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El enfermo mental y su responsabilidad penal establecida en el código penal venezolano

Enviado por cruz navas


Partes: 1, 2, 3

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Contexto empírico
  4. Contexto teórico
  5. Contexto metodológico
  6. Contexto crítico
  7. Conclusiones
  8. Recomendaciones
  9. Referencias

EPÌGRAFE

"Los delitos deben ser calificados según el daño infligido a la sociedad."

Cesare Beccaria (1738-1794) Literato, filósofo, jurista y economista italiano

Resumen

Los actos de violencia en la sociedad constituyen una trasgresión a sus derechos fundamentales, pues afectan su vida, su integridad física, psicológica, sexual y su libertad personal y todos los bienes jurídicos tutelados ò protegidos por el Estado. La violencia de la cual es victima la sociedad, no se limita sólo a las agresiones físicas sino que se presenta en variadas formas de hechos dañosos. Ante esta realidad se realizó la presente investigación cuyo objetivo general fue, estudiar la responsabilidad penal del enfermo mental contemplado en el Código Penal venezolano. Se justificó el trabajo porque la violencia hacia la sociedad es un fenómeno de gran actualidad que abarca a un número considerable de personas. Se sustentó la investigación en la teoría de los derechos humanos. El trabajo metodológicamente se apoyó en una investigación del tipo jurídico dogmático, con base documental. Dentro de las conclusiones obtenidas, se encuentran Que las causas de inimputabilidad son todos aquellos motivos por los cuales no se le puede atribuir a un sujeto el acto típicamente antijurídico que haya realizado. Por tanto se recomienda involucrar a los diferentes entes de Estado para la atención prioritaria y especializada para los enfermos mentales victimas de procesos penales y el establecimiento de políticas para controlar todo tipo de violencia hacia la sociedad y defender sus derechos.

Palabras claves: Conducta, Delito, tipicidad, antijuricidad, imputabilidad, culpabilidad, responsabilidad penal.

Introducción

La creciente carga de trastornos mentales que afecta a las poblaciones de América Latina y el Caribe es demasiado grande para hacer caso omiso de ella. Por lo tanto, es una necesidad impostergable conocer la prevalencia de los trastornos mentales y la brecha de tratamiento, que está dada por la diferencia entre las tasas de prevalencia verdadera y las de las personas que han sido tratadas, que en algunos casos es grande pese a la existencia de tratamientos eficaces. Si se dispone de mayor información, se hace más factible 1) abogar mejor por los intereses de las personas que necesitan atención, 2) adoptar políticas más eficaces, 3) formular programas de intervención innovadores y 4) adjudicar recursos en conformidad con las necesidades observadas.

Existen muchas causas para la conducta humana en toda su diversidad, y lo mismo aplica específicamente a la conducta criminal. El incremento de la violencia a nivel global, así como de los delitos y actos criminales, recibe ya atención prioritaria. Es así como la Convención Anual de Psiquiatría, APA (American Psiquiatric Association), realizada en Pennsilvania en el 2002 estudió la relación de los trastornos mentales con la violencia y la conducta agresiva. Otras profesiones, gobiernos, países y organizaciones, como la Organización Mundial de la Salud se han visto obligados a atender urgentemente el fenómeno dado su amenazante y constante incremento. En Puerto Rico, ya desde el 1983 se había celebrado el Primer Congreso sobre la Criminalidad en el Colegio de Abogados auspiciado por el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP).

El delito como expresión del comportamiento humano requiere un análisis a la luz de la Psicología y la Psiquiatría como ciencias y el Derecho Penal. Estas ciencias han desarrollado un cuerpo consistente de conocimientos que explican el comportamiento delictivo y otros fenómenos psicosociales relacionados con éste. Entre estas dos ciencias naturales, existe una rama de la psicología que comprende todo este cúmulo de conocimientos y ha sido denominada por Hollin (1989) Psicología Criminológica. Así mismo, esta rama constituye todo el aporte científico ofrecido por la psicología a la criminología. De la Psicología Criminológica se deriva la psicología criminal y la psicología jurídica. La psicología criminal se ocupa de explicar las causas científicas del comportamiento delictivo, por lo cual se encuentra íntimamente vinculada al campo de la criminología. El desarrollo de la psicología criminal como disciplina es básicamente teórico y sirve de fundamento a otras áreas aplicadas de la psicología, específicamente, a la psicología jurídica. Así, la psicología jurídica es un área aplicada que se encarga de estudiar el ajuste del comportamiento humano al cumplimiento de la ley y la interacción del hombre con las instancias legales en el proceso de la administración de justicia. Dentro de la psicología jurídica se encuentra la psicología forense la cual se encarga de realizar el peritaje psicológico una vez que se ha cometido el delito. La psicología jurídica constituye un soporte importante en el que descansa el trabajo jurídico penal y se encuentra relacionada directamente con el derecho penal.

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