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Entorno, Emociones y Mabeth

Enviado por Felix Larocca


  1. Empecemos con el drama de Macbeth
  2. El cuerpo, reflejo de nuestra alma
  3. Hombros fríos y recepciones cálidas
  4. La neurociencia al rescate
  5. El dolor del rechazo
  6. En resumen
  7. Bibliografía

"Luce como la flor inocente, pero sé como la serpiente que, bajo ella, se oculta…" Lady Macbeth I, v por William Shakespeare.

"Nuestro cerebro, órgano de dimensiones físicas relativamente minúsculas posee complejidades que algunos creen que sobrepasan las del universo sideral que nos circunda". FEFL en El Cerebro Social.

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Lady Macbeth por Gertrude Demain Hammond

Esta lección está basada en una de las obras más famosas de William Shakespeare, Lady Macbeth, como asimismo explora el efecto de factores aleatorios del entorno, y de cómo estos impactan en las emociones del ser humano.

Empecemos con el drama de Macbeth

"Macbeth es una tragedia acerca de la traición y la ambición desmedida. No hay seguridad absoluta de que la tragedia sea en su totalidad obra de Shakespeare, ya que algunos afirman que ciertos pasajes podrían ser adiciones posteriores del dramaturgo Thomas Middleton, cuya obra La bruja (The witch) tiene múltiples afinidades con Macbeth.

"La obra está libremente basada en el relato de la vida de un personaje histórico, Macbeth, que fue rey de los escoceses entre 1040 y 1057. La fuente principal de Shakespeare para esta tragedia fueron las Crónicas de Raphael Holinshed, obra de la que extrajo también los argumentos de sus obras históricas. Holinshed se basó a su vez en Historia Gentis Scotorum (Historia de los escoceses), obra escrita en latín por el autor escocés Héctor Boece e impresa por primera vez en París en 1527. Para agradar a su mecenas, el rey Jacobo V de Escocia, Boece había oscurecido deliberadamente la figura de Macbeth, con el fin de exaltar a un hipotético antepasado del rey, Bancuo." (Para leer más: http://es.wikipedia.org/wiki/Macbeth).

Lady Macbeth

Lady Macbeth es un carácter ficticio en la obra de Shakespeare, Macbeth.

La mujer es la esposa de Macbeth, el protagonista del drama teatral, un escocés miembro de la nobleza.

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Lady Macbeth sonámbula por Johann Heinrich Füssli

Luego de incitar al marido a cometer regicidio, los cónyuges se coronan reyes de Escocia, pero más adelante la esposa sufre remordimientos y sentimientos de culpa por su participación en el crimen.

En el acto final, ella muere fuera del escenario, de un aparente suicidio.

Las manos ensangrentadas resultaron de haberle sido imposible lavar las dagas que fueran utilizadas para perpetrar el crimen.

Para el V acto, Lady Macbeth empieza a sufrir compunciones, se torna sonámbula, intenta enjuagar manchas de sangre imaginarias de sus manos de manera constante, muy de la misma manera que acostumbran los pacientes víctimas del trastorno obsesivo-compulsivo.

"¿Cuándo serán limpias de nuevo estas manos?" se pregunta ella, mientras obsesivamente trata de lavar la culpa que siente por su participación en la muerte del Rey Duncan.

Sus sentimientos de auto-repugnancia, nos hacen creer, se manifiestan como una sensación de suciedad física.

No es tan sólo el lenguaje de los dramaturgos — como Shakespeare — que nos traduce, que emociones complejas como la culpa, tristeza, o soledad se comparan con sensaciones físicas.

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Las manos ensangrentadas

Tales metáforas se encuentran asimismo en la vernácula común de muchos idiomas.

En el español hablamos de "no lo puedo tragar", "me das náuseas con tus cosas", o "esa persona es un dolor de cabeza", cuando nos sentimos especialmente molestos por las acciones de alguien.

El cuerpo, reflejo de nuestra alma

A primera vista estas conexiones parecen ser meramente figurativas.

En la realidad, las actitudes de otra persona no nos causan penuria abdominal y la culpa no nos hace sentir sucios.

Quizás sí, quizás no…

Veamos

Investigaciones recientes nos indican que esas respuestas físicas, a menudo, acompañan y traducen nuestras emociones.

Y que, asimismo, pueden operar en el orden opuesto. Una escena en una película, puede hacernos sentir especialmente mal físicamente, si toca en problemas que directamente nos afectan.

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¡Qué dolor de cabeza eres…!

Muchos intelectuales, hoy creen, que estas sensaciones reflejan la manera cómo emociones complejas se desarrollaron en nuestro pasado evolutivo.

A medida que nuestro cerebro se desenvolvió para poder procesar emociones progresivamente más complejas, no hubo necesidad para formar mecanismos neurales nuevos: Nuevas emociones simplemente secuestraron los circuitos que procesaban las percepciones sensoriales básicas, ya existentes.

He aquí algunos de los más sobresalientes de los experimentos que conectan sensaciones físicas con emociones y comportamientos.

Hombros fríos y recepciones cálidas

Durante el otoño del 2006, un grupo de voluntarios llegaron al edificio de la facultad de psicología de la Universidad de Yale.

Cada individuo era recibido en la puerta por un investigador, que lo acompañaría al cuarto piso del inmueble.

En el ascensor, el investigador, de manera informal, le pediría al voluntario que le sujetara la copa desechable — conteniendo la bebida que llevara en su mano — para poder registrarle su nombre.

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Los participantes no lo sabían, pero el experimento comenzó desde el instante en que asieron la copa.

Una vez en el laboratorio, los 40 voluntarios leyeron una descripción de un carácter ficticio, y en seguida, contestaron preguntas acerca de este carácter.

Quienes habían sujetado una bebida fría, en lugar de una caliente, consideraron la figura imaginaria como siendo menos cálida y menos amistosa, a pesar de que todos los voluntarios habían leído la misma descripción.

Respuestas a otras preguntas acerca de la figura imaginaria — como si el carácter aparecía honesto — no fueron afectadas por el tipo de bebida que recibieron. (Science, vol 322, p 606).

Otro experimento, conducido por Lawrence Williams de la Universidad de Colorado en Boulder, representa otro estudio que correlaciona la temperatura física con el tono de las emociones.

Por ejemplo sentir que uno ha sido excluido socialmente puede resultar en que una habitación se sienta unos tres grados más fría. (Psychological Science, vol 19, p 838).

Esto puede explicar algunos aspectos de nuestra interacción con otros.

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Puntos dolorosos

Por ejemplo, es más común — al menos en los Estados Unidos, donde las investigaciones se llevaron a cabo — ofrecer una bebida caliente, en lugar de una fría, cuando damos la bienvenida a alguien en nuestro hogar.

En nuestros trópicos, es lo opuesto, aunque esto depende de la hora del día.

"Ciertos comportamientos entre las personas reflejan un entendimiento de las conexiones que existen entre el calor físico y el emocional", dice Williams.

La neurociencia al rescate

La corteza insular, que está localizada profundamente dentro de uno de los pliegues que cubren la superficie del cerebro está, probablemente, a la raíz de estas conclusiones.

Imaginería magnética de este órgano, demuestra que esta área se activa cuando alguien está experimentando, una de ambas: calidez física o psicológica.

Esta conexión, probablemente existe al nacer y se solidifica temprano en la vida, cuando los bebés aprenden a asociar el calor del trato de sus padres con nutrición y protección, añade Williams.

Limpieza y piedad

"En verdad que Alá ama a quienes hacia Él miran, y ama a quienes se preocupan por ser limpios", dice el Corán.

El Islam, como religión, no está solo en vincular la higiene personal a la pureza moral.

Los cristianos limpian el cuerpo y el alma con el bautismo, y la limpieza es asimismo de importancia para los hindúes.

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Purificación del espíritu

Esta conexión que se localiza en la corteza órbitofrontal del cerebro puede ejercer una influencia tan inesperada, como profunda, en nuestras conductas.

En un estudio reciente, Simone Schnall y sus colegas de la Universidad de Plymouth, GB, enseñaron a la mitad de sus voluntarios una película neutral y a la otra mitad, una donde se ve una escena que envuelve un inodoro repugnante.

Los que vieron la escena nauseabunda, subsiguientemente pronunciaron juicios más severos acerca de actos repulsivos, como el canibalismo, que quienes habían visto la película neutral.

Exponiendo los voluntarios al olor de una ventosidad intestinal o poniéndolos en una habitación mugrosa tenían el mismo efecto. (Personality and Social Psychology Bulletin, vol 34, p 1096).

Como Lady Macbeth expresara de sus abluciones obsesivas. Un sentimiento de culpa puede enviarnos en búsqueda de jabón y agua para lavarnos.

Chen-Bo Zhong de la Universidad de Toronto y Katie Liljenquist pidieron a voluntarios que leyeran la descripción de una de dos escenas: La de un acto de sabotaje y la otra, de un acto inmoral.

En seguida se les pidió que consideraran la predilección que tuvieran por varios objetos del hogar, incluyendo jabón, pasta de dientes, CD musicales y barras de chocolate.

Los que leyeron la historia del sabotaje demostraron mayor preferencia por los artículos de limpieza que los que no la habían leído. (Science, vol 313, p 1451).

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Acto inmoral

Una conclusión simplista derivada de esos experimentos sería que un entorno más limpio nos hace más tolerantes de las faltas de los demás.

Sin embargo, el acto de limpiarnos físicamente — se ha demostrado — que no nos hace actuar con mayor moralidad, como las ceremonias religiosas pretenden que hagamos.

En otra parte del estudio, Zhong y sus colaboradores les preguntaron a los voluntarios que recordaran una acción inmoral de sus pasados.

Bajo el pretexto de higiene y precaución sanitaria, ellos le proveyeron a la mitad de los sujetos toallitas antisépticas para limpiar sus manos.

Entonces, les pidieron a los participantes que participaran en otro proyecto, esta vez en asistir a un estudiante de la universidad en condiciones desesperadas.

Sólo un 40% de los sujetos que se habían limpiado las manos se ofrecieron como voluntarios, comparados con más del 75% que no lo habían hecho.

Nuestros pensamientos, aparentemente, son tan puros, como nuestros cuerpos son limpios.

Otros experimentos han demostrado que sentimientos de disgusto moral pueden inspirar a las personas a asistir a otros.

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Corteza insular

"Permitiendo a la gente que laven esos sentimientos de culpa, les damos permiso para que expresen comportamientos menos generosos", dicen los investigadores.

El dolor del rechazo

¿Recuerdan cuando niños lo que nos doliera que no nos incluyeran en alguna actividad en la que los demás participaran?

¿O cómo nos lastimara cuando no nos invitaron a una fiesta?

El dolor de la exclusión puede parecer tangible. Tan tangible que puede darnos la misma sensación de una injuria física.

Para demostrar el nexo entre el dolor físico y el emocional, Naomi Eisenberger en la Universidad de California, Los Ángeles, y sus colegas instruyeron a voluntarios que participaran en un juego virtual.

Los voluntarios creyeron que sus compañeros de equipo estaban en otros laboratorios, cuando en realidad esas "personas" estaban siendo generadas por la computadora, que asimismo estaba programada a excluir al jugador humano.

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Dolor del rechazo

Mientras que esto sucedía, un escáner registraba la actividad neural del voluntario.

Los resultados revelaron que los sentimientos de exclusión social aumentaban la actividad de la corteza cingular anterior en su porción dorsal. Un área del encéfalo que está involucrada con sentimientos de estrés y con el dolor físico.

También, esta área se activa cuando se piensa acerca de la muerte de un ser querido. (Science, vol 323, p 890).

Estos hallazgos puede que expliquen la razón por la cual algunas personas, sufriendo de dolor emocional profundo, procuran drogas como el alcohol y la heroína, que mitigar este dolor.

En resumen

La neurociencia es una rama del conocimiento que se dedica a traducirnos las complejidades de ese universo personal y maravilloso que conocemos como el cerebro.

Esos experimentos, con las apariencias de juegos pueriles, lo son, hasta que los escáneres los convierten en expresiones gráficas de las actividades de las áreas del encéfalo que se activan durante su función frente a un estímulo específico.

Fin de la lección.

Bibliografía

  • Larocca, FEF: El Cerebro Social en monografías.com

  • Larocca, FEF: TOC: El Onanismo de Nando en psikis.cl y en monografías.com

  • Larocca, FEF: Transmisión Genética: Homosexualidad en mailxmail.com

  • Larocca, FEF: La Comida y la Masturbación en mailxmail.com

  • Larocca, FEF: Caso de Noel: Trastorno Obsesivo Compulsivo en mailxmail.com

  • Larocca, FEF: El Canibalismo: ¿Necesidad, Crimen o Cultura? En monografías.com

 

 

Autor:

Félix Larocca