- Introducción
- Cambio climático
- Efecto invernadero
- Pruebas actuales del cambio climático
- Que están haciendo los gobiernos
- El Convenio marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático
- El Protocolo de Kyoto
- Qué está haciendo la UE
- Qué podemos hacer todos nosotros
- Bibliografía
Necesitamos comunicar de manera efectiva que el cambio climático es real y que sus impactos son duraderos, así como las maneras en las que la humanidad puede minimizar y prepararse para sus consecuencias.
Es importante comprender que este es un problema ocasionado por nosotros, y que como tal, la solución debe emanar desde la sociedad humana.
Esto se traduce en la disminución del uso de combustibles fósiles, en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, y en transitar hacia alternativas bajas de carbono y procurar un acuerdo internacional en la materia, todo como parte de un esfuerzo global.
Sabemos que las soluciones del cambio climático no serán fáciles, pero si valoramos las consecuencias esperadas debido a la inacción, a la parálisis, la sociedad perderá mucho más si el problema no es afrontado urgentemente.
2.1-¿QUE ES EL CAMBIO CLIMATICO?
El cambio climático es definido como un cambio estable y durable en la distribución de los patrones de clima en periodos de tiempo que van desde décadas hasta millones de años. Pudiera ser un cambio en las condiciones climáticas promedio o la distribución de eventos en torno a ese promedio (por ejemplo más o menos eventos climáticos extremos). El cambio climático puede estar limitado a una región específica, como puede abarcar toda la superficie terrestre.
3-CAUSAS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL
3.1 Naturales:
Cuando hablamos de causas naturales nos estamos refiriendo a aquellos procesos de la naturaleza que conllevan un aumento de las temperaturas terrestres.
Entre ellas se encuentra la liberación de gas metano en la tundra ártica y en los humedales. Ello provoca el llamado efecto invernadero, proceso en el cual la absorción y emisión de rayos infrarrojos por dicho gas calienta el planeta.
También el vapor de agua es una fuente importante de aumento de la temperatura, pero también de la formación de las nubes y las precipitaciones. Es un proceso de retroalimentación natural que funciona como un equilibrio.
El dióxido de carbono se libera a través de la respiración y los eventos volcánicos, gas también considerado de efecto invernadero, pero sus cantidades son suficientes para que se mantenga una temperatura estable en el planeta.
Otra causa natural son los ciclos climáticos que atraviesa la Tierra regularmente. Estos a su vez han estado determinados por las fluctuaciones solares.
3.2 -Causas artificiales
Muchos gases que se han emitido a la atmósfera bloquean las vías de escape y se quedan permanentemente, sin tener ninguna relación con los procesos químicos y físicos de la naturaleza.
El hombre con la deforestación, la explotación de los suelos y la quema de combustibles fósiles libera grandes cantidades de dióxido de carbono, lo que aumenta considerablemente su concentración en la atmósfera.
El metano, cuyo origen natural tiene una cantidad limitada, tiene propiedades de efecto de invernadero aún mayores que el CO2.
Este gas de hidrocarburos se libera también cuando se descomponen los desechos en los vertederos, en la agricultura, especialmente en los cultivos de arroz, así como en la digestión del ganado y toda la actividad con el estiércol.
Las prácticas de cultivo y el empleo de fertilizantes en ellas han emitido al ambiente una gran cantidad de óxido nitroso, otro gas de efecto invernadero.
Se denomina efecto invernadero al fenómeno por el cual determinados gases, que son componentes de la atmósfera planetaria, retienen parte de la energía que el suelo emite por haber sido calentado por la radiación solar. Afecta a todos los cuerpos planetarios dotados de atmósfera. De acuerdo con la mayoría de la comunidad científica, el efecto invernadero se está viendo acentuado en la Tierra por la emisión de ciertos gases, como el dióxido de carbono y el metano, debido a la actividad humana.
Este fenómeno evita que la energía solar recibida constantemente por la Tierra vuelva inmediatamente al espacio, produciendo a escala mundial un efecto similar al observado en un invernadero
4.1 Los gases de efecto invernadero que producimos
El principal gas de invernadero generado por las actividades humanas es el dióxido de carbono. Este gas representa el 75 % aproximadamente del total de «emisiones de gases de efecto invernadero» en el mundo, es decir, de todos los gases de efecto invernadero que se vierten a la atmósfera en los vapores y humos procedentes de tubos de escape, chimeneas, incendios y otras fuentes.
El dióxido de carbono se libera principalmente al quemar combustibles fósiles tales como el carbón, el petróleo o el gas natural. Y los combustibles fósiles siguen siendo la fuente de energía más utilizada: los quemamos para producir electricidad y calor y los utilizamos como combustible en nuestros automóviles, buques y aviones. La mayor parte de nosotros conocemos el dióxido de carbono (CO2) por las bebidas gaseosas (las burbujas de estas bebidas y de la cerveza son burbujas de CO2). También desempeña un papel importante en la respiración: inspiramos oxígeno y expiramos dióxido de carbono, en tanto que los árboles y las plantas absorben CO2 para producir oxígeno.
Por este motivo son tan importantes los bosques del planeta: contribuyen a absorber parte del exceso de CO2 que estamos produciendo. Sin embargo, se asiste a un proceso de deforestación —tala, desbroce y quema de los bosques— en todos los continentes. Otros gases de efecto invernadero generados por las actividades humanas son el metano y el óxido nitroso. Forman parte de los gases invisibles producidos por los vertederos, las explotaciones ganaderas, el cultivo del arroz y determinados métodos agrícolas de fertilización. También fabricamos artificialmente algunos de los gases de efecto invernadero, los llamados en gases fluorados. Se utilizan en los sistemas de refrigeración y aire acondicionado, pero acaban en la atmósfera si se producen fugas, o cuando los aparatos no son objeto de un tratamiento adecuado al finalizar su vida útil.
Pruebas actuales del cambio climático
El cambio climático ha comenzado ya. A lo largo del último siglo ,la temperatura media del planeta ha aumentado en 0,6 ºC, y la de Europa en particular en casi 1 ºC. A nivel mundial, los cinco años más cálidos desde que se conservan registros (es decir, desde alrededor de 1860, momento en que empieza a disponerse de instrumentos capaces de medir las temperaturas con suficiente precisión) han sido, por este orden:
1) 1998,
2) 2002,
3) 2003,
4) 2004,
5) 2001.
La tendencia al calentamiento se debe a la creciente cantidad de gases de efecto invernadero emitida por las actividades Humanas. Los climatólogos prevén que esta tendencia se acelere, aumentando la temperatura media del planeta entre 1,4 ºC y 5,8 ºC de aquí a 2100, y las temperaturas en Europa entre 2 ºC y 6,3 ºC. Puede parecer que son aumentos de temperatura Muy pequeños. Pero baste recordar que durante la última Edad de Hielo, que finalizó hace 11 500 años, la temperatura media del Planeta era inferior a la actual en solamente 5 ºC. Y, sin embargo, los hielos polares cubrían gran parte de Europa. Unos pocos grados provocan grandes variaciones en nuestro clima. El actual cambio climático está incidiendo ya en Europa y en todo el planeta (véase la página siguiente). A largo plazo, podría incluso desencadenar grandes catástrofes, tales como un rápido aumento del nivel del mar, inundaciones, grandes tempestades y escasez de alimentos y agua en algunas partes del mundo.
El cambio climático afectará a todas las naciones, pero los países en desarrollo son los más vulnerables, ya que a menudo dependen de actividades sensibles al clima como la agricultura y no disponen de mucho dinero para adaptarse a las consecuencias del cambio climático.
5.1 El cambio climático y sus efectos
Los casquetes polares se están fundiendo. La superficie marina cubierta por los hielos árticos en el Polo Norte ha disminuido en un 10 % en las últimas décadas y el espesor del hielo por encima del agua en casi un 40 %. En el otro lado del mundo, la capa de hielo que cubre el continente antártico se ha inestabilidad.
Los glaciares se están retirando. Es probable que el 75 % de los glaciares de los Alpes suizos desaparezca de aquí a 2050. Los responsables de la estación de esquí de Andermatt (Suiza) estudian la posibilidad de cubrir durante el verano el glaciar Gurschen, una zona muy popular entre los esquiadores, con una gigantesca hoja de plástico aislante para conseguir que deje de fundirse y desplazarse.
Al fundirse los casquetes de hielo, aumenta el nivel del mar. En el último siglo este nivel ha aumentado ya en 10-25 cm (dependiendo de la medida) y se teme que el aumento pueda alcanzar los 88 cm de aquí a 2100. De ser así, se inundarían las islas y zonas costeras poco elevadas, tales como las Maldivas, el delta del Nilo en Egipto y Bangladesh. En Europa, correrían peligro unos 70 millones de habitantes de la costa. Las aguas saladas podrían incluso alcanzar zonas alejadas del mar, contaminando los suelos agrícolas y las fuentes del agua potable
.
Si se funde la enorme capa de hielo que cubre Groenlandia, cosa que podría suceder a lo largo de los próximos pocos siglos, el nivel del mar podría aumentar incluso en siete metros.
El cambio climático da lugar a fenómenos meteorológicos extremos, tales como tempestades, inundaciones, sequías y olas de calor. En la última década, ha habido en el mundo tres veces más catástrofes naturales de origen meteorológico —principalmente inundaciones y huracanes— que en los años sesenta. Estas catástrofes no sólo producen enormes daños, sino que hacen que aumente el coste de los seguros.
El agua escasea ya en muchas regiones del mundo. Casi un quinto de la población mundial, 1 200 millones de personas, no tiene acceso a agua potable limpia. Si las temperaturas mundiales se incrementan en 2,5 ºC por encima de los niveles preindustriales, es probable que entre 2 400 y 3 100 millones de personas más padezcan escasez de agua en todo el mundo.
Con un aumento de la temperatura de 2,5 ºC, 50 millones de personas más podrían sumarse a los 850 millones que son víctimas actualmente de hambre crónica. En Europa, el período de vegetación se ha alargado en 10 días entre 1982 y 1995. Aun cuando esto haya beneficiado a la agricultura de la Europa septentrional, incluso en esta región empezarán a disminuir las cosechas si las temperaturas llegan a situarse 2 ºC por encima de los niveles preindustriales.
Las enfermedades tropicales como el paludismo podrían expandirse al hacerlo las zonas en que las condiciones climáticas son adecuadas para la vida del mosquito que la transmite. Un aumento de la temperatura de 2 ºC pondría en peligro a 210 millones de personas más. Cómo trabajan los climatólogos La moderna ciencia del clima se dedica a estudiar el pasado y a observar e interpretar con precisión lo que está sucediendo ahora. Los científicos utilizan una panoplia sorprendente de medios para averiguar cuál fue la situación en el pasado.
Por ejemplo, perforan la parte superior de los casquetes polares hasta el lecho rocoso y extraen cilindros de hielo denominados «testigos de hielo». En la Antártida, un equipo de investigadores europeos extrajo recientemente testigos de hielo de una profundidad superior a 3 km, que no se han visto afectados por la luz ni el aire durante más de 900 000 años (?)! Las propiedades físicas del hielo y del aire contenido en pequeñas burbujas permiten a los investigadores saber cómo eran el clima y la atmósfera en aquella época. También facilitan pistas sobre el pasado los anillos de árboles y corales de épocas remotas, las estalagmitas y los pólenes, semillas y hojas antiguos. Estudiando todo ello sabemos que las glaciaciones han alternado con períodos más cálidos y que las temperaturas medias en la Tierra han oscilado entre 9 ºC y 22 ºC (la temperatura mundial media actual es de 15 ºC).
Estas fluctuaciones se debieron a causas naturales, tales como las variaciones de la órbita de la Tierra en torno al Sol y del eje de la Tierra, los cambios en la actividad solar y las erupciones volcánicas. Durante los últimos 8 000 años, el clima ha sido bastante estable, con pequeños cambios de menos de 1 ºC por siglo. Esta estabilidad ha permitido el desarrollo de la sociedad y de los ecosistemas tales como hoy los conocemos. Pero ahora el calentamiento se acelera. Las causas naturales no bastan por sí solas para explicar un calentamiento tan rápido, sin precedentes por lo menos en los últimos 1 000 años, o 2 000 años según algunos estudios.
Gran parte de la información descubierta por los científicos se utiliza para predecir el clima futuro y los efectos del cambio climático. A tal efecto se utilizan la modelización y la simulación informática. No nos referimos a simples ordenadores personales: los ordenadores utilizados para mirar 100, 200 o 300 años en el futuro son sistemas complejos que tienen en cuenta muchas variables. Por
Ejemplo, los científicos no saben exactamente en qué medida es sensible nuestro clima al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, es decir, qué concentraciones son las que desencadenan determinados cambios de temperatura. Esto depende también de otros factores, como la contaminación atmosférica y la formación de nubes. Por ello, los científicos efectúan simulaciones basadas en distintos supuestos. También tienen que formular otras muchas hipótesis, por ejemplo cuántos combustibles fósiles se quemarán en el futuro, cuántas personas vivirán en la Tierra y cómo se desarrollarán las economías. Por este motivo, todas las proyecciones referidas a la evolución futura del clima ofrecen un intervalo de valores. En 1988, las Naciones Unidas crearon el grupo intergubernamental sobre el cambio climático (IPCC), que agrupa a miles de científicos de todo el mundo. Su misión es evaluar la investigación y los conocimientos actuales sobre el cambio climático y sus efectos y presentar informes al respecto. Hasta el momento, el IPCC ha publicado tres informes: en 1990, 1995 y 2001. Tras examinar todos los datos disponibles, el IPCC ha llegado a la conclusión de que las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera se han incrementado principalmente como resultado de las actividades humanas. El IPCC pronostica además que las temperaturas aumentarán entre 1,4 ºC y 5,8 ºC de aquí a 2100 que hay que hacer para combatir el cambio climático Muy sencillo: reducir las emisiones a la atmósfera de los gases de efecto invernadero. Algunos de ellos son de larga vida, lo que significa que permanecen en la atmósfera durante décadas o períodos incluso más largos. Aunque adoptemos medidas drásticas ahora, las temperaturas seguirán aumentando durante cierto tiempo. Sin embargo, si no hacemos nada, crecerán más aprisa todavía, y en un momento dado podría ocurrir que el clima se nos fuera de las manos.}
Reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero exigirá inversiones y la modificación de la forma en que actualmente producimos y usamos la energía. Estudios recientes indican que el precio de no hacer nada sería muy superior, por los daños y el sufrimiento que causaría dejar que el cambio climático siguiera su curso.
Que están haciendo los gobiernos
En 2009 y 2010, las negociaciones sobre cambio climático siguieron ocupándose de la necesidad urgente de reducir las emisiones. En línea con su papel de liderazgo, los países industrializados se comprometieron a implementar los objetivos de emisiones en toda la economía cuantificados para 2020. Los países en desarrollo acordaron elaborar Acciones Nacionales Apropiadas de Mitigación (NAMAs) que están en línea con sus objetivos nacionales de desarrollo. A través de las NAMA, los países en desarrollo tienen como objetivo reducir sus emisiones por debajo de los negocios como de costumbre en 2020.
Ver el mapa interactivo del mundo que muestra los objetivos de toda la economía cuantificados de reducción de emisiones para todos los países desarrollados y las medidas de mitigación apropiadas por los países en desarrollo para el año 2020. La información contenida en el mapa muestra los países correspondientes documentos oficiales relativos a los países desarrollados y en desarrollo.
El Convenio marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático
En 1992, los gobiernos concertaron el Convenio marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Hasta el momento, este acuerdo internacional ha sido oficialmente aceptado por 189 países, es decir, la práctica totalidad. El objetivo último de este Convenio es: «La estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas [inducidas por el ser humano] peligrosas en el sistema climático. Ese nivel debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten
7.1 Que hay que hacer para combatir el cambio climático
Naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible.» De conformidad con el Convenio, los 189 gobiernos efectúan un seguimiento de los gases de efecto invernadero que producen e informan al respecto, elaboran estrategias relativas al cambio climático y ayudan a los más pobres de entre ellos a combatirlo. Además se reúnen una vez al año para debatir la situación y decidir los pasos siguientes. El Convenio fue concebido como un marco en cuyo contexto podrían acordarse otras medidas en el futuro.
El Protocolo de Kyoto
En 1997, en la ciudad japonesa de Kyoto, los gobiernos dieron un segundo paso aprobando un importante protocolo. Este tratado compromete a los países industrializados entre ellos a reducir o limitar sus emisiones de gases de efecto invernadero y a alcanzar ciertos objetivos en materia de emisiones para 2012. Cada país tiene asignado un objetivo.
El Protocolo de Kyoto se centra en los países industrializados porque ellos son los responsables de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y presentes, además de poseer los conocimientos y los medios económicos necesarios para reducirlas. Por ejemplo, la cantidad de gases de efecto invernadero producida en la UE es de 11 toneladas por ciudadano y año, en tanto que los países en desarrollo producen solamente 1 tonelada por ciudadano y año aproximadamente. El Protocolo de Kyoto entró en vigor el 16 de febrero de 2005. Hasta la fecha, 150 gobiernos, incluidos los 25 de la UE, lo han aprobado oficialmente (?). Treinta y seis de ellos son países industrializados que tienen fijados objetivos para 2012, la mayor parte de los cuales exigen una reducción de los gases de efecto invernadero comprendida entre el 5 y el 8 % con respecto a los niveles de 1990. Solo Estados Unidos y Australia han decidido no participar en el Protocolo de Kyoto, aunque inicialmente tuvieran previsto hacerlo.
(1) Se trata del número de ratificaciones registradas hasta el 29 de abril de 2005.14
El Protocolo de Kyoto es un primer paso —ya en el momento de negociarlo era evidente que no bastaría para detener el cambio climático—, pero un primer paso crucial, porque anuncia al resto del mundo que la gran mayoría de las naciones industrializadas están dispuestas a cambiar de rumbo para salvar el clima del planeta. Además, ha introducido varios mecanismos que permiten a los países cooperar en la reducción de emisiones, abaratándola.
La Unión Europea, convencida de que en tanto que gran potencia económica tiene el deber de predicar con el ejemplo, está en la vanguardia del combate mundial contra el cambio climático. Durante las negociaciones del Protocolo de Kyoto, los quince países que en aquel momento integraban la UE (destacados en amarillo, véase el recuadro de la página siguiente) asumieron un objetivo particularmente ambicioso: reducir sus emisiones colectivas de gases de efecto invernadero en un 8 % con respecto a los niveles de 1990 para 2012. Posteriormente, decidieron en qué medida tenía que contribuir cada país al logro de este objetivo colectivo, teniendo en cuenta su situación económica y su estructura industrial. La mayoría tendrá que reducir sus emisiones, pero a algunos se les permitirá incrementarlas hasta cierto límite, mientras que otros deberán mantenerlas en los niveles de 1990.
Los diez países que se incorporaron a la UE el 1 de mayo de 2004 (destacados en azul), excepción hecha de Chipre y Malta, tienen objetivos propios con arreglo al Protocolo.
Qué podemos hacer todos nosotros
Aunque el cambio climático sea un problema mundial, la colaboración de cada uno de nosotros es decisiva. Incluso pequeños cambios en nuestro comportamiento pueden contribuir a evitar emisiones sin afectar a nuestra calidad de vida. Pueden, incluso, hacernos ahorrar dinero.
Recicla. Reciclar 1 kg de latas de aluminio usadas consume diez veces menos energía que producirlas, y se utiliza mucha menos energía para fabricar papel a partir de periódicos viejos que de la pulpa de madera.
Cuando prepares una bebida caliente, hierve justo la cantidad de agua necesaria
Ahorra agua caliente tomando duchas en vez de baños: consumirás cuatro veces menos energía.
No olvides apagar las luces cuando no hagan falta. Los hogares son responsables del 30 % del consumo de electricidad en la UE, de manera que si todos ahorramos electricidad, el efecto será considerable.
Cuando tengas que comprar bombillas, prueba las de bajo consumo: duran más y usan cinco veces menos electricidad que las convencionales.
No dejes el televisor, la cadena o el ordenador en modo de espera (standby): es el modo en que queda encendida una lucecita roja. En promedio, el 45 % de la energía que consume un televisor lo hace en modo standby. Si todos los europeos evitaran este modo, ahorrarían la electricidad que consume un país del tamaño de Bélgica.
No dejes tampoco el cargador del móvil enchufado cuando no estés cargando el teléfono. Si lo haces, el 95 % de la electricidad se pierde: solo el 5 % se usa realmente para recargar la batería del móvil.
Si tú o tus padres compráis un nuevo electrodoméstico, por ejemplo un frigorífico o una lavadora, cercioraos de que la etiqueta europea de eficiencia energética que todo electrodoméstico debe llevar sea «A»: esto garantiza que hace un uso muy eficiente de la energía.
Busca productos que lleven la etiqueta ecológica europea, simbolizada por una florecita (véase el extremo superior izquierdo del recuadro), en tiendas y supermercados. Esto significa que los han fabricado ajustándose a normas medioambientales estrictas.
No pongas la calefacción muy alta. Bajar la temperatura en solo 1 ºC puede reducir hasta en un 7 % la factura energética de una familia.
Para ventilar, abre la ventana de par en par durante unos minutos y luego vuélvela a cerrar, en vez de dejar que el calor se escape durante mucho rato.
El automóvil particular es responsable del 10 % de las emisiones de CO2 de la UE. El transporte público, la bicicleta y la marcha a pie son alternativas más baratas y saludables.
http://www.ciifen.org/index.php%3Foption%3Dcom_content%26view%3Dcategory%26layout%3Dblog%26id%3D99%26Itemid%3D132%26lang%3Des
-.http://curiosidades.batanga.com/2011/09/28/que-causa-el-calentamiento-global
-.http://bolivia.panda.org/que_hacemos/que_es_cambio_climatico/
-.http://unfccc.int/2860.php#decisions
-.http://infocambioclimatico.blogspot.com/2013/01/los-gases-de-efecto-invernadero-que.html
DEDICATORIA
Este presente trabajo dedico a mis padres y familiares porque me brindaron su apoyo tanto moral y económicamente para seguir estudiando y lograr el objetivo trazado para un futuro mejor y ser orgullo para ellos y de toda la familia.
Autor:
Trujillo Bello, Noemi Salome
MATERIA: MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO SOSTENIBLE
CARRERA PROFESIONAL: CONTABILIDAD
INSTITUTO SUPERIOR TECNOLÓGICO PÚBLICO "ARGENTINA"
LIMA, 2015