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Comunicación educativa


Partes: 1, 2, 3

    1. La Comunicación Educativa
    2. La Comunicación Pedagógica
    3. La comunicación. Generalidades
    4. Conclusiones
    5. Bibliografía

    Introducción

    El mundo contemporáneo está permeado por complejos procesos de cambios, transformaciones y reajustes sociales, donde el hombre como ser dotado de raciocinio, sigue siendo el protagonista de la conservación y desarrollo de la sociedad en que vive y la educación como fenómeno social históricamente desarrollada y como núcleo del proceso socializador, ejerce una influencia decisiva en la formación del hombre al prepararlo para su incorporación social activa y para el disfrute y plenitud de la vida.

    La educación cubana tiene como fin lograr el desarrollo de un estudiante en correspondencia con el sistema de valores e ideales de la nación cubana sustentada en las raíces del pensamiento pedagógico martiano y marxista. Para ello se hace necesario y evidente revolucionar el proceso de educación que tradicionalmente se ha venido aplicando, el cual no ha podido dar una respuesta satisfactoria a estas exigencias y aspiraciones sociales, pues este se ha centrado en el conocimiento donde el profesor ha puesto en el centro de su atención la utilización de acciones y operaciones que conducen a la repetición de conceptos, leyes, teorías y la descripción de hechos y fenómenos por parte del estudiante, limitándose así el desarrollo de habilidades que permiten operar con el contenido objeto de su aprendizaje, asumiendo una posición pasivo reproductivo, no personalizada.

    Como respuesta a las limitaciones que se presentan en nuestras instituciones educacionales, surge la necesidad de planificar, organizar y dirigir un proceso que enfatice en el papel activo-creativo del estudiante, capaz de lograr transformar la realidad desde la localidad donde vive.

    Para ello el profesor deja de ser un transmisor de conocimiento, convirtiéndose en un guía y orientador cuya labor facilita el análisis y la reflexión y de esta forma el estudiante aprende, a aprender, sin obviar la asimilación de conocimientos en el desarrollo de hábitos y habilidades y que asuma un papel activo, logrando su protagonismo.

    Todo esto no sería posible sin un auténtico proceso de comunicación, por el alto valor formativo y desarrollador que se atribuye a la actividad y la comunicación, tomando en cuenta la personalidad del estudiante, sus necesidades, intereses, e inquietudes, lo escuche y respete como sujeto a partir de la consideración de sus criterios y opiniones, de ahí que hablemos de comunicación simétrica dentro del proceso pedagógico en la cual prevalezca el intercambio sistemático en los papeles de fuente y receptor entre docente y los estudiantes, donde todos emiten y reciben información indistintamente, permitiendo una verdadera relación profesor-alumno, caracterizada por la seguridad, el respeto y la motivación hacia la actividad, por lo que se hace necesario que el profesor cumpla las funciones informativa, afectiva y reguladora de manera armónica, pues solo así y utilizando de modo congruente los canales verbales y extraverbales de la comunicación es que logrará eliminar las barreras que pueden obstaculizar una comunicación pedagógica efectiva durante el desarrollo de las diferentes actividades del proceso.

    Es frecuente la afirmación que educación y comunicación son procesos inseparables, visto desde la concepción de que no hay hecho educativo sin que no medie una acción comunicativa que no tenga una influencia educativa en algún sentido; para el análisis de estos vínculos se establecen dimensiones que van más allá de este simple hecho comparativo, por lo que se hace preciso reflexionar desde la distinción de los dos niveles básicos en que se da la relación entre ambos procesos, el no propósitivo y el propósitivo, este último caracterizado por una intención, un objetivo expreso de llevar a cabo determinados procesos comunicacionales como trasmitir, informar, compartir, debatir, etcétera. En el desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje se infiere con toda intencionalidad que el nivel propósitivo es básico en esta relación, tanto para la calidad de este proceso como para la formación de los profesionales de la educación quienes tienen la misión de la formación integral de la personalidad de los niños y jóvenes.

    La comunicación es un sistema abierto que garantiza la distribución y redistribución de las funciones de los participantes, el intercambio de los roles para la solución de problemas, la aspiración a comprender la posición del otro, el tener puntos de vista diferentes que enriquezcan el diálogo y el debate, y en ella a los procesos de actividad y comunicación se le atribuyen un alto valor formativo para garantizar la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje, de ahí que se hable de una comunicación simétrica haciéndose evidente la necesidad de planificar, organizar y dirigir un proceso comunicativo pedagógico que enfatice en el papel activo – creativo del estudiante por lo que al profesor se le asigna la misión de orientar, facilitar y guiar el mismo a partir de las necesidades, intereses e inquietudes de sus estudiantes, que los escuche y respete como sujetos a partir de la consideración de sus criterios y opiniones teniendo presente la individualidad y diversidad de cada uno, enriquecido en su contexto social por los aportes de Vigotsky con respecto a lo que el alumno puede hacer por sí solo (nivel de desarrollo real), conocer sus limitaciones y potencialidades para alcanzar los objetivos propuestos y la secuencia que necesita para adquirirlos con el fin de lograr "hombres que digan lo que piensan y lo digan bien, hombres elocuentes y sinceros", al decir de José Martí.

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