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Dos sistemas de pensamiento, dos estilos de vida


  1. Algunas de las leyes de la naturaleza aplicadas en la vida diaria

En la vida personal de cada ser humano, se experimenta el dualismo en la mente como herencia cultural en cual está inmerso. Por tal motivo, nuestro estilo de vida está condicionado por nuestras creencias y los pensamientos del diario vivir. A veces, la mente es activada y dirigida por el ego y la personalidad o bien en otras ocasiones, por el Ser o el espíritu. En cualquiera de los dos casos, se crea y desarrolla un sistema de valores o creencias dictadas por el entorno social o paradigma imperante y además, enriquecido por la experiencia individual. Ambas escuelas y modelos de pensamiento, originan una visión contrapuesta del mundo y definen sus propias realidades totalmente diferentes. Por una parte, se percibe la realidad independiente del observador. Por la otra, el mundo externo y la mente del observador conforman una unidad. Casi nunca prevalece en la mente y en la práctica social un solo sistema de pensamiento dominante, pues en la mayoría de los casos se vive y se experimenta una tensión interna entre el dualismo de los dos modelos de pensamiento aceptados en forma consciente, o inconsciente y su contra parte, a la cual se ve abocada en la vida diaria; a veces tenemos destellos de unidad con el universo, otras sentimos el mundo y todo su contenido como una amenaza. Eso hace parte inexorable de la naturaleza humana. El estar sometida la voluntad y la mente a estas tensiones internas para actuar en la vida práctica. Por eso, a veces, la vida se torna difícil y caemos fácilmente en contradicciones y muchas veces, tomamos elecciones equivocadas de las cuales a veces nos arrepentimos, las cuales llevamos como un fardo muy pesado a lo largo de la vida que nos impide volar muy alto y nos coarta la libertad para desplegar toda nuestra creatividad.

En cualquier caso, así seamos idealistas metafísicos, o materialistas de línea dura. Estas ideas son un poco abstractas y además, portadoras de contenidos filosóficos o creencias religiosas; no obstante, trataré de buscar un punto medio desde la intuición y la práctica para no meterme en honduras filosóficas, pues sabemos que desde su propio marco de referencia interno, todo el mundo tiene la razón. En la mayoría de los casos, las premisas con las se construyen los razonamientos son subjetivas, porque están condicionadas por los intereses de la mente del observador. El tener la razón en nuestros argumentos no significa, desde luego, que estemos siempre en favor de la verdad. Debemos tener muy en cuenta que No en todos los casos la razón se corresponde con la verdad. La razón es apenas uno de los mecanismos más, creados por la mente para apropiarse de la realidad. De alguna manera necesitamos un esquema didáctico para entender un poco el modus operandi de la mente. Pues bien, tratemos de identificar ese dualismo o sistemas de pensamiento. De todas maneras, es la mente la que comanda nuestras experiencias en el diario vivir. Cuando alcanzamos cierto número de años, la alarma de la edad biológica se activa, debida precisamente al condicionamiento social, iniciando una cadena de señales genéticas de carácter degenerativo que en última instancia se traducen en deterioro, propagando la muerte celular en todo el cuerpo. La capacidad decreciente del cuerpo para responder al estrés de la vida diaria se debe principalmente a la identificación constante del ego y la mente con la mortalidad humana.

En el primer caso, si aceptamos que sea el ego o nuestra personalidad la que direccione nuestra mente, entonces, lo que entendemos por la realidad del mundo tiene su propio marco de referencia limitados a unas creencias y sistema de pensamiento y emociones fatalmente negativas. En apuntes muy generales, estas son:

  • 1. Creemos que existe un mundo objetivo allá afuera independiente del observador. Es la doctrina del dualismo cartesiano.

  • 2. Mente y cuerpo son dos cosas separadas independientes una de otra.

  • 3. Creemos que la conciencia humana puede ser explicada por completo como un producto de la bioquímica producida en todas las neuronas.

  • 4. Nuestra percepción del mundo es automática y nos brinda una imagen real de como son las cosas. El mundo tiene su propio significado impuesto por el paradigma social.

  • 5. Nuestra verdadera naturaleza queda totalmente definida por el cuerpo, el yo del ego, o la personalidad.

  • 6. El tiempo y espacio son categorías independientes y el primero hace estragos en nuestra biología.

  • 7. El sufrimiento es necesario, forma parte de la realidad. Somos víctimas inevitables de la enfermedad, el envejecimiento y la muerte.

  • 8. Somos máquinas biológicas que aprendimos a pensar hasta desarrollar una conciencia, la cual está subordinada al cuerpo físico.

Con este sistema de pensamiento, la vida realmente es muy dura por que la mente se encuentra atrapada por la materia o el cuerpo físico. Lo que entendemos por realidad del mundo es lo que nos muestran irrefutablemente nuestros sentidos. Somos vividos por las leyes de la naturaleza. Lo que nos lleva a pensar, que son causas externas las determinan nuestra Biología y envejecen nuestras células. Hay un condicionamiento social que nos encasilla para que asumamos un roll social que debemos cumplir en la niñez, la juventud, la edad madura y la vejez. Esta última etapa de la vida está signada por la decrepitud. Porque está dominada por las leyes de la Biología, y no por la inteligencia de la mente como debiera ser. Diríamos que esta es una visión materialista de la realidad, donde el ego o la personalidad se identifican con el cuerpo físico y con toda la materia del universo como la realidad irrefutable y además, domina la mente del ser humano. El ego controla la mente, para su desdicha, en el diario vivir.

Pero existe otro estilo de vida libre del yugo del condicionamiento social y del ego, exento de cualquier limitante. El cual nos conduce al segundo caso, y es cuando el Ser o el espíritu asume el control de la mente. La visión de la realidad es totalmente opuesta al anterior paradigma.

Para empezar, debemos proponer una hipótesis operativa, o principio de carácter metafísico para sentar las bases de una nueva percepción de la realidad.

La vida del ser humano se fundamenta en sus tres naturalezas, cada una con sus principios y leyes propias, a saber: Primero, está en nosotros la naturaleza espiritual, la cual nunca ha nacido y tampoco morirá; trasciende el espacio y el tiempo, en otras palabras, la cuarta dimensión del continuo espacio-tiempo. No tiene forma; es una energía trascendental, para expresarlo de alguna manera.

Segundo, la naturaleza mental de la cual está compuesta también, toda la información del universo. Todo es mente, enseña un antiguo aforismo.

Tercero, la naturaleza material de la que está compuesto el cuerpo físico y toda la energía del universo. Masa y energía son equivalentes, por consiguiente, son transformables la una en la otra. Einstein lo expresó matemáticamente en su famosa ecuación: E=mc2.

La anterior división es un poco arbitraria, pero se hace con fines didácticos para comprender un poco la forma de operar y relacionarse con la realidad el ser humano. Estos tres componentes, espíritu-mente-materia, son una trinidad indivisible y la comparten toda la especie humana.

Según la tesis propuesta por el físico teórico de la Universidad de Oxford, Vlatko Vedral, finalmente, la realidad y todo lo que ella la compone, no está hecha de materia, ni de energía, sino de información; ese es el componente primario de la naturaleza de la realidad, la cual denominaremos en este contexto: Cuantos de información. Entonces, si lo que entendemos por mente es la información y esta es direccionada por el espíritu o el Ser que trasciendo las fronteras del epacio-tiempo, entonces, estamos listos para postular un nuevo paradigma, o sistema de creencias para ponerlos en práctica en nuestra vida personal. Como en las anteriores con los ocho postulados aquí seguiremos, con algunas modificaciones propías, las ideas del Médico endocrinólogo Dr. Deepak Chopra.

  • 1. El mundo físico, incluidos nuestros cuerpos, es una creación del observador. Creamos el cuerpo según creamos la experiencia de nuestro mundo.

  • 2. En su estado esencial, el cuerpo está compuesto de energía e información, no de materia sólida. Cuantos de información.

  • 3. La mente y el cuerpo son inseparablemente uno, es un continuo semejante al del espacio-tiempo propuesto por Einstein en la teoría de Relatividad. La unidad que soy yo se separa en dos corrientes de experiencia. Experimento la corriente subjetiva como ideas, sentimientos y deseos. Experimento la corriente objetiva como mi cuerpo. Sin embargo, en plano más profundo de la realidad las dos corrientes se encuentran en una sola fuente creativa. Es a partir de esta fuente desde donde debemos vivir.

  • 4. La bioquímica del cuerpo es un producto de la conciencia. Creencias, pensamientos y emociones crean las reacciones químicas que sostienen la vida en cada célula. Una célula envejecida es el producto final de la conciencia que ha olvidado como mantenerse nueva. Cuando vivimos en piloto automático, la célula se replica copia de la copia vieja.

  • 5. La percepción es un fenómeno aprendido y enseñado por el paradigma imperante. Es la proyección de la mente del observador la que origina la percepción. Si cambiamos los contendidos de la mente, creencias, pensamientos, emociones, originamos una nueva proyección para percibir el mundo de otra manera, incluyendo la experiencia de mi cuerpo.

  • 6. Aunque cada persona parezca separada e independiente, todos nosotros estamos conectados, como en un holograma universal, a patrones de inteligencia que gobiernan el cosmos entero. Nuestros cuerpos son parte de un cuerpo universal; nuestras mentes, un aspecto individual de la mente universal.

  • 7. El tiempo no existe en absoluto; solo la eternidad. Lo que llamamos tiempo lineal es un reflejo de nuestra percepción limitada de la realidad.

  • 8. Cada de nosotros habita una realidad que se encuentra más allá de todo cambio. En lo más profundo de nosotros, más allá de las apariencias que muestran los cinco sentidos, existe un íntimo núcleo del Ser, un campo de inmutabilidad que crea la personalidad, el yo y el cuerpo. Este ser es nuestro estado esencial; es quien realmente somos.

  • 9. No somos víctimas del envejecimiento; la enfermedad y la muerte. Son partes del escenario, no del espíritu, que es inmune a cualquier forma de manipulación. Ese espíritu es la expresión del Ser eterno.

Es muy importante hacer una aclaración de la semántica de los vocablos utilizados en este contexto, pues estos son muy comunes en la filosofía, la sicología y la religión. Cada una de estas disciplinas le atribuye significados diferentes de acuerdo a sus creencias.

En término muy prácticos, Ser, espíritu y alma, son vocablos equivalentes si hacemos extrapolaciones semánticas. Su naturaleza es metafísica, son expresiones que tienen propiedades de inmortalidad intrínsecas en la especie humana. Con atributos perfectos y no cambiantes.

La mente o conciencia, si abusamos un poco de la extrapolación semántica, son términos también equivalentes. Hasta la fecha, son atributos únicamente de la especie humana. Sin embargo, como tema de discusión, también se le atribuye a las plantas, animales y minerales. Direcciona el cuerpo físico. Es modificable, se puede crecer o disminuir de acurdo a la voluntad del cuerpo que la contiene. Hay una pequeña diferencia entre la mente y la conciencia. La conciencia, es la mente en acción dotada con el poder de la atención y la intención.

Cuerpo físico, materia, masa; también son equivalentes. Es un laboratorio para el funcionamiento de las leyes de la química, la física, la biología, etc. Es una entidad neutra la cual es dirigida por la mente, para bien o para mal obedece los mandatos de ésta. Cada pensamiento, o emoción activa en nuestro cerebro una molécula mensajera. Esto significa que todo impulso mental se transforma automáticamente en información biológica.

Con la atención e intención es como creamos los nuevos circuitos neuronales, o las sinapsis en la estructura cerebral. Aquí podría buscarse el eslabón entre lo mental y lo material. La conexión entre los pensamientos, las emociones y la acción física en el mundo material. La atención la focalizamos con nuestra voluntad y con la mente consciente; la intención con la inconsciente, que es la que transforma y desencadena las energías creadoras del Universo. Estas cualidades humanas son las portadoras de las ideas y emociones que cada quien aporta para interactuar con el mundo exterior. Hay una propiedad axiomática de la mente para crear su propia realidad: A todo a aquello que le pones tu atención crece o se transforma.

La dualidad de la mente, como todo fenómeno de la naturaleza que tiene su contraparte, la mente con mayor razón, también se compone de mente consciente y mente inconsciente. La primera, la dirige la atención voluntaria y consciente. Es la que calcula y razona y direcciona la información del mundo exterior a la mente. Cuestiona y revisa la información que recibe. La segunda, la mente inconsciente, transforma la atención en intención y desencadena las energías creadoras del universo para se cumplan las elecciones personales. Nunca cuestiona nada y opera en forma asertiva en tiempo presente.

Cuantos de información, son los paquetes primarios de la energía y la información.

Entropía es la tendencia desorganizarse o descomponerse un sistema biológico o mecánico por estragos del tiempo.

Los estragos de la entropía que produce en nuestra biología se pueden ralentizar, con un cambio radical de nuestra conciencia, desde luego, hay que conocer muy bien las leyes de la física cuántica para que operen a nuestro favor y direccionarlas con nuestra atención e intención. La naturaleza se vuelve nuestra cómplice.

Algunas de las leyes de la naturaleza aplicadas en la vida diaria

Las leyes de la naturaleza la estudian los científicos en la Academia pero las sentimos todos, muchas veces sin conciencia alguna, en el diario vivir. Tenemos que rescatar, del nivel formal y abstracto de la ciencia, dos leyes de la naturaleza y aplicarlas en la vida cotidiana. Por un lado, la Relatividad General postula que el tiempo está asociado indisolublemente a la masa y también éste, cuando el observador viaja a la velocidad de la luz o muy cercana a ella, es elástico porque se puede acelerar o ralentizar. Lo que nos indica que el tiempo no es una categoría absoluta que pueda deteriorar inexorablemente nuestras vidas. Esto tiene que ver mucho con la entropía, o la irreversible, o tal vez, reversible flecha del tiempo. El reloj biológico inscrito en nuestro ADN, en condiciones determinadas, ¿podría ralentizarse? Esa es una de las respuestas que queremos dar aquí. Por otra parte, la Mecánica Cuántica postula la dualidad onda-partícula en la materia, es decir, a nivel subatómico la materia se comporta como onda o partícula, todo depende del dispositivo que aplique el observador. Por ejemplo, en el experimento de la doble ranura, la materia tiene un comportamiento ondular, pero cuando el observador fija su atención, ésta colapsa, (la onda), y se convierte en partícula. Es posible extrapolar estas ideas y aplicarlas en nosotros mismos, no como rigurosos científicos, sino como gente común y corriente que le interesa el enfrentarse a la realidad tal como es.

Estos dos sencillos enunciados del tiempo relativista y el comportamiento de las partículas subatómicas, nos indican lo determinante que es la presencia del el observador en el desarrollo de los fenómenos de la naturaleza, portador por consiguiente, de una conciencia con el poder de la atención y la intención. Esta evidencia experimental, inexplicable racionalmente por lo demás, no la podemos sobredimensionar con interpretaciones metafísicas, pero tampoco soslayar y más bien tratar de investigar sus implicaciones en la vida diaria. Esto se dificulta, algunas veces, porque la Ciencia aplica el reduccionismo y la separabilidad cuando el científico investiga los fenómenos naturales. Tiene un esquema simplista cartesiano de yo y el mundo objetivo allá afuera, ignorando que todos somos parte de un mismo tejido. Por el paradigma científico y el entorno social, el cerebro es modelado y manipulado desde la más tierna infancia, para captar e interpretar una realidad determinada, un mundo físico "real" dependiente de nuestros sentidos y separado del resto: "ver para creer", "Pienso luego existo". Este tipo de frases, son las que reflejan la mentalidad separatista y la estrechez de conciencia. Esto es crucial, porque todos somos la naturaleza misma y ver esto de otra manera es un error de percepción y es aquí donde debemos buscar el correctivo. Es en la percepción de la realidad. Contrario a lo que se cree, la percepción del mundo es una proyección del observador y éste ve a la naturaleza de acuerdo a sus creencias, al paradigma científico imperante, al entorno cultural, es decir, de acuerdo a su marco de referencia interno. El mundo es el espejo de su mente, no ve afuera sino lo que se proyecta su espectro interior. En estas condiciones la percepción de la realidad del mundo es subjetiva, pues está condicionada por el contenido mental del observador. No hay nada que exista fuera de nuestra mente. Es el cerebro, activado por la mente, el que decodifica la información, la analiza, la integra, la proyecta y crea un holograma en consecuencia. Las frecuencias electromagnéticas de información, (Cuantos de información), que envían todas las cosas del universo causan la estimulación en las neuronas para decodificar el holograma universal e interpretarlo como la realidad. Además, no tiene ningún significado intrínseco o per se. La mente por medio de la percepción, decodifica los patrones de energía e información que envían todas las cosas del universo holográfico. El significado del mundo, o de la realidad es extrínseco porque se la atribuye la teoría imperante del momento, o el paradigma científico. Lo anterior, no significa que estamos en favor del solipsismo filosófico. Doctrina que afirma que el universo es una ilusión de la mente. En este contexto, destacamos que lo relativo e ilusorio del mundo es el significado que se le da a éste, no el mundo en sí mismo. Por consiguiente, producto de este reduccionismo de la ciencia es creer, también, que la mente humana es algo separado de los fenómenos naturales. Las leyes de la naturaleza no son nada diferentes de las de la mente y hacemos una sinergia determinante en la evolución de la vida cuando somos conscientes de ello, con los recursos de la atención e intención. Las leyes que rigen en el universo no cambian, solamente cambian nuestras forma de percibirlas y comprenderlas. Por tal motivo, cuando somos coherentes con nuestros pensamientos y emociones, de alguna manera, la naturaleza responde a nuestras expectativas, porque somos parte fundamental del holograma universal.

Una breve nota sobre cómo se forma un holograma. La interferencia producida por choque de dos ondas de luz láser hace posible el holograma. El holograma es una propiedad natural del universo soportado y explicado, como teoría científica en el comportamiento ondular de la materia a escala subatómica. Donde cada parte de la interferencia, contiene la información del todo. El universo no lo podemos ver tal cual es, porque tiene una dimensión oculta, (en la terminología de David Bhom, se diría: dimensión implicada), sólo podemos ver una parte que es la que se despliega ante nuestros ojos, como si fuese un holograma, el cual solamente lo podemos percibir porque rayos de luz están iluminando la imagen en 3D; el cual es un magnífico recurso metafórico para intuir mejor la interdependencia básica de la unidad diferenciada con el todo. Somos parte de un modelo sistémico de la vida. Quizás sea la mente humana la que jalona la fenomenología en la naturaleza.

La Ciencia conoce un poco más de las leyes de la materia, pues lleva muchos siglos investigándola como si fuese una entidad separada del observador, pero muy poco de la naturaleza de los procesos de la mente porque lo considera metafísico; se desconoce, por ejemplo, qué es un pensamiento o una idea; este proceder nos aleja, cada día más, del conocimiento verdadero de la realidad material del mundo. No obstante hay excepciones, como ya dijimos antes, se postula desde unos sectores de vanguardia de la Física Cuántica, en cabeza del Profesor Vlatko Vedral de la Universidad de Oxford, que la naturaleza del mundo material no la conforman, ni la masa, ni energía, sino la información. ¡Vaya sorpresa!, hace más de XXV siglos existe un postulado hermético que enseña: La esencia o sustancialidad del mundo material, es de naturaleza mental. Conocimiento despreciado por la Ciencia académica por considerarlo metafísico y esotérico. Entonces, lo que entendemos por realidad material, no está hecho de materia, sino primordialmente de información. De cuantos de información. En estas condiciones, habría lugar para postular la existencia de un campo unificado de la información como un denominador común que interrelaciona todas las cosas en solo tejido universal, porque todos estamos hechos de la misma substancia, desde una galaxia, el océano de nuestras costas, hasta un cuerpo humano. Esta substancia común, los cuantos de información, nos interconecta con todo en el universo como componentes del campo holográfico. Esto nos permite soñar con nuevas utopías que jalonan la evolución de la vida en todos sus niveles. Lo cual nos empodera como co-creadores muy significativos con la naturaleza, y esto conlleva, además, una enorme responsabilidad personal y como colectivo humano. Cuando se toca éste tema, estamos hablando de las ideas, los pensamientos, las emociones. Todo el universo material proviene de la información pura. En éste caso, aquí debemos recurrir al neoplatonismo que nos acerca mejor a los nuevos postulados de la Mecánica Cuántica, ya que explica elocuentemente la naturaleza de las ideas. Para esta escuela griega, las ideas tienen mayor entidad o fortaleza que los objetos en el mundo físico tanto por su perfección y estabilidad como por el hecho de ser modelos, semejanzas que dan a los objetos físicos comunes lo que tienen de realidad. Las ideas son simetrías matemáticas del mundo físico. Hay una correspondencia uno a uno. Todos los objetos del universo han surgido del vacío cuántico no manifiesto primordialmente como energía e información pura y algún día regresaran a él. Se postula, de acuerdo a las investigaciones de vanguardia en los laboratorios del CERN en Ginebra Suiza, que el bosón de Higgs es el responsable de otórgales la masa en la interacción con este vacío.

Para Platón, la idea es el origen y esencia de las cosas del mundo material, pero también agregaríamos que a toda idea siempre la acompaña una emoción. Así no seamos conscientes de ello, siempre están apareadas: idea-emoción. El significado de las ideas, se los dan el colorido de las emociones que las acompañan. Las emociones son detonantes de las ideas y viceversa. Ahora bien, podríamos definir a los pensamientos como un conjunto de ideas y emociones estructurados cognitivamente con un significado y un propósito de comunicación. Por tal motivo, los pensamientos no son neutros, están cargados con muchos contenidos significantes. Son los portadores de emociones e información. Son, además, los instrumentos de la mente humana para mover el mundo. Las ideas nacen en la mente del observador en el proceso de cognición y son simétricas al mundo de las formas. Cuando observo el mundo, lo que veo afuera son las copias de mis ideas. Creo que ya tenemos suficiente ilustración para proponer los siguientes postulados para la vida práctica.

  • 1. Podemos cambiar nuestro condicionamiento social, el cual afirma que estamos determinados a vivir confinados en medio de unas leyes naturales que controlan, inexorablemente, nuestras vidas. Al contrario, podemos liberarnos de esta creencia y tomar conciencia de que podemos hacer una sinergia con la naturaleza a nuestro favor. Podemos direccionar la ley, con nuestra atención e intención.

  • 2. Las creencias determinan nuestra biología, las leyes naturales juegan a nuestro favor cuando las conocemos y cooperamos con ellas. Cada pensamiento que tenemos activa en nuestro cerebro una molécula mensajera. Esto significa que todo impulso mental se transforma automáticamente en información biológica. En este sentido, la entropía de nuestros cuerpos físicos, de alguna manera, la podemos ralentizar para disminuir los estragos del reloj biológico inscrito en nuestro ADN. Con una dieta, ejerció, pensamientos, emociones sanas y asertivas. La plasticidad de nuestros cuerpos, comienza con la plasticidad de nuestra mente.

  • 3. No somos simples espectadores del mundo. Realmente, somos co-creadores de nuestras experiencias.

 

 

Autor:

Néstor Jaramillo Hernández

Medellín, Febrero 5 de 2014.