El oxígeno es un elemento químico de número atómico 8 y representado por el símbolo O. Su nombre proviene del griego Oxys o ácido y gonos o productor, porque en la época en que se le dio esta denominación se creía, incorrectamente, que todos los ácidos requerían oxígeno para su composición. En condiciones normales de presión y temperatura, dos átomos del elemento se enlazan para formar el dioxígeno, un gas diatómico azul muy pálido, inodoro e insípido con la fórmula O2. Este compuesto comprende una importante parte de la atmósfera y resulta necesario para sostener la vida terrestre.
Las especies reactivas de oxígeno, como el ion superóxido (O2-) y el peróxido de hidrógeno, son peligrosos subproductos del uso de oxígeno en los organismos. Algunas partes del sistema inmunitario de organismos más avanzados, sin embargo, crean peróxido, superóxido y oxígeno singlete para destruir microbios invasores.
Un adulto humano en reposo respira de 1,8 a 2,4 gramos de oxígeno por minuto. Sumada la cantidad inhalada por todas las personas del planeta, hace un total de 6000 millones de toneladas de oxígeno por año.
El contenido de oxígeno en el cuerpo de un ser vivo es normalmente mayor en el sistema respiratorio y disminuye a lo largo de cualquier sistema arterial, los tejidos periféricos y el sistema venoso, respectivamente.
Para pacientes que requieren de tratamientos con oxigeno, se han creado protocolos lo bastante sencillos y flexibles, como para que se puedan realizar sin control estricto del médico y se pueden realizar en la casa del paciente o en cualquier lugar gracias al equipo de tipo móvil.
También existe la medicina hiperbárica (de alta presión), que utiliza cámaras especiales de oxígeno para aumentar la presión parcial del O2 en el paciente. La intoxicación por monóxido de carbono, escaras y llagas producidas por deficiencias circulatorias o procesos diabéticos, la mionecrosis (gangrena gaseosa), el síndrome de descompresión y otras enfermedades se tratan con estos aparatos.
También se usa oxígeno para pacientes que necesitan ventilación mecánica, normalmente a concentraciones superiores al 21% encontrado en el aire ambiental.
O.M.O. Oxigenoterapia Ortomolecular Modificada:
La oxigenoterapia es una medida terapéutica que consiste en la administración de oxígeno a concentraciones mayores que las que se encuentran en aire del ambiente, con la intención de tratar o prevenir los síntomas y las manifestaciones de la hipoxia. El oxígeno utilizado en esta terapia, es considerado un fármaco en forma gaseosa y es fundamental en la terapia respiratoria.
Debe ser indicada y controlada por un médico porque a dosis y tiempo mayor de administración puede producir efectos colaterales.
Existen dos tipos de oxigenoterapia la normobárica y la hiperbárica.
En las personas sanas la hemoglobina presenta una saturación de Oxígeno del 90-95% con lo que el aporte de oxígeno a los tejidos es muy superior del que ellos necesitan para vivir, siendo la extracción de oxígeno por los tejidos de un 25% del que transporta la sangre. La sangre aporta a los tejidos una cantidad de oxígeno muy por encima del que se utiliza normalmente (consumo de oxígeno). En efecto, los tejidos, en reposo, utilizan sólo unos 5 mililitros de los 20 ml de oxígeno que hay en cada 100 ml de sangre.
Existen diferentes enfermedades y estados fisiológicos en los que se requiere mayor cantidad de oxigeno en las células, por lo que la oxigenoterapia tiene por objetivo aumentar aquella concentración utilizando al máximo la capacidad de transporte de la hemoglobina. Para ello, la cantidad de oxígeno en el gas inspirado, debe ser tal que su presión parcial en el alvéolo alcance niveles suficientes para saturar completamente la hemoglobina. Es indispensable que el aporte ventilatorio se complemente con una concentración normal de hemoglobina y una conservación del gasto cardiaco y del flujo sanguíneo tisular.
El efecto directo es aumentar la presión del oxígeno alveolar, que atrae consigo una disminución del trabajo respiratorio y del trabajo del miocardio, necesario para mantener una presión arterial de oxígeno definida.
Cuando con estas medidas no se consigue aumentar el aporte de oxígeno a los tejidos, se puede utilizar la oxigenoterapia hiperbárica, pues con esta modalidad terapéutica se consigue aumentar hasta 27 veces el transporte de oxígeno en sangre, pero en este caso el aumento es por el oxígeno directamente disuelto en el plasma.
La oxigenoterapia es útil para corregir por completo la concentración baja de oxígeno en los gases inspirados y, por lo tanto, proporcionar una terapéutica 100% eficaz.
Siempre se debe realizar en pacientes con disminución del aporte de oxigeno celular, estudios de la función respiratoria como test espiratorio, control de asma, espirometría, oximetría de pulso, etc.
La diferencia de la oxigenoterapia normobárica de la oxigenoterapia ortomolecular modificada (O.M.O.), es que la oxigenoterapia normobárica es la simple utilización de oxigeno en diferentes concentraciones y diferentes tiempos de administración, en cambio en la O.M.O. aparte de aquellas características, también se administran medicamentos de diferente índole, pudiendo ser antioxidantes, regenerantes celulares, preparados de aminoácidos, vitaminas, minerales y oligoelementos necesarios para la supervivencia y la adecuada función celular de acuerdo al órgano afectado.
Todos los compuestos administrados tienen que ser inocuos, efectivos, de carácter natural, no sintético y con núcleos de glicólidos parecidos a núcleos de monosacáridos.
La O.M.O. tiene objetivos específicos como el de desintoxicar células, revitalizar células y regenerar células, tiene un efecto positivo celular en todo caso, y puede ser utilizada como tratamiento por sí misma o puede ser coadyuvante en otro tipo de tratamientos médicos.
Generalmente no tiene contraindicaciones y si es indicada por un medico siempre produce efectos de máximo rendimiento y siempre se necesita una consulta médica previa para su correcta indicación.
Medicamentos Ortomoleculares:
Los medicamentos Ortomoleculares, son aquellos en los cuales se varía las dosis y vías de administración para adecuarlas y personalizarlas a las diferentes características de una persona, para producir el máximo resultado.
Los medicamentos son de tipo natural, no sintéticos, totalmente inocuos y con probada eficacia de acción y curación celular.
Existen varios tipos de medicamentos ortomoleculares que se engloban en enzimas, nutrientes, adaptógenos, antioxidantes, antimutagénicos, protectores celulares, modificadores de la respuesta biológica, moduladores hormonales, preventivos, etc.
La ausencia de protocolos es la clave de acción de estos medicamentos ya que para cada persona el modo de acción, dosis y tiempo de tratamiento son diferentes.
Generalmente no están a la venta, sino más bien hay que mandarlos a preparar con prescripción específica en laboratorios especiales.
¿Qué son las toxinas?
Las toxinas son sustancias creadas por bacterias, plantas, animales, medio ambiente, sintéticas o natuales, alimentos, etc, que son venenosas o tóxicas para los seres humanos. También incluyen medicamentos que son útiles en pequeñas dosis, pero tóxicos cuando se utilizan en grandes cantidades.
La palabra toxina proviene del término griego toxikon que significa en general veneno.
El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua determina que toxina es un sustantivo femenino que se emplea en el campo de la Biología para referirse a todo aquel veneno que es producido por organismos que están vivos. Estos pueden ser tanto plantas como animales bacterias u otras clases de organismos de tipo biológico.
Las toxinas producen diferentes tipos de efectos agresivos, el daño de estos depende de la concentración de la sustancia, en casos extremos podrían llegar a producir la muerte.
Las toxinas en general son dañinas para los diferentes compuestos celulares y diferentes células en diferentes órganos.
La intoxicación celular:
Las células en general se componen de una membrana celular que contiene el citoplasma celular donde se encuentran los diferentes órganos de la células que se llaman organitos, también aquí se encuentra el núcleo con el material genético respectivo.
Cada célula del organismo tiene funciones determinadas pero múltiples, como por ejemplo de glóbulo rojo que transporta oxigeno pero también tiene funciones inmunológicas, humorales, etc, la célula cerebral, la célula hepática, renal, pancreática, muscular, ósea, etc.
La célula produce cierto trabajo especifico según el órgano en que se encuentre y para seguir cumpliendo sus funciones necesita de ciertas sustancias que se laman nutrientes celulares y oxigeno, cuando estos nutrientes y el oxigeno escasean, la célula es tan noble que sigue trabajando, pero llegando a esforzarse en dicha labor, como se esfuerza demasiado solo para alcanzar el estándar de trabajo que se le pide, produce un cansancio crónico llamado estrés celular, este produce que se consuman las pocas provisiones de nutrientes y oxigeno y la célula se esfuerza cada vez mas aumentando su grado de estrés, produciendo otro fenómeno que es la acumulación de toxinas dentro de su pequeño organismo, la acumulación de toxinas llega a tal grado que la célula solo puede dirigirse por tres caminos, el primero es producir estímulos junto con las demás células para que se produzcan síntomas de enfermedad, este camino es la comunicación que tiene nuestro mundo interno con nuestra parte consiente, es decir se producen síntomas para que nosotros podamos ayudar de diferente manera a aquella células, ya sea respirando mejor, ya sea regulando ciertas funciones orgánicas o ya sea acudiendo a un médico para que resuelva el problema, el segundo camino es el de una célula totalmente agotada pero sin embargo todavía joven, esta célula decide suicidarse a este fenómeno se llama apoptosis que dependiendo del caso puede llegar a ser beneficiosa, pero en el caso expuesto es una desgracia celular, el tercer camino que toma la célula totalmente exhausta hablando de células ya viejas es la muerte celular al cumplir su vida funcional.
Si la suma de la apoptosis y la muerte de células viejas es mucho mayor al número del nacimiento de nuevas células, se produce la enfermedad crónica.
Nosotros, la persona humana, estamos compuestos de células y si nuestras células carecen de nutrientes y oxigeno y acumulan toxinas, nuestras células se enferman y nosotros nos enfermamos.
La célula tiene las mismas características que nosotros, tiene nuestra información genética, tiene aparato digestivo, puede realizar funciones de pensamientos rudimentarios, respira, trabaja, se cansa, se reproduce y en realidad somos nosotros, si cuidamos nuestras células, nosotros estaremos saludables.
Otros médicos afirman con mucho tino que "la enfermedad no es más que los esfuerzos de la naturaleza para expulsar la materia mórbida a fin de restablecer la salud" y es cierto, nuestro organismo es sabio y tiene mecanismos de desintoxicación en diferentes órganos, pero debido al estilo de vida que llevamos con sedentarismo, mala calidad y cantidad de comida, estrés, cansancio crónico, etc., a veces estos mecanismos de desintoxicación se hallan sobrepasados por lo que acumulamos cada vez más sustancias nocivas dentro de nuestro cuerpo produciendo un estado que está entre la salud y la enfermedad(estado no descrito en la Medicina occidental), caracterizado por dolores musculares, óseos, articulares, dolor de cabeza, mareos, nauseas, vómitos, intolerancia a ciertos alimentos, ardores en manos, pies, piernas, somnolencia e insomnio y muchos otros síntomas, que a pesar de su perjuicio para la salud, acudimos a médicos, y no logran determinar ninguna enfermedad y seguimos de aquella manera en forma crónica hasta desencadenar justamente alguna enfermedad bien descrita.
Este estado entre estar sano y enfermo no es más que la intoxicación y cansancio celular, que hay que controlarla, mejorando nuestro estilo de vida, antes de que se declaren las enfermedades, ya que algunas de ellas pueden ser a veces solo controladas y no así curadas.
La prevención y la información en salud, es el primer paso para vivir en forma sana y plena.
Estrés oxidativo:
La mayor parte de las especies biológicas de la tierra son dependientes de oxigeno y el oxigeno produce ciertas reacciones nocivas para el organismo por lo que también tienen un sistema de detoxificación adecuado caracterizado por enzimas como la superóxido dismutasa, GSH-peroxidasa, glutatión-peroxidasa, etc., si este sistema es desbordado se produce el estrés oxidativo
Todas las formas de vida mantienen un entorno reductor dentro de sus células. Este entorno reductor es preservado por las enzimas que mantienen el estado reducido a través de un constante aporte de energía metabólica. Desbalances en este estado normal redox pueden causar efectos tóxicos a través de la producción de peróxidos y radicales libres que dañan a todos los componentes de la célula, incluyendo las proteínas, los lípidos y el ADN.
En el ser humano, el estrés oxidativo está involucrado en muchas enfermedades, como la aterosclerosis, la enfermedad de Parkinson, encefalopatía miálgica, sensibilidad química múltiple, y la enfermedad de Alzheimer y también puede ser importante en el envejecimiento. También las reacciones mediadas por el oxigeno pueden utilizarse por el sistema inmunológico como defensa orgánica para proteger al organismo de intrusos como bacterias.
El estrés oxidativo es una gran disminución del potencial celular o en la capacidad reductora celular, los efectos del estrés oxidativo dependen de la magnitud de estos cambios y si la célula es capaz de superar las pequeñas perturbaciones y de recuperar su estado original.
En casos severos el estrés oxidativo puede causar la muerte celular y aún una oxidación moderada puede desencadenar la apoptosis (muerte celular), mientras que si es muy intensa puede provocar la necrosis.
El estrés oxidativo es el origen de los radicales libres, peróxidos, etc, que son los agresores de los tejidos, que normalmente se producen pero están controlados, pero la producción excesiva produce daño con disminución de ATP produciendo la disgregación de las células
Los oxidantes son:
O2-:
Anión superóxido o estado de reducción de un electrón de O2, formado en muchas reacciones de autooxidación y por la cadena de transporte de electrones. Es poco reactivo, pero puede liberar Fe2+ de proteínas ferrosulfuradas y de la ferritina. Sufre dismutación para formar H2O2 espontáneamente o por catálisis enzimática y es un precursor para la formación de OH catalizado por metales.
H2O2:
Peróxido de hidrógeno o estado de reducción de dos electrones, formado por la dismutación de O2- o por reducción directa de O2. Soluble en lípidos y por ende capaz de difundirse por membranas.
OH:
Radical hidroxilo producto de un estado de reducción de tres electrones, formado por la reacción de Fenton y la descomposición de peroxinitrito. Extremadamente reactivo, ataca la mayoría de los componentes celulares.
ROOH:
Hidroperóxido orgánico formado por reacciones de radicales con componentes celulares como lípidos y nucleobases.
RO, alcoxi- y ROO, peroxi-:
Radicales orgánicos centrados en oxígeno. Formas lipídicas participan en reacciones de peroxidación de lípidos. Producido en presencia de oxígeno por adición de radicales a dobles enlaces o eliminación de hidrógeno.
HOCl:
Ácido hipocloroso Formado a partir de H2O2 por la mieloperoxidasa soluble en lípidos y altamente reactivo. Rápidamente oxida constituyentes de proteínas, incluyendo grupos tiol, grupos amino y metionina.
OONO-:
Formado en una rápida reacción entre O2- y NO, liposoluble y similar en reactividad al ácido hipocloroso. Forma ácido peroxinitroso, que puede formar radicales de hidroxilo y de dióxido de nitrógeno.
Los antioxidantes protectores del organismo:
Existe como ya hemos mencionado un sistema orgánico enzimático constituido por antioxidantes, entre estas enzimas están la superóxidodismutasa (SOD), catalasa, glutatión peroxidasa, peroxirredoxina y sulfirredoxina, paraoxonasa, glutatión S-tranferasa y aldehído deshidrogenasa.
A parte del sistema enzimático, se encuentran también los antioxidantes que se encuentran en la misma dieta y en suplementos dietéticos como los betacarotenos, vitamina E, vitamina C
¿Qué es un Radical libre?
Los radicales libres son átomos o grupos de átomos que tienen un electrón (e-) no enparejado en capacidad de aparearse, por lo que son muy reactivos.
Estos radicales recorren nuestro organismo intentando robar un electrón de las moléculas estables, con el fin de alcanzar su estabilidad electroquímica.
Cuando roba un electrón, la molécula estable que lo cede, se convierte en radical libre constituyendo una reacción en cadena que produce daño celular.
Cuando es formado un radical libre solo vive periodos muy cortos como microsegundos, pero en ese escaso tiempo reacciona con cualquier molécula que está cerca de él, si bien se pueden utilizar en forma beneficiosa como defensa orgánica, el exceso de radicales libres durante periodos de tiempo largos tiende a producir daño celular acelerando el envejecimiento celular y orgánico y la degeneración y muerte celular.
¿Qué son los antioxidantes?
Los antioxidantes son moléculas que retardan o previenen o estabilizan la oxidación de otras moléculas susceptibles, como dijimos anteriormente la oxidación es la transferencia de electrones este proceso puede producir radicales libres (que ya describimos anteriormente), los antioxidantes terminan estas reacciones químicas oxidándose ellos mismos, los antioxidantes son enzimas, derivados de vitaminas y ciertos productos de la dieta y suplementos
El sistema enzimático compuesto por catalasa, superóxido dismutasa y varias peroxidasas, están presentes en el organismo permanentemente protegiéndolo para que no exista daño a las células.
El proceso oxidativo es asociado a un sin número de enfermedades, especialmente crónicas por lo que la estabilidad de producción y consumo de antioxidantes es una técnica preventiva, de control y muchas veces curativa por si sola o coadyuvando otras terapéuticas medicas
Los antioxidantes se dividen en dos grupos grandes los hidrofílicos que son solubles en agua y los liposolubles que son solubles en soluciones lipídicas.
Los hidrófilos reaccionan con los oxidantes en el soma celular y en el plasma sanguíneo, los liposolubles brindan protección a la membrana celular, ambos tipos pueden producirse o bien en el organismo o se los puede consumir por diferentes vías
La acción de todos estos antioxidantes tienen un sistema bioquímico complicado y cada uno de ellos interactúa con otro aunque las funciones especificas de algunos de ellos no están todavía muy claras, su acción citoprotectora depende de la correlación de estas sustancias y del grado de concentración de ellas de su reactividad hacia el compuesto blanco
Los principales antioxidantes son:
Ácido ascórbico:
El ácido ascórbico o vitamina C es un antioxidante monosacárido encontrado en animales y plantas. Como no puede ser sintetizado por los seres humanos debe ser consumido y es considerado una vitamina esencial.
En las células, es mantenido en su forma reducida por la reacción con el glutatión.
El ácido ascórbico es un agente reductor de esta manera puede neutralizar el peróxido de hidrógeno.
Glutatión:
El glutatión es un péptido que contiene cisteína y es producido en nuestras células, constituye un agente reductor y puede ser oxidado y reducido reversiblemente, posee una alta concentración intracelular y es uno de los antioxidantes más importantes.
Melatonina:
Es un antioxidante que atraviesa con facilidad la membrana celular y la barrera hematoencefálica, cuando es oxidada, no puede reducirse nuevamente y produce productos finales estables.
Tocoferoles y tocotrienoles:
El conjunto de estos es llamado vitamina E, de tipo liposoluble, protege las membranas celulares inhibiendo las formas intermedias de radicales libres evitando así el aumento de la concentración de los mismos.
Carotenoides:
Son pigmentos muy comunes y son de varios tipos, le brindan color a diferentes frutas, vegetales y flores, insectos, aves, peces y crustáceos, se puede acceder a ellos a partir de la ingesta de alimentos que los contengan.
Su función es la de protección de especialmente dos compuestos, el oxígeno singlete y el radical peroxílo y la inhibición de moléculas inestable intermedias para la producción de radicales libres.
También se acumulan en la piel protegiendo el tejido del daño oxidativo por las radiaciones UV-A.
Polifenoles:
Los polifenoles son fitoquímicos de bajo peso molecular, esenciales para el ser humano. Estos constituyen uno de los metabolitos secundarios de las plantas, más numerosos y distribuidos por toda la planta, con más de 800 estructuras conocidas en la actualidad.
Los flavonoides representan el subgrupo más común y ampliamente distribuido.
Al estar ampliamente distribuidos en el reino vegetal, constituyen parte integral de la dieta. Su propiedad como antioxidante, proviene de su gran reactividad como donantes de electrones e hidrógenos y de la capacidad del radical formado para estabilizar el electrón desapareado (termina la reacción en cadena) y de su habilidad para quelar iones de metales de transición.
Superóxido dismutasa:
Las superóxido dismutasa (SOD) son varias de las enzimas que catalizan el pasaje del anión de superóxido en peróxido de oxígeno y de hidrógeno.
Las enzimas SOD están presentes en casi todas las células aerobias y en el líquido extracelular. Las enzimas superóxido dismutasa contienen iones metálicos como cofactores que, dependiendo de la isoenzima, pueden ser cobre, zinc, manganeso o hierro. En los seres humanos, las SOD de zinc/cobre están presentes en el citosol, mientras que las SOD de manganeso se encuentran en las mitocondrias. Existe una tercera forma de SOD en líquidos extracelulares, que contiene el cobre y el zinc en sus sitios activos.
Catalasas:
Las catalasas son enzimas que catalizan la conversión del peróxido de hidrógeno en agua y oxígeno usando hierro o manganeso como cofactor.
Esta proteína se localiza en los peroxisomas de la mayoría de las células eucariotas. La catalasa es una enzima inusual solo reacciona con el peróxido de hidrógeno y su cofactor es oxidado por una molécula de peróxido de hidrógeno y después es regenerado y se transfiere el oxígeno enlazado a una segunda molécula de sustrato
Peroxirredoxinas:
Las peroxirredoxinas parecen ser importantes en el metabolismo antioxidante, especialmente para actuar con el peróxido de hidrógeno.
Tiorredoxina y glutatión:
El sistema de la tiorredoxina contiene la proteína tiorredoxina y su compañera tiorredoxina reductasa forman un sistema antioxidante.
El glutatión incluye la glutatión reductasa, glutatión peroxidasa y la glutatión S-transferasa, son removedoras de peróxido de hidrogeno, hidroperóxidos de lípidos y peróxidos de lípidos, estas enzimas se encuentran en importantes concentraciones en el hígado y sirven para la detoxificación.
En que alimentos se encuentran los antioxidantes?
Ácido elágico con propiedades antioxidantes y hemostáticas y propiedades antitumorales Frutilla (Fresas), Frambuesa, Cerezas, Uvas, kiwis, Arándanos, Bayas
Antocianos es un grupo de pigmentos flavonoides hidrosolubles (glucósidos) que están en solución en las vacuolas de las células vegetales de frutos, flores, tallos y hojas, uva, Cerezas, kiwis, ciruelas.
Capsicina además, de un poderoso antioxidante, investigaciones recientes han revelado que podría desnutrir las células cancerígenas antes de que éstas causen algún tipo de problemas, la encontramos en pimientos, chiles, ajíes.
Carotenoides son de tipos alfa y beta carotenos son precursores de la vitamina A y actúan como nutrientes antioxidantes. Son los únicos carotenoides que se transforman en cantidades apreciables de vitamina A, se encuentran en la zanahoria, tomate, naranja, papaya, lechuga, espinacas.
Catequinas, encontradas en el té verde y el cacao según las últimas investigaciones es clave por su alto contenido en catequinas y polifenoles, que actúan como antioxidantes y activadores del metabolismo.
Cinc, cobre, azufre, selenio y manganeso, sustancias muy positivas para la piel y de capacidad antioxidante en general, se encuentran en gérmenes de trigo, levadura de cerveza, cangrejo, pipas, calabaza o girasol, ostras, carne, legumbres, frutos secos, cereales, cacao.
Compuestos sulfurados y compuestos órgano-sulfurados que inhiben la carcinogénesis química inducida y provocada por algunas substancias, se encuentran en el ajo, cebolla, puerro, cebollines.
Coenzima Q, que más que antioxidante, es muy importante para el metabolismo celular, se encuentran en la carne, vísceras, pescado, sardinas y cacao.
Hesperidina también con acción diurética y antihipertensiva, se encuentra en frutas cítricas.
Isotiocianatos pueden suprimir el crecimiento de tumores mediante el bloqueo de enzimas, encontrados en coles, brócoli, calabaza, mostaza, nabos y berros.
Isoflavonas, agente preventivo contra enfermedades cardiovasculares, osteoporosis y de cáncer dependiente de hormonas como el de mama, está en soja y derivados, té verde, guisantes, lentejas, garbanzos y maní.
Licopeno responsable del característico color rojo de los tomates.
Quercetina es un potente antioxidante, encontrado en una gran variedad de frutas y vegetales como las uvas, cebolla roja, toronja, manzanas, cerezas, té verde, vino tinto.
Taninos también muy importantes en la remosión de moléculas de lípidos (grasas) de las arterias, presentes en el vino tinto, uvas, lentejas.
Zeaxantina importante para la agudeza visual, se encuentra en el maíz, espinacas, calabaza.
Vitamina C Junto de la vitamina E son los más poderosos antioxidantes, se encuentran en el kiwi, cítricos, piña, tomates, alfalfa germinada, pimientos, espinacas.
Vitamina E, el clásico antioxidante que protege a las células de agresiones externas como la contaminación, pesticidas y humo de tabaco esta en palta, nueces, maíz, aceites vegetales, germen de trigo cereales.
Autor:
Dr. Marco Revollo E.
Medicina Ortomolecular
Hemoterapia
Medicina Regenerativa
La Paz, Bolivia, 5 de Septiembre de 2012
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