Es similar al del cuarto mes. Ejerce siempre sus vocalizaciones con pasión.
Mira con interés las bocas y escucha atentamente las entonaciones y los diferentes sonidos que oye a su alrededor.
La atención está motivada por las voces humanas, vuelve la cabeza y busca la mirada de la persona que habla.
Manifiesta interés por los objetos que observa y están a su alcance inclinando su cuerpo hacia . . .
Disfruta con alegría de nuestras conversaciones.
Disfruta de los momentos que provocan satisfacción: baño, cambio, comida, paseos.
Seis Meses
Edad del laleo, encadena las sílabas, varía su volumen, controla mejor el caudal de sus expresiones vocales. Toma conciencia de los diferentes tonos de su repertorio, lo cual incita a iniciarlo sin cesar.
Manifiesta con mayor expresión una inquietud o rechazo por las personas desconocidas que se le acercan o lo toman en brazos.
Toma los objetos al alcance de su mano y los explora activamente: los mira, agita y se los lleva a la boca.
Demuestra alegría al escuchar canciones y rimas.
Participa activamente en las reuniones familiares.
Siete Meses
Perfecciona su laleo: utiliza nuevas capacidades vocales, las utiliza para captar la atención de su madre, la modula y varía según la fuerza de expresión.
Le interesa la música, los diferentes sonidos de diversa procedencia.
Ocho Meses
Vocaliza cuando ve personas u objetos.
Intenta modular sus combinaciones fónicas: pronunciará monosílabos: da, ma, ga, los repite y los utiliza como respuesta a las conversaciones; es una jerga difícil de descifrar, es un esbozo del lenguaje.
Se habla a sí mismo y a los demás, se acompaña de gestos y mímica.
Distingue las expresiones de enojo o cariño.
Disfruta de los paseos, juegos, conversaciones.
Nueve Meses
Continua iniciándose en el pre-lenguaje del octavo mes.
Comienza a esbozar el verdadero lenguaje mediante la aparición de las primeras palabras: se trata de sílabas repetidas por un material fonético muy simple: mamá, papá, dodó.
Participa de juegos sencillos.
Manifiesta alegría con la compañía de los demás.
Responde a órdenes verbales simples como ¿dónde está el perro, auto, comida, etc.? También a ""dame la cuchara"", ""pasame la pelota"".
Se manifiesta dudoso ante el no.
Diez Meses
Utiliza monosílabos, sílabas repetidas si logró el estadio del pre-lenguaje.
Comprende el sentido general de la frase y hace el gesto para acompañar la palabra.
Comprende el tono de la frase.
Una palabra significa muchas cosas: ""palabra símbolo"" (puede decir agua para designar a todo líquido; pá o papá para todos los hombres).
Imita acciones sencillas: aplaudir, golpear, acariciar, saludar.
Manifiesta alegría al encontrarse con otros niños.
Manifiesta su descontento con caprichos y llantos cuando la mamá se va.
Cuando se le dice no manifiesta cierta dificultad para inhibir sus acciones.
Entiende paulatinamente los gestos que hace el adulto cuando dice si o no.
Once meses
Entre los 11 y 15 meses utilizará un lenguaje global bastante significativo: se trata de ""palabras-frase"", es una jerga todavía poco explícita pero que corresponde a situaciones determinadas. Cada palabra que pronuncia tiene el valor de toda una frase, un pensamiento. Las primeras palabras que utiliza son para nombrar objetos y para referirse a un hecho o un acontecimiento. Por ejemplo: ""pato"" puede indicar ""quiero jugar con el pato"", ""traéme el pato"", etc.
Le gusta escuchar música.
Imita gestos cada vez más complicados que exigen mayor atención.
Verbaliza repitiendo y practicando interminablemente las sílabas por el placer de hacer y de combinar los sonidos, como por la forma en que va encontrando las palabras.
Doce Meses Sigue perfeccionando el lenguaje global significativo.
Puede utilizar 2 ó 3 ""palabras-frase"". No todos alcanzan este estadio que abarca de los 12 meses a los 21 o 24 meses.
Escucha palabras con mayor atención y repite términos familiares por imitación.
0 – 2 meses Hablarle suavemente (aunque no entienda, percibe la carga afectiva del lenguaje materno).
Utilizar un tono de voz suave, estable.
Para que sienta la necesidad de comunicarse se deben acompañar las palabras con gestos, el contacto físico (percibe a través de los olores, el tacto, los besos, caricias). Toda actividad (baño, momento de alimentarlo, cambiarlo) debe ir acompañada con la voz, con el canto.
Canciones de cuna (monocordes, que inciten al sueño).
3 -4 meses Nanas Juegos sensomotrices: los más simples.
Hablarle en diferentes tonos de voz, de ritmos, desde distintos lugares (cerca, lejos, de un lado, del otro, de frente).
Mencionar las acciones (""ahora vamos a cambiarle el pañal a este nene"") para ir asociando las acciones con el lenguaje.
Juguetes: sonajeros musicales, tiras de bolas multicolores móviles, cajas de música. Juegos con adultos.
La mejor estimulación es hablarle, escucharlo, hacerle cosquillas, animarlo en sus proezas mientras se lo toma en brazos, ya que el lenguaje implica un intercambio afectivo, lo cual favorecerá una mayor vocalización.
5 -6 meses Nanas.
Juegos sensomotrices: algunos más complicados.
Sonajeros musicales, muñecos que hacen ruido, cajitas musicales, móviles con música, música muy suave.
Verbalizar al máximo las acciones, para que el niño pueda registrar inconscientemente las asociaciones ""palabras-gestos"" (le servirán unos meses más tarde), por ejemplo: en el momento de cambiarlo.
En posición ventral ponerle un espejo delante: sonríe sin reconocerse hasta el 7-8vo. Mes.
Es sensible a la entonación, el volumen de la voz, las canciones, música, melodías, el ritmo estimula su aprendizaje del lenguaje.
7 -8 meses Le interesa la música, los diferentes sonidos de diversa procedencia.
Se pueden utilizar cascabeles, campanillas, cajas de música, pájaros.
Es una etapa importante en el desarrollo del lenguaje: debe hablársele lo más posible, sin emplear palabras deformadas pero utilizando el mismo material fonético que emplea.
Utilizar un lenguaje ""voz-gesto"" a su nivel, aprovechando las situaciones habituales: baño, cambio pañales, momento de acostarlo; darle a conocer el placer del intercambio, el bebé debe poder asociar el lenguaje a las situaciones de bienestar y de comunicación con un ser querido.
Juguetes: oso o cualquier otro sustituto materno, espejo (le ayuda a reconocerse como una unidad).
9 -10 meses Nanas, juegos sensomotrices más complejos, poesías breves.
Acompañar siempre el lenguaje con un gesto adecuado para que el niño asocie la palabra con la situación.
Le gusta jugar: a dónde está el bebé?. Se descubre el rostro con gritos de alegría y le gusta que se haga el mismo gesto cada vez que él se saca el pañuelo.
11 – 12 meses Nanas, juegos sensomotrices, poesías y cuentos breves.
Asociar la palabra a las diferentes situaciones para ayudar al niño a progresar.
Música para bailar.
Tiene necesidad de los demás para que lo ayuden a andar, para recoger los objetos que tira, para jugar al escondite, para sentarse sobre sus rodillas.
Juguetes: pelotas, cubos de colores, libros con hojas de cartón rígido, pirámides de anillos, botellas y bolas pequeñas (pero no demasiado), cucharas.
Un tono de voz suave acompañado de un lenguaje corporal (gestos, posturas, expresiones) acorde con aquello que se está diciendo y una correcta pronunciación de las palabras son muy importantes para el desarrollo del lenguaje infantil. Además debe ir acompañado de una gran carga de afectividad para que el niño responda favorablemente y se interese por comunicarse con su entorno. El acto de percibir, conocer, sólo tiene valor si está ligado a un estado afectivo.
De Quiros, Julio Bernaldo. Cap. 3:Las grandes etapas de la evolución filo y ontogénica del lenguaje.
Glasier, Jackelin. Desarrollo psicomotor de 0 a 3 años.
O"Connor, Joseph y otro. Introducción a la P.N.L.
Palacios de Juri, Gladys y otros. Jardín Maternal. Hacia una sistematización constructiva. Mendoza. Endiunc, 1993.
Revista de Psicología. La adquisición del lenguaje en el niño.
Revista Vocación Docente. Año 2- Nro. 17. Rosa Graciela. El lenguaje : un modo de comunicarnos.
Autor:
Violeta.
lapislázuli[arroba]terra.com.ar
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