Hay factores que regulan las relaciones de poder: 1) Estabilidad o inestabilidad del entorno. 2) La complejidad. 3) La diversidad. 4) La hostilidad del entorno frente a la organización. 5) Y a nivel individual: Sinceridad, Competencia, Estilo de Dirección, Confianza, Inseguridad, Manipulaciones.
Formación de poder según el arte de la guerra
La construcción del poder también puede hacerse con base en los principios y reglas del arte de la guerra.
El considerar al otro como una amenaza en lugar de cómo una posibilidad, es algo que nos viene de una cultura patrística, la cual fue desarrollada en función del pastoreo, la acumulación, la defensa con respecto al otro. La razón por la cual ataca un lobo es simplemente la pérdida de su sustento. De forma similar el hombre puede adoptar esta actitud. En esta cultura, la guerra se da bajo el principio que la única posibilidad es la de acabar con el otro. Tradicionalmente nos hemos movido en esta cultura patrística. "Homo Homini Lupus".
En cambio al considerar al otro como una posibilidad en vez de una amenaza es algo que nos viene de una cultura matrística, la cual fue desarrollada en función de la búsqueda de la armonía y la recolección del medio ambiente. En esta cultura también hay guerra pero se da en forma diferente. Busca fundamentalmente hacer prisionero al otro, y esto implica que ninguno de los dos desaparece.
Para que el mundo funcione en armonía se requiere la Neomatrística que incluye la práctica del estoicismo, el desarrollo y satisfacción de las necesidades localmente y lentitud contra la velocidad que trae el vertiginoso desarrollo tecnológico. Hay que volver a la matrística. El cambio se da en el emocionar, con el lenguaje. Si yo observo lo que siento y mi emocionar, entonces puedo cambiar mi actuar frente al otro.
Los conflictos siempre existirán porque siempre habrá diferencias de intereses y competencias por el poder. Al respecto lo que puede hacerse es intentar evitar los conflictos, y dado el caso que se presenten, lo que se debe buscar es el equilibrio de las fuerzas que lo desencadenan. La estrategia que viene del arte militar es el arte de dominar o eliminar al enemigo. Distinguimos dos tipos de guerra. La de oriente y la de occidente. En el arte de la guerra, igual que en el arte de amar y de vender, el soporte fundamental es el engaño.
En caso de darse, la guerra es un procedimiento que debe tener siempre justificaciones nobles: Defensa de las posibilidades de satisfacer las necesidades básicas, el bienestar, la seguridad, la supervivencia, la integridad, el honor, la dignidad, etc. En la guerra la estrategia puede ser directa o indirecta, pero la indirecta es la mejor. Los principales elementos de este tipo de estrategia son: la fuerza y el tiempo en sus diferentes versiones (rapidez, sorpresa).
El poder puede ser puede ser declarado, deliberado, elaborado a partir de un análisis racional. Pero complementariamente se puede practicar el poder emergente, aquel que simplemente surge, debido a la habilidad de ir aprovechando las posibilidades que se van presentando en el camino, pero para esto se requiere una alta capacidad para hacer muchas distinciones en lo que va ocurriendo en el entorno.
La guerra surge del pastoreo, la apropiación y el control. La cultura patriarcal pastoral en oposición a la cultura matrística agrícola. El poder es el medio para alcanzar el objetivo de la guerra. Es la coordinación de objetivos y medios para promover y defender los intereses de quien ejerce el poder o de aquel en cuyo nombre es ejercido. Solo se logra la destrucción y el derrocamiento del poder enemigo por efecto del encuentro, ya sea real, o no aceptado. El encuentro está condicionado por factores morales, físicos, matemáticos, geográficos y estadísticos.
Para sobrevivir es necesario tanto el ataque como la defensa. Ninguna guerra trae beneficios. Sólo se justifica cuando sea vital, ya sea para defenderse o para atacar. Las cinco condiciones de lucha son: 1) Mantener unidad de propósito entre el mando y las tropas. 2) Efectuar operativos en condiciones adecuadas del tiempo. 3) El estado del terreno. 4) El mando inteligente, honrado, humano, de coraje y severo. 5) Organización de mando y logística.
El arte de la guerra está en: Atraer al enemigo, no ir hacia él. Aprovechar la fuerza de quien ataca. Vencer sin luchar, responder sin palabras, acudir sin haber sido llamado, planear la batalla conociendo el plan del enemigo (espionaje) para asegurar ganarla antes del combate.
En la guerra, la fuerza y el poder se establecen por engaño, se moviliza deseando el botín, y se adapta por división y combinación.
Según el arte de la guerra que practicó el oriente, se deben aplicar las siguientes reglas: Evitar utilizar las armas. Parecer incapaz a pesar de ser efectivo. Confundir. Ser rápido en el combate. Ser humilde. Emboscar y atacar por sorpresa. Mantener los planes en secreto. Enfrentar todas las facciones. Ante superioridad, retirada. Ante pérdida, escapar. Tratar con dignidad al enemigo.
La planeación de la organización generalmente es realizada con base en proyecciones del futuro mas probable que enfrentará la organización. Sin embargo, se recomienda otro método según el cual no es necesario pronosticar el futuro, porque se considera posible controlarlo respondiendo eficazmente ante sus cambios inesperados.
La clave está en que la organización, mediante oportunos cambios en su planeación, tenga el poder y la capacidad para adaptarse a los cambios del mundo, que le son incontrolables. Esto implica comprender lo que está sucediendo en el mundo y capacitarse para enfrentar las situaciones mas eficazmente.
La estrategia recomendada para diseñar, planear y desarrollar organizaciones es la de dar a cada miembro la oportunidad de desarrollarse y de satisfacerse participando en la planeación, con el fin de que cada uno pueda así ejercer sus poderes e intentar controlar su propio futuro desde el momento mismo de su creación.
La clave para asegurar el desarrollo, el mejoramiento de la calidad de vida y la productividad es: Capacitar las personas para que ellas mismas planeen y evalúen sus progresos. La participación en la planeación de la organización le permite al personal desarrollarse ilimitadamente en su capacidad y competencia para satisfacer sus propios deseos y los de los demás.
Esta omnicompetencia implica la capacidad de autocontrol, independencia con respecto al escaso recurso, y un alto nivel de calidad de vida.
Se recomienda que la planeación sea interactiva. Consiste en diseñar un futuro deseable, y los medios para llegar a él. El asunto es formular los fines ideales o valores últimos hacia los que se quiere dirigir la organización, y definir la forma de desarrollar la capacidad de aprendizaje eficiente (incluyendo experiencia y oportunidades de elección) para poder asegurar la capacidad de adaptación ante los problemas y las oportunidades del entorno que la organización encara ahora.
La planeación interactiva diseña un futuro deseable y busca el modo de alcanzarlo, asegurando participación, conduciendo a un mejoramiento de dicha actuación y de la calidad de vida. Incluye: La formulación de la problemática, la especificación de los fines, la selección de los medios con los cuales se perseguirán los fines, la planeación de los recursos requeridos para implementar los medios seleccionados, y la implementación de los medios (diseño, control y desempeño).
La problemática de la organización es el futuro que tendrá, si no logra adaptarse a él. Hay que identificar lo que impide su mejor desempeño. Hay que aprender y adaptarse rápida y eficientemente. Para esto debe identificar y anticiparse a los problemas y oportunidades, decidir qué hacer al respecto y cuándo.
Los factores de éxito de esta planeación son la participación, el consenso, y la conciencia de que es interna y no externamente en donde se encuentran los principales obstáculos para alcanzar el futuro que se desea.
La clave del éxito está en el ejercicio armónico del poder por parte de cada cual, dentro de límites acordados, en el marco de la ejecución, la ley y la justicia.
FIN
Profesor: Pablo José Jaramillo E., PhD.
MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN, Promoción 42.
Universidad EAFIT.
Medellín, Abril 11 de 2002.
Autor:
Alberto Molina Ossa.
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