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Trastornos y patologías de la vejez (compilación)

Enviado por Rita Giardino

Partes: 1, 2

    1. La depresión en la vejez
    2. Demencia senil
    3. Alzheimer
    4. Bibliografía

    LA DEPRESIÓN EN LA VEJEZ 

    Es erróneo creer que es normal que los ancianos se depriman. Por el contrario, la mayoría de las personas de edad se sienten satisfechas con sus vidas. Cuando un anciano se deprime, a veces su depresión se considera erróneamente un aspecto normal de la vejez.

    La depresión en las personas de la tercera edad es un importante problema de salud mental por su mayor gravedad, su elevado riesgo de suicidio y las dificultades que puede ofrecer para su correcta identificación, ya que el anciano frecuentemente padece al mismo tiempo enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, la hipertensión, cáncer, o incluso otros padecimientos del sistema nervioso central como Parkinson y Alzheimer.

    Es importante destacar el fuerte riesgo de suicidio que tiene la persona deprimida en esta edad, cuatro veces mayor que los deprimidos de menor edad. Existen una serie de variables que se asocian con este riesgo, entre las que destacan, la ausencia de apoyo familiar, mala salud física, alcoholismo y sentimiento de culpa, entre otras.

    Desafortunadamente, la depresión senil no recibe la atención que merece por su magnitud y trascendencia y sólo un escaso porcentaje de ancianos con depresión recibe un tratamiento adecuado.

    El hecho de que se considere a la depresión como una consecuencia lógica del envejecimiento, constituye un factor muy importante que actúa negativamente en detectar el padecimiento.

    Cuando la persona de edad va al médico, puede solo describir síntomas físicos. Esto pasa por que el anciano puede ser reacio a hablar de su desesperanza y tristeza. La persona mayor puede no querer hablar de su falta de interés en las actividades normalmente placenteras, o de su pena después de la muerte de un ser querido, incluso cuando el duelo se prolonga por mucho tiempo.

    Entre los factores que favorecen la aparición de depresión en la tercera edad, se encuentran los cambios biológicos o bioquímico-cerebrales, enfermedades y las limitaciones psicofísicas, además de los distintos acontecimientos desfavorables que va sufriendo a lo largo de la vida, como la pérdida de familiares y amigos, la jubilación que implica una pérdida económica y privación de status social y prestigio y el rechazo familiar, entre otros.

    Si se hace el diagnóstico de depresión, el tratamiento con medicamentos o psicoterapia ayuda a que la persona deprimida recupere su capacidad para tener una vida feliz y satisfactoria.

    La investigación científica reciente indica que la psicoterapia breve es efectiva para reducir a corto plazo los síntomas de la depresión en personas mayores. La psicoterapia también es útil cuando los pacientes ancianos no pueden o no quieren tomar medicamentos.

    Síntomas

    Aunque el síntoma básico es la tristeza vital, el anciano suele "enmascararla" con quejas relativas a síntomas físicos inespecíficos. El anciano con cierta frecuencia se queja de que la tristeza surge dentro o que se arraiga en el pecho o en el vientre, sin embargo, la depresión se puede diferenciar de un episodio de tristeza por la duración de tiempo.

    La señal más temprana de depresión es la disminución de la capacidad para experimentar placer, felicidad o bienestar. El anciano ya no muestra interés alguno por sus ocupaciones favoritas, nada le ilusiona, nada le llama la atención. Más adelante, puede experimentar angustia en mayor o menor grado, acompañada de dolores de cabeza, diarrea, bolo esofágico, tensión muscular, agitaciones y dolores diversos inespecíficos.

    Con frecuencia, el anciano sufre alteraciones del sueño, siendo el insomnio la más común; puede encontrarse irritable, ya sea en un estado general de malhumor o simplemente intolerante ante motivos mínimos, y en la mayoría de los casos, los hombres pueden perder peso y apetito; mientras que en las mujeres se incrementa.

    Características clínicas de las depresiones seniles:

    Agitación frecuente.

    Ansiedad y quejas somáticas diversas.

    Disminución de memoria, raciocinio y concentración.

    Mayor riesgo suicida.

    Humor deprimido

    Rápida progresión de los síntomas

    Comienzo del trastorno bastante preciso

    Frecuentes respuestas de "no sé"

    SUICIDIO

    Los factores físicos y la funcionalidad, el numero de enfermedades crónicas, el grado de discapacidad fueron analizados en diferentes estudios encontrándose asociación entre estos y el "deseo a morir", sin embargo en la mayoría de los casos estos se asociaban a problemas psicológicos especialmente la depresión. 

    La discapacidad física puede ser un fuerte predictor de suicidio especialmente en hombres por lo que es necesario remarcar la importancia de una evaluación psiquiátrica.

    Dentro de los factores sociales asociados a suicidio se encuentran el aislamiento y falta de soporte social.  La religiosidad y espiritualidad fueron  encontrados como factores protectores en ancianos.  Los divorciados, solteros y viudos presentan mayor riesgo que los casados.  Los factores precipitantes mas frecuentemente reportados en las ultimas semanas previas al suicidio fueron la enfermedad física y la perdida de algún familiar, con menor importancia en problemas interpersonales, legales, financieros o de trabajo frecuentes en grupos etarios mas jóvenes.

    DEMENCIA SENIL

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