Orígen de las clases sociales en Santo Domingo, según don Juan Bosch
Enviado por Yunior Andrés Castillo S.
¿En qué momento empezaron a formarse clases sociales en nuestro país? Al responder a esta pregunta hay que tomar en consideración que al llegar a nuestra Isla los conquistadores castellanos procedían de varias clases o sectores de clases; pero se trataba de clases dentro de la sociedad de Castilla, no dentro de la sociedad indígena, que era la que habitaba la isla que Colón bautizó con el nombre de Española.
En la sociedad indígena, situada en el nivel correspondiente a los pueblos que vivían en la etapa de desarrollo llamada del neolítico superior, no había clases porque todavía no se había entrado en la etapa de la disolución de la propiedad comunal, y por tanto no se había llegado a la de la propiedad privada. Allí donde no hay propiedad privada no hay clases, aunque haya funciones, derivadas de la división del trabajo, que pueden dividir a los hombres y a las mujeres de acuerdo con las tareas que cumplen al servicio de su grupo; algunas de esas funciones pueden ser las del sacerdocio y el gobierno.
Es probable que en algunos lugares de La Española hubiera en 1492 caciques y sacerdotes que habían heredado sus funciones, lo que indicaría que los pueblos indígenas de esos lugares se hallaban relativamente cerca del punto histórico en que iba a establecerse el sistema de la propiedad privada.
Pero 'en general, los indios de la Española se encontraban todavía en la etapa de la propiedad comunal, tal como' lo estaban los de Venezuela cuando llegó a sus costas Américo Vespucio, miembro de la expedición que capitanes Alonso de Ojeda en el año de 1499. La descripción de la manera en que vivían los indígenas de la región occidental de la costa venezolana fue hecha por Américo Vescucio y aparece sintetizada por fray Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias (M. Aguilar, Madrid, Tomo 11, Capítulos CLXV y CLXVI, págs. 43-51).
La conquista de nuestra Isla determinó una lucha de clases entre españoles e indios, por una parte, y desató otra lucha de clases entre los conquistadores. Esas dos luchas de clases acabarían fundiéndose en una nada más, en lo que se refiere a los indígenas, y precipitaría el establecimiento de la institución de la propiedad privada de las tierras, en lo que se refiere a los castellanos o españoles.
El resultado final de esas luchas sería la esclavitud y la aniquilación física de los indios de la Isla y la formación de la primera oligarquía esclavista conocida en el Nuevo Mundo.
En la primera parte de todo el proceso que condujo a la formación de una oligarquía esclavista en nuestro país jugó un papel de la mayor importancia la pobreza del Estado español, que no disponía de medios para financiar la conquista de la Isla; en la segunda parte jugó el primer papel el alzamiento de Francisco Roldám Ximénez y de sus seguidores; en la totalidad del proceso resultó de una influencia determinante la pobreza general de la Española, una isla que nunca fue rica, a pesar de la leyenda de su riqueza que hicieron circular Cristóbal Colón, Pedro Mártir de Anglería, el padre las Casas y muchísimos de nuestros historiadores.
Los primeros indígenas de América sometidos a la esclavitud no fueron destinados a trabajar para los conquistadores sino a ser vendidos en España para pagar los gastos de la Conquista; se trató de 500 indios de la Española a quienes Cristóbal Colón despachó hacia Sevilla en cuatro naos que salieron de la Isabela el 24 de febrero de 1495. En 1496, don Bartolomé, el hermano de don Cristóbal, envió 300 indios al puerto de Cádiz. En 1498, al volver a la Española en su tercer viaje, el Descubridor escribió a los Reyes Católicos en estos términos: "De acá se pueden, con el nombre de la Santa Trinidad, enviar todos 'los esclavos que se pudiesen vender.• ." (José Antonio Saco, Historia de la Esclavitud de los Indios en el Nuevo Mundo, Cultural, S.A., La Habana, 1932, Tomo 1, págs. 102 y sigs.).
En este primer aspecto de la lucha de clases entablada en la Española, Colón y su hermano asumían el papel de representantes del Estado español -o mejor dicho del gobierno de Castilla-, no el de una clase dominante que esclavizaba a los indígenas para ponerlos a trabajar en su beneficio. Pero sucedió que la venta de indios en España no prosperó porque Isabel la Católica creyó que al consentir ese negocio estaba cometiendo un pecado grave; y además resultó que los indios de nuestro país morían rápidamente en la metrópoli.
Ahora bien, el hecho de que se apresaran indígenas para ser enviados a España en condición de esclavos, y vendidos allí como tales, dio pie para que los castellanos que vivían en la Española reclamaran que Ies concediera a ellos el derecho de tener esclavos; y ese derecho les fue reconocido, al menos de facto, por el hermano de don Cristóbal, el Adelantado don Bartolomé Colón.
Este, que había quedado al frente del gobierno de la Isla después de haber salido el Descubridor hacia España en los primeros días de marzo de 1496, se halló forzado a complacer á esos castellanos que le pedían indios para usarlos como esclavos porque la situación de la Española era critica, tanto en el orden económico como en el político; en el primero, debido a que no había brazos para producir lo que hacía falta para vivir, y en el segundo, debido a la sublevación de Roldán, una sublevación que había sido provocada precisamente por la miseria general en que se hallaban los castellanos.
Es más: desde poco después de haber salido Colón de la Española en marzo de 1496, se dispuso que los trabajos de siembra de algunos lugares fueran hechos por indios, bajo el mando de sus caciques, sin recibir paga alguna, y que se castigara con azotes y con la esclavitud a los que se negaran a hacer esas labores o huyeran hacia los montes (José Antonio Saco, ob. cit., Tomo 11, pág. 250).
Hasta entonces la propiedad privada de la tierra no había sido instituida en la Española -ni en América, desde luego, ya que la Conquista estaba siendo llevada a cabo sólo en nuestra Isla-, y los conquistadores ponían el grito en el cielo pidiendo que se les concedieran tierras.
Fue en julio de 1497 cuando el gobierno de Castilla accedió a las peticiones de repartos de tierras, pero Colón estaba en ese momento en Castilla y la orden quedó en suspenso, para que él la aplicara cuando retornara a la Española" [lbid, pág. 250).
La aplicación de esa orden estaba llamada a dar origen a la institución de la encomienda, puesto que la donación de tierras no tenía ningún valor si con ellas no se repartían. indios que las hicieran producir; y la encomienda se convirtió rápidamente en el instrumento legal indispensable para someter a la explotación a los indios, no sólo de la Española, sino también de toda la región del Caribe; además, la encomienda fue el paso previo hacia el establecimiento de la oligarquía esclavista de las Américas.
Algunos historiadores han querido ver en la rebelión de Roldán un movimiento liberador de los indios de la Española, y califican a Roldán como el primer adalid de la justicia social en el Nuevo Mundo.
El análisis de los hechos históricos dice otra cosa; dice que para liquidar su alza miento -y el de los 102 castellanos que le seguían-, Roldán exigió, y obtuvo, que se les dieran tierras a él y a los roldanistas, y con esa exigencia ibá aparejada la de que se les entregaran indígenas para trabajar las tierras. A Roldán se le puede llamar, sin exageración, el primer encomendero de América, puesto que su levantamiento provocó creación de la encomienda por lo menos cuatro años antes de que ésta fuera establecida legalmente.
Colocado en una situación política de extrema debilidad, a causa del disgusto en que se hallaba la población castellana de la Isla, el Descubridor tuvo que ceder a las presiones de Roldán.
Esto sucedió en 1499. Las Casas refiere que el propio Almirante le dio a Roldán el 29 de octubre de ese año "tierras o labranzas o haciendas ajenas de los tristes indios", y que "Concedióle más el Almirante al Roldán, que el Cacique y señor que había desorejado Alonso de Hojeda… y su gente se la labrasen"; y agrega con tremenda ironía: " …veis aquí cómo se va entablando aquella tan justa gobernación que llamaron repartimiento, y después las honestas encomiendas" (Fray Bartolomé de las Casas, ob, cit., Tomo 11, págs. 28-9).
Cuando llegó a nuestro país en abril de 1502, el gobernador don Nicolás de Ovando halló que la encomienda existía de hecho hacía más de dos años, puesto que ya había por lo menos unos cien castellanos dueños de tierras y de indios que las trabajaban.
Esos propietarios de tierras, que disponían de trabajadores indígenas a los que no les pagaban salarios, eran los roldanistas, los que habían estado en rebeldía bajo el mando de Francisco Roldán Ximénez. La palabra encomienda no se usaba todavía; se usaba la de repartimiento, para indicar con ella que se repartían tierras e indios, pues el reparto de las tierras se hacía entregando a los conquistadores, en cada caso, tierras que los indios cultivaban, y con esas tierras, a los indios que las estaban usando, incluyendo en el grupo indígena, en primer lugar y como jefe de los indios repartidos, al cacique del grupo, y en segundo lugar a las mujeres, los niños y los ancianos.
La palabra encomienda surgió ,de la frase con que iniciaba Ovando la fórmula de repartir a los indígenas, que era la siguiente: "A vos (aquí iba el nombre del castellano beneficiado) encomiendanseos en el Cacique (aquí el nombre del cacique) (tantos) indios para que os sirváis de ellos en vuestras minas y granjerías en la persona del Cacique".
Las palabras "en la persona del Cacique" querían decir que era a éste a quien debía darle el encomendero las órdenes de trabajo y que el cacique era responsable por la conducta de sus indios.
Ovando llegó a la Española con instrucciones muy claras de Isabel la Católica. Según esas instrucciones, todos los indios de la Isla debían ser "libres de servidumbre y que no fuesen molestados de alguno, sino que viviesen como vasallos libres, gobernados y conservados en justicia como lo eran los vasallos de los reinos de Castilla".(José Antonio Saco, ob. cit., Tomo 11, págs.254-5). Pero Ovando halló establecida en la Isla la encomienda y' presionó tan fuertemente sobre la reina que ésta ordenó, mediante la Provisión del 20 de diciembre de 1503. expedida en Medina del Campo, que "en adelante compelais y apremiéis á los dichos Indios que traten y conversen con los cristianos de la dicha isla, y trabajen en sus edificios en sacar y coger oro y otros metales, y en fazer granjerías y otros mantenimientos para los cristianos, vecinos y moradores de dicha isla, y fagais pagar á cada uno el día que trabajare el jornal y mantenimiento que según la calidad de la tierra y de la persona y del oficio vos pareciese que debieren haber, mandando á cada Cacique que tenga cargo de cierto número de los dichos Indios para que los haga ir á trabajar donde fuere menester… para que trabajen en lo que las tales personas les mandaren, pagándoles el jornal que por vos fuere tasado, lo cual hagan é cumplan como personas libres como lo son, y no como siervos; é faced que sean bien tratados los dichos Indios, é los que dellos fueren cristianos mejor que los otros; é non consintades ni dedes lugar a que ninguna persona les haga mal ni daño ni otro desaguisado alguno: … so pena de la mi merced y de diez mil maravedis para la mi Cámara á cada uno que lo contrario ficiere".
De esa Provisión real hizo Ovando el fundamento legal de sus encomiendas. Copiando a las Casas, dice José Antonio Saco que Ovando deshizo "los grandes pueblos que avia y da á un Español ciento, y á otros cinquenta, y á otros mas, y a otro menos, según la gracia que cada uno con él alcanzava y él quería: y dá niños y viejos, mugeres preñadas y paridas, y hombres principales y plebeyos, y á los señores naturales de los pueblos y de la tierra dávalos en uno de los repartimientos que hacia el Español á quien el mas honra y provecho quería hacer", (Ibid. pág. 57). Y efectivamente, así fue: Ovando utilizó su poder de repartidor como instrumento político, para premiar a sus partidarios de la Isla y castigar a los que se le oponían.
El Comendador de Lares se convirtió en el árbitro de la lucha de clases que se había entablado en La Española, y como tal árbitro disponía, según a él le conviniera, de los indígenas, que habían pasado a ser la clase sometida. En cuanto a las recomendaciones de la reina en favor de los indios, ésas fueron palabras que se llevó el viento.
Después de la muerte de doña Isabel, ocurrida a los once meses, de haber dado su Provisión del 20 de diciembre de 1503, la suerte de los indios encomendados pasó a ser trágica; en realidad, quedaron convertidos en esclavos de los encomenderos, y éstos en sus amos, que los apaleaban hasta la muerte. Con el tiempo vino a suceder que a los funcionarios reales se les pagaban los sueldos dándoles. indios. "Nombrárnosle al año siguiente dos oficiales reales más para la Española, habiendo recaído el nombramiento de contador en Gil González Dávila, y el de factor en Juan de Ampués, señalándoseles 200 indios de repartimiento en parte de su salario.
Cuando en 1511 se fundó la primera Audiencia en la Española, dióse a cada uno de los jueces de apelación que la formaron, además del sueldo que se les señaló, un repartimiento de 200- indios. Mercedes semejantes hiciéronse también de 100, de 60 y 50 indios a criados de la Casa Real, miembros del Consejo (de Indias), muchos cortesanos, y a otras personas que sin residir en la Española gozaban de sus encomiendas por medio de mayordomos que al efecto' tenían en aquella isla' dice José Antonio Saco, citando a Herrera (lb id, pág. 271).
Como sucesor de Ovando, don Diego Colón ,tuvo la autoridad de repartidor de los indios de la Española, pero en 1514, esa autoridad le fue conferida a Rodrigo de Alburquerque, quien la compró con dinero y se dedicó a repartir los indios de la Isla a quienes le pagaran.
De acuerdo con Suazo, en el primer repartimiento hecho por, don Diego Colón", se habían repartido 33,523 indios, y los repartidos por Alburquerque cuatro años después alcanzaron sólo a 20,995 "es decir, una disminución de 12,533 en el corto tiempo de cuatro años que mediaron entre esos dos repartimientos.
Y tan grande era la disminución, que según el licenciado Suazo, juez de residencia en la Española, ya en enero de .15,18, o sea tres años después del repartimiento de Alburquerque, no había en aquella isla once mil indios" (Ibid, pág. 306).
A medida que los indios de la Española iban desapareciendo, los castellanos de la Isla -que en el 1516 eran 715-, compraban indios esclavizados en otras islas o en las costas de Venezuela; de manera que de la encomienda se pasó a la esclavitud de indígenas del Caribe.
El paso siguiente seria la adquisición de esclavos africanos, y con él el establecimiento de una oligarquía esclavista dedicada a producir azúcar para' venderla en España. Todavía tan tarde como en 1525, cuando ya estaba produciéndose azúcar con esclavos africanos, un fiscal de la Real Audiencia de la Española, llamado Pedro Moreno, que fue enviado a las Hibueras -donde hoy se halla la República de Honduras- para resolver Ias disputas sangrientas en que se encontraban envueltos los conquistadores de aquellos lugares, aprovechó el viaje y trajo 40 indios que vendió en la Española como esclavos.
El conquistador de- México, Hernán Cortes, reclamó de la Real Audiencia de nuestra Isla que se le devolvieran esos 40 indios. El oidor de la misma Audiencia, Lucas Vásquez de Ayllón llegó hasta las Bahamas apresando indios que traía a la Española para venderlos como esclavos.
Por todo lo dicho sabemos que para 1509, cuando lIegó a la Isla don Diego Colón, había en la Española una clase sometida, compuesta por indios encomendados, que aunque legalmente no eran esclavos, lo eran de hecho. Y por lo que cuenta Gonzalo Fernández de Oviedo, también había castellanos ricos, puesto que las damas de compañías de doña María de Toledo, mujer del virrey don Diego, "las más del las, que eran mozas, se casaron en esta cibdad y en la isla con personas principales e hombres ricos de los que ad estaban" (Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia General y Natural de las Indias, Edición de la Biblioteca de Autores Españoles, Madrid, 1959, Tomo 11, Libro XII, Cap. XI, p. 249).
De manera, pues que para el año de 1509 la población de- la Isla estaba dividida en clases sociales, de las cuales las dos extremas eran la de los encomenderos castellanos y la de los indígenas encomendados. Sabemos que los últimos eran unas 33,500 personas, puesto que en el primer repartimiento hecho por don Diego se distribuyeron 33,523 indios; pero no sabemos cuántos componían el grupo de los encomenderos.
Entre estos y los indios encomendados había castellanos que pertenecían a otros sectores sociales, pero su número era pequeño, puesto que hacia el 1516 los castellanos que vivían en la Isla sumaban sólo 715. En dieciséis años, a partir del segundo viaje de Colón, que tuvo lugar en el 1493 y que fue en realidad el de la primera fase de la Conquista, tomaron forma las clases sociales de la Isla. Más tarde ese panorama iba a evolucionar en pocos años hasta culminar en la formación de una sociedad oligárquica eslavista dedicada a enriquecerse en la fabricación y venta de azúcar.
En esa oligarquía esclavista, el indio fue sustituido por el negro africano debido a la extinción del primero. Fernández de Oviedo dice que de los indios que había en la Isla al llegar los castellanos "e de los que después nascieron, no se cree que hayal presente en este año de mili e quinientos y cuarenta e ocho, quinientas personas, entre chicos e grandes, que sean naturales o de la progenie e estirpe de aquellos primeros. Porque, los más que agora hay, son traídos por los cristianos de otras islas, o de la Tierra Firme, para se servir dellos" (lbid, Tomo " Cap. VI, pigs. 66-7).
Así pues, los indios encomendados y los negros esclavos fueron, a 'la vez que dos razas, dos clases explotadas y sometidas; y fueron dos porque una -la indígena, se extinguió rápidamente y su lugar pasó a ser ocupado por la otra, es decir, la negra.
Aunque en el origen de la encomienda hallamos, como una de las causas precipitantes, la rebelión de Francisco Roldán, en su desarrollo y culminación está la concepción de los altos funcionarios del imperio español, tanto de los que actuaban en la Española como de los que actuaban en Toledo…y llegó a tanto el negocio, que no solamente fueron repartidos los indios a los pobladores, pero también se dieron a caballeros e privados, personas aceptas y que estaban cerca de la persona del Rey Católico, que eran del Consejo Real' de Castilla e Indias, e a otros (lbid, pág. 67).
Como desde el punto de vista de la categoría que tenían en los cargos esos altos funcionarios de Toledo y de Santo Domingo formaban una aristocracia burocrática, además de ser general mente miembros de la nobleza de sangre de Castilla, puede afirmarse que el poder político, ejercido por esa aristocracia burocrática 'del imperio español, resultó ser el poder determinante para la formación de una oligarquía de encomenderos, que luego, a la desaparición de los indios, quedó convertida en una oligarquía esclavista.
De lo que cuenta fray Bartolomé de las Casas (Ob. cit. pág. 153) se saca en claro que en los tiempos de Bobadilla y de Ovando los que acumularon alguna riqueza -"según las riquezas de 'entonces", dice las Casas- fueron los que tenían granjerías. "Las granjerías de entonces no eran otras sino de criar puercos y hacer labranza del pan cacabi .Y las otras rafees comestibles, que son los ajes y batatas", afirma el fraile historiador.
Y agrega que "ésta fue regla general en estas. islas, que todos los que se dieron a las minas, siempre vivían en necesidad, Y aun por las cárceles, por deudas; y por el contrario, tuvieron más descanso y abundancia los dados a las granjerías.. ,".
Esa quiebra de los recogedores de ore se debió a que cuando menos lo esperaban, Bobadilla exigió el tercio de todo el oro recogido para las cajas de los reyes, y los dueños de oro tuvieron que vender "por 10 lo que habían comprado por 50, por manera, que todos los que más oro habían cogido, más que otros quedaron perdidos" (lbid, pág. 153).
De esos granjeros a los que se refiere las Casas salieron los encomenderos ricos -siempre, desde luego, de manera relativa a la riqueza que podía acumularse en la Española-, aunque muchos se arruinaron "por otros malos recaudos de excesos en el vestir, y jaeces y otras vanidades que hadan". Las Casas advirtió ya en esos días que todo lo que tenían, "con las fatif!as y sudores de los indios, lo adquirían". Con lo cual viene a decir que la riqueza de la oligarquía encomendera, así fuera relativa, se nutrfa del trabajo de. los indios encomendados, o lo que. es lo '.mismo, de lo que producía la primera clase sometida y explotada que conoció nuestro país. Sin duda fue de esa oligarquía de encomenderos de donde salieron los "hombres ricos" que según Fernández de Oviedo se casaron con algunas de las jóvenes que llegaron a la Española acompañando a doña MARIA DE TOLEDO
Este resumen está basado en el libro Composición Social Dominicana, del Profesor Juan Bosch.
Autor:
Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"®
Santiago de los Caballeros,
República Dominicana,
2015.
"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"®