health Organization. Public Health.

    Cada enfermedad ha sido denominada en muchos casos con tres o cuatro términos y cada término ha sido aplicado a muy diferentes enfermedades; se han empleado nombres imprecisos, inadecuados o se han registrado complicaciones en lugar de enfermedades primarias. La terminología es de tal importancia en este ámbito de investigación como son los pesos y las medidas en las ciencias físicas y debería ser resuelto sin demora.

    William Farr1, Primer Informe Anual del Registro General, Londres, 1839

    Introducción

    En el ámbito de la información sanitaria necesaria para la importante misión de conocer el estado de salud de las poblaciones, contamos con herramientas tales como las clasificaciones, los sistemas operativos de recogida de datos y los indicadores sintéticos de salud.

    La Clasificación del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud pertenece a la «familia» de clasificaciones internacionales2 desarrolladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pueden ser aplicadas a varios aspectos de salud. Esta familia proporciona el marco conceptual para clasificar un amplio rango de información relacionada con la salud y emplea un lenguaje estandarizado y unificado, que posibilita la comunicación sobre la salud y la atención entre diferentes disciplinas y ciencias en todo el mundo.

    Los estados de salud se codifican principalmente mediante la Clasificación Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE), que se ha venido adaptando periódicamente a lo largo de las últimas décadas. Pues bien, el funcionamiento y la discapacidad asociados a las condiciones de salud se codifican actualmente mediante la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF).

    La Clasificación resulta un instrumento útil para describir y comparar el estado de salud de las poblaciones. El estado de salud de una población viene definido por la carga de enfermedad3-4, medida de las pérdidas de salud atribuibles a diferentes enfermedades y lesiones —o a los factores de riesgo y determinantes asociados—, que incluye las consecuencias mortales y discapacitantes.

    El aumento continuado de la esperanza de vida debido a la disminución de la mortalidad en los últimos decenios, principalmente en los países más desarrollados tiene importantes consecuencias socio-sanitarias, entre ellas el aumento relativo de personas en edades más avanzadas y la modificación del patrón de enfermedad con un predominio de enfermedades crónicas y de discapacidad (fenómeno de la transición epidemiológica).

    Los indicadores de salud clásicos, basados en mortalidad son poco sensibles para describir la evolución del estado de salud de la población en los países desarrollados. De ahí el planteamiento alternativo a las medidas habituales de morbilidad (incidencia y prevalencia) que incorpora estas otras dimensiones (grado de discapacidad y duración), que consiste en medir las consecuencias no mortales. Así, en el Informe de Salud del año 2000 (referente a 191 países) publicado por la Organización Mundial de la Salud5 se propuso como indicador sintético el DALE (Disability-Adjusted-Life- Expectancy), indicador que mide de forma conjunta las consecuencias mortales y discapacitantes. Su cálculo a partir de datos de incidencia, duración y discapacidad asociada está basado en estimaciones epidemiológicas, no en datos empíricos6.

    Dada la relevancia de conocer mejor la información a partir de la cual podemos examinar la evolución de las discapacidades, a continuación repasaremos cuál ha sido el devenir de las clasificaciones más importantes en este campo.

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