Este artículo pretende contestar la siguiente pregunta, basada en los estudios del Génesis: ¿Qué influencia ejerce la Luna realmente sobre los habitantes de la Tierra?
Existe la creencia difundida de que la Luna Llena ejerce un influjo extraño sobre el comportamiento de la gente, así como de los seres vivos en general.
¿Cómo puede afectar la Luna Llena a nuestra mente y a nuestros órganos corporales, si es que lo hace en realidad? La doctora Laura Danly comenta: "Sabemos que hay alguna relación entre la Tierra y la Luna. Quizás no sea descabellado imaginar que sus cambios y la luna llena puedan tener alguna influencia en las personas". El escritor Neil F. Comins añade: "Hay muchos misterios, tanto físicos como psicológicos". La doctora Bonnie Buratti apunta: "Una de los términos aplicados a la locura, LUNÁTICO, deriva de la palabra LUNA. Parece que el hombre ha relacionado la Luna con la psicología humana en todas las épocas". El señor Rob Roy Britt expone: "Mucha gente cree que la luna llena afecta a su comportamiento, tal vez a su bioquímica o algo así". El doctor Peter Pressman, del Centro Médico "Cedars Sinai", señala: "Hay una creencia muy extendida entre muchas personas, incluidos algunos médicos, según la cual durante la luna llena se producen cambios… Cambios evidentes en las visitas a las salas de urgencias, en la cantidad de embarazos y partos… Existe un mito sobre los cambios de conducta, en conexión con las fases de la Luna".
Abundan las anécdotas sobre este tema, pero ¿apoya la ciencia la creencia de que la luna llena provoca efectos mensurables sobre los habitantes de la Tierra? El señor Rob Roy dice: "La humanidad siempre ha intentado asociar la Luna y sus efectos gravitatorios con el comportamiento de las personas y los animales".
La Luna afecta al movimiento de los océanos, que representan el 70% de la superficie de nuestro planeta. Por lo tanto, si el cuerpo humano se compone de agua en un 70%: ¿Significaría esto que la Luna podría ejercer un efecto proporcional similar en los seres humanos?
Algunos respetados miembros de la comunidad médica han informado de cambios en el comportamiento y la fisiología humanas durante la luna llena. El doctor Pressman opina: "Tenemos que mantener nuestra mente abierta. Algunos observadores minuciosos siguen postulando la existencia de alguna relación entre los ciclos lunares y la forma en que nos comportamos, la manera en que nuestra salud y los patrones de ciertas enfermedades cambian con el paso del tiempo. Probablemente, deberíamos preguntarnos de un modo creativo, riguroso y crítico si realmente todo eso es posible".
Algunos agentes del orden creen que los delitos aumentan cuando hay luna llena, pero otros que trabajan en primera línea no están tan seguros. "Yo creo que se trata simplemente de un mito", dijo Daniel
Castro, ayudante del sheriff de la ciudad de West Hollywood, quien al principio dudaba de que la Luna tuviera algún efecto sobre las personas. Sin embargo, inusualmente, durante los primeros 20 minutos de su turno en una noche de luna llena recibió 3 llamadas: el robo de un automóvil, el robo de un libro y un caso raro de violencia doméstica (un vecino que espontáneamente tiraba botellas hacia el patio delantero de la casa del denunciante). El número de estos incidentes continuó y la noche pasó a convertirse en la más ajetreada del año, por lo que el escepticismo del agente Castro perdió firmeza y poco después él exclamó: "Les diré algo. Al principio del turno policial no creía en el efecto de la luna llena, pero me estoy convirtiendo en un creyente".
El señor Roy explica: "Esta creencia está relacionada con el hecho de que la Luna provoca las mareas en la Tierra y quizás provoque mareas en el interior de las personas, pero eso no es posible. La Luna no provoca mareas en nuestro cuerpo. El pecho de uno no se hace más grande o se deforma por el efecto lunar". Sin embargo, el doctor Pressman reconoció que algunos de sus colegas creen que la Luna ejerce cierta influencia en el comportamiento humano: "los médicos que creen que la Luna afecta a nuestro cuerpo y a nuestro comportamiento han llegado a esta conclusión mediante sus observaciones. Puede tratarse de observaciones sesgadas (subjetivas o carentes de plena objetividad) que dependen de situaciones concretas y podrían no significar nada, salvo que eso es lo que alguien ha observado. Según este doctor a esas experiencias podría sacárseles un sesgo (colección de datos desviados o con tendencia subjetiva) basado en experiencias personales: "Si examinamos la pruebas, descubrimos que en realidad no existe una relación clara entre la influencia de la Luna y la salud o la enfermedad de los seres humanos. Sin embargo, hay médicos inteligentes y observadores minuciosos que siguen viendo esa relación".
"La conducta de la gente depende de sus creencias, y si crees que hay algo mágico en la Luna y que su hechizo puede influirte, quizá eso afecte a tu conducta", declara la doctora Danly. De todas formas, actualmente, la ciencia no tiene una respuesta definitiva para este asunto. El posible efecto mensurable de la Luna sobre nuestro cuerpo y nuestra mente sigue siendo objeto de debate y forma parte, a su vez, de la mitología lunar.
Acción lunar a distancia.
La revista DESPERTAD del 22-5-2000, página 19, producida por la Sociedad Watchtower Bible And Tract, expone: «¿Influye la Luna en su vida?… Durante miles de años se ha creído que la Luna gobierna ciertos aspectos de la vida en la Tierra. Se ha pensado que las fases de la Luna afectan a las plantas, a los animales y hasta a los seres humanos. Aunque la investigación científica moderna ha desmentido algunos conceptos por largo tiempo aceptados, otras creencias perviven hasta nuestros días. ¿Cuál es la realidad?
Hay quienes están convencidos de que existe relación entre las fases de la Luna y el crecimiento de las plantas. Por ello consultan calendarios y almanaques antes de plantar flores, esparcir estiércol, embotellar vino o preparar conservas, creyendo que si determinadas actividades se realizan durante la fase equivocada de la Luna, la calidad del producto final se verá perjudicada. Una fuente de consulta presenta el siguiente consejo a los amantes de la jardinería: "Si las verduras van a consumirse frescas, por lo general deben recogerse durante el cuarto creciente; las que se vayan a preparar en conserva deberán cortarse durante el cuarto menguante". ¿Existe base científica para esa costumbre?
Algunos estudios parecen establecer una conexión entre el crecimiento de las plantas y los ciclos lunares. Sin embargo, muchos científicos no están convencidos de que sea así. Señalan al hecho de que los ciclos lunares son complejos, que no son del todo regulares y que sus efectos no se distinguen con claridad, por lo que se dificulta duplicar los experimentos en los que se fundamentan esos estudios.
Con todo, algunos efectos de la Luna sí han sido confirmados. Por ejemplo, se ha demostrado que la actividad, los hábitos alimentarios, la reproducción y los ritmos biológicos de muchos organismos vivos están relacionados con las mareas, que, a su vez, reciben la influencia directa de la fuerza gravitatoria de la Luna.
Algunas personas concluyen que si ésta afecta a las mareas, también influirá en las personas, pues gran parte del cuerpo humano es agua. ¿Y qué se puede decir de la supuesta relación entre las fases de la Luna y las enfermedades mentales, el momento del nacimiento e incluso el ciclo menstrual, que dura aproximadamente lo mismo que el mes lunar?
Se han realizado estudios en los campos de la psiquiatría, la psicología y la ginecología para descubrir la verdad sobre dichas cuestiones, si bien los resultados no han sido concluyentes. Mientras que algunos investigadores afirman haber hallado ligeras correlaciones entre las actividades humanas y los ciclos lunares, otros niegan rotundamente que haya conexión alguna. Éstos alegan que si tales ciclos tuvieran una marcada influencia en el nacimiento humano, esa relación se habría demostrado con claridad hace mucho tiempo. Lo que es mas, ninguna de las teorlas que intentan explicar los supuestos efectos de Ia Luna en el ser humano ha convencido a Ia comunidad cientlfica en general.
A pesar de que Ia ciencia ha demostrado que Ia Luna sltiene ciertos efectos en las diferentes formas de vida en Ia Tierra,noes facil determinar su alcance. Nuestro universo flsico es complejo, y al menos por el momento,muchos de los maravillosos mecanismos que lo regulan siguen siendo desconocidos».
El tomo 1 de Ia obra PERSPICACIA PARA COMPRENDER LAS ESCRITURAS, edicion en espanol de 1991,producido porIa Sociedad Watchtower, pciginas 825 y 826, comenta:
«[La Epilepsia es una enfermedad] cronica del sistema nervioso central que se manifiesta, bien por convulsiones o bien por una perdido parcial o total del conocimiento, y a veces por ambos cosas. Este tras torno esta vinculado a una actividad anormal del cerebro. Existen dos closes principales de epilepsia: el "gran mal",ataque epileptico con convulsiones fuertes acompanado de perdido del conocimiento, y el"peque no mal", forma mas benigna, cuyos ataques son de muy breve duracion. AI que padece esta enfermedad se le llama "epileptico".
[Segun el Evangelio de Mateo], Jesucristo cureS a un epileptico a quien sus disdpulos no hablan podido sanar (Mt 17:14-20). Este muchacho había tenido desde la infancia un "espíritu mudo y sordo" que, entre otras cosas, lo convulsionaba periódicamente y le hacía echar espumarajos por la boca. Jesús reprendió al demonio, este salió y el muchacho fue sanado. (Mr 9:14-29; Lu 9:37-43).
Aunque en esta ocasión se relaciona la epilepsia con un espíritu demoníaco, esta enfermedad suele tener causas naturales, y las [Santas] Escrituras no dan a entender que se deba a posesión demoníaca. Más bien, cuando [el evangelista] Mateo informa que la gente le llevó a Jesús personas enfermas, entre las que se encontraban "endemoniados y epilépticos", se establece una diferencia entre estas dos clases de personas…
El término español "epilepsia" se deriva del griego "e·pi·le·psí·a", que significa "ataque". Sin embargo, la palabra "e·pi·le·psí·a" no se usa en la Biblia. Para referirse a este trastorno, Mateo usó diversas formas de la voz griega "se·le·ni·á·zo·mai", que significa literalmente "estar afectado por la luna"…
Es digna de mención la explicación que ofrece The International Standard Bible Encyclopaedia: "El significado original del término "seleniázomai", "[estar] afectado por la luna", tiene que ver con la creencia popular, muy extendida y de una extraña persistencia, de que ciertas fases de la Luna son dañinas para el ser humano, sobre todo en el caso de enfermedades de carácter periódico o remitente. No hay información que permita determinar si en los tiempos del N[uevo] T[estamento] esta palabra en particular representaba una creencia viva o había pasado a un uso en el que desaparece la metáfora original, limitándose a significar el hecho sin referencia a la idea contenida en la etimología. Todavía utilizamos la palabra "lunático" para referirnos a un enfermo mental, aunque hace mucho que se ha dejado de creer en la influencia de la Luna en tales casos" (edición de J. Orr, 1960, vol.3, pág.1941).
El que Mateo empleara formas de la palabra "se·le·ni·á·zo·mai" no significa que creyera en las supersticiones que relacionaban esta enfermedad con ciertas fases de la Luna. Lo único que hizo fue usar el término griego para epiléptico que era de uso común en su tiempo. Además, los síntomas que tanto Mateo como Marcos y Lucas describen en el caso del muchacho son precisamente los propios de la epilepsia».
Conclusión.
Actualmente, existe una divergencia de opiniones en cuanto al supuesto poder de la Luna para causar enfermedades o perturbaciones en la conducta y la mente humanas. El doctor Pressman, citado anteriormente, ha dado fe de ello y sugiere que por el momento no existen datos suficientes que permitan afirmar con claridad cuál es la postura correcta. Incluso, pudiera suceder, según algunos, que las investigaciones finalmente arrojaran luz para un planteamiento diferente, en el sentido de que la realidad se mostrara compatible con más de una de las hipótesis que hoy se consideran disjuntas entre sí.
En este aspecto, es interesante notar cómo el Génesis puede sernos de gran ayuda a la hora de orientarnos en la búsqueda de una respuesta. Evidentemente, lo primero que hace falta es asegurar la autoridad veritativa de esta narración tenida por sagrada; y esto lo hemos venido haciendo (nosotros) a lo largo de los 40 artículos anteriores. Por consiguiente, ahora, lo que resta es encontrar pasajes del Génesis que nos indiquen cuál es la dirección más correcta.
Hallamos un pensamiento guiador en el siguiente texto, referido al periodo final de los Días Creativos, excluido el Séptimo Día: "Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mira!, [era] muy bueno. Y llegó a haber tarde y llegó a haber mañana, un día sexto" (Génesis 1:31). La pregunta pertinente es: ¿Podría denominarse "muy bueno" al influjo de la Luna sobre los seres vivos si dicha influencia causara en éstos alguna clase de comportamiento anómalo, o si afectara adversamente a la salud psicofísica del ser humano?
La respuesta es evidente.
Por consiguiente, en el estado de equilibrio original al menos, no es coherente con el Génesis pensar que la Luna o sus fases podrían causar de algún modo una influencia perturbadora mínima sobre la condición de perfección funcional y morfológica de los seres vivientes del planeta. Sin embargo, no podemos decir lo mismo después de acaecida la rebelión edénica, cuando nuestros primeros padres se acarrearon el disfavor divino, dañándose consecuentemente a sí mismos y a toda la creación terrestre, con fatales resultados para la estabilidad vital en nuestra Tierra.
Esto lo podemos entender mejor si lo comparamos al siguiente ejemplo. Supongamos que dos hermanitos reciben galletas integrales impregnadas de miel, pero uno de ellos ellos tiene diabetes y el otro no. Es evidente que el niño sano acusará saludablemente esta merienda, mientras que el niño enfermo puede tener graves problemas de salud a causa del deficiente estado de equilibrio metabólico que le acarrea su dolencia. Así pues, la influencia de la merienda tiene muy distintas consecuencias en uno y otro niño. ¿Qué marca la diferencia?… La diferencia viene determinada por el estado de salud del que toma la merienda.
Del mismo modo, antes de la rebelión de nuestros primeros padres no es concebible, desde el punto de vista del Génesis, que la influencia de la Luna sobre nuestro mundo provocara ninguna clase de alteración morbosa en los seres humanos y demás vivientes. Sin embargo, tras la pérdida del equilibrio original, las cosas cambiaron. Tal vez entonces sí haya influido negativamente nuestro satélite natural sobre individuos alejados del estado de perfección primigenio, tanto en sentido mental como físico. Es posible, pues, que la denominación de "lunático" haya tenido algún fundamento empírico para catalogar a ciertos individuos afectados de males cerebrales que se agravaran con determinadas fases lunares. No obstante, al añadírsele a esta denominación una componente misteriosa y supersticiosa, tan característica de las sociedades antiguas y desviadas de la guía del Creador, se favorecía el extremismo intolerante y se estigmatizaba a los individuos que desgraciadamente e involuntariamente presentaban epilepsia, tratándolos sin la misericordia que se debe a los desafortunados, y ahuyentándolos como si fueran personas malditas.
Autor:
Jesús Castro