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Acción de gracias


Partes: 1, 2

  1. Innumerables motivos para dar gracias a Dios
  2. Alabanza
  3. Alegría

Los motivos que tenemos para dar gracias son innumerables porque, por una parte, agradecemos por las bendiciones diarias que recibimos a cada instante pero, por otra parte, agradecer por nuestros sufrimientos, inconvenientes, pesares que pueden ser pruebas u otros acontecimientos que Dios permite nos sucedan de acuerdo a Su voluntad ¡Estemos siempre alegres! Es mandato divino. Recordemos que nada existe en la vida de una persona sin que Dios no tenga puesta su mano, su voluntad o su permiso. Podremos decir que no es posible dar gracias por un sufrimiento porque si Dios es amor, no desea el sufrimiento de una persona. Gran error, el sufrimiento es una bendición dada por nuestro Padre Celestial porque nos ama y desea un bien mayor que nosotros, mientras pasamos por el sufrimiento no lo entendemos. No no existe ningun padre que no quiera lo mejor para sus hijos y, muchas veces nos disciplina dandonos un castigo pero, Dios no castiga a sus hijos, los disciplina y es esa disciplina que a veces lo podríamos considerar como castigo.

Innumerables motivos para dar gracias a Dios

  • Oremos solemnemente con acción de gracias, al despuntar el nuevo dia, al salir de casa, antes de comer y después de haber comido, al entregarnos al descanso para que el sueño nos coja libre de pensamientos mundanos y ocupado en los divinos (SAN AMBROSIO).

  • Qué cosa mejor podemos traer en el corazón, pronunciar con la boca, escribir con la pluma, que estas palabras, Gracias a Dios? No hay cosa que se pueda decir con mayor brevedad, ni oir con mayor alegría, ni sentirse con mayor elevación, ni hacer con mayor utilidad (SAN AGUSTIN).

  • Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios, en acción de gracias, muchas veces al dia. Porque te da esto y lo otro. Porque te han despreciado. Porque no tienes lo que necesitas o porque lo tienes. Porque hizo tan hermosa a su Madre, que es también Madre tuya. Porque creó el Sol y la Luna, y aquel animal y aquella otra planta. Porque hizo a aquel hombre elocuente y a ti te hizo premioso. Dale gracias por todo, porque todo es bueno (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER).

  • Mal procede quien se llena de soberbia a causa de su riqueza (sus bienes) y no reconoce haber recibido de Dios todo lo que tiene, pues todos nuestros bienes, espirituales o temporales, de Dios son (SANTO TOMÁS).

  • El pecado es lo único que no has recibido de El. Fuera del pecado, todo lo demás que tienes lo has recibido de Dios. (SAN AGUSTIN).

  • Nos parece demasiado dedicarle algunos minutos para agradecer las gracias que en todo momento nos concede. Quieres dedicarte a tu tarea, dices, pero, amigo mio, te engañas miserablemente, ya que tu tarea no es otra que agradar a Dios y salvar tu alma; no tus bienes porque no son tuyos, los heredas y no se van contigo en la muerte. Todo lo demás no es tu tarea: si tú no la haces, otros la harán; mas si pierdes el alma, quién la salvará? (SANTO CURA DE ARS).

  • Da gloria a Dios por el feliz éxito de los asuntos que te han sido encomendados, y no te atribuyas a ti mismo más que los fallos que haya habido; sólo éstos te pertenecen, todo lo bueno es de Dios y a El se debe la gloria y gratitud (León XIII).

  • (Dios) nos hace muchos regalos, y la mayor parte los desconocemos (SAN JUAN CRISÓSTOMO).

  • No dejes nunca de dar gracias a Dios con todo tu corazón y darle gracias, sobre todo, por los cuidados de que te rodea, y pídele en todo momento que no te falte la ayuda que sólo El te puede dar (León XIII).

  • En toda ocasión yo digo: Señor, hágase tu voluntad: no lo que quiere éste o aquél, sino lo que tú quieres que haga. Este es mi alcázar, ésta es mi roca inamovible, éste es mi báculo seguro. Si, esto es lo que quiere Dios, que así se haga. Si quiere que me quede aquí, le doy gracias. En cualquier lugar donde me mande, le doy gracias también (SAN JUAN RISÓSTOMO).

  • ¿Has presenciado el agradecimiento de los niños? Imitalos diciendo, como ellos, a Jesús, ante lo favorable y ante lo adverso. ¡Qué bueno eres! ¡Qué bueno!. Esta frase… te llevará a la paz, ya sea con risas o llantos, y con amor. (J. ECRIVA DE BALAGUER) (La paz se puede vivir con muchas lágrimas)

  • A quien humildemente se reconoce obligado y agradecido por los beneficios, con razón se le prometen muchos más. Pues el que se experimenta fiel en lo poco, con justo derecho será cosntituido sobre lo mucho, así como, por el contrario, se hace indigno de nuevos favores quien es ingrato a los que ha recibido antes (SAN BERNARDO). (Es acaso que tus bienes son logrados por tus propios medios o tus propias fuerzas? ¡Recapacita ya!

  • …porque si no conocemos qué recibimos, no despertamos al amor (SANTA TERESA).

  • Toda nuestra vida presente debe discurrir en la alabanza de Dios, porque en ella consistirá la alegría sempiterna de la vida futura; y nadie puede hacerse idóneo de la vida futura si no se ejercita ahora en esta alabanza (SAN AGUSTIN). (Alaba en felicidad y en desgracia)

  • En estas tres cosas se conocerá que tu boca está llena en abundancia de sabiduría: si confiesas de palabra tu propia iniquidad, si de tu boca sale la acción de gracias y la alabanza, y si de ella salen también palabras de edificación (SAN BERNARDO).

  • Mis pensamientos en Dios son muy elevados, pero me pongo a raya a mí mismo, no sea que perezca por mi vanagloria. Pues ahora sobre todo tengo motivos para temer y me es necesario no prestar oído a quienes podrían tentarme de orgullo porque cuantos me alaban en realidad me dañan. Es cierto que deseo sufrir el martirio, pero ignoro si soy digno de él (SAN IGNACIO DE ANTIOQUIA).

  • El adulador es ministro del demonio, doctor de la soberbia, destructor del arrepentimiento, aniquilador de las virtudes, maestro del error (SAN JUAN CLIMACO).

  • De nada debe huir el hombre prudente tanto como de vivir según la opinión de los demás (SAN BASILIO).

  • Cuanto más me exalten, Jesús mio, humíllame más en mi corazón, haciéndome saber lo que he sido y lo que seré, si Tú me dejas (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER).

  • Como mejor podemos emplear la dulzura es aplicándola a nosotros mismos, sin despecharnos nunca contra nosotros y nuestras imperfecciones; pues, aunque es razonable que cuando cometemos una falta nos aflijamos y entristezcamos, sin embargo, hemos de procurar no ser victimas de un malhumor desagradable y triste, despechado y colérico. En esto faltan muchos que se enfadan por haberse enfadado, se entristecen de haberse entristecido y se desesperan por haberse desesperado; con este sistema su corazón está sumergido en cólera, y parece que la segunda cólera arruina a la primera, de tal suerte que sirve de apertura e invitación para una nueva cólera en la primera ocasión que se presente; aparte de que estos enfados, despechos y asperezas contra uno mismo tienden al orgullo y no tienen más origen que el amor propio, que se turba e inquieta por vernos imperfectos (SAN FRANCISCO DE SALES)

  • Caras largas…, modales bruscos…, facha ridícula…, aire antipático: ¿Asi esperas animar a los demás a seguir a Cristo? (J ESCRIVÁ DE BALAGUER).

  • No debemos mostrarnos afables con quienes fácilmente pecan, tratando de agradarles, para no parecer que condescendemos con sus vicios y les damos cierto ánimo para caer en ellos (SANTO TOMÁS).

  • "Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Promete Jesucristo consuelos eternos a los que lloran en este mundo, no por la pérdida de las personas amadas, ni por las injurias que reciben, o por los menoscabos que ven en sus bienes: sino a los que lloran sus culpas pasadas, y los delitos que manchan su conciencia: para estos está reservado el consuelo de la gloria. (S. Hilario)"

  • "Para dolerse y llorar, bastará conocerse bien a si mismo: pero este dolor debe ser según Dios, y no ha de provenir de un motivo puramente humano: por lo cual es necesario manifestar un exterior alegre y agradable, gloriándonos en el Espíritu Santo de los dones que nos comunica; pero al mismo tiempo debemos dirigirle oraciones que salgan de un alma penetrada de un secreto dolor. (S. Efrén)"

  • "Habéis mudado mi tristeza en gozo. Dios no llena de su gozo a todas las almas, sino sólo a las que han llorado sus pecados con lágrimas abundantes y continuas, como si lloraran su propia muerte: porque estos llantos se convierten por último en extremadas alegrías. (S. Basilio)"

  • "No todas las enfermedades vienen de nuestra constitución natural, o del desarreglo de la vida, o de otra causa corporal que la medicina puede corregir: muchas veces son las enfermedades como varas con que Dios castiga nuestros pecados, o como estímulos con que nos excita a una sincera mudanza de vida. (S. Basilio)"

  • "Es preciso reconocer, que las calamidades que en este mundo nos sobrevienen tienen diversas causas: porque suceden por orden o permisión de Dios, y siempre para nuestra mayor utilidad: pues siempre es menos ventajoso no padecerlos. (S. Basilio)"

  • "No miremos como reales y verdaderos bienes o males el gozo ni la aflicción; considerémonos como extranjeros en la tierra, y pongamos en el cielo toda la atención del alma. Sola una cosa hemos de tener por mal, y esta es el pecado; y sola una hemos de estimar como bien, y esta es la virtud, porque nos une con Dios, (S. Gregorio Nacian.)"

  • "El Verbo divino llama bienaventurados a los que lloran; no porque la aflicción por sí misma sea felicidad, sino por la felicidad que nos procura. (S. Gregorio)"

  • "Nos envía Dios males a este mundo, para obligarnos a recurrir a su bondad, supuesto que los bienes que nos ha dado no han servido para reconocerle, y que las adversidades nos excitan a suplicarle después de haberle ofendido durante la prosperidad y a darle gracias por la comunicación de sus dones. (S. Ambrosio)"

  • "Nosotros merecemos más lástima que los que mueren, porque todos los días nos vemos expuestas a los combates y a las manchas del pecado, y muchas veces recibimos heridas los que algún día hemos de dar cuenta de la menor palabra ociosa. (S. Jerónimo)"

  • "Cuando Dios no manifiesta su ira contra el pecado, es señal de su mayor indignación: esto lo hizo decir a Jerusalén por Ezequiel: Yo no me enojaré contra ti, ni te celaré. Un padre reprende al hijo que ama: y cuando el médico no nos da remedio es señal de que desespera de nuestro mal. (S. Jerón)"

  • "Cuando nos vemos en la aflicción y en la miseria es porque quiere Dios probamos, para que el fuego de las tribulaciones de este mundo purifique toda mezcla de iniquidad que haya en nosotros. Porque la plata del Señor, pasa por el fuego para ser en él probada y purificada hasta el séptimo grado. (S. Jerón)

  • "Clamé al Señor cuando yo estaba atribulado, y me oyó. No dice cuando estaba nadando en el gozo y en las delicias. ¿Queréis que el Señor os oiga? Clamad a él afligidos y atribulados. (S. Jerón)"

  • "Bienaventurado es aquel a quien Dios disciplina; porque el Señor no toma dos veces satisfacción de una misma culpa. El efecto de la mayor ira de Dios sobre nosotros, es no indignarse contra nosotros: entonces nos reserva, como terneros cebados, para la carnicería. (S. Jerón)"

  • "No quiere Dios disminuir el fruto de vuestros trabajos, ante viéndolos, dispone que todo se convierta en vuestro bien y que todo os aproveche. Aun cuando solo arrojaréis un suspiro, o dejaréis caer una sola lágrima, inmediatamente la recoge, y la hace servir para vuestra salvación. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "El ver comúnmente que los malos nada padecen en este mundo, es una señal indubitable de que Dios dilata para otro tiempo su castigo. (S. Juan Crisóst)"

  • "Ninguna cosa es tan útil para disponer nuestra alma a conseguir la perfecta sabiduría, como las calamidades, tentaciones y disgustos. (S. Juan Crisósto.)"

  • "No debemos llorar por aquellos que Dios aflige, sino por los que no obstante sus pecados, nada padecen en este mundo. Su primer mal es el pecado, y su segundo mal es el de no recibir de Dios remedio alguno para sanar de sus pecados. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Sufrid con valor los males que os sobrevienen, y esto os servirá de martirio. Porque la resolución con que el cristiano permite que le despedacen antes que sacrificar a los ídolos, no es la única cosa que hace mártires: también lo podemos ser, si cuando nos atormenta un violento dolor nos abstenemos de quejamos de Dios, y si sufrimos con paciencia, sin decir palabra que merezca ser reprendida. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Debemos persuadimos a que todo lo que Dios nos envía es para nuestro bien, y no examinar particularmente las razones, ni inquietarnos por lo que ignoramos. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Es preciso pasar toda la vida en trabajos y continuos combates si queremos gozar del descanso y de los bienes de la eternidad. Si alguno fuese tan delicado y tan aficionado a los gustos de esta vida, que imagine poder gozar aquí de los placeres del mundo, y en el cielo de los que están preparados para premio de los buenos, le declaro que se engaña mucho, y que se engaña a si mismo. Escucha, pues, aquellas palabras del Santo Job: Toda la vida del hombre sobre la tierra es una continua tentación. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Los trabajos del espíritu cuando los sufrimos con paciencia y acción de gracias, pueden hacer que merezcamos más excelente premio que padeciendo trabajos corporales. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Cuando en las molestias que tenéis que sufrir, se levanta en vuestro corazón algún movimiento de ira o de impaciencia, representaos la extremada mansedumbre de Jesucristo, y sólo este pensamiento os inspirará al instante esta virtud en el corazón. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Cuando os halléis en algún trabajo o angustia, así en el matrimonio, como en cualquier estado que sea, volveos a Dios, y suplicadle que os libre de él; porque este es el único medio de salir bien de todos los males que nos afligen, porque nada hay comparable a la virtud de la oración. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Si damos gracias a los hombres porque nos prestan dinero por un poco tiempo, sin enojarnos porque nos lo piden, ¿por qué nos ha de parecer mal que Dios nos quite los bienes de este mundo, porque son suyos, y nos los había dado prestado? (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Ya no me diréis que la enfermedad es verdadero mal, pues fue la causa de la recompensa de Lázaro. No me diréis que la pobreza es mal, porque fue la ocasión de la grande gloria del Santo Job. ¿Qué diremos de las aflicciones, sino que estas fueron las que hicieron tan ilustres y famosos a los Apóstoles, porque el camino que lleva a la vida es estrecho y áspero? No me digáis para qué es esto, de qué sirve aquello, observad ese punto de la conducta del Creador con sus criaturas, el silencio y sumisión que observa el barro con el alfarero que le da la figura que quiere. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Las aflicciones nos desprenden de las cosas del mundo, nos hacen deseable la muerte, y nos curan la afición excesiva que tenemos a nuestro cuerpo. Y no hay duda que el blanco princilpal a que tira la virtud y la filosofía cristiana, es a quitarmos la afición a la vida presente. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "El Hijo del hombre, no tiene en donde reclinar su cabeza. Todos los que se abandonan a los placeres del mundo, y descansan en las delicias y el regalo, no tienen sociedad alguna con Jesucristo. Solamente los que viven en las aflicciones y trabajos, y siguen la estrecha senda del Evangelio, están verdaderamente unidos con Jesucristo, porque siguen el mismo camino que siguió el Señor. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Decía Jesucristo a sus discípulos: Vosotros os veréis afligidos en este mundo. Luego si queréis ser del número de los discípulos de Jesucristo, debéis entrar con valor en el camino estrecho. Porque si no padecéis aflicciones por este noble motivo, sucederá que inútilmente las tendréis que sufrir por otros que no podéis evitar. Un envidioso, por ejemplo, un avariento, un lascivo, un impúdico y un ambicioso, y todo el que se ve agitado de una pasión desordenada, sufre muchas más pesadumbres y trabajos que el que llora en gracia de Dios por alguna aflicción. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "¿No es una cosa la más absurda e indigna, que Cristo haya padecido por ti tantas indignidades, y que tu muchas veces no puedas sufrir por el ni aun las palabras? El Señor fue escupido, y tú te adornas con trajes y anillos; y si los hombres no te aplauden, te parece miserable tu vida: a Cristo le afligieron con maldiciones y oprobios, y por burla le dieron bofetadas; tu de todos pretendes alabanzas y no sufres las afrentas de Cristo. (S. Juan Crisóstomo)"

  • "Cuando las cosas hayan llegado a la mayor escasez, (mas dolor, sufrimiento) entonces es cuando hemos de esperar más. Porque entonces principalmente manifestará Dios su poder…(S. Juan Crisóstomo)"

  • "Nunca está Dios más enojado, que cuando no "castiga" las culpas, y parece que se ha olvidado o que no atiende. (S. Agustín)"

  • "Si seguís el camino de Jesucristo, no os prometáis en este mundo prosperidad. El Señor caminó por lugares ásperos, pero nos prometió cosas grandes si le seguimos. Seguidle, y no miréis tanto a los caminos que habéis de pasar, cuanto al lugar a donde algún día habéis de llegar. (S. Agustin)"

  • "Es preciso que sean afligidos en este mundo aquellos a quienes Dios ha preparado la vida eterna". (S. Agustin)"

  • "Dios os consuela cuando os comunica sus dones, para que permanezcáis siempre firmes en el bien; y os "castiga" cuando os quita los bienes para que no caigáis: vivid, pues, seguros, cuando el Señor cuida de vosotros. (S. Agustín.)"

  • "El que no padezca sed en el desierto de este mundo o entre los males que le rodean, jamás llegará al verdadero bien, que es el mismo Dios. (S. Agustin)"

  • "Cuando Dios no os envía los castigos viviendo mal, es la señal de su mayor indignación contra vosotros. (S. Agustin)"

  • "Nos pone Dios en el horno de las tribulaciones como a los vasos, no para que se rompan, sino para que se cuezan y purifiquen. (S. Agustin)"

  • "En vano queréis y deseáis la bienaventuranza que Jesucristo posee, si teméis sufrir lo que él padeció. (S. Agustin)"

  • "Es mucha razón que los hijos adoptivos cumplan la voluntad declarada en el Testamento de su Padre; pues dice el Apóstol: Si padecemos con El, seremos glorificados con El. Son compañeros de la humildad de Jesucristo los que son coherederos de la gloria prometida. (S. León Papa)'

  • "No se merece el Reino de los Cielos durmiendo. No se dará la felicidad eterna a los que pasan la vida en la pereza y torpe ociosidad. Es preciso padecer con Jesucristo para reinar con El; es necesario andar por aquella senda, de la que dijo el Señor: Yo soy el camino. (S. León Papa)"

  • "Predica el Apóstol y dice: Todos los que quieren vivir con piedad en Cristo, padecerán persecución. Por esto nunca falta la tribulación de la persecución, si nunca falta la piedad, observancia de la piedad. Exhortaba el Salvador del mundo a sus Discípulos, y les decía: El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mi. Esto no lo dijo a sólo los Apóstoles, sino a todos los fieles y a la iglesia en general, representada en aquellos a quienes Jesucristo hablaba. Así como en todo tiempo debemos vivir con piedad, así también en todo tiempo debemos llevar nuestra cruz. Cada uno la tiene proporcionada a sus fuerzas, y por este nombre de persecución…(S. León Papa)"

  • "Si padecemos con Jesucristo, reinaremos con él. Los mártires que derramaron la sangre por su gloria, no son los únicos que aspiraron al premio; porque todos los fieles que sirven a Dios, y observan sus Mandamientos, están crucificados con Jesucristo, y así, se verán coronados con El. (S. León Papa)"

  • "¿Quién es el que honra dignamente los misterios de la pasión, muerte y resurrección del Hijo de Dios, sino aquel que padece, muere y resucita con El? (S. León Papa)"

  • "Aunque la fe está ya esparcida por todo el mundo, y son menos los perseguidores, no por eso se han acabado las persecuciones. Aún duran los combates que presentaban a los Santos Mártires de Jesucristo: la necesidad de llevar la cruz no sólo estuvo en los que con tan horribles suplicios eran atormentados, para extinguir en ellos el fuego de la caridad. Todavía tienen los siervos de Dios otra especie de martirio que sufrir; así lo dice el Apóstol. Todos los que quieren vivir con piedad en Jesucristo, padecerán persecución. Es ser muy tibio y cobarde el no querer padecer persecución alguna. (S. León Papa)"

  • "Cuando más afligida es la carne con las calamidades y azotes que Dios la envía, más capaz está el alma de elevarse con santos deseos a las cosas celestiales. (S. Grego el Grande)"

  • "Un alma dormida en el vicio necesita que la despierte algún castigo o alguna desgracia…(S. Greg. el Grande)"

  • "Cuando los escogidos se ven en la aflicción de los males del mundo: cuando padecen ignominias, injurias, pérdida de bienes y enfermedades, todo esto les parece bien duro: pero así que levantan los ojos de su alma a la consideración del premio eterno, les parece muy poco lo que sufren en comparación de la recompensa infinita que les espera. De este modo los trabajos que serían insoportables, si en ellos sólo se atendiera al dolor que causan, se hacen ligeros poniendo la mira en el premio. (S. Greg. el Grande)"

  • "Las enfermedades del cuerpo no os entreguen a la triste pesadumbre: dad en vuestros males gracias a Dios porque se digna de visitaros: preferid a la salud del cuerpo la del alma: poned más cuidado en que el espíritu se conserve bueno, que en que el cuerpo se libre de los trabajos. La enfermedad purifica y corrige el alma, al mismo tiempo que abate la insolvencia de la carne, y amortigua su delicadeza. (S. Anselmo)"

 Alabanza

  • "Cuando manifestamos a los ojos del mundo nuestras buenas acciones, es preciso primero sondear nuestro corazón, para saber la verdadera intención que tenemos en esto. Porque, si puramente buscamos la gloria de Dios, que es el que nos comunica sus dones, no dejan de estar escondidas nuestras buenas obras, aunque sean públicas: como, al contrario, si pretendemos en esto nuestra propia gloria, ya Dios las reputa como publicadas, aunque no hayan llegado al conocimiento de muchos: pero es perfección de muy pocos buscar tan puramente la única gloria de Dios en las acciones de virtud que se manifiestan, y que no nos toque algún movimiento de complacencia en los aplausos que nos dan los hombres: porque no se pueden manifestar sin alguna culpa las buenas obras, sino cuando llega el hombre a pisar con desprecio las alabanzas humanas. Y como las personas imperfectas, y de una piedad común no tienen todavía fortaleza suficiente para colocarse superiores a estos movimientos de la vanidad, no las queda otro medio de libertarse sino el de ocultar con todo cuidado el bien que ejecutan. Muchas veces sucede que no teniendo al principio otra intención en manifestar sus buenas obras, que la de dar a Dios la gloria que se le debe, se ven tan embriagados de los elogios que les dan, que se dejan llevar de ellos con vanidad: de suerte, que por no haber examinado el fondo de su corazón, se hallan tan derramados fuera de sí mismos, que no saben lo que se hacen, y ejecutan las acciones buenas por soberbia y vanidad cuando piensan que obran por el servicio y gloria de su Criador. (S. Gregorio)"

  • "El deseo de las humanas alabanzas es como un ladrón disfrazado de caminante, que juntándose con nosotros en el camino derecho por donde vamos, como para hacernos compañía, saca de repente un puñal con que a traición atraviesa los corazones. Porque cuando la buena intención que teníamos al principio de obrar para utilidad del prójimo llega a degenerar en amor propio y en deseo de vanagloria, sucede por un modo horrible al pensarlo, que la acción que había empezado por virtud acaba en pecado. Por ejemplo: habrá tal vez algunos que defienden con celo la justicia, sólo pretenderán la recompensa temporal cuando practican tan grande acción. Entre tanto se tienen por muy justos, y se glorian de ser los protectores de la virtud: pero si llega a faltar la esperanza de los adelantamientos tetmporales, se les ve abandonar con cobardía el partido de la justicia; en lo que se conoce, que cuando se tenían por los más justos y más celosos defensores de la equidad, no buscaban realmente otra cosa sino el mercenario interés. (S. Greg. el Grande)"

  • "Nada hagáis con el fin de que os alaben: nada por lo que pensarán de vosotros: nada por hacer célebre vuestro nombre: hacedio todo por Dios, y por aquella feliz y eterna vida, que se digna concederos en el cielo nuestro Salvador, que vive y reina con el Padre y con el Espíritu Santo en la eternidad de los siglos. Amén. (S. Anselmo.)"

  • "El que canta las alabanzas divinas y pretende otra cosa fuera del mismo Dios, le alaba, mas no le ama. Alabad, pues, al Señor, pero sea dignamente, de suerte, que no haya en vosotros, cuidado, intención, pensamiento ni deseo del espíritu que en cuanto os sea posible no contribuya a su alabanza: ninguna prosperidad de este mundo, ninguna desgracia os aparte de esta obligación, y de este modo alabaréis al Señor con todo vuestro corazón. Mas cuanto hubiereis cumplido con vuestra obligación alabando a Dios con toda el alma, y alabándole con amor, no esperéis de él otro premio, que el mismo Dios, para que sea el objeto y término de todos vuestros deseos, y el mismo Señor sea el salario de vuestro trabajo, el consuelo de vuestras penas, y por último, vuestra herencia en la posesión inmortal de la vida bienaventurada que esperamos en el cielo. (S. Anselmo)

  • "La verdadera amistad suele tener reprensiones, pero nunca adulaciones. (S. Bernardo)"

  • "Nada confunde tanto como el ver descubiertos los deseos de ser alabado. (S. Bernardo)"

  • "¿Por ventura parece que soy áspero porque no adulo, porque aterro, porque deseo para el amigo el principio de la sabiduría? Siempre quisiera favorecer de este modo a mis amigos: quiero decir, aterrándolos saludablemente, y no adulándonos con engaños. (S. Bernardo)"

  • "Yo acostumbro a armarme de dos versecitos de la Escritura contra los que me alaban. El primero es contra los malévolos. Retirense y llénense de confusión los que para mi quieren males. Contra los benévolos, pronuncio el siguiente. Retírense inmediatamente avergonzados los que dicen viva, viva. (S. Bem.)"

  • "La adulación, alabanza o lisonja, no sólo la reprueba la Sagrada Escritura y Santos Padres, sino hasta los Filósofos Gentiles y Emperadores). "Pitágoras dice que debemos alegrarnos cuando se nos vitupera, y jamás cuando nos alaban. Mira a los aduladores como a enemigos los más peligrosos y detestables."

  • "Cartes decía que los que viven entre aduladores abandonan sus deberes y se hallan como novillos en medio de lobos."

  • "Bion, a quién preguntaron cuál era el animal más dañoso, contestó: Entre las bestias salvajes, el tirano; entre los animales domésticos, el adulador."

  • "Diógenes llama a la lisonja un lazo de miel que ahoga al hombre abrasándole."

  • "El Emperador Constantino era tan enemigo de los aduladores, que los llamaba polilla y rateros de su palacio."

  • "Y el Emperador Segismundo dio un bofetón a un adulador. ¿Por qué me herís, Señor? le preguntó éste. ¿Por qué me muerdes, lisonjero? contestó el Príncipe."

  • "Debes tener un grande cuidado de llevar oculto en nuestro corazón todo el bien que hacemos, si queremos recibir el, premio del eterno Juez que ve lo más profundo de los corazones. Es absolutamente necesario ocultar nuestra virtud, porque no suceda que exponiéndola a la vista en el camino de la vida presente, nos la quiten y roben los ladrones espirituales que nos están continuamente observando. (S. Gregorio)"

  • "Cuando manifestamos a los ojos del mundo nuestras buenas acciones, es preciso primero sondear nuestro corazón, para saber la verdadera intención que tenemos en esto. Porque, si puramente buscamos la gloria de Dios, que es el que nos comunica sus dones, no dejan de estar escondidas nuestras buenas obras, aunque sean públicas: como, al contrario, si pretendemos en esto nuestra propia gloria, ya Dios las reputa como publicadas, aunque no hayan llegado al conocimiento de muchos: pero es perfección de muy pocos buscar tan puramente la única gloria de Dios en las acciones de virtud que se manifiestan, y que no nos toque algún movimiento de complacencia en los aplausos que nos dan los hombres: porque no se pueden manifestar sin alguna culpa las buenas obras, sino cuando llega el hombre a pisar con desprecio las alabanzas humanas. Y como las personas imperfectas, y de una piedad común no tienen todavía fortaleza suficiente para colocarse superiores a estos movimientos de la vanidad, no las queda otro medio de libertarse sino el de ocultar con todo cuidado el bien que ejecutan. Muchas veces sucede que no teniendo al principio otra intención en manifestar sus buenas obras, que la de dar a Dios la gloria que se le debe, se ven tan embriagados de los elogios que les dan, que se dejan llevar de ellos con vanidad: de suerte, que por no haber examinado el fondo de su corazón, se hallan tan derramados fuera de sí mismos, que no saben lo que se hacen, y ejecutan las acciones buenas por soberbia y vanidad cuando piensan que obran por el servicio y gloria de su Criador. (S. Greg. el Grande)"

Alegría

  • Una persona alegre obra el bien, gusta de las cosas buenas y agrada a Dios. En cambio, el triste siempre obra el mal.

 Citas de la Sagrada Escritura

  • Son para mí tus palabras el gozo y la alegría de mi corazón. Jer 15-6.

  • Dichosa la que ha creído que se cumplirá lo que se le ha dicho de parte del Señor. Dijo Maria: Mi alma engrandece al Señor y exulta de júbilo mi espiritu en Dios, mi Salvador. Lc 1.

  • Díjoles el ángel: No temáis, os traigo una buena nueva, una gran alegría, que es para todo el pueblo; pues os ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías Señor, en la ciudad de David. Lc 2:10-11.

  • Abrahán, vuestro padre, se regocijó pensando en ver mi día; lo vió y se alegro. Jn 8:56.

  • Pero no os alegréis de que los espíritus os estén sometidos; alegraos más bien de que vuestros nombres estén escritos en los cie10s. Lc 10:20.

  • En el cielo será mayor la alegría por un pecador que haga penitencia que por noventa y nueve justos que no necesitan de penitencia. Lc 15:7.

  • Era preciso hacer fiesta y alegrarse, porque este tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido hallado. Lc 15:32.

  • De nuevo os veré, y se alegrará vuestro corazón, y nadie será capaz de quitaros vuestra alegría. Jn 16:22.

  • Les llevó hasta cerca de Betania, y levantando sus manos les bendijo, y mientras los bendecía se alejaba de ellos y era llevado al cielo. Ellos se postraron ante El y se volvieron a Jerusalén con gran gozo. Lc 24:50-52.

  • Ellos se fueron contentos de la presencia del sanedrin, porque habian sido dignos de padecer ultrajes por el nombre de Jesús. Hech 5:41.

  • Tengo mucha confianza con vosotros; tengo en vosotros grande motivo de gloria, estoy lleno de consuelo, reboso de gozo en todas nuestras tribulaciones. 2 Cor 7, 4.

  • Luego oí como una voz de una gran multitud, y como una voz de muchas aguas, y como una voz de potentes truenos, que decia: " ¡Aleluya!" Porque el Señor, Nuestro Dios omnipotente, ha establecido su reino. Apoc 19:67.

La alegría del cristiano tiene su fundamento en Dios

  • Es un cielo, si le puede haber en la tierra, para quien se contenta con sólo contentar a Dios y no hace caso de contento suyo. En queriendo algo más lo perderá todo; y alma descontenta es como quien tiene gran hastío, que por bueno que sea el manjar le da en rostro, y lo que los sanos comen con gran gusto le hace asco en el estómago (SANTA TERESA).

  • Nuestro Salvador ha nacido hoy; alegrémonos. No puede haber, en efecto, lugar para la tristeza, cuando nace aquella vida que viene a destruir el temor de la muerte y a darnos la esperanza de una eternidad dichosa.Que nadie se considere excluido de esta alegría, pues el motivo de este gozo es común para todos; nuestro Señor, en efecto, vencedor del pecado y de la muerte, así como no encontró a nadie libre de culpa, así ha venido para salvarnos a todos. Alégrese, pues, el justo, porque se acerca la recompensa; regocíjese el pecador, porque se le brinda el perdón; anímese el pagano, porque es llamado a la vida (SAN LEÓN MAGNO).

  • No dijo San Pablo que el reino de Dios consistía en la alegría de una manera general y absoluta, sino que precisa y especifica que se trata de una alegría o gozo en el Espíritu Santo. El sabía de sobra que existe otra alegría, una alegría reprensible de la cual está escrito: El mundo se alegrará. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís, porque lloraréis! (Lc 6:25; Jn 16:20).

  • Sólo de El, cada uno de nosotros puede decir con plena verdad, junto con San Pablo: Me amó y se entregó por mi (Gal 2:20). De ahí debe partir vuestra alegría más profunda, de ahí ha de venir también vuestra fuerza y vuestro sostén. Si vosotros, por desgracia, debéis encontrar amarguras, padecer sufrimientos, experimentar incomprensiones y hasta caer en pecado, que rápidamente vuestro pensamiento de fe se dirija hacia Aquel que os ama siempre y que con su amor ilimitado, como de Dios, hace superar toda prueba, llena todos nuestros vacíos, perdona todo nuestro pecado y empuja con hacia un camino nuevamente seguro y alegre (JN PABLO II).

  • Al nacer el Señor, los ángeles cantan llenos de gozo: Cloria a Dios en el cielo, y proclaman: y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor […]. ¿Cómo, pues, no habría de alegrarse la pequeñez humana ante esta obra inenarrable de la misericordia divina, cuando incluso los coros sublimes de los ángeles encontraban en ella un gozo tan intenso? (SAN LEÓN MAGNO).

  • Perdemos la alegría verdadera por el deleite de las cosas temporales (SAN GREGORIO MAGNO).

  • Nada hay más infeliz que la felicidad de los que pecan (SAN AGUSTIN).

El "camino de Dios" es un camino alegre

  • El camino de Dios es de renuncia, de mortificación, de entrega, pero no de tristeza o de apocamiento (J. ESCRIVA LE BALAGUER).

  • No hay cosa que necesite más de la moderación y del freno de la razón que las lágrimas: por quiénes se debe llorar, y cuánto, y cuándo, y cómo (SAN BASILIO).

  • La alegría cristiana es una realidad que no se describe fácilmente, porque es espiritual y también forma parte del misterio. Quien verdaderamente cree que Jesús es el Verbo Encarnado, el Redentor del Hombre, no puede menos de experimentar en lo intimo un sentido de alegría inmensa, que es consuelo, paz, abandono, resignación, gozo… ¡No apaguéis esta alegría que nace de la fe en Cristo crucificado y resucitado! ¡Testimoniad vuestra alegría! ¡Habituaos a gozar de esta alegría! (JUAN PABLO II).

  • La alegría espiritual es el principal remo en esta navegación nuestra (SAN PEDRO DE ALCÁNTARA).

La alegría, necesaria para hacer el bien

  • Una persona alegre obra el bien, gusta de las cosas buenas y agrada a Dios. En cambio, el triste siempre obra el mal (PASTOR DE HERMAS).

Alegría y dolor

  • Vuestras pequeñas cruces de hoy pueden ser sólo una señal de mayores dificultades futuras. Pero la presencia de Jesús con nosotros cada dia hasta el fin del mundo (Mt 28:20) es la garantía más entusiasta y, al mismo tiempo, más realista de que no estamos solos, sino que Alguien camina con nosotros como aquel día con los dos entristecidos discípulos de Emaús (Lc 24:13 ss) (JUAN PABLO II).

  • El amor trae consigo la alegría, pero es una alegría que tiene sus raíces en forma de cruz. Mientras estemos en la tierra y no hayamos llegado a la plenitud de la vida futura, no puede haber amor verdadero sin experiencia del sacrificio, del dolor (J. ESCRIVA DE BALAGUER).

Los santos han vivido siempre con alegría

  • Los santos, mientras vivían en este mundo, estaban siempre alegres, como si siempre estuvieran celebrando la Pascua (SAN ATANASIO).

  • Los seguidores de Cristo viven contentos y alegres y se glorían de su pobreza más que los reyes de su diadema (SAN JUAN CRISÓSTOMO).

Generosidad y alegría

Partes: 1, 2
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