El Método Marxista en los Modelos de Estructuración Territorial del Turismo
Enviado por Rosa González González
INTRODUCCIÓN
En un sentido abstracto un espacio es un conjunto de aspectos descriptivos, objetos, o entidades los cuales tiene relaciones de adyacencia, que pueden ser interpretadas en términos geométricos. Pero según la disciplina científica o contexto en el que aparezca la palabra puede concretar más su significado.
Es por ello, que con el fin de desarrollar un enfoque centrado en el ámbito de las Ciencias Económicas y el Urbanismo, existe un elemento que se distingue con claridad: la ciudad, que es un espacio que genera desarrollo local y en el cual se desarrollan varias actividades entre las que encontramos al turismo, debido a lo anterior radica su importancia en el ámbito económico el ordenamiento físico del espacio ciudad para lograr una mejor cohesión del mismo con la actividad que se promueve.
Basado en que la doctrina filosófica del marxismo – leninismo está constituida por el materialismo dialéctico e histórico que se desarrolla como un postulado vivo y creador, cuya característica es el estrecho vínculo entre la teoría y la práctica mediante la aplicación de la dialéctica marxista; es que el presente trabajo pretende establecer la relación entre las doctrinas marxistas y cómo se aplica el método marxista al proponer modelos de estructuración territorial del turismo ciudad, apoyándonos principalmente en su base conceptual.
Ciudad espacio de desarrollo local
El territorio se ha analizado como producto de las relaciones sociales que modifican su entorno y características naturales, que a su vez son las manifestaciones de las relaciones sociales que se desarrollan y desenvuelven en él. Borja (2000) señala que cada comunidad territorial se ha ido formando como consecuencia de las relaciones y vínculos de intereses de sus grupos y actores sociales, de la construcción de una identidad y de una cultura propia que la diferencia de otras comunidades. Al respecto, Vinageras (2002) considera que el territorio tiene un significado especial, que involucra procesos sociales que le dan identidad y que intervienen directamente en la formación del espacio mediante la manifestación en la organización y realización de actividades productivas o de otra índole, aprovechando con frecuencia los recursos naturales y el capital humano.
Es en el territorio donde se desarrollan las más diversas formas de relaciones sociales, transformando la naturaleza, sustentadas en una plena identidad y formas de organización, razón por la cual la transformación de la naturaleza y su configuración territorial sólo son posibles por las relaciones sociales que se manifiestan; sin embargo, aún cuando se reconoce que el territorio es un ente físico y tangible donde se desarrollan acciones y actividades de los actores sociales, conformándolo y configurándolo, los nuevos enfoques determinan que la categoría de territorio ha sido rebasada y se considera al espacio para abordar estudios de índole territorial.
Por ello, el concepto de espacio se analiza como una categoría que sustituye al territorio ligado a tres elementos: la naturaleza, lo físico y lo social, sin dejar de lado la esencia social que lo determina y le da origen; el enfoque de Lefebvre (1991) sujeta al espacio a tres condiciones fundamentales: su naturaleza, su condición urbana y su condición social, necesarios para lograr su producción (la producción del espacio). Por su parte, Santos (1996: 37, 68) plantea que la producción del espacio es resultado de la producción humana: la producción del espacio es resultado de la acción de los hombres que actúan sobre el propio espacio.
De acuerdo a lo anterior, respecto a la producción del espacio Lefebvre (1991) sugiere la forma, estructura y función, como los perfiles que pueden orientar el análisis del espacio social, así como la forma de concebir al individuo interactuando en él y que en su quehacer con el espacio deja huella social y material. Lefebvre señala que un espacio (social) es un producto (social), lo que determina la idea de una diversidad o multiplicidad de espacios bastante distintos.
Los argumentos de Castells (1983) complementan la idea al considerar a la ciudad como la proyección de la sociedad en el espacio. Esto equivale a concebir la naturaleza como algo enteramente modelado por la cultura, mientras que toda la problemática social tiene su origen en la unión indisoluble de estos dos términos, a través del proceso dialéctico mediante la cual una especie biológica particular, el hombre, se transforma y transforma su medio ambiente en su lucha por la vida y por la apropiación diferencial del producto de su trabajo. El espacio es un producto material en relación con otros elementos materiales, entre ellos los hombres, los cuales contraen determinadas relaciones sociales, que dan al espacio una forma, una función, una significación social.
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