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Laboratorio sociopolítico, a propósito de las elecciones generales dominicanas para elegir Presidente y Vicepresidente (página 2)

Enviado por Tony Guti�rrez


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Para la izquierda consecuente, la política debe consistir, entonces, en el arte de descubrir las potencialidades que existen en la situación concreta de hoy, para hacer posible mañana lo que en el presente aparece como imposible. De lo que se trata es de construir una correlación de fuerzas favorable al movimiento popular, a partir de aquello que dentro de sus debilidades constituye sus puntos fuertes… No basta ya la unidad de trabajadores directamente explotados por el capital, es necesario construir lazos entre todos los sectores sociales perjudicados por el sistema neoliberal, que cada día son más…

" … una de las tareas más fundamentales de la izquierda sea la superación de la dispersión y atomización del pueblo explotado y dominado; la construcción de su unidad. Y para lograrlo debe tener en cuenta los obstáculos creados por la estrategia de las clases dominantes. Esto implica no dejarse llevar por la situación, sino actuar sobre ella seleccionando, a través de un análisis político global, los espacios y conflictos donde debe concentrar sus energías en función del objetivo central: la construcción de fuerza popular. Concibo entonces la política como el arte de la construcción de una fuerza social antisistema y pongo el acento en la palabra «construcción», porque no se la puede concebir como algo ya dado sino como algo que hay que construir. No basta la suma de grupos y movimientos sociales: coincido con Erich Hobsbawm en que si sólo se suman minorías, especialmente si se trata de grupos heterogéneos, no se obtienen mayorías (1997: 33).

" … se requiere de un sujeto constructor, de un instrumento político capaz de orientar su acción a esa construcción, en base a un análisis de la totalidad de la dinámica política; un instrumento político volcado a la sociedad, cuya fortaleza no esté tanto en la cantidad de militantes que posea y las actividades internas que realice, sino en la influencia social que tenga. Y para ello debe tener muy presente las características específicas de ese sujeto popular, muy diferente del de décadas anteriores. Debe tener en la mira no sólo la explotación económica de los trabajadores, sino también las diversas formas de opresión y de destrucción del hombre y la naturaleza que genera el sistema opresor y que van más allá de la relación entre el capital y la fuerza de trabajo. Debe, por lo tanto, abandonar el reduccionismo clasista, asumiendo la defensa de todos los sectores sociales discriminados y excluidos económica, política, social y culturalmente. Además de los problemas de clase, deben preocuparle los problemas étnico-culturales, de raza, de género, de sexo, de medio ambiente. No debe tener presente sólo la lucha de los trabajadores organizados, sino también la de los trabajadores no organizados, la lucha de las mujeres, de los indígenas, negros, jóvenes, niños, jubilados, minusválidos, homosexuales, etcétera.

" Por otra parte, tiene que aprender a hablar con la gente, a escuchar: poner oído atento a todas las so- luciones que el propio pueblo gesta para defenderse o para luchar por sus reivindicaciones; y luego debe ser capaz de hacer un diagnóstico correcto de su estado de ánimo, recogiendo todo aquello que puede unir y generar acción, al mismo tiempo que se combate el pensamiento pesimista, derrotista, que también existe. Sólo entonces, las orientaciones que se lancen no se sentirán como directivas externas al movimiento, y permitirán construir un proceso organizativo capaz de llevar, si no a todo el pueblo, al menos a una parte importante de éste a incorporarse a la lucha y, a partir de ahí, se podrá ir ganando a los sectores más atrasados, más pesimistas. Cuando estos últimos sectores sientan que los objetivos por los que se lucha no sólo son necesarios, sino que son posibles de conseguir, se unirán a la lucha, como decía el Che.

 " ,… quisiera decir que nuestros pueblos se merecen una nueva izquierda, que esté a la altura de los desafíos que le plantea el mundo de hoy, un mundo muy diferente al que existía cuando yo me iniciaba en la política: lleno de obstáculos, pero también de oportunidades. Tener presente los primeros, para elaborar una estrategia que permita superarlos, y conocer las segundas, para construir a partir de ellas propuestas alternativas solidarias, es esencial. Estoy convencida de que el único camino para avanzar en la lucha por crear las condiciones de una profunda transformación social, es evitar caer en una actitud nostálgica hacia el pasado y decidirse a construir creadoramente el porvenir." [1]

Vaya reflexiones, siempre oportunas y profundas, las de Marta Harnecker

NOTA: De acuerdo a las informaciones oficiales de la Junta Central electoral dominicana, las elecciones generales dominicanas para elegir a su presidente y vicepresidente, celebradas el 16 de mayo de 2008,  arrojaron los siguientes resultados: Partido de la Liberación ( PLD) y aliados 53.8%; Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y aliados 40.5 %; Partido Reformista (PRSC) 5%; Otros partidos 0.9%.  Emitieron sus votos 4,086,541 ciudadanos, lo que representa un 40 y tanto por ciento de la población con derecho al voto en la nación caribeña.  Ref.: http://jce.do/jce2/

 

 

 

 

Autor:

Tony Gutiérrez

Santo Domingo, República Dominicana,                        

14 de abril de 2008.

[1] Marta Harnecker es investigadora chilena. Directora del MEPLA.

Ponencia presentada en el Seminario Internacional de América Libre realizado en Caxias do Sul.

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