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Kraepelin, Freud, el Futuro de la Psiquiatría y el Finale de DSM-ETC. La casa de naipes que Bob Spitzer construyó? (página 2)

Enviado por Felix Larocca


Partes: 1, 2

  • La sociopatía o psicopatía, que de manera muy remota hoy se aproxima en su definición al entendimiento de aquellos días y, la favorita entre todas:

  • La Enfermedad maníaco-depresiva en todas sus formas y permutaciones. De esta última casi todos los seres humanos sufrían — y para algunos — todavía sufren, de acuerdo a Hagop Akiskal.

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    Emil Kraepelin

    Las terapias somáticas eran asimismo preeminentes. Resultando en el sarcasmo, privado entre los residentes, de que los lunes, miércoles y viernes la ciudad de Saint Louis sufría una disminución del voltaje de su electricidad, debido al número de los electrochoques que se daban en el hospital universitario. Estos se administraban especialmente bajo la dirección de un neurólogo, cuyos pacientes recibirían unos doce electrochoques cada vez que fueran admitidos al servicio psiquiátrico, aunque no sufrieran de depresión documentada.

    En el año 1972, y como ya he hecho referencia en otras publicaciones, nació con el espíritu de Saint Louis, el instrumento conocido como el Criterio Diagnóstico de Feighner, el cual atraería el interés de los miembros de los comités que estaban en proceso de plasmar la construcción del DSM III, donde las fortunas personales de tantos psiquiatras se originaran y desde donde la psiquiatría sufriría daños irreparables como disciplina.

    El héroe del momento: Emil Kraepelin (1856-1926)

    Determinados a borrar todo los vestigios de los pasados psicoanalíticos y freudianos que — injustamente — dominaban el espíritu intelectual de la psiquiatría norteamericana, los arquitectos de este manual engorroso necesitaban a un profeta que los inspirara y que les diera una filosofía y espíritu de grupo. Para ello adoptaron al taxónomo germánico quien les proporcionara legitimidad, imaginación y fuerza.

    Psiquiatra teutón. Dedicado a estudiar principalmente la psicosis maníaco-depresiva y la demencia precoz (esquizofrenia), Kraepelin consideraba ésta una enfermedad irreversible, que se manifiesta en diversas formas evolutivas.

    Kraepelin, describió clínicamente la totalidad de las enfermedades mentales conocidas y las clasificó en función de su gravedad, clasificación todavía considerada, por algunos, importante en la nosografía psiquiátrica. Sus obras completas se publicaron en 1927 con el título de Psiquiatría.

    Pero quien es responsable por el desarrollo de DSM en todas sus formas recientes es el psiquiatra Robert Spitzer, cuya reseña biográfica aquí ofrecemos en breve.

    El nacimiento de la psiquiatría organicista y su léxico clasificatorio: La entrada en la psiquiatría de Robert L. Spitzer

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    Robert Spitzer

    Robert Spitzer, como psicoanalista fue, por muchos, considerado precoz, ya que a la edad de quince años comenzaría su psicoanálisis con Wilhelm Reich. La razón para la terapia fue que el malcriado niño abofeteó a su madre en la oficina del pediatra. Los detalles absurdos y los resultados de esa experiencia pueden ser leídos en artículos consagrados a describir a Spitzer, como adolescente, poco socializado, hijo de padres disfuncionales y como futuro discípulo de Reich — este último esbozado como psicoanalista renegado, fraudulento y extraño.

    Muchos aventuran que Spitzer sufre del Síndrome de Asperger…

    Como profesional, Spitzer, es nombre que hace que las compañías farmacéuticas se refocilen y que los psiquiatras se postren. Como persona es una de apariencia suave y, relativamente inocua – hasta que se le contradice. Entonces ataca con vehemencia y sin tregua.

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    La Asociación Psiquiátrica Americana, por medio de las deliberaciones de Spizer y de sus acólitos ha encontrado una manera impresionante de acumular indecibles reservas de poder y dinero que están basadas en el esquema injustificable de los DSM-ETC.

    El odio y sus consecuencias

    Spitzer fue uno de aquellos aspirantes a ser psicoanalistas que fallaron en su intento de ser entrenados. Su odio remanente por todo lo que sea freudiano sobrevive en DSM para siempre.

    Ambicioso y en búsqueda de una carrera que le asegurara su nombre y lugar en la psiquiatría, Spitzer, muy pronto se dedicó a forjar su nicho en la psiquiatría nosológica.

    La psiquiatría referida estaba en pañales, y la que Spitzer y sus correligionarios nos legaron sigue desnuda.

    Pero, lo que Spitzer careciera de genio le sobraba en ambición. Con mucha sagacidad y astucia, este hombre anónimo se las manejó para tener la última palabra en una industria fructífera: La del diagnóstico Psiquiátrico — Si existen dudas acerca de la rentabilidad de esa cuestión examinen los logros de John Feighner y sus "seguidores".

    Cómo la clasificación diagnóstica en la psiquiatría tuvo su desarrollo carece de sentido común o de sentido alguno

    DSM-ETC no fue consecuencia de una evolución científica, sino una progresión de caprichos arbitrarios entre dos facciones que se odiaban entre ellas: la organicista y la psicoanalista.

    Como la facción psicoanalista disfrutaba de la presencia del nombre de Freud como almenara, los seguidores de Spitzer, adoptaron lo que ellos llamaron el neo-Kraepelinismo.

    El resultado no ha sido lisonjero para la psiquiatría. Rama de la medicina y de la neurología científica que aún permanece huérfana.

    Para conocer lo que inspiró a Spitzer, uno debe de conocer su vida privada. Algo que es fácil de lograr si se examina nuestra bibliografía. Lo que a los psiquiatras atañe es la decepción que existe cuando algunos psiquiatras, careciendo de mejor juicio, nos dicen que las psicoterapias son cosas del pasado y que las medicinas lo resuelven todo. Cuando en realidad. Las medicinas, muchas, se ha demostrado, que causan más daño que el bien que, putativamente, hacen.

    Lo que es más triste acerca de esta situación es que, gracias a Spitzer, DSM-ETC y las compañías de productos farmacológicos, muchas vidas se tronchan y muchas miserias se producen como está ampliamente documentado.

    Ahora, examinaremos la evidencia.

    Este artículo es un cuento de cuatro libros, como alegóricamente, Charles Dickens dijera, cuando de dos ciudades hablase y de un personaje, Boz o, si se prefiere, "Boz" (o Bob) Spitzer.

    Los cuatro libros que, en mi opinión, todo psiquiatra debe de leer son:

    • The Medicalization of Society por P. Conrad

    • Creating Mental Illness por A. Horwitz

    • Shyness: How Normal Behavior Became a Sickness por C. Lane

    • The Loss of Sadness por A. Horwitz

    En estos cuatro espléndidos volúmenes se encontrarán la reseña de los daños que han logrado infringir en los pacientes y en la psiquiatría la ambición desmedida de quienes utilizan el sufrimiento ajeno para lograr sus fines.

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    5-hidroxitriptamina o serotonina

    Las medicinas que usamos en la psiquiatría con todos sus nombres exóticos no son inocuas y muchas de ellas son categóricamente dañinas como lo demuestran ser el Paxil, la Zyprexa y otras.

    Pero, el modelo más ilustrativo y a la vez más trágico lo constituyen las medicinas anti-depresivas conocidas como Inhibidoras Selectivas de la Re-captación de la Serotonina (SSRI), cuyas prescripciones han llegado a adquirir dimensiones enormes.

    Los problemas asociados al uso de los SSRI están ampliamente documentados en la literatura científica y su efectividad se duda con mayor vehemencia, lo que no ha bastado para que quienes administran estas medicinas cesen de hacerlo de manera arbitraria y para que muera el entusiasmo anticipatorio de DSM-V con su nueva, y más amplia retahíla de entidades diagnósticas.

    La razón es muy simple: Por cada categoría diagnóstica las compañías productoras de los agentes psicofarmacológicos añaden nuevos fármacos a su arsenal y dólares, o euros, a sus cuentas bancarias.

    La realidad que caracteriza la evolución del DSM-III en lo que seguirá es muy larga, bien elaborada y tortuosa para someterlas al escrutinio de quienes lean estas páginas. Lo que basta es que, de acuerdo a los ingenieros de estos manuales, la mayoría de los seres humanos sufren de alguna enfermedad cubierta en sus páginas y para la que existen drogas que las remedian.

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    Ser tímido, como los problemas de relación entre padres e hijos: Son categorías absurdas contenidas en el DSM-IV-R

    Algo que las reseñas tristes de Paxil y Zyprexa documentan en silencios estridentes.

    Una nueva categoría, una medicina y un nuevo nombre nacen…

    Cuando se consideró la "Tensión Premenstrual" como una nueva entidad diagnóstica, los fabricantes de drogas decidieron con la ayuda de la APA, darle un nombre y asignarle una "medicina".

    Así nacerían el Trastorno Disfórico Premenstrual y el uso de Paxil y Prozac para aliviarlos aunque, para hacerlo, cambiaran el nombre del agente que la "curaba".

    Para muchos investigadores serios el "trastorno premenstrual" y la menopausia son fenómenos adaptivos, como el envejecer y la muerte son parte de nuestras vidas.

    Los peligros que no se especifican acerca del uso de las drogas

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    Tomemos específicamente, y de manera simplificada los peligros inherentes al uso de una de las medicinas más popularizadas por medio del mercadeo, el Paxil.

    Los SSRIs categoría de fármacos a la que el Paxil pertenece afectan el metabolismo de la serotonina lo que desregula su actividad. Con resultados serios en un número significativo de los casos. Estos hechos no han disminuido la prescripción de sus coetáneos Prozac, Zoloft, Effexor y Lepraxo.

    Otros efectos que no fueran anticipados y que causan muchos problemas muy pocas veces se consideran, por quienes los prescriben, cuando estos fármacos se recetan.

    Lo que ahora nos preocupa es que para el 2012 se espera que una amplificada y aumentada versión del DSM sea publicada cubriendo un número mayor de categorías diagnósticas e injustificadas.

    Para la psiquiatría, los psiquiatras del futuro y nuestros pacientes existe un deber y es el de salvaguardar nuestra ciencia como método y como rama del saber y no los intereses de otros.

    Esas son mis palabras finales.

    Bibliografía

    • Spiegel, A: (March, 2008) The Dictionary of Disorder: How One Man Revolutionized Psychiatry The New Yorker

    • Bibliografía adicional suministrada por solicitud.

     

     

    Autor:

    Dr. Félix E. F. Larocca

    Partes: 1, 2
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