Desde el punto de vista educativo, hacer un análisis y/o síntesis acerca de la intelectualidad como de los modelos epistémicos es necesario recurrir a manifestaciones de autores reconocidos como Barrera Morales. En este particular el texto hace mención a uno de los entes que debe consolidar tales conocimientos, refiriéndose en este caso al docente, investigadores y otros; por ser los responsables de indagar, reflexionar, de formar, de facilitar conocimientos y educar al contexto social donde se desarrolla; para lo cual debe auxiliarse en postulados publicaciones, textos y otros, de autores de trayectoria.
En la obra de Barrera (1999) titulada "El intelectual y los modelos epistémicos"; nos hace una referencia a la forma de cómo ver al intelectual desde diferentes tópicos.
Por tanto, textualmente hablando nos referimos al intelectual como aquel ser que se encarga de la producción de ideas a través del uso de modelos, descifrando de esta forma el como surge el conocimiento y la realidad del contexto, por consiguiente cada modelo epistémico presenta una forma particular de emanar conocimiento.
El intelectual esta formado académicamente, sustanciado de saberes producto de otros estudios complementarios que ayudan a comprender lo abstracto que es su sentido de ser, a la vez que analiza la realidad para posteriormente proyectarla.
En este sentido la mayoría de las personas se atreven a hacer aseveraciones con respecto a un intelectual, en donde en muchas ocasiones se aplican términos o expresiones que se conocen mitos. Al hablar de mitos refiriéndonos al intelectual las expresiones más comunes es el creer que el todo lo sabe, cosa que es incierta ya que el se especializa en una disciplina pero con algunos conocimientos de otras vertientes; otro de los mitos es cuando existe la referencia de que estas personas son complejas en lenguaje que usan, ello obedece a el enriquecimientos dialectico que posee.
De manera que, para poder determinar a un intelectual debemos tener presente que este debe responder ante cualquier situación o fenómeno de manera sabia; presentando a todo tiempo un afloramiento de ideas por ser el epicentro de su trabajo investigativo.
Para cumplir este acometido es recurrente que el intelectual disponga de un capital para sufragar sus gastos y para su manutención del día a día en el quehacer investigativo, sean estos de origen autogestionario o por auspicio de diferentes entes.
En otro aspecto en relación a la imagen que proyecta el intelectual este tiene un estereotipo propio producto de su formación ideológica.
En virtud del devenir en mundo tan cambiante y una sociedad tan dinámica como en la que vivimos, donde no todas las personas se dedican a observar, meditar, escribir y plantear ideas de lo que cotidianamente hacen; es en este espacio es donde surge la inferencia de personalidades que ven con sentido preocupante el observar, el meditar y el plantear ideas para proyectar a futuro lo que la sociedad actual hace en sus vivencias. Por tanto el intelectual goza de esta fuente para elaborar teorías, manteniendo su presencia y vigencia.
Desde el punto de vista histórico el intelectual ha evolucionado de manera progresiva haciendo uso de mecanismos para expresar sus ideas imperantes en cada época, cabe destacar que el intelectual debe poseer autonomía de su pensamiento, vinculado con lo honesto de su saber, proyectando sus teorías visionarias, propias de su metodología de trabajo empleada en el quehacer de sus ideas; así mismo se requiere de este una formación permanente y con una actitud integradora u holista del saber y reconocer.
En el ámbito real del intelectual, este se caracteriza en virtud de lo que hace, de lo que crea, de lo que proyecta, por tanto hablamos de sus ideas, que son muy variadas dentro de las que cabe mencionar:
Evolucionarias: relacionadas con la naturaleza como también de contextos progresivos.
Revolucionarias: utilizan la fuerza para conseguir objetivos no alcanzados por la evolución.
Conservadoras: propician el mantenimiento el cuido y la conservación.
Innovadoras: favorecen modificaciones significativas dentro de un proceso.
Renovadoras: busca mejorar lo que la evolución o la revolución produce, sin perseguir cambios.
Dogmas: son irrefutables muy eludibles al conductismo.
Supersticiosas: conectan con temores, traumas o prejuicios, el conocimiento es ingenuo.
Míticas: se sustentan en expresiones simbólicas, al igual que creaciones de carácter cultural.
Reaccionarias: surgen por procesos divergentes, enfrentándose a ideas valores y actitudes, son agresivas.
Retardatarias: oponentes a lo adverso, estimulando lo radical.
Regresivas: vuelven a estadios del pasado.
Destructivas: son fatalicas, capaces de anular procesos históricos.
Desviacionistas: generan confusión y manipuladoras.
Divisionistas: producen divisiones en el conocimiento como también en la sociedad.
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