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Organización de los Estados Americanos (Derecho Internacional Público)


Partes: 1, 2

    1. Resumen de la monografía
    2. La Historia de la O.E.A.
    3. Logros en el ámbito de los Derechos Humanos
    4. La comisión Interamericana de Derechos Humanos y el establecimiento progresivo de los mecanismos de control
    5. Miembros de la O.E.A.
    6. Estructura Orgánica de la O.E.A.
    7. Fechas y hechos importantes
    8. Conclusión
    9. Bibliografía

    RESUMEN DE LA MONOGRAFÍA

    La siguiente monografía tiene como tema central el desarrollo de la Organización más importante del Continente Americano, la Organización de los Estados Americanos.

    Con el fin de realizar una síntesis de todo el material investigado y estudiado, se desarrollaran los temas basándose en la Historia, Fines, Logros en el ámbito de los Derechos Humanos, Miembros, Estructura Orgánica y repasando, por último, las fechas y hechos más importantes de dicha Organización.

    1. La Historia de la O.E.A.

    La Organización de Estados Americanos no nació ni en el orden institucional ni en sus principios y finalidades de manera rápida, sino que es el producto de una evolución lenta y que ha pasado por un largo camino que desemboca en la Carta de la Organización de los Estados Americanos, suscrita en la IX Conferencia Internacional Americana reunida en Bogotá en 1948, entrando en vigor el 13 de diciembre de 1951.

    La Organización de los Estados Americanos (O.E.A.) es la organización regional más antigua del mundo, cuyo origen se remota a la Primera Conferencia Internacional Americana, celebrada en Washington D.C., entre octubre de 1889 y abril de1890. En esa conferencia se creo una Oficina de las Repúblicas Americanas, que para 1910 se convertirá en la Unión Panamericana. Durante medio siglo proporcionó un foro en el que se establecieron las convenciones y los acuerdos jurídicos que sustentaron la colaboración económica, social y cultural interamericana. Además, el creciente interés por los asuntos hemisféricos, condujo a la creación de diversos organismos especiales.

    El primero de ellos, actualmente conocido como la Organización Panamericana de la Salud, fue fundado en 1902. Durante veinte años también se crearon el Instituto Interamericano del Niño, la Comisión Interamericana de la Mujer y el Instituto Panamericano de Geografía e Historia.

    Las experiencias de la Gran Depresión y de la Segunda Guerra Mundial condujeron al fortalecimiento de la cooperación internacional y a un acuerdo general a favor de una más decidida respuesta multilateral frente a las amenazas a la paz y la seguridad de las Américas. Como resultado, en la IX Conferencia Internacional Americana, celebrado en Bogotá en 1948, ser aprobó la Carta de la O.E.A.. La Carta fue posteriormente enmendada por el Protocolo de Buenos Aires en 1967, que estableció la actual estructura de la Secretaria General de la O.E.A., y el Protocolo de Cartagena de Indias en 1985, que fortaleció el papel político de esta organización.

    Durante los años cincuenta, la O.E.A. avanzó en el logro de su misión histórica. Además de afirmar sus principios, la Carta afirmó los derechos y deberes fundamentales de los Estados miembros y creó los órganos y organismos necesarios para su funcionamiento. Creó un programa de cooperación técnica, mediante el cual se proporcionó capacitación y asesoramiento para el desarrollo social y económico de los Estados miembros. En 1959, en Santiago de Chile, se estableció la Comisión Internacional de Derechos Humanos que ha trabajado durante 45 años para promover la observancia de los derecho humanos consagrados en la Carta, en la Declaración Americana sobre los Derechos y Deberes del Hombre, y a partir de 1978, en la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

    En agosto de 1961, los representantes de los Estados miembros de la O.E.A. suscribieron en Uruguay dos documentos históricos: la Carta y la Declaración de Punta del Este, que iniciaron la Alianza para el Progreso. La Carta estableció un programa de acción a diez años para el desarrollo económico y social de América Latina. La Declaración de Punta del Este contempla el fortalecimiento de la democracia representativa y un progreso económico acelerado y una mayor justicia social. La Alianza para el Progreso asignaba prioridad a la industrialización, el incremento de la productividad agrícola, y los programas sociales en materia de salud, vivienda y educación.

    Una importante y duradera parte de este esfuerzo se llevó a cabo en forma multilateral a través de lo Organización de los Estados Americanos. De los programas de mayor cooperación técnica de la O.E.A., el desarrollo de los recursos humanos ha tenido un gran impacto. Durante los últimos 35 años, la O.E.A. ha respaldado la capacitación y la educación de cientos de miles de personas en todos los campos de la especialización académica y del quehacer humano, tanto a través de programas de capacitación en los países como de estudios en el extranjero.

    A medida que las naciones isleñas del Caribe alcanzan su independencia, cada una de ellas se incorporó a la O.E.A., modificando gradualmente el tenor del debate y la dinámica de las operaciones de la Organización. Entre 1967, en que Trinidad y Tobago ratificó la Carta, y 1990, en que se incorporaron Guyana y Belice, la Organización de los Estados Americanos fue convirtiéndose en forma gradual en una verdadera organización hemisférica, incluyendo en el sistema interamericano a todas la naciones americanas independientes.

    Desde sus comienzos la O.E.A. dio un fuerte impulso al desarrollo y a la codificación del derecho internacional, tanto público como privado. El Consejo Permanente, el Comité Jurídico Interamericano y las Conferencias Especializadas Interamericanas sobre Derecho Internacional Privado han elaborado numerosas convenciones que regulan los más diversos aspectos de las relaciones jurídicas. Hoy la Secretaría General es depositaria de conectar tratados interamericanos.

    Con el fin de la Guerra Fría y en el contexto de retorno a los gobiernos representativos democráticamente elegidos en la mayoría de las naciones americanas, la O.E.A. se ha involucrado en forma creciente en el respaldo de las instituciones democráticas. Ello se hizo a través de misiones de observación electoral en varios países y mediante las políticas más activas adoptadas por loas Estados miembros en las sucesivas Asambleas Generales de la O.E.A.

    En 1991, la Asamblea General celebrada en Santiago de Chile, aprobó el "Compromiso de Santiago a favor de la democracia y la renovación del sistema interamericano", en el cual los Estados miembros reiteraron su apoyo irrestricto a la democracia como sistema de gobierno, y aprobó la resolución 1080 "Democracia Representativa" que fortaleció políticamente el papel de la Secretaria General y requirió que el Consejo Permanente respondiera con medidas apropiadas ante la repentina o la irregular interrupción del proceso político institucional democrático o del ejercicio legítimo de poder por los gobiernos democráticamente elegidos en cualquiera de los Estados miembros de la Organización. El procedimiento ha sido invocado en tres oportunidades, para responder a acontecimientos que tuvieron lugar en Haití (1991), Perú (1992) y Guatemala (1993). El Protocolo de Washington aprobado en diciembre de 1992 establece que un Estado miembro de la Organización, cuyo gobierno democráticamente constituido haya sido derrocado por la fuerza, puede ser suspendido del derecho a participar en los consejos de la Organización.

    La Cumbre de las Américas, en Miami, Estados Unidos de América en 1994, reunió por primera vez a 34 jefes de Estado y de Gobierno elegidos democráticamente por la naciones americanas. Los mandatarios declararon que el "fortalecimiento, el ejercicio efectivo y la consolidación de la democracia constituyen la prioridad política fundamental para las Américas. La O.E.A. es el principal organismo hemisférico para la defensa de los valores y de las instituciones democráticas…".

    Partes: 1, 2
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