La concentración es un factor muy necesario para el aprendizaje. Representa toda la atención él la potencia que tiene tu mente sobre lo que se tiene que aprender. La mitad de la atención no se utiliza en el aprendizaje. La mitad de la atención que prestas en algo se desperdicia. Pero aun trabajando con el 50% de atención que te queda con eso aprende los conocimientos que requieres aprender. Y es cierto ya que el otro 50% en tener una idea y el 100% de la atención es lo que te permite entender y recordar el material. El primer 50% de atención lleva los datos e ideas de tus ojos a tu mente pero sin permitirte usarlo y retenerlo.
Los conocimientos y las ideas se detienen en los linderos de la mente y se desvanecen rápido cuando solo se les da el 50% de la atención.
Para poder concentrarte en el trabajo ante todo primero debes estar preparado para realizar el trabajo. Debe de estar motivado tener un interés o curiosidad respecto al material. Algunas veces esto se nos dificulta pero hay pocas cosas que no nos llaman la atención y no puedas desarrollar interés; trata de relacionarlo con tu carrera y con tu vida futura y tendrá interés.
El interés general mente es una consecuencia del conocimiento. Si empiezas tener interés sobre cierto cada ves tendrás mayor interés sobre él y aumentaras tus conocimientos sobre el asunto.
También hay determinados hechos mecánicos que influyen en la concentración, por eso cuando estudies procura aislarte de los elementos físicos que puedan atraer tu atención. No se necesita ser un genio para saber lo que puede llama tu atención.
Cuando vayas a estudiar instálate en un curto donde haya las menos cosas posibles que puedan llamar tu atención. Tal ves puedas aprender con distracciones ya sea la tele la música o otras cosas pero para que complicarse si existe un camino más fácil.
Primero terminas de estudiar y después platica o ve lo que te interesa así tendrás mas tiempo libre y aprenderás mejor y más rápido.
Hemos visto que el aprendizaje es un proceso activo, depende completamente de que tomemos parte activa en los procesos de aprendizaje.
Cuando descubrimos ideas, hechos o principios nuevos no hayamos en un proceso de aprendizaje, y de acuerdo a nuestra actitud, aprendemos gracias la participación.
El aprendizaje es directamente proporcional a la cantidad de reacción que ofrecemos,
Y del vigor con que pongamos a nuestra mente a pensar y trabajar en las ideas que queremos aprender.
Hay mucha diferencia entre procurar resolver o entender algo o solamente soñar despierto sin siquiera intentarlo. Como por ejemplo es muy fácil cuando escuchamos una conferencia o cuando leemos un trabajo, apoyando los pies sobre la silla de enfrente reclinando la cabeza, descansamos la mente y el cuerpo, que pasa aquí: la información del conferencista fluye hacia nuestros oídos y del libro hacia nuestros ojos, lo único que pasa es que la información solo se quedara en nuestro oídos y en nuestro ojos pero no en el cerebro.
La información no llegara al cerebro a menos que entre en actividad, busca la información y sepa como emplearla, a menos que tu cerebro no trabaje con esta información no podemos aprenderla.
Lo que podemos hacer para asegurar una acción mental definida es tomando notas en la clase o en el momento de estar leyendo, repitiendo lo que el profesor a autor no dice pero empleando nuestras propias palabras, otra forma es haciéndonos preguntas que creamos se formularan en la exposición y posteriormente contestarlas.
De esta forma mantenemos activos durante el proceso de aprendizaje, mente, ojos y oídos.
Es imposible aprender con eficacia una materia por el procedimiento de aprender de memoria todos los hechos que se relacionan con ella. Antes de utilizar el material aprendido debes de conocer la organización de este material es decir la forma en que todo se agrupa para forma la estructura completa. Cuando un profesor empieza una exposición tiene una guía completa de la información y de las ideas que debe de trasmitir a los alumnos.
Por eso si puedes comprender la idea básica de lo que se trata y de los puntos principales podrás seguir cada una de las ideas individuales y entender cada idea con mas facilidad e inteligencia. Si conoces de lo que se trata podrás mas fácilmente saber en donde encaja la idea.
Un buen ejemplo es si al principio del curso examinas los resúmenes de los libros de trabajo tendrás una buena idea general de lo que se va a tratar y a llevar el curso.
O también haciendo un examen preliminar que consiste en estudiar cuidadosamente le índice del texto.
En cuanto a las clases en el salón si ante de iniciar a clase dedicas unos momentos para hacer un repaso del trabajo que se vio en ella, y podrás entender mejor la clase.
Se debe de permanecer atento cuando leas o escuches para poder relacionarlo con la idea que previamente te habías formado de todo el tema los detalles. etc.
El quinto factor para un aprendizaje provechoso es la comprensión, esta es la verdadera finalidad hacia la que conducen los cuatro factores anteriores.
La actitud es necesaria porque la comprensión es la consecuencia del análisis y de la síntesis de los hechos e ideas.
La organización es necesaria ya que uno debe percibir la relación entre las partes de la información y los principios, antes que pueda comprenderse su significado e importancia.
La comprensión equivale al entendimiento, su propósito es penetrar en el significado, de sacar deducciones, de admitir las ventajas o razones para aprender.
La comprensión consiste en asimilar en adquirir el principio de lo que sé esta explicando, descubrir los conceptos básicos, organizar la información y las ideas para que se transforme en conocimiento.
Auque ya tengamos cierta habilidad para comprender podemos desarrollar mayor habilidad, velocidad, precisión y poder de comprensión, hasta alcanzar un nivel superior, ¿cómo? Meditando, buscando y examinando el significado de las exposiciones o lo que leemos.
Una forma de identificar y comprender la ideas y principios básicos, es repitiendo con nuestras propias palabras las ideas del auto o del profesor, normalmente se llega a la comprensión de forma gradual.
Pocas cosas tienen un efecto emocional tan fuerte como para quedársenos grabadas el primer contacto. Por eso para recordar una cosa debemos repetirla.
La materia que estudias quince minutos al día durante 4 días o aun 15 minutos a la semana, durante cuatro semanas, es probable que se recuerde mucho mejor que la que se estudia una hora y que nunca más vuelve a revisarse. Este procedimiento se conoce como "principio de la práctica distribuida". Si quieres obtener más provecho de las horas que dedicas al estudio, dedica cierto tiempo al repaso, lo que te proporcionará mejor comprensión y mejor memoria que un estudio concentrado, por una vez solamente y sin repaso alguno.
Aunque es esencial para el aprendizaje, la sola repetición no lo garantiza. Puedes "repasar" determinado material veinticinco veces sin aprenderlo. Para que la repetición sea provechosa debes aplicar los principios de la motivación, concentración, actitud. , Organización y comprensión. Solamente que pongas en práctica todos estos principios la repetición te permitirá aprender.
La repetición no tiene que consistir en volver a leer el material. Probablemente la forma más eficaz de repaso no consista, de ningún modo, en volver a leer el material; si no mental mente recordar el material leído sobre un tema y en consultar o en tus notas únicamente para confirmar el orden del material comprobar y completar lo memorizado.
Ten presente que no con sólo leer estos principios sobre el aprendizaje te conviertes en una persona que aprenda eficientemente. Para aprender bien necesitas practicarlos hasta saber cómo usarlos hábilmente y hasta que tengas el hábito de emplearlos en tus estudios.
La distribución del tiempo de nuestro estudio y el esfuerzo para recordar lo estudiado da lugar a un aprendizaje superior y a una mejor memoria en comparación con lo resultados obtenidos cuando solo se estudia una ves y se vuelve a leer después.
Para entender la función y la importancia del repaso debemos conocer la curva del olvido.
El olvido ocurre mas rápidamente, casi inmediatamente después de que se deja de estudiar una materia la mayor perdida queda comprendida dentro de las horas siguientes.
La velocidad con que olvidamos disminuye gradualmente conforme pasa el tiempo.
Para evitar la repentina pérdida del porcentaje de retención en el estudio es necesario efectuar repasos de la siguiente forma:
- El repaso debe ser de unas 12 horas a 24 horas después de haberse estudiado por primera ves.
- Una semana después.
- Tres semanas después.
De esta forma será más fácil asegurar el máximo de memoria. No importa que no tengamos el tiempo necesario para revisar detalladamente lo que debemos hacer es seleccionar lo que sea verdaderamente importante recordar.
Información elaborada por:
Iván Escalona Moreno
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