Ablación femenina: ¿ritos justificados bajo el contexto de religión?
La mutilación genital femenina se practica en África y algunas partes de Asia, donde se sigue manteniendo como parte de la "normalidad" cultural y religiosa, pero además es muy común que por los inmigrantes de estos continentes en todo el mundo, se practique en otros países y los resultados siguen siendo los mismos. Se observa una realidad completamente distinta a nuestra cultura, pero que como practica cultural esta validada por la cultura que se practica y lo complicado es contradecir estos principios o no ejecutarlos. Al ser una manifestación cultural puede llevar a variadas impresiones, opiniones y acciones, ya sea de personas externas a dichas culturas, como las personas que vivencian a diario esta experiencia, considerando que en tiempos actuales es una práctica que se sigue ejerciendo y que por lo mismo mueren miles de mujeres diariamente por este rito.
La ablación o mutilación genital femenina consiste en la práctica de la extirpación total o parcial de los genitales externos de las mujeres, práctica que se hace generalmente en la niñez, lo que lleva a que ellas tengan problemas de salud irreversibles por toda su vida.
Actualmente se calcula que 70 millones de niñas y mujeres en vida, han sido sometidas a la mutilación genital femenina en África, las cifras aumentan en Europa, Australia, Canadá y Estados Unidos, ya que en estos países se encuentran mayor cantidad de los inmigrantes procedentes de África y Asia.1
Diversos textos hablan de los inicios de este rito, se llega a la conclusión que comienza aproximadamente en Egipto hace unos 4000 años, esto se comprueba por unas momias encontradas en dicho país y que manifiestan este tipo de intervención y de ahí fue extendida por varias sociedades tribales de muchos países africanos.2
Existen diversas razones para realizar la ablación, entre ellas se destaca las sexuales, mediante esta práctica se controla la sexualidad de las mujeres, pero la más relevante es la del ámbito cultural/religioso, es un rito de iniciación, por lo cual mantienen la cohesión social, defendiendo la visión de que los genitales femeninos son sucios, es antihigiénico tenerlos, se puede tener un parto más seguro y aumenta la fertilidad.3 Donde se manifiesta la clara desigualdad de género que en esta como en muchas religiones existen hacia la mujer.
La ablación generalmente se practica a niñas y adolescentes entre 4 y 14 años, pero en algunos lugares a niñas menores de un año. La razón sociocultural que se le atribuye a este rito viene dado con la identidad sexual de las mujeres, ya que generalmente se asocia con la entrada de las niñas a la etapa adulta y así es considerada mujer.
La antropóloga Adriana Kaplan divide en tres fases la ablación, la primera es donde las niñas son separadas de la comunidad, donde ocurre la ablación, el corte del clítoris separa la infancia de la adultez, la segunda etapa es la marginación, dura hasta que cicatriza la herida, llena de prohibiciones y cuidados, en esta etapa según la autora se transmite las enseñanzas de la riqueza cultural, la tercera etapa de agregación, generalmente se complementa con fiestas, donde las iniciadas son presentadas públicamente con sus nuevos roles y estatus social, lo que lleva a ser aceptadas por la comunidad.4
Las cifras hablan de cómo hoy en día siguen muriendo muchas mujeres diariamente por esta práctica, frente a esto podemos hacernos parte o tener un conocimiento parcial de este hecho. Este ejercicio se respalda detrás de la justificación que es una actividad religiosa y cultural, que se puede respaldar en el respeto a la relatividad cultural que exigen diversos pueblos, donde se deben aceptar diversas prácticas.
"Los sociólogos definen la religión como un sistema cultural de creencias y ritos comunes que proporciona un sentido significado y propósito creando una idea de la realidad que es sagrada, aglutinante y sobrenatural" (Durkheim, 1976 [1912]; Berger, 1967; Wuthnow, 1998)
Según Giddens la religión, es una forma de cultura, implica creencias que toman forma de rituales y además proporciona un sentido de propósito, elementos que resultan difíciles de aceptar si consideramos que son precisamente este tipo de rituales los que denigran, mutilan y afectan psicológicamente a un ser humano, y, es más complicado aún intentar reconocer el sentido de propósito que este tipo de actividades puede proporcionar.
En la mayoría de las religiones la mujer es un actor secundario de la sociedad, donde no tiene derechos, solo deberes y estos deberes se ven condicionados por ritos escalofriantes y dolorosos, culturas dominadas por los hombres. En estas sociedades se vive comunitariamente, es decir, la comunidad es quien hace a los individuos, no viceversa, y la tradición dominada por la religión es parte importante de la vida de estas personas, es por esta que se rigen y justifican los actos que en ella se realizan.
serios daños tanto psicológicos como físicos a las mujeres – en caso de que terminen vivas – en este sentido por ejemplo, las políticas públicas deben ser claras y ofrecer un repudio tajante, deben informar y educar a la gente, que se den por enterados que hay otras opciones (tomando en cuenta que uno de los objetivos del rito es evitar el placer), los países involucrados se deben hacer responsables, esto no significa desconocer las diversas prácticas culturales.
De acuerdo a la BBC Mundo el rito de la ablación tiene una prevalencia del 70 al 90 por ciento en países africanos, asiáticos y sus alrededores. En Latinoamérica podemos señalar el caso de la tribu Embera Chamí, una comunidad de 25.000 personas en el occidente de Colombia que decidió, tras años de reflexión, prohibir el rito de la ablación. Los Embera Chamí trabajaron en conjunto con la ONU y los organismos colombianos y lograron identificar que la ablación violaba los derechos a la vida, la integridad y la salud de sus mujeres. Pero, además, llegaron a la conclusión de que esa no era una práctica ancestral. "Entendieron que es una práctica que vino implantada seguramente por sacerdotes españoles en la época de la colonia y que no tiene nada que ver con su dios ni con su cosmogonía" (Esmeralda Ruiz, Asesora de la Onu). El proceso de toma de decisión de los embera chamí implicó hacer pedagogía con las mujeres, los jóvenes, las parteras, los docentes y las autoridades indígenas5.
No se trata de homogeneizar el mundo, como muchos sistemas capitalistas y dominadores tratan, no es que esto se use como aprovechamiento de conquistas y evangelizaciones de estados dominantes por sobre los estados que practican estos hechos, ya que este mal sería de la misma dimensión que la práctica de la ablación, pero sí se trata de romper la violencia, dejar que las mujeres africanas (en su mayoría) puedan tener un autocontrol de su cuerpo, estaríamos frente a un nuevo paradigma: educar a la comunidad fundamentándose en el respeto por la autonomía del cuerpo.
BIBLIOGRAFÍA
Giddens A. 2009. Sociología. Barcelona.
Kaplan A. & Carrarsco S. 1998. De Senegambia a Catalunya, Procesos de Aculturación e Integración Social. Barcelona
Referencias tomadas de internet: http://www.uv.es/CEFD/17/blucas_antropo.pdf http://pazydesarrollo.org/pdf/guia_mgf_web.pdf http://www.aen.es/docs/guias_vg/guia_mutilacion_genital.pdf http://infokrisis.blogia.com/2010/011801-la-costumbre-islamica-mas-brutal- ablacion-del-clitoris.php
http://antropologica-mente.blogspot.com/2010/01/ablaciones-y-circuncicion- femenina.html http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/12/101203_colombia_indigenas_ember a_ablacion_wbm
NOTAS:
1 http://www.uv.es/CEFD/17/blucas_antropo.pdf
2 h ttp://www.unicef.org/spanish/protection/index_genitalmutilation.html
3h ttp://www.unicef.org/spanish/protection/index_genitalmutilation.html
4 http://www.uv.es/CEFD/17/blucas_antropo.pdf
5 http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/12/101203_colombia_indigenas_embera_ablacion_wbm.shtm l
Autor:
Carlos Peña Vega
Docente: Rayen Ingles