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Grupos de reflexión


  1. Psicología de grupos
  2. Psicoterapia grupal
  3. Escuela argentina de Psicoterapia Psicoanalítica de grupo, Pichón Riviére
  4. Grupos de reflexión

Psicología de grupos

En ciertas oportunidades, ante determinadas situaciones dolorosas tendemos a creer que somos la única persona a la que le toca pasar por esa coyuntura. Pero resulta que, frecuentemente, se trata de una especie de "sufrir de a pares", el malestar y la angustia también son vivenciados en otros sujetos. Y es justamente en ese momento cuando resulta enriquecedora y terapéutica una charla grupal para compartir, analizar, desahogarse, escucharse mutuamente, apoyarse[1].

Se describe la evolución de la Psicología de grupo en España como un proceso de integración de la dimensión socio-emocional del grupo con la dimensión de la tarea. Los grupos centrados en las personas tienden a reforzar el polo de la identificación grupal, mientras los grupos centrados en la tarea tienden a reforzar el polo de la interacción. Los equipos de trabajo permiten una integración de los procesos de identificación e interacción a través de la integración de la competición con la cooperación. Esta doble integración permite trasformar la identificación grupal, entendida como dependencia, en identificación grupal, entendida como interdependencia.

La teoría psicosocial del grupo (Ayestarán, Martínez-Taboada y Arrospide, 1996) Elaborada a partir de tres procesos: Interacción, Identificación y Distribución del poder en el grupo.

Proceso de la Interacción Socia en el grupo:

La Interacción social en el grupo consiste en el intercambio de percepciones, ideas, sentimientos y proyectos que permite a los miembros del grupo construir percepciones, ideas, sentimientos y proyectos compartidos.

El proceso de la Distribución del Poder en el grupo:

La Interacción social tiene efectos diferentes sobre el grupo y sus relaciones con otros grupos según sea el proceso de distribución del poder en el grupo: En el caso de una alta jerarquización intragrupal, la interacción social conduce al reforzamiento de la identidad social del grupo y al reforzamiento del conflicto intergrupal. En cambio, en el caso de baja jerarquización intragrupal, la interacción social conduce a una permanente redefinición de las creencias, valores, sistemas de comunicación y normas de comportamiento. Se acentúa el conflicto individuo-grupo. Se cuestiona la identidad del grupo. Se favorece la definición y clarificación de las identidades personales, a través de procesos de comunicación que acentúan el intercambio de percepciones, ideas, sentimientos y proyectos individuales. Los conflictos interpersonales son el resultado de la competición por controlar el grupo. El aprendizaje en el manejo de estos conflictos intragrupales constituye el instrumento básico para el desarrollo de la identidad personal de los individuos.

El proceso de la Identificación Grupal:

Consiste en la autoidentificación de los miembros del grupo con las propiedades psicosociales que definen al grupo psicológica y socialmente. Los grupos institucionales tienen una identidad grupal, definida en términos de creencias, valores, sistema de comunicación y normas de comportamiento. Estos grupos tienen una historia anterior a la interacción interpersonal y los miembros del grupo, al integrarse en él, se ven obligados a asumir como propias las características que definen la identidad grupal. El reforzamiento de la identidad social supone la dependencia de los individuos con respecto al grupo. Sin embargo, cuando se introduce una fuerte competición interna en el grupo, sus miembros tienen la oportunidad de aprender a resolver de una manera constructiva los conflictos internos del grupo y acceder a una cooperación que desembocará en la conciencia de interdependencia.

  • a) Los grupos centrados en las personas

Las técnicas grupales de psicoterapia, en sus diferentes orientaciones teóricas y técnicas, tienden a reforzar el polo de la identificación grupal. Fomentan la interacción entre los miembros del grupo, pero se refuerzan solamente aquellas interacciones que favorecen el desarrollo de los valores terapéuticos. Los valores y normas de funcionamiento grupal están preestablecidos. El terapeuta trata de orientar el grupo hacia un funcionamiento que sea realmente "terapéutico".

Inicialmente, el poder radica en el terapeuta, pero, a medida que avanza la terapia, los miembros del grupo participan más en la gestión de los procesos de grupo.

Muchas de las terapias llamadas grupales son, en realidad, terapias realizadas en grupo, en el sentido de que utilizan el grupo como caja de resonancia, fuente de refuerzos, de apoyo emocional y de modelos de imitación. No se establece ninguna relación entre la evolución psicológica de los miembros del grupo y la evolución de los procesos de grupo. Esto se puede afirmar, de manera especial, respecto a los grupos psicoanalíticos y respecto a los grupos de orientación humanística. No es, sin embargo, del todo cierto respecto a los grupos de terapia breve.

El grupoanálisis es el modelo terapéutico grupal que trata de relacionar los procesos psicológicos individuales con los procesos sociales del grupo (Martínez Azumendi, 1990; Campos, 1990; Roldán, 1990). Se parte de la idea de que los síntomas provienen de bloqueos en los sistemas de comunicación entre cada individuo y los demás, que acaban convirtiéndose en bloqueos intrapsíquicos. Lo social es anterior a lo personal. La terapia consiste en cambiar el sistema de comunicación social para transformar el diálogo intrapsíquico. Por lo mismo, el crecimiento personal tiene una doble dimensión:

– Vertical: dimensión intrapsíquica. Es la definición de la identidad personal, la desculpabilización y la asunción de la propia responsabilidad.

– Horizontal: Dimensión interpersonal y grupal. Es la definición de las pautas de comunicación y del rol que juega cada uno en el grupo.

El cambio cultural que se opera en los grupos grupoanalíticos conduce a un reforzamiento de la identidad personal a través de los siguientes mecanismos:

Un sistema de comunicación más abierto a las experiencias que los sujetos viven en los grupos sociales, lo que facilita la transferencia de los aprendizajes realizados en el grupo terapéutico a los grupos sociales.

Un estilo más activo en el manejo de los conflictos, tanto de los conflictos que surgen entre los miembros del grupo como de los conflictos que surgen entre éstos y los valores, objetivos y normas de funcionamiento que definen la identidad social del grupo. El paso del estilo pasivo al estilo activo en el manejo de los conflictos significa el abandono gradual de los estilos de evitación y conformidad y acentuación de los estilos de compromiso, competición y cooperación.

La adopción de nuevos roles, diferentes a los utilizados por los miembros del grupo en sus grupos sociales.

El cambio estructural que se opera en los grupos grupoanalíticos se traduce en una mayor participación de los miembros del grupo en la gestión del grupo. Sin embargo, esta descentralización del poder en el grupo es limitada porque la presencia del terapeuta mantiene en el grupo una asimetría de poder que es insuperable en los grupos terapéuticos.

En resumen, los grupos terapéuticos, incluso los de orientación grupoanalítica, mantienen una gran dependencia del grupo. La razón fundamental es que su objetivo es propiciar el crecimiento de las personas, reforzar su identidad personal, pero evitando la competición interpersonal que necesariamente, al no tener una tarea objetiva que realizar, se establecería en torno a las clásicas dimensiones del amor y del poder. En ausencia de una tarea objetiva, la competición interpersonal se traduce en las siguientes preguntas: ¿Quién es mejor? ¿Quién tiene más poder? ¿Quién es más querido? Esta competición se da inevitablemente en los grupos centrados en las personas, pero el terapeuta tiene que compensarla con preguntas que favorecen la cooperación: ¿Quién escucha mejor? ¿Quien percibe mejor las necesidades ajenas? ¿Quién está más dispuesto a ayudar a los demás? En los grupos centrados en las personas, la competición interpersonal se opone realmente a la cooperación.

  • b) Los grupos centrados en la tarea

En los equipos de trabajo existe una tarea objetiva: mejorar la calidad de los procesos de trabajo. La competición se establece en torno a los conocimientos que puede aportar cada uno para realizar la tarea común. Todos los miembros del grupo ponen en común los conocimientos que tienen. Una vez aportadas las ideas, el grupo las clasifica y las analiza sin atribuirlas a nadie en particular. Son ideas del grupo en su conjunto. De la misma forma, cuando se llega a una discusión entre ideas diferentes, no se trata de decidir cuál de ellas es la buena, sino que se trata de profundizar en las ideas confrontadas hasta encontrar entre ellas una relación que nos permita integrarlas en una idea superior. A la hora de tomar decisiones, se evita cualquier votación que desemboque en mayorías y minorías. Hay que lograr el consenso. Para ello, una vez más, no hay otro camino que buscar entre las diferentes propuestas presentadas alguna relación que nos permita integrarlas.

La competición se establece en torno a una tarea que interesa a todos. Aquí se puede competir porque la competición beneficia a todos. Esta competición no supone ataque alguno a las personas y puede coexistir con la cooperación. La competición interpersonal, en términos de quién es mejor, quién tiene más poder, quién es más querido, ni siquiera es planteada abiertamente. Los conflictos interpersonales se dejan en estado latente y no se abordan directamente. Se ponen entre paréntesis. Esta es la forma de trabajar en equipo de los ingenieros, economistas y técnicos de empresa.

Pero no es posible ignorar los conflictos interpersonales indefinidamente. Los conflictos latentes, con una fuerte carga emocional, perjudican la actividad racional de los equipos de trabajo, como ya lo vieron hace mucho tiempo tanto Lewin como Bion.

Aquí es donde los psicólogos podemos aportar algo que es importante para el éxito de los equipos de trabajo: integrar el análisis de los procesos laborales con el análisis de los procesos grupales e individuales (Alcover de la Hera, 1998).[2]

Psicoterapia grupal

 Dentro del campo de la clínica, Moreno en 1934 crea la psicoterapia de grupo psicodramática, y señala que "El grupo tiene una estructura y que en él los pacientes son agentes terapéuticos unos de otros". Asimismo que  "grupo significa estar juntos y que es algo más que la suma de los individuos". Esta hipótesis, a su vez, es planteada por Bion dentro de la psicoterapia psicoanalítica, también expresa la misma idea "el grupo es algo más que la suma de los individuos". Y  Foulke, contemporáneo suyo, en 1940 reflexiona que "el grupo adquiere una entidad propia cuya resultante es independiente y mayor que la suma de las partes".

 Respecto a la segunda idea, Freud aunque nunca trabajó con grupos, desarrolló conceptos de gran utilidad para el campo de lo grupal. Plantea la hipótesis de que "en la esencia del alma colectiva hay relaciones amorosas, por un lado, el individuo se une por lazos libidinosos al jefe o a una idea y, por otro,  a los otros miembros de la comunidad, siendo los primeros  más significativos". En su trabajo "Psicología de las masas y análisis del yo" del año 1921, propone que la psicología individual es, al mismo tiempo y desde el principio, psicología social, lo expresa del siguiente modo: "en la vida anímica individual aparece siempre integrado el otro como modelo, objeto, auxiliar o adversario".

 Esta idea también había sido señalada por Pratt en 1905. En los grupos que realizaba con pacientes crónicos observaba que los lazos emocionales que se establecían con el líder del grupo y entre los miembros influían de manera importante en el cumplimiento del tratamiento y en la evolución clínica. Este autor, pionero de la terapia de grupo en E.E.U.U., consolida su experiencia como uno de los ejes más importantes dentro de la Institución al ayudar a los pacientes a enfrentarse con  su enfermedad crónica. Esta misma hipótesis la plantea Cooley cuando define los grupos primarios, en contraposición a los secundarios, señalando que en los primarios, cuyo modelo es el grupo familiar, se dan lazos afectivos entre los miembros. Pagés también se interesa por la vida  afectiva de los grupos y por el surgimiento del líder en los mismos, considera que es el grupo quien determina la presencia del líder

Psicoterapias De Grupo Psicoanalíticas

 Las corrientes psicodramáticas y psicoanalíticas entre los años 20 y los 50 experimentaron un gran desarrollo. Dentro de la teoría psicodramática, Moreno, en 1931, introduce el término psicoterapia de grupo y crea la Sociedad Americana de Psicoterapia de Grupo y Psicodrama, plantea que "la tarea de la psicoterapia de grupo era curar al grupo como un todo y al miembro individual  a través del grupo". Y dentro de la teoría psicoanalítica, Slavson crea en 1948 la Asociación Americana de Psicoterapia de Grupo,  afirma que sus grupos de 1934, "con la introducción del grupo pequeño", constituyen el comienzo de la terapia de grupo. Estas dos principales asociaciones de terapeutas de grupo surgen después de la Segunda Guerra Mundial.

 Dentro de la Psicoterapia de Grupo Psicoanalítica surgen teorías y técnicas grupales que con una finalidad común, "la curación del individuo dentro del grupo", presentan importantes diferencias en sus conceptos y nociones; por ejemplo, la función del terapeuta o coordinador dentro del grupo, su lugar como líder o no del mismo, su mayor o menor descentramiento del proceso, así como diversos métodos de trabajo que influyen en las relaciones transferenciales que se establecen dentro del campo grupal. El campo de la psicoterapia de grupo se polariza entre aquellos que se centran en el individuo dentro del grupo y los que enfocan al grupo como un todo. Es decir, aquellos que hacen "Psicoanálisis en Grupo" y los que trabajan con "Psicoanálisis del Grupo". Los primeros analizan al individuo en el grupo, pero no tienen en cuenta la estructura del grupo como una entidad dinámica y no aprovechan las posibilidades nuevas que aporta este método de tratamiento. Los segundos, trabajan con lo grupal y lo individual, pudiéndose centrarse más en unos aspectos o en otros.

 Como representantes de la primera línea, que denominaremos "Psicoterapia psicoanalítica en grupo", se encuentran Simmel, Trigant Burrow (análisis en grupo), Adler ("el ser humano es un ser social", hace grupos de terapia en 1921), Schilder[9] (realiza terapia de grupo con pacientes ambulatorios),  Wender ("el grupo manifiesta los afectos de la familia de origen"), Slavson (pionero en la terapia de grupo con niños), Wolf y Schwartz (publican Psicoanálisis en grupos) , Stein (formación de residentes de  psiquiatría en Mt. Sinaí), Metzel (terapia de grupo con alcohólicos) y Glatzer (la neurosis de transferencia también se analiza en el grupo). Estos autores, en las décadas de los años veinte y treinta, interpretan al individuo en el grupo y son los primeros autores que utilizan conceptos y técnicas del Psicoanálisis para la comprensión de los grupos humanos. Introducen la interpretación en la situación colectiva, aplican al grupo el setting psicoanalítico y crean las condiciones para descentralizar la  coordinación y el liderazgo, hechos todos ellos muy importantes si recordamos el procedimiento sugestivo propio de las terapias por el grupo que se efectuaban hasta entonces.

Psicoterapia Psicoanalítica  "Del" Grupo

Sus principales representantes son, Taylor, Bion, Ezriel, y Foulkes de la Escuela Inglesa. Pichón Riviére, Bauleo, Pampliega de Quiroga, Caparrós, Kesselman, Pavlosky y de Brasi, entre otros, de la Escuela Argentina de Psicoterapia Psicoanalítica de Grupo. Anzieu, Kaes, Pontalis y Bejarano, de la Escuela Francesa. Estos autores utilizan los instrumentos psicoanalíticos y se preocupan más del colectivo, del "plus" que supone el encuentro entre varias personas, por ello su interpretación va dirigida fundamentalmente al grupo.

En la Escuela Inglesa, Bion, es el primer psicoanalista que hace un psicoanálisis de los grupos o para los grupos, es quien inicia dentro del campo analítico la visión de un grupo como un todo. Define al grupo como una función o serie de funciones articuladas por un conjunto de individuos y señala que el grupo pone de manifiesto algo que no podría observarse de otra manera, que "el grupo es algo más que la suma de los individuos," como ya hemos señalado. Observa en el grupo dos niveles de actividad, una racional, y, otra emocional, a la primera, la denomina "Grupo de trabajo" y, a la segunda, "Supuesto básico".

 El grupo de trabajo tiene relación con las funciones yoicas, con lo consciente, su funcionamiento está relacionado con los objetivos del grupo. El supuesto básico interfiere con el anterior y se organiza por el clima emocional en el que participan todos los miembros del grupo, funcionamiento que les impulsa a tener el mismo tipo de fantasías. Describe tres tipos de supuestos básicos: "Dependencia, Apareamiento y Ataque – fuga", cada uno de ellos con su líder. Por estos supuestos básicos va transitando el grupo, es una organización que muestra la modalidad de expresión de las fantasías de los miembros del grupo acerca del coordinador.

Foulkes en 1940  crea la Psicoterapia Grupoanalítica, de la que dice que es una psicoterapia por el grupo y del grupo. Al  principio analiza al individuo en el grupo y en una segunda etapa considera al grupo como un todo  planteando ese enunciado tan conocido, "el individuo humano nunca está aislado, la psicoterapia de grupo le arranca de su red primaria familiar y le mezcla con otros, formando un campo de interacción en el que cada sujeto empieza de nuevo".

Para él, la tarea es hacer consciente lo inconsciente y la función del terapeuta es analizar las múltiples transferencias, de los pacientes al terapeuta, de los pacientes entre sí y de los pacientes hacia el grupo; el material producido es analizado por el propio grupo y la función que en un principio recae sobre el terapeuta, progresivamente se desplaza a todo el grupo. Foulkes hace una interpretación individual y grupal, procurando no atraer hacia su persona la transferencia sino referirla al grupo como totalidad; muestra su  desacuerdo en que sólo produzcan  cambios  las interpretaciones transferenciales, y  opina que no se debe centrar el trabajo en éstas ya que ello podría reforzar la neurosis.

            En la Escuela Francesa, Anzieu, Kaes[, Pontalis y Bejarano, sin conocer a Bion y a Foulkes, también señalan que los psicoterapeutas grupales previos solamente habían hecho un psicoanálisis aplicado al grupo. Y consideran que ellos hacen un trabajo diferente al pensar el grupo como un espacio de descubrimiento de "las formaciones del inconsciente". De este modo, puntualizan que "el encuadre psicoanalítico debe favorecer la emergencia, la elaboración y la interpretación de las formaciones y de los procesos psíquicos imbricados en la situación de grupo". Esta corriente, desde un primer momento, se propone como uno de sus objetivos centrales, dar un estatuto psicoanalítico al trabajo con grupos. Desean investigar los mecanismos por los que el sujeto de su disciplina, el sujeto inconsciente, entra en "resonancia fantasmática" y "hace grupo". Están interesados también en conocer cómo se articulan en los grupos, los organizadores subjetivos singulares, con los institucionales y sociales.

          Anzieu plantea que "el grupo es un intermediario entre el  individuo y la sociedad". Considera que los fenómenos grupales aparecen a partir de cuatro miembros". Aporta el concepto de "grupalidad Psíquica", o formaciones grupales del psiquismo,  y la "organización grupal interna del fantasma". Se plantea que la resistencia al cambio en los  grupos se manifiesta por ansiedades depresivas y paranoides, a través, de la aparición de dos subgrupos. En este caso, el portavoz de la resistencia, es el líder del grupo, en la medida en que expresa la resistencia de los demás. La interpretación de estas resistencias permite que el grupo pase del narcisismo primario y de fusión con la madre, al acceso a la realidad y a lo simbólico con verdaderas relaciones de objeto. Insiste en que para trabajar el cambio no hay que actuar sobre las fuerzas  que faciliten el mismo, sino sobre las fuerzas que se oponen. Para facilitar el proceso de cambio dos cuestiones son importantes: la información y la participación en las decisiones.

          Kaes hipotetiza sobre la existencia de una homología entre la organización grupal interna del fantasma y la situación grupal. En ésta algunos miembros sirven a los otros como puntos de identificación y como soportes proyectivos, para su tópica subjetiva y sus pulsiones. Esta organización grupal interna del fantasma individual es lo que fundamenta la posibilidad del fenómeno de "resonancia fantasmática". Este autor crea la noción de "aparato psíquico grupal", construcción intermediaria que efectúan los miembros de un grupo sobre la base de dos organizadores: los grupos internos (psíquicos) y los modelos socioculturales.

Escuela argentina de Psicoterapia Psicoanalítica de grupo, Pichón Riviére

 Esta línea es desarrollada en Argentina por psicoanalistas kleinianos que se nuclean alrededor  de Pichón Riviére que en los años 50 empieza a hacer grupos terapéuticos con los pacientes hospitalizados, Crea  "la técnica operativa de grupo" y utiliza esta metodología grupal para la enseñanza y la formación de la psiquiatría y el psicoanálisis. Pichón Riviére es psiquiatra y la complejidad del tratamiento de los psicóticos le lleva al psicoanálisis y a considerar que es posible su curación por la psicoterapia psicoanalítica.

Pichón Riviére piensa al grupo como un todo, hace valiosos aportes a la teoría de los grupos al crear los conceptos de: "tarea", "portavoz", "emergente", "esquema conceptual referencial operativo", "grupo interno", y otras nociones que son centrales para la comprensión del proceso grupal. Para él, la tarea constituye el grupo, no hay grupo sin tarea y cada grupo la enfrenta en función del aprendizaje que ha realizado en sus grupos familiares y anteriores a la experiencia actual. Tarea que, por otro lado, presenta dos niveles: manifiesto y latente. Ésta última es el análisis de los grupos internos de los sujetos en el interior del grupo terapéutico real.

 Pichón Riviere define al "emergente" como el elemento a partir del cual adquiere sentido la situación, se puede denominar así a un síntoma, un individuo, una situación, un grupo, etc. El emergente es la resultante del entrecruzamiento de la historia individual y el acontecer grupal en un momento dado. Con esta interesante noción Pichón Riviére responde a las dificultades históricas para articular lo individual y lo social, lo singular y lo colectivo, pares que siempre se han presentado de una manera antinómica, siendo el psicologismo y el sociologismo sus representantes más extremos.

 Su noción de rol logra la articulación entre individuo y grupo y es a través del mismo como llega a la noción de "grupo interno", que se refiere a la dimensión grupal del contenido inconsciente, internalización del grupo familiar en permanente interrelación con el grupo externo. La determinación recíproca entre interacción grupal y acontecer individual, así como la concepción acerca de la subjetividad, la encontramos en su teoría del vínculo[33], la noción de grupo interno y la concepción acerca de la enfermedad mental.

           Pichón Riviére y Bion diferencian el rol del coordinador y el de líder, para Bion cada supuesto básico tiene su líder y para Pichón el líder debe ser la tarea del grupo. Señalan que la coordinación es una función vacía y que la relación entre el grupo y el coordinador es más compleja que la dual, ambos hablan de la contratransferencia y de la transferencia con la tarea. Bion y Pichón llegan a algunas conclusiones comunes:

          a) La existencia de fantasías grupales universales a los que Bion denomina supuestos básicos y Pichón Riviére universales.

          b) La importancia en los grupos de los mecanismos de identificación introyectiva.

          c) La vigencia en el grupo de las posiciones esquizoparanoide y depresiva descritas por Melanie Klein, así como de mecanismos de control, proyección, introyección, splitting e inhibición. [3]

Grupos de reflexión

El Grupo de Reflexión es una propuesta de trabajo grupal en donde a través de la discusión reflexiva, las lecturas y dinámicas de grupo, podrá empezar a comprender y cambiar las formas de manejar sus emociones, sus conductas y las formas de vincularse con las demás personas[4]

Es un "espacio de contención compartido" por gente a la que le suceden cuestiones similares a nuestros padeceres. La conversación grupal moderada por el Psicólogo ayudará a profundizar y ahondar los planteos, con el fin cerrar cada encuentro llevándose algo positivo, tal vez descubriendo y mirando desde otro lugar creencias que se tenían totalmente arraigadas. Estos Grupos de Reflexión requieren, como mínimo de tres participantes, tienen una duración aproximada entre 90 y 120 minutos [5]

Sobre los "Grupos de Reflexión" en instituciones

¿Qué son los Grupos de Reflexión?. Esta forma de trabajo en grupo tiene sus antecedentes desde los años de 1940 en los Laboratorios de Entrenamiento y los Grupos de Entrenamiento de Habilidades en los Estados Unidos los cuales tenían por objetivo el aprendizaje y el cambio a través del enfrentarse a las propias conductas y la de los demás dentro del evolucionar de los grupos en general. A estas experiencias, le siguen los Training Groups (Grupos T) que ponen el interés en los sucesos interpersonales y los fenómenos grupales y en los cuales de pronto ya se incluían las técnicas activas y el esclarecimiento de los hechos desde el marco referencial psicoanalítico. Por esas mismas épocas en Francia, con los trabajos en el CEFFRAP. por Anzieu, Kaës y Missénard, surgen los Grupos de Diagnóstico que formaban parte de los seminarios de Formación de especialistas en áreas de la salud mental los cuales también se proponían el diagnóstico de la percepción de los fenómenos de grupo.

Posteriormente, en la Argentina en 1945, Pichon Riviére inicia trabajos en el Hospicio de la Merced con Grupos Operativos buscando desarrollar con algunos pacientes psiquiátricos adolescentes el ejercicio de un rol grupal de agentes de salud para con otros enfermos. Desde aquellos tiempos y hasta la actualidad la aplicación de la técnica de los Grupos Operativos se ha focalizado en la elaboración de las ansiedades generadas en el trabajo y los conflictos surgidos en los equipos dentro de los ámbitos asistenciales.

El Grupo Operativo en ese sentido ha apuntado a la resolución de los objetivos propuestos por el grupo…y su tarea consiste en el develamiento de lo latente en tanto obstáculo para el pensar, el aprendizaje y la transformación. Los obstáculos serían una expresión de las resistencias al cambio, lo cual expresaría la presencia de ansiedades básicas como el miedo a la pérdida y el miedo al ataque., esbozándose así en definitiva los antecedentes básicos de los Grupos de Reflexión.

En esta línea de ideas los escritos de P. Riviére, J. Bleger (1970), A. Dellarossa (1979), F. Ulloa (1979) y más recientemente los de M. Bernard (1989) sobre los Grupos Analíticos de Reflexión dan especificidad, sustento teórico y técnico a GRUPOREFLEXION en sus intervenciones, trabajos grupales en los cuales en la práctica hacemos extensivamente aplicaciones e integraciones que marcan algunas semejanzas y diferencias con los grupos operativos tradicionales, los grupos de discusión (Sternbach, S., 1989), (Blasco, A., Barón de Dayan, A. y Socolovsky, L.; 1989) y los grupos terapéuticos.

Los trabajos con "Grupos de Reflexión" en empresas, instituciones de enseñanza, de servicios de salud, en instituciones gubernamentales y en organizaciones no gubernamentales (Ong´s) , están destinados a aplicar la teoría psicoanalítica para investigar y modificar el impacto que en la tarea y estructura de roles producen los procesos inconscientes generados a partir de los fenómenos de regresión ante la tarea y de pertenencia grupal. En los "Grupos de Reflexión" el foco está puesto en el funcionamiento vincular, más que en los materiales que surgen en función de las experiencias individuales.

El "Grupo de Reflexión" implica pues, la tarea de pensarse y vivenciarse a sí mismos en grupo. Se propone el trabajo con las subjetividades, el análisis del campo fantasmático grupal, y sus articulaciones con las representaciones sociales y variables institucionales, dispositivo el cual promueve sentimientos positivos de pertenencia, favorece el despliegue del potencial vincular, de la identidad profesional, facilita el saneamiento del rol y coadyuva en la prevención de enquistamientos nocivos de situaciones conflictivas en las relaciones con el otro, en la integración de los equipos y el desarrollo de los proyectos institucionales [6]

 

 

Autor:

Carlos Revollo Sanchez

[1] Disponible en http://www.gruporeflexion.com.mx/actividades/actividades.htm en line el 3 de Junio 2012; Horas 16: 25

[2] Disponible en http://www.papelesdelpsicologo.es/vernumero.asp?id=781, en línea el 3 de Junio, horas 17:15

[3] Concepción Operativa de Grupo y Psicoterapia Grupal Psicoanalítica Operativa; disponible en http://www.psicologiagrupal.cl/bauleo/homenaje/con_gope_psicogrupal.html, en line el 3 de Junio 2012; Horas 16: 00

[4] Disponible en http://www.gruporeflexion.com.mx/actividades/actividades.htm en linea el 3 de Junio 2012; Horas 16: 25

[5] Disponible en http://www.psico-asistencia.com/contenido/grupos_reflexion/index.html en linea el 2 de junio horas 20: 15

[6] Disponible en http://www.gruporeflexion.com.mx/gruposdereflexion/gruposdereflexion.htm en linea el 2 de mayo a horas 21: 00