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Las hinchadas de fútbol y los lugares de pertenencia (página 2)

Enviado por Matías Catoggio


Partes: 1, 2

Las subjetividades que se construyen a partir de estas experiencias están relacionadas con la definición de las clases sociales en si mismas. Como se dijo anteriormente, son los sectores sociales medios ven el partido desde la tribuna, mientras que los sectores subalternos se pueden llegar a acercar para tomar esta practica como suya. Estos condicionamientos están manifiestos en las prácticas y se hacen tangibles en: el precio de la entrada, en la calidad del servicio brindado, en la comodidad, el orden, la limpieza, etc.

El primer ítem a analizar es el del espacio en el que se enclavan y a partir de eso cuales son los usos que se le dan al mismo. El contexto urbano en ambos casos es prácticamente similar puesto que la zona en la que se encuentran están permanentemente relacionadas. Ambas están dentro del casco urbano en las cercanías del centro. La diferencia radica en la actividad comercial que hay en uno y en otro lugar.

Los comerciantes que de hallan en la dentro del estadio en la tribuna, se encuentran sin un lugar físico donde vender sus productos sino que son "nómades", van vendiendo golosinas, bebidas y/o helados y al terminar su mercadería se van de la tribuna a reponer a un lugar debajo de la misma o en su inmediatez, sin salir del estadio, para volver a vender a los hinchas.

En el caso de las adyacencias del estadio los espacios comerciales son más abundantes, mas preparados "arquitectónicamente", y los productos ofrecidos son similares, exceptuando los vendedores de merchandising, de Gimnasia y Esgrima La Plata.

El segundo ítem radica en el análisis de las dimensiones y la organización del espacio, y la relación que esto tiene con el entorno donde esta emplazado.

El primer lugar a analizar es de uso privado, los días de partido porque para poder ingresar a ver el espectáculo se debe tener la entrada en la mano o su respectivo bono de socio. Además este tiene otros sitios abiertos y cerrados que en comparación son utilizados de diferente manera. En este sentido, los espacios se organizan de acuerdo a la entrada que haya adquirido el individuo para ese encuentro. Cabe remarcar que para todos los hinchas se encuentra el puesto de comidas rápidas o también llamada comida al paso, donde pueden adquirir pizza, hamburguesas, choripanes y bebidas. El club no cuenta en sus instalaciones del estadio con restaurantes, bar, pub o demás. Debido a la vorágine del encuentro y con la poca anticipación que llegan los actores de este trabajo al partido a disputarse, por esto es que estos son los servicios que se ofrecen.

Al centrar el análisis en los espacios abiertos que ambos poseen hay características que no pueden pasarse por alto. En el espacio abierto de la tribuna advertimos que las personas llegan generalmente con un distintivo de su club, ya sea bandera, gorro o camiseta y acompañados en su mayoría en grupos de 2 o más integrantes. En cambio en las afueras del estadio, aparecen elementos no convencionales que forman parte de los hinchas, y unos en particular casi inutilizado para escuchar los partidos, si lo están viendo en la cancha, como lo es la radio. En general quienes se apropian de estas prácticas, van en soledad hasta el estadio y después se juntan con algún otro hincha que lleva a cabo el mismo ritual, o se juntan a escucharlo con el vendedor de choripanes, el del merchandising, u algún otro semejante.

Los sentidos en conflicto

Una ciudad es un "fenómeno" o "hecho" social que circunscribe, delimita y conforma de manera contradictoria prácticas económicas, políticas y culturales o ideológicas imbricadas en las clases sociales[1]

De manera tal que asistimos permanentemente a una construcción social de la hegemonía, que atraviesa cada una de las prácticas que desarrollamos a diario. En la ciudad entonces – y más específicamente – en los escenarios que son eje del análisis se supone que a una igual distribución del poder corresponden diferentes enlaces hegemónicos que se encuentran entrelazados en todas partes, en todas las relaciones y en particular, en la organización de la vida cotidiana.

Esta distribución hegemónica es la provocadora de las principales contradicciones sociales, las disputas culturales y los conflictos simbólicos que se entrecruzan en los objetos de estudio comparados. Así, la tribuna del estadio del club se asocia a una tipología determinada de "persona", de clase media, media alta o hasta media baja, que por el poder ver el partido y disfrutar junto a amigos, familia o vecinos de un partido de fútbol de Primera División "aparenta" mayor nivel adquisitivo en comparación con la clase subalterna que debe esperar fuera del estadio por tener la capacidad economía suficiente como para pagar una entrada para observar el partido.

Esto a simple vista no sólo se debe analizar desde un aspecto de hegemonía sino desde el punto de vista de la discriminación permanente que sufren las personas pertenecientes a los sectores más bajos de la sociedad, que no pueden acceder a este espectáculo. Esta distinción se manifiesta sobre todo a simple vista en el aspecto y en las actitudes de unos y otros.

Así individuos que tienen teléfonos celulares, ropa de marcas reconocidas, un trabajo "digno", estudios universitarios y tantas otras características, serán parte de la geografía habitual que se puede encontrar al recorrer el espacio ocupado por la tribuna. En las antípodas, la imagen de los que quedaron en las adyacencias del estadio y no pudieron asistir al encuentro, encontrará personas con ropa de "entre casa", nada de primeras marcas, niños carenciados pidiendo monedas y trabajadores con rostros cansados luego de una ardua jornada laboral y sabiendo que a la salida del partido les espera la peor parte en lo físico y la mejor en lo monetario. Entonces el primer sentido hegemónico diferenciador queda bien delimitado. "La tribuna es para los que pueden y las adyacencias del estadio es para los pobres".

Cabe preguntarse entonces si este axioma aparente es en realidad de esta manera. No hay nada que indique que unos u otros deban estar viendo el partido dentro de la cancha o a fuera escuchándolo por radio y sintiéndolo el ritmo de la tribuna popular. Sólo la resignificación y los usos y las prácticas asociadas a una hegemonía determinan esto.

Así, parece hacerse carne el verbo pronunciado por Jorge González. En toda ciudad hay porciones y espacios utilizados sólo por ciertas clases sociales[2]

Esta legitimación sobre el uso de la tribuna o las afueras de la cancha sin duda es una construcción y un resultado histórico de luchas sociales diversas que involucran distintos grupos que se disputan el control hegemónico del espacio urbano, – aun inconscientes ellos – de que eso realmente está sucediendo. Finalmente entonces sin una conciencia colectiva y manifiesta el sentido que construyó uno de los "polos" – "los que pueden van a la tribuna, las adyacencias del estadio es para los pobres" – es aceptado por ambos naturalmente.

Así se moldean las identidades de los diferentes grupos urbanos que se diferencian radicalmente en sus prácticas y en la resignificación que dan a los espacios que les toca habitar y que sienten como propios. Es un claro ejemplo de esto lo que plantea, este trabajo, porque para los que ven el partido en la tribuna, que son la mayoría de los que se dirigen hacia ese destino, es solo un lugar de paso y en cambio los que se quedan afuera lo resignifican, lo hacen suyo y pasa de ser un lugar de paso para algunos a un lugar donde viven, sienten, se alegran, sufren y transpiran el partido.

Aquí es donde entran a jugar los factores culturales involucrados y en donde las prácticas culturales comienzan a legitimarse por la realización de los individuos que comparten una identidad de clase. Y es en donde se justifica todo lo resumido en el primer apartado.

Cada espacio tiene su propia hegemonía, que lo identifica y los distingue de otros espacios urbanos.

Por último es imperioso realizar un análisis de cómo se dan las negociaciones o las luchas por esos sentidos que se han contraído históricamente.

En el caso del estar dentro o fuera de la cancha, viendo o no el partido, no lleva a que exista una puja entre los sectores, permanente, diaria, patente, manifiesta. Porque cada espacio urbano en donde se erigen los actores a analizar tienen un sentido histórico que identifica a cada uno de los grupos que las vive día a día.

Quien esta en la tribuna mirando el encuentro – salvo factores ajenos a la voluntad individual – no desea ni es su intención mezclarse con la gente que lo siente desde las afueras. Por su parte quien lo siente desde afuera, primero porque en la gran mayoría de los casos no puede, pero además porque lo siente como un espacio propio gozan de su frente cultural, los resisten y permanentemente lo reapropian y lo resignifican a cada momento.

Una ciudad – en el caso analizado un lugar – , entonces, desde el punto de vista de la construcción imaginaria de lo que representa, debe responder, al menos, por unas condiciones físicas y naturales construidas; por unos usos sociales; por unas modalidades de expresión; por un tipo especial de ciudadanos en relación con las de otros contextos, nacionales o continentales o internacionales; un lugar hace una mentalidad urbana que le es propia[3]

Para concluir queda como reflexión pensar a la resignificación y apropiación de un espacio propio como una apertura a la discusión de la discriminación en los tiempos que corren. Entender los complejos procesos sociales desde la cultura, atravesada por las perspectivas hegemónicas abre una puerta de análisis para las problemáticas que plantean las dinámicas sociales contemporáneas.

 

 

Autor:

Catoggio Matías

Facultad de Periodismo y Comunicación Social (U.N.L.P.)

Comunicación y Teorías Cátedra I

Curso 2009

Trabajo Práctico Final

[1] González, Jorge., “Frentes culturales urbanos. La construcción de la hegemonía en la ciudad”. En: Más (+) Cultura (s). Ensayos sobre realidades plurales. México DF, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1994. Pág. 88

[2] González, Jorge., “Frentes culturales urbanos. La construcción de la hegemonía en la ciudad”. En: Más (+) Cultura (s). Ensayos sobre realidades plurales. México DF, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1994. Pág. 90.

[3] Silva, Armando, Presentación de Imaginarios Urbanos. Bogotá, Tercer Mundo Editores, 2004. Pág. 22

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