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La enfermedad

Enviado por Felix Larocca


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    1. La Obesidad una Aflicción Pertinaz y Terca

    La enfermedad como metáfora de nuestro tiempo

    Escribiendo acerca de las varias enfermedades y brotes epidémicos que han plagado este mundo durante toda nuestra Historia, la humanista norteamericana Susan Sontag, expone en su libro La Enfermedad como Metáfora (Illness as a Metaphor) lo que ella plantea son los factores que promueven la emergencia universal (culturalmente determinada) de ciertas condiciones médicas que caracterizan cualquier período histórico sujeto al escrutinio del investigador.

    En su obra celebrada, y muy bien acogida, Sontag describe como enfermedades que caracterizaran épocas o períodos históricos: la tuberculosis (la consunción o la tisis) del famoso Lord Byron (entre tantos notables de su tiempo), las disorexias de algunas mujeres santificadas, la histeria de Charcot y de Freud, las actitudes enfermizas, victorianas de la Inglaterra puritana las que ella mantiene fuesen la causa de las muchas disfunciones sexuales de la época –– estas todas representan las metáforas a que, en su obra, se refiere.

    Asimismo Sontag, alude al hecho de que actitudes patológicas y desviadas de cualquier período pueden ser interpretadas de un modo similar, si se examinan las fuerzas que fuesen predominantes durante la misma época.

    En esta categoría puede catalogarse la persecución trágica de las "brujas" de Salem y de Essex, muchas de las cuales fuesen víctimas inocentes de una sociedad imbuida con valores morales fanáticos y con un puritanismo mal dirigido. (Véase: The Salem Witch Trials Reader por F. Hill).

    Las Brujas de Essex…

    De las actitudes y de las actividades con que una sociedad parece adaptar a las exigencias de la vida, pueden derivarse aspectos del ser humano que podrían ser utilizados para pronosticar la evolución final de cualquier padecimiento.

    Veremos. El SIDA, se ha considerado una de las condiciones que ha emergido con la fuerza mayor de una metáfora poderosísima de nuestro tiempo. Sobrepasa las fronteras geográficas y las llamadas orientaciones sexuales. Desafía en cierto modo la lógica y la razón, ya que, a pesar de que su modo de transmisión es a través del contacto sexual, ello no ha bastado para convencer a tantas víctimas que, en gestos de omnipotencia infantil, se abandonan a la actividad sexual promiscua y sin protección, cayendo muchas, víctimas, tarde o temprano, de esta enfermedad de transmisión "social".

    La obesidad es otra de las condiciones que pertenece de un modo prominente a esta categoría de condiciones. Resumiéndola de un modo sucinto y breve: Dada la campaña intensa con la que el gobierno norteamericano la ha atacado en los últimos treinta años, debería de estar siendo erradicada (como se dice estar siéndolo el vicio del fumar), sin embargo, la incidencia de la obesidad sigue aumentando en proporciones alarmantes en ése y en otros países los cuales se dice que son "desarrollados". (Véase: Fat History: Bodies and Beauty in the Modern West por P. Stearns).

    La depresión (y otros trastornos afectivos), parecen ser, de manera cierta, algunas más de las otras enfermedades que encarnan las metáforas de nuestro tiempo. Cuando nosotros evaluamos pacientes nuevos en las clínicas a donde ofrecemos nuestros servicios de voluntarios, o cuando nos reunimos con el grupo de apoyo mutuo que estamos conduciendo, un tema que corre "como hilo rojo" a través de las presentaciones de las personas a quienes escuchamos verbalizar sus historiales, es la de una sensación de desesperanza resignada. (O de indefensión aprendida, como ya vimos en mi ponencia Estrés y los Trastornos del Comer).

    Los pacientes se perciben a sí mismos como si estuvieran sumidos en las regiones más profundas de la desesperanza humana — una experiencia que no está siempre asociada a la sintomatología clásica de la depresión endógena. Esto lo digo, porque la expresión de esta actividad psicológica hace su aparición precisamente cuando el paciente comienza a sentirse mejor.

    Usaré dos ejemplos para ilustrar lo que aquí deseo comunicar a nuestros devotos lectores.

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