- Se oía un ruido
- El hambre: un juicio y una señal profética
- La palabra de Dios se empezó a oír
- Un mismo suceso, diferentes resultados
- Dios pastorea a su pueblo en cualquier circunstancia
- Tiempos de revelación divina
- Las Escrituras nos enseñan
Millones de personas alrededor del mundo sufren de pobreza extrema, son los menos afectados por la crisis que está y que viene. Ellos ya no tienen nada que perder. Otros, nuevos pobres, irán a engrosar las filas de los desposeídos, las estructuras de soporte han fallado y el tembladeral no se puede contener. En el mundo financiero cada mañana es un espanto.
El flagelo del hambre se fortalece debido a los grandes cambios climáticos, desastres naturales que han sido desatados por la voracidad insaciable de dinero de los que creen ser los "dueños del mundo". Las voces enronquecidas de los expertos apenas parecen entrar en los oídos de los que mayor perjuicio provocan en este sentido. La producción de granos, en sus mentes, no es para alimentar; es para fabricar biocombustibles. Nuevos marcados se abrieron al consumo y la demanda ha crecido junto con el precio de los mismos. El futuro humanamente hablando es impredecible.
Se oía un ruido
Ezequiel fue llevado al valle en la visión, y en el mundo espiritual se oyó el ruido de los huesos secos, algo estaba pasando. Elías también dijo: "Se oye una gran lluvia" esto fue antes de que hubiera siquiera la manifestación de la pequeña nube. Durante estos años Dios nos ha venido hablando por su Espíritu y empezamos a oír el ruido de las pezuñas de las "vacas flacas". Muchos no lo advertían por que eran tiempos de "vacas gordas", nada hacía suponer que algo tan crítico se avecinara, pero mientras disfrutaban de "vacas gordas" las "vacas flacas" venían apareciendo en el horizonte de la sociedad global.
Esta crisis financiera mundial ha llevado a los países líderes a inyectar cantidades millonarias para evitar el derrumbe de los bancos hasta ahora, sin poder revertirla. El impacto no solo se registra en la bolsa de valores. Esto se traduce en el día a día de los pueblos, en manera especial en aquellos que ya venían con graves problemas de pobreza, hambre y miseria.
Los fantasmas del miedo: inflación, deflación o hiperinflación aparecen amenazantes en la frágil economía hogareña, sembrando la inseguridad y la desesperanza.
El hambre: un juicio y una señal profética
"Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mi rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella, y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre, y cortare de ella hombres y bestias" Ezequiel 14. 13. En Deuteronomio veintiocho cuarenta y ocho habla del hambre como una maldición por haberse apartado de Dios. "Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes y hambre, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores" San Mateo 24. 7, 8.
La palabra de Dios se empezó a oír
"La Voz que conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún otra vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y la frase: Aún otra vez, indica la remoción de las cosas móviles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor" Hebreos 12. 26 – 29.
Cuando habla de un "reino inconmovible" está diciendo claramente de que hay otros reinos que son conmovibles, lo que sería sacudido.
"Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a un poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos" Hageo 2. 6 – 8.
Si bien estas escrituras hablaban a un pueblo en su tiempo y situación, eran las que nos venían vez tras vez para los tiempos que corren.
Un mismo suceso, diferentes resultados
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