Desde ahora, la ignorancia no puede existir, ni el error fundarse un castillo; porque la verdad se descubre en su bella desnudez y la sabiduría descorre las cortinas de su trono y se da en patrimonio del hombre, "conociéndose a sí mismo" y en sí mismo al universo y en el universo al Creador su Padre, que es el que llamó a Jacob. "redimiéndolo sin dinero, ya que sin precios fue hecho esclavo".
He aquí el programa de la educación general del adulto hasta ser hombre de provecho: conocerse a sí mismo; conocer al universo; conocer al Creador; penetrar en sus secretos, en la vida, en las causas de la vida; fruirse de las leyes de la creación con lo que reconocerá que como él, "cada hombre es el universo completo y entero"; por lo que, el único título admitido es, el de hermano, en el espíritu. Y como los hermanos en lo materia viven en el mismo hogar vida común y trabajan en común y disfrutan del depósito común de la familia, ésta se ha agrandado desde el pequeño hogar creado por la consanguinidad material hasta todo el universo, por el parentesco único espiritual; de cuyo depósito se toma la sabiduría, la fe en nosotros mismos y la ley de amor, para vivir como hombres hermanos la única vida en familia posible y verdadera en todo el mundo, en la más justa y perfecta "comuna", en la que nada se puede dividir, porque dividir es empequeñecer.
Sí; la división empequeñece y crea antagonismos; y cuantas más son las divisiones, tanto mayor son la pobreza de cada uno y tanto más las envidias (como hoy aquí en Venezuela con tantos partidos); tanto los odios, mayores son las miserias y las guerras; y aunque la historia está mal hecha y llena de injusticias, prueba esta aseveración lo bastante.
Mas después de una juventud llena de hermosura y belleza, siendo hombre maestro en ciencia y conciencia de su arte, ocupación y oficio, y en un trabajo ejecutado por los medios mecánicos no debe trabajar tantas horas; porque en el régimen comunal, no será necesario trabajar más de dos horas, teniendo los más hambrientos y desheredados de hoy, más regalías y confort que tienen los opresores parásitos y vampiros, que la ley arroja con estrépito al gran hueco que va abrir, cayendo sobre ellos las torres y castillos de su orgullo y vana posición. La Comuna no necesita templos de piedra, porque tiene el universo por único y "verdadero tempo"; y cada hombre tiene por "sacerdote su conciencia", que oficia en el corazón del hermano, que es el único altar donde se asienta nuestro Padre y Creador, con su ley de amor por cetro.
El hombre, en salud, trabaja esas pocas horas hasta la edad de setenta años; (el que esto transcribe, anda en 86 años y trabaja casi todas las horas del día, escribe artículos para los periódicos y varias partes del mundo por Internet) jubilándose del trabajo manual para dedicarse a la custodia de las juventudes, donde recibe alegría; entrar en los talleres y en las aulas, aconsejando con su experiencia alentando con su lozana ancianidad a los jóvenes trabajadores, que tras una educación verdadera y una vida activa de trabajos nacionales, espera una vejez venerada y alegre, en la que pueden ser llevados, por más méritos, a formar parte de los consejos de maestros (no sin título académico); y no hay cielo igual que pueda el hombre esperar, por más bello y glorioso que lo pinte cualquier hipócrita religión, de las que se guardaran su negra historia; pero ellas ya "no serán más en la tierra".
Pero en el mundo tierra, al nombre de "Comunismo" caen sus primeros partidarios al filo del hacha, bajo la intriga de la traición; pero Padilla y los suyos siguieron inspirando, porque siendo misioneros regeneradores, tienen que cuidar de las semillas que el creador les entregó; a pesar de la oposición y a pesar de las grandes hecatombes traídas por la división de las tierras en infinitas parcelas, "la Comuna se impone" y se establece por sí sola; pero los hombres que enarbolan en una agrupación ese pendón de amor, tienen el resabio del odio a sus verdugos y, por la provocación de éstos, se soliviantan varias veces y acaeció el hecho de la Bastilla y más recientemente las semanas trágicas de Italia, de Rusia, las de España, en Barcelona y las de hasta ahora en todo el mundo; pero todo ello es el abono que el cultivador pone en el almácigos para que medren las plantas y al fin florecen y sazona el fruto; pero hay que velar por los roedores que se infiltran en el almácigo, que al más pequeño descuido o en un trabajo de zapa, el minero corta las plantas en su raíz y aparecen mustias y hay que hacer esfuerzos y regarlas para que no mueran, pero retrasan su desarrollo y también el tiempo del fruto.
Esto ha acaecido desde que se iniciaron los partidos avanzados, que todos, desde la Masonería, pasando al liberalismo, de éste al descubierto librepensamiento y libre examen, que el germen de sus frutos es el Socialismo; éste engendró el anarquismo y de este nació el Sindicalismo y todos tienen por fin, más o menos mercado el Comunismo, que hoy se declara como régimen perfecto y corona de los esfuerzos comunes de todos los hombres; y la ley acude con su justicia a su implantación, quitándole todos los estorbos.
La lucha ha sido terrible, han caído muchos apóstoles y misioneros sacrificados, siendo quizás la victima más sensible, por su valía, en los tiempos de Calvino y Lucero, el gran Miguel Servet, que huyendo del pontífice romano, cree encontrar amparo en el protestante y, éste lo arroja a la hoguera… Porque Server iba mucho más lejos que Calvino, el que al fin, era sacerdote y el sacerdote, jamás perdona.
En las filas de los más avanzados se entronizan los enemigos para cortar (como los roedores) las raíces de las mejores plantas, y ya la ley no quiso tolerar más, porque los 36 siglos marcados se cumplieron y promueve las guerras en las que, los cuervos, los lobos y otras fieras, comen carne de hombres, de capitanes etc. Y luchan en esas conflagraciones todos los dioses de todos las religiones, todos los cismas, todas la creencias, todos los partidos y con el último cañonazo suena el primer verdadero:"!Viva la Comuna!" que propagamos nosotros para todo el mundo y todo en el mundo tierra quedará cambiado en su faz y el surco está señalado, al que cae la bestia y el dragón apocalíptico y todo lo que es error, porque estorba al que el Padre llamó que se levantara y está en su puesto; por lo que la ley, la naturaleza y el espíritu obrará, y así lo confiesan hasta los hombres escépticos.
Con excepción de los tres comuneros de Castilla decapitados por la intriga religiosa, ningún partido, ni sociedad, pudo concebir la Comuna en su verdadera justicia, porque se amalgamaron los principios; y luego, por baldón de los hombres, los libros todos llevarían esta afrenta: "Con aprobación de autoridad eclesiástica". Así es como, ni la historia, ni los 24 libros de la Biblia, son la verdad de los hechos y escritos, porque ejércitos de frailes y clérigos y otros aberrados, se dedicaron a raspar pergaminos y a quemar lo que no podía raspar. Dieron cuentos por historia y 24 impúdicos libros mixtificados, por Biblia; nadie hoy posee, por la historia, ni por la Biblia, los principios de la verdad histórica, ni hay más moral que el "morral", ni principios comunistas que no se basen en la división parcelaria y esto no puede ser COMUNISMO, en el que no hay más propiedad que la sabiduría, pero que sus frutos son la comunidad, sin que por esto tenga el sabio más derechos materiales que el menos sabio; y no digo ignorante, porque la ignorancia no cabe en la verdadera comuna.
El sabio tiene bastante prerrogativa con el reconocimiento que voluntariamente le da "la Comuna", porque es un maestro; pero el sabio, jamás puede cometer injusticia, ni tener parcialidad, porque si esto tuviera, no podría ser sabio; y no puede haber injusticia si la conciencia es bien educada, porque tendrá la justicia como norma y base.
No es justicia pretender que todos vistan igual, consuman igual y produzcan igual; porque en todo el universo no hay dos cosas iguales; ni aun las leyes divinas.
Justicia es que el que necesita consumir cuatro, no consuma cinco; y el que tiene bastante con uno, no consuma uno y medio; y el que pueda producir ocho, no produzca siete; y se dará el caso que uno no producirá más que dos y consumirá seis; y si produjo dos porque más no puede, es porque obedece a las leyes que de ahora en adelante los hombres han de estudiar y comprender, y sabrán que, aunque consumió seis, nada debe al deposito común, porque la ley de la creación con sus auxiliares de justicia y compensación, tienen un "fino fiel", que la justicia no puede desnivelar; y tanto amor, respeto y aun más cariño (si caber pudiera) merece aquel, que el sólo consumió dos, produciendo ocho; porque al fin de cuentas, cada uno habrá producido lo que la creación exige y encomienda a cada individuo, porque, la conciencia es el único juez de cada uno, y para eso, la Comuna educa la conciencia en justicia, verdad y amor.
Aquí el Maestro, dejó la llave, que en muchos siglos no nos quisieron entregar los educadores, porque dijeron que eran ciencias peligrosas.
El peligro lo habemos tenido en ignorar lo que la naturaleza quiere que todos los seres sepan. El archivo de las ciencias que ignorasteis queda abierto; y cada uno lea la página que sea capaz de entender y comprender y cada vez sabréis una página más, hasta llegar a la posesión de la sabiduría de la vida corporal, propendiendo siempre a la mayor belleza, hasta el eterno e infinito progreso que tenemos mandado.
Todo lo contenido hasta aquí, hecho está para el día cercano del "régimen comunal", que todo es fácil de crear y conseguir porque nada cuesta, más que la voluntad de crearlo y disfrutarlo; y eso no tendrá obstáculos, porque no es pagado el trabajo con el "Vil", aun que ponderado "metal", "el dios dinero", que aun hasta hoy reina, aunque moribundo, dejando una triste historia de miseria, de lutos y sangre a que arrastró a toda la humanidad con su falso brillo y ruin sonido, hecho moneda de más valor que el hombre, siendo esto lo mayor que hay en el triunfo del hombre, que pasará a ser la "única moneda de valor" y la canta el dios dinero: ¡Paz en la tumba!
Pero, todo esto no será posible, hasta tanto no sean cumplidas en su totalidad las profecías del vidente Juan en el Apocalipsis; las cuales, profetizan los territorios y metrópolis que quedarán bajo las aguas y las nuevas tierras que surgirán del fondo de los océanos.
La más importante de las profecías apocalípticas, es la que la tierra parirá otra luna a raíz de producirse el gran terremoto del capítulo 16, versículos 18 y 19; el cual, espero a cada momento, pues los dolores de parto se arrecian cada día más al debilitarse la gran masa rocosa del corte final marcado por un fuerte temblor de tierra el 21 de junio en La Rioja. Este acontecimiento, también fue anunciado mucho antes que Juan, por Elías, con su "Renovavis Fatiem Térrae" o sea: que esto causará un cambio global de la faz de la tierra, la que necesita equilibrarse para continuar su marcha ascendente a un mundo regenerado.
La ley nada descuida, se muestra prepotente sin cuidarse de la indiferencia de los hombres y sigue su curso y llega en el momento exacto que, sólo la justicia, lo determina.
Autor
Pedro Sandrea
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